Desierto Rojo IV
Created by Carla "Fox"
Palacio de Reddin
10:13 PM.
Había un gran alboroto en los alrededores del palacio, era posible escuchar a mujeres y hombres corriendo de un lado para otro siguiendo las ordenes directas de Reddin. Al escuchar el tono de la voz del hombre, era fácilmente identificable que era un déspota... un hombre sin corazón.
Mulder caminaba de un lado para otro de la habitación, esperando el momento oportuno para intervenir.
Aunque no quería reconocerlo, y mucho menos divulgarlo, porque sabía que cierta compañera (ahora esposa) lo miraría con su típico gesto de "oh Mulder, otra teoría"... pero algo presentía. El ambiente era extrañamente pesado. El aire era aun más agobiante que lo de costumbre. Los sonidos parecían más lejanos y profundos, y los latidos de su corazón resonaban en sus iodos, sintiendo el recorrido de su sangre por toda su cabeza... algo ocurriría, algo superior a sí mismo, presentimiento, destino... camino.
Y Scully no estaba con él.
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-żDónde diablos se habrá metido Mulder?-, pensó Scully mientras caminaba descalza por los jardines del palacio.
Se suponía que en ese momento ambos deberían estar reunidos ahí para planear la estrategia de la noche.
Scully miraba a su alrededor y sentía una fuerte presión en el pecho... algo que ella no era capaz de definir, una conexión dolorosa con algo o con alguien... o quizás la intuición de un futuro cercano... de un doloroso hecho que trasciende la manipulación humana "destino", pensó ella; y recordó la sensación vivida cuando descubrió que su destino la había guiado, sin siquiera ella reconocerlo, a vivir eternamente al lado de su compañero.
Todo era oscuro, sólo se veían algunas pequeñas luces a la distancia provocadas por las pequeñas fogatas de los sirvientes de Reddin que corrían por la arena, formando monstruosas formas en las arenas del desierto.
Scully miró hacia el cielo y el pálido resplandor de las estrellas no era suficiente para guiar el camino de una estrella perdida... o de una estrella que se va a perder.
Inmersa en estos pensamientos, su estomago se apretó rápidamente y sintió como algo fuese arrancado del interior de su alma.
Y supo que Mulder estaba en peligro.
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Mulder salía de la habitación rumbo a encontrarse con Scully. Bajaba por las escaleras de palacio, cuando sintió la triste mirada de la anciana que les había pedido ayuda la noche anterior... y de pronto, comenzó a ver todo en cámara lenta... los ojos de la mujer mostraban la resignación y la pena por lo inevitable y cuando sus miradas se cruzaron, entendió por fin, el significado de todas las señales anteriores...
De pronto, sintió la presencia de los guardias de Reddin que se acercaban lentamente hacia él. Rostros sin compasión que le miraban con odio y resentimiento... rostros impávidos ante el dolor ajeno... Rostros de muerte.
Y fue entonces cuando cerró los ojos, vio en su mente el rostro de Scully dormida, y se desplomó en el suelo tras el golpe del mango de una espada.
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Scully corría lo más rápidamente posible a través de la arena, rumbo a palacio. Ella sabía que algo había pasado. Que todas las visiones y sensaciones vividas desde el momento que había conocido a Reddin se habían vuelto una realidad.
Entró corriendo por las grandes puertas de la entrada y subió de dos en dos los peldaños de la escalera de mármol, rumbo a su habitación.
El sudor le corría por su frente cuando abro la puerta y no vio nada. A simple vista, se veía que sus cosas no estaban, ni las de Mulder. La habitación había sido arrasada. Con mucho miedo camino hacia la ventana que conducía al balcón, en donde las hermosas cortinas estaban desgarradas y a medio colgar... se acercó lentamente a una mancha que le llamó la atención. Cuando la tocó y vio su mano, supo de inmediato que era la sangre de su compañero.
