MIEDO

los personajes que aqui ocupo no me pertencen a mi, sino a CC y a la Fox y no pretendo sacar porvecho de ellos

 

Mulder y Scully estaban en la oficina de Skinner, debían entregar el informe y estaban en eso precisamente cuando Scully noto que faltaban unas fotografías, se levanto con una sonrisa nerviosa y dijo

- ¿me disculpan? Vuelvo inmediatamente – sale de la oficina y Mulder la sigue

- ¿dónde vas? – pregunta

- deje las fotos en la oficina – dice mientras se mete al ascensor, una vez en la planta baja cruza el vestíbulo con pasos rápidos y grandes zancadas. Abre la puerta casi corriendo y cuando va a tomar las fotografías cuatro brazos fuertes la aprisionan y le tapan la boca, le quitan la pistola y cierran la puerta

- hola muñeca – dice uno de ellos, Scully sabe que son agentes y tiene miedo, mucho miedo, comienza a luchar mientras uno de los tipos la besa en la mejilla, logra safarse de la mano que le tapa la boca y grita, pero ellos se enfadan y haciéndole una llave que le daña la muñeca y la hace proferir un grito mudo la tiran salvajemente sobre el escritorio de Mulder, las cosas se desparraman y Scully siente como ese liquido rojo y caliente comienza a salirse de la boca

- ¿qué dices si nos divertimos los tres puta pelirroja? – Scully tiene miedo, la voltean y la aprisionan, su mano le duele como un diablo, llama a Mulder pero su grito queda ahogado en la mano de uno de ellos, comienzan por quitarle la chaqueta, ella se desespera y patea a uno de ellos en los testículos, el hombre retrocede emitiendo un grito de dolor, pero el otro es fuerte y esta todavía mas enojado, la toma de la mano con fuerza y haciéndole otra llave en la misma mano la tira contra la pared con tanta fuerza que Scully cae al suelo semiconsciente, una vez ahí los dos hombres vuelven al ataque, uno le raja la blusa de arriba abajo y teniendo sus muñecas juntas con una mano, con la otra aprieta su pecho bajo el brazier, Scully apenas puede gritar, hace esfuerzos por liberarse, el otro hombre comienza a bajarse los pantalones, su terror crece, empieza a abrirle las piernas, ella se resiste entonces la abofetea, con fuerza logra separárselas y comienza a subirle la falda. Scully murmura en su lucha

- Mulder, Mulder, Mulder, Mulder – En ese minuto se abre la puerta del ascensor, salen Mulder y Skinner y escuchan un pequeño grito de Scully, muy despacio pero claro

- ¡Mulder!– sacan las armas y se disponen a entrar, pero nadie esta preparado para ver lo que vieron. Scully tendida en el suelo, sin blusa mientras le sostienes las manos, cubierta de sangre, le suben la falda y un hombre que se ha bajado los pantalones, el otro tiene la mano en su pecho, la mujer mueve los labios, tiene los ojos cerrados, se revuelve ya sin fuerzas, esta semiconsciente

- ¡alto ahí! Levanten las manos – grita Skinner, Mulder avanza como una fiera y empuja a uno de los hombres hacia atrás, le asenta un golpe brutal al que tiene la mano en el pecho de Scully, le toma la cabeza y le habla, pero ella ya no esta allí

- ¿Scully? Scully, háblame, soy Mulder, estoy aquí – pero no hay respuesta, se quita la chaqueta y la cubre, aprieta su pelo rojo ensangrentado contra su pecho y la camisa se tiñe de rojo. Han llegado otros agentes, han detenido a los agresores, Mulder no se entera de nada, solo la levanta en sus brazos y la sube por el ascensor, todos lo miran, los paramédicos lo detienen y el deja a Scully sobre la camilla, la ve alejarse sobre la camilla rápidamente, entonces aparecen los agresores y vuelve al mundo, se va contra ellos violentamente y logra alcanzar a uno, lo golpea en el estomago, una, dos, tres veces, el hombre cae y nadie mueve un dedo por detener a Mulder, ni siquiera Skinner, nadie habla, Mulder lo patea en el suelo, entonces Skinner grita

- ¡¡que alguien sujete al agente Mulder!! – pero nadie se mueve, poco a poco se van acercando, Mulder ha ido por el segundo, el primero se retuerce en el suelo y nadie lo ayuda, todos lo miran con desprecio como si quisieran escupirlo. Logra darle un puñetazo en la cara al segundo cuando lo detienen, lucha por liberarse, pero lo empujan hacia atrás, los guardias levantan bruscamente a los hombres del suelo, Mulder esta siendo sujetado contra la pared. Skinner se para en frente de el y le pone una mano en el hombro, los agentes que lo sostienen lo sueltan

- vaya al hospital, no valen la pena y la agente Scully lo necesita – luego se dirige a todos los agentes que están ahí

- nadie ha visto nada ¿estamos todos de acuerdo? – todos asienten y a medida que Mulder va saliendo del edificio le dan palmaditas de apoyo en el hombro. Las mujeres se miran inquietas entre ellas. Skinner se dirige con pesar hacia su oficina y le dice a su secretaria

- comuníqueme con la madre de la agente Scully - ¿qué iba a decirle a esa pobre señora? “intentaron violar a su hija” “el FBI es tan inepto que no puede proteger a sus propios agentes dentro del edificio” “su hija fue atacada por agentes federales”. No lo sabia