chapter = 2
author = Luvi_trustno1
dedicate = Disclaimers: No son míos, CC jamás se hubiera atrevido a escribir algo como esto, jejeje
Spoliers: Ninguno, créanme.
Dedicatoria:
Muy especialmente a mi amix Dimna_scully, por su confianza (tú sabes de dónde sale esta idea) y a todos aquellos que puedan seguir estas líneas.
Feedback: voy a agradecer muy especialmente cualquier comentario y apreciación no solo respecto del fic sino del tema en general porque es la primera vez que me aventuro a tocarlo de este modo; si no quieren hacerlo público, ya saben: susurro_indiscreto77ARROBAhotmail.com.
Nota 1: Por la temática tratada puede considerarse este fic como NR-18.
Nota 2: Si quieres seguir estas líneas, tienes que tener la “mente abierta a un universo de posibilidades”, caso contrario ni empieces.
¡No me odien, por favor!
*****
Rating = arcadias_dream
Type = Angst
fanfic = 2. Romper la rutina.
Annapolis,Maryland.
Departamento de Dana Scully.
Llegar a casa, desempacar, tomar un baño, irse a la cama, despertar, encerrarse en el sótano, sentarse junto a Mulder, verlo caminar, sentirlo respirar… Y volver a casa, tomar un baño e irse a la cama, sola. Y despertar a las dos de la mañana cuando el teléfono suena porque Mulder no puede dormir. Un día y otro y una semana más.
Sólo que esta vez había despertado un poco antes y no por causa del teléfono.
Era el sueño.
Uno de los más extraños que había tenido en su vida.
La pequeña tienda de un circo de la frontera, iluminada apenas por dos antorchas colocadas en la arena y, en el escenario, vestida de arlequín en blanco y negro, una mujer pequeña, de piel marmórea y cabellos color de fuego.
Sus ojos perdían el color al reflejarse en ellos las llamas y la imagen de un único espectador, un hombre alto de cabellos castaños y labios sensuales cuya mirada verdosa seguía extasiado cada uno de sus movimientos.
Entonces la mujer se acerca a él, apoya sus manos en el pecho masculino y cierra los ojos a medida que el rostro de él se acerca al suyo, mientras siente sus labios, la humedad de su lengua explorando su boca cada vez más profundamente hasta que siente que no puede respirar.
Y empieza a separarse de él, con cierto dolor oprimiéndole el pecho.
Empieza a abrir lentamente los ojos, levante la mirada y se encuentra con aquel rostro moreno de carnosos labios escarlata que susurran a su oído algo ininteligible para ella que sólo puede reconocer el acento francés.
Y parpadea, dos, tres veces seguidas, hasta que consigue despertar.
Y ahora la pequeña mujer está allí, sentada en su cama, abrazando sus rodillas y mirando al teléfono porque sabe que pronto sonará.
Y eso ocurre.
- Hola.
- ¿Despierta a esta hora mon amie? –la voz sensual, femenina, de marcado acento francés.
- ¿Cómo conseguiste mi número?
- No hagas ese tipo de preguntas…-la escucha sonreír- Estamos en la ciudad. ¿Vendrás a verme?
- ¿Qué? ¿Por qué tendría que hacerlo?
- No tienes. Sólo que yo te lo estoy pidiendo.
- Lo lamento Michelle, pero estoy muy cansada y esta conversación no tiene ningún sentido. Si me disculpas, debo colgar.
- Volveré a verte.
- No lo creo. Adiós.
Cuelga a prisa. Y nota cierto nerviosismo en ella, sus manos están más frías que de costumbre. Tira de los cobertores y se envuelve en ellos, como una pequeña oruga.
Casi da un salto cuando el teléfono vuelve a sonar.
- Ya te he dicho que esta conversación no tiene sentido así que…
- ¿Scully?
- ¡Mulder!
- Desde luego. ¿Te sientes bien?
- ¿Eh? Sí, si… claro.
- Scully ¿qué sucede? ¿alguien llamó antes?
- Pues… sí… ¿Recuerdas a la chica del circo? La del acento francés…
- ¿Michelle? ¿La contorsionista?
- Sí.
- ¿Pero cómo consiguió tu número? ¿Qué quería?
- Sólo invitarme al circo. Está en las afueras de Washington.
- ¿Y por eso le decías que esa conversación no tenía sentido?
- ¿Qué? –Scully sintió que sus músculos se tensaban- Es sólo que…
- ¿Qué ocurre?
- Mira la hora, Mulder –dijo recuperando su aplomo- Ya tengo suficiente con tus llamadas…
- De acuerdo, entendí eso… Te dejaré descansar. Te veo mañana en la oficina.
- Claro.
- Oye Scully, hay algo que me preocupa…
- ¿Y qué será?
- ¿Por qué Michelle te buscó a ti y no a mí, eh? –dijo con fingida extrañeza – Hay algo oscuro en esto…
- Adios Mulder…
Y colgó sin esperar otro comentario.
No quería más sarcasmos respecto de esta chica.
La verdad es que no quería confesarle que también ella sospechaba algo… diferente en ella.
O quizás ni siquiera deseaba confesárselo a sí misma.
Tuvo que reconocer que, por alguna razón, tenía miedo.
Continuará
feedback = Sí/Yes
email = susurro_indiscreto77ARROBAyahoo.es