Un gesto de horror recorrió sus facciones cuando sintió repentinamente que su puerta de su habitación era bloqueada desde afuera... la había encerrado y las marcas de violencia en la habitación, mostraban perfectamente que Mulder podría estar muerto.
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Luego de que Mulder fue golpeado, camino a encontrarse con Scully, los guardias lo empujaron a la habitación y lo golpearon cruelmente, a pesar de su inconsciencia. La barbarie había sido la estrella durante esa escena.
Luego de la golpiza Mulder fue llevado a la más oscura y húmeda de las mazmorras del palacio... un lugar desolado, lleno de cadáveres... un lugar digno del mismo infierno.
Mulder había sido esposado con unas gruesas cadenas que colgaban desde el techo, y su cuerpo colgaba de varios metros de altura.
Aun inconsciente y debido a su excelente estado físico, aun permanecía con vida... sin embargo, no por mucho.
Unos ojos siniestros se veían dentro de la oscuridad de la prisión, ojos de hielo dentro de un mar de calor, que miraban la triste figura de la víctima que sucumbe. Y de pronto el brillo helado de un cuchillo.
Reddin caminó lentamente hacia Mulder, y con ojos maquiavélicos, acercó el cuchillo hacia la garganta de él.
Reddin disfrutaba al máximo, al saber del poder que tenía en sus manos. No sólo era la vida o la muerte de un enemigo; sino la vida de cualquier ser humano.
El deseo obsesivo que tenía por Scully, sólo había sido la excusa para demostrarse a sí mismo, una vez más, que le tenía todo el poder que quisiera en sus manos.
Sin hacerle mayor daño, bajo el cuchillo hasta el corazón de Mulder y lentamente trazó una línea de sangre que llego hasta sus costillas.
El hombre no respondía.
Reddin retiró el cuchillo del cuerpo casi inerte, insatisfecho al dejar su marca. Guardó el cuchillo y se retiró hacia la oscuridad de donde había aparecido... todavía le quedaba una víctima.
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Scully se encontraba sentada junto a las manchas de sangre en su habitación. Ella sentía que Mulder aun no estaba muerto, pero sabía también perfectamente que le quedaba muy poco de vida.
Desde hacia un tiempo atrás, ambos habían establecido una conexión que superaba aun las barreras físicas. Ella sentía su presencia, como él sentía las de ella. A través de una comunicación no verbal que había sido creada por ellos antes de conocerse... aun antes del tiempo mismo.
Lentamente estiró su mano y tocó la sangre aun tibia que se extendía por el piso. Cerró los ojos y recordó la primera vez que sintió el contacto con su piel... La primera vez en que ambos fueron capaces de superar su miedo y reconocieron lo que la existencia del otro significaba para ellos.
Scully aun con los ojos cerrados y reviviendo cada minuto de esa escena que guardaba en lo más profundo de su memoria, sintió como las lágrimas caían por su cara y le quemaban el rostro... por que esta vez la realidad con la cual siempre había luchado tanto, estaba a punto de llevarse la mitad de su vida.
De pronto, sus recuerdos fueron suspendidos por un fuerte golpe en su puerta. Sus ojos se abrieron desmesuradamente mientras la puerta se iba abriendo; aparecía la oscura figura del árabe.
- Dónde diablos está Mulder- dijo Scully mientras se ponía de pie y sin darse cuenta se limpiaba las lágrimas con la mano cubierta con sangre. Marcando su cara con la sangre de él.
- está muerto- dijo Reddin mientras la miraba y avanzaba hacia ella.
-ĦĦĦMentira!!!- dijo mientras le escupía las palabras en el rostro- más vale que me digas donde está o estarás metido en un gran problema, maldito imbécil!!!
Sin decir palabra, Reddin caminó hacia Scully, mientras ella avanzaba hacia atrás huyendo de su figura amenazadora. De pronto, sintió la fría brisa de la noche cuando se dio cuenta que había salido a la terraza.
Preocupada, miró lo que parecía el abismo sin fin que se extendía bajo sus pies, y se dio cuenta que Reddin la había atrapado.
De pronto la respiración se le cortó, al sentir los dedos posesivos de Reddin sobres sus hombros.
Los azules ojos del árabe, miraban la pequeña cabeza pelirroja que lentamente se levantaba para encontrar su mirada con la de él. Una mirada que iba más allá del odio fue la que chocó contra él. Una mirada espeluznante que revelaba todo el desprecio que desde el principio Scully sintió por él.
Como si se tratara de una pesadilla Scully levantó sus brazos y empujó con todas sus fuerzas a Reddin por el piso.
Reddin no podía creer que aquella pequeña figura había sido capaz de golpearlo con semejante fuerza. Todo el odio de un orgullo herido se apoderó de él, cuando atrapó uno de los tobillos de Scully y ésta cayó pesadamente en el frío piso de mármol de la terraza.
Scully aun aturdida por el golpe, no fue capaz de evitar los golpes de Reddin. Sin embargo, logró golpearlo en el estómago y escapar una vez más de él.
Corriendo hacia la habitación nuevamente, logró llegar al espejo roto y tomó uno de los trozos de vidrio que yacían en el piso.
La sangre corrió por sus manos al sujetar defensivamente la pieza hacia Reddin. Sus ojos decían claramente que se la clavaría sin compasión si él así lo quería.
Reddin leyó este mensaje, mientras pasaba su mano por su rostro para limpiarse la sangre que salía de su boca.
El hombre se erguió delante de la pequeña pelirroja, y avanzó hacia la puerta de salida, sin antes mirarla por última vez y reírse de su pobre intento de defensa. Después de esto, salió por la puerta y la cerró con llave.
Scully lentamente cayó de rodillas en el piso, y bajo su mano con el trozo de vidrio aun aprisionado. Su respiración agitada, cambió a un suave quejido de angustia, cuando por fin pudo llorar por todo lo ocurrido.
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24 horas después
A la hora en que se puso el sol, Scully apoyada del marco de la terraza miraba aun débil los colores del cielo que pasaban del rojo al negro de la noche. Una mirada distinta se veía desde su rostro pálido. Una mirada decidida y triste.
Ella sabia que Mulder estaba vivo, pero por cada minuto que pasaba, sabía también que él tenía un minuto menos.
En el momento en que finalmente el sol se ocultó, Scully caminó hacia la baranda de la terraza. Con los ojos en otro sitio, se paró sobre ella, cerró los ojos y se arrojó al vacío.
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Sólo el sonido de un objeto que cae se sintió cuando la anciana se llevó la carreta con paja que esperaba bajo la terraza de Scully.
Sin hacer ningún ruido la anciana se llevó cuidadosamente la carreta hacia una de las entradas que daban a las mazmorras del palacio.
Protegida por la oscuridad de la incipiente noche, la anciana aprovechó la ausencia de los hombres para procurar un escape para la joven doctora que salvó la vida de su hija.
Scully descendió de la carreta y se dejó guiar hasta la entrada de un laberinto subterráneo que la conduciría hacia Mulder, en absoluto silencio.
La anciana, con ojos bondadosos, la guió hasta ese punto y le entregó un pequeño saco de piel con agua. Sin tener un plan magistral, intuyó que lo mínimo que necesitaba Scully para escapar, era de agua.
Scully la recibió y caminó hacia el oscuro laberinto que se abría paso tras ella.
Ella no sabía hacia donde dirigirse. Una gran cantidad de túneles subterráneos húmedos y oscuros, la conducían por lugares desconocidos... y sólo uno la conduciría hacia Mulder.
Tomando el riesgo, caminó por el pasillo central y pensaba en las condiciones que estaría Mulder y en cómo diablos saldrían de allí.
De pronto, una pequeña luz apareció en el fondo del túnel. Una pequeña antorcha, sin guardia, alumbraba la entrada de una puerta de hierro bloqueada con madera. Scully sabía que detrás de ella estaba Mulder. Haciendo uso de todas sus fuerzas, empujó los trozos de madera que obstruían el paso. Cada vez más desesperada, se apuraba hasta lograr finalmente abrir el gran portón.
Aun jadeante por el gran esfuerzo físico, su vista tuvo que acostumbrarse a la oscuridad reinante dentro de la prisión. Entró y sus pies descalzos sintieron el frío de los pisos de piedras.
No veía nada.
De pronto, percibió la presencia de alguien, la presencia de Mulder.
Con sus brazos estirados y aun inconsciente por la golpiza, Scully miró aterrada el cuerpo casi inerte del cuerpo de su compañero.
Avanzando en la oscuridad, subió desesperadamente por la escalinata que conducía hacia las cadenas que sostenía sus manos. Desesperada trataba de liberar las manos de Mulder, pero definitivamente no lo podría hacer sólo con su voluntad.
Las lágrimas corrían por su rostro y se arrojó al piso tratando de tocar en la oscuridad algo que la ayudara a soltar las cadenas.
Logró encontrar un pequeño trozo de metal y nuevamente subió la escalinata. Tratando de mantener la compostura, se concentró para tratar de forzar el mecanismo de los grilletes.
Cuando finalmente lo logró, el cuerpo de Mulder cayó al frío suelo.
Scully desesperada se arrodilló junto a él. Tocando su cara trataba de alguna misteriosa manera que volviera en sí. Sin embargo, a pesar de todos sus intentos no lo lograba. Sin más no poder lo abrazó y lloró.
Mientras lloraba, escuchó a lo lejos el débil latido de su corazón. Entonces volvió su fe y levantó su cabeza. Buscó el saco con agua y rápidamente lo abrió, mientras colocaba en su cabeza en su regazo.
Con manos temblorosas acercó el agua hacia él y arrojó el vital líquido lentamente por su boca reseca. Pensando que éste simple sistema era lo único que podía ayudarla, rezó en silencio para que él respondiera... y así lo hizo.
Un cansado Mulder reaccionó al frío contacto con el agua e instintivamente comenzó a beber.
Scully al ver por fin una reacción, sintió un poco de alivio.
Cuando al fin terminó de beber, Scully lo miró, a pesar de la oscuridad, y supo que pronto estaría bien.
A pesar del momento y de la debilidad de ambos, Scully recordó la situación en que se encontraban.
Colocó su brazo alrededor de él y lo ayudó a levantarse, mientras pesada y lentamente caminaban hacia la puerta y se dirigían por pasillo hacia la salida. Después de muchos minutos en los cuales Mulder perdía fuerza, lograron llegar hasta la puerta principal y sin hacer ruido caminaron finalmente fuera del palacio hacia la fría noche del desierto.
FIN
(Continuará)
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CRÉDITOS:
Lamento profundamente dejarlo hasta aquí, pero obvio, la V parte ya esta pensada... al igual que CC, yo desde el momento que comencé esta historia, sabía cómo iba a terminar... pero algún día terminará...
Esto está dedicado a todos aquellas maravillosas persona que me han escrito y me han dado su apoyo y prácticamente me han suplicado por la continuación... Hehehehehe... bueno... espero que esto les guste y por favor den su opinión.
Una muy importante nota, es que sin una de ustedes, es decir, sin la ayuda de una amiga esto jamás abría sido escrito... Tienen que darle los créditos a Karen Stillner, una compañera de la universidad que recientemente descubrí quien es taaaaan fanática como yo... Y porqué tiene que darle las gracias, porque yo dicté... y ELLA ESCRIBIÓ TODO!!
ĦĦĦASÍ QUE... GRACIAS KAREN!!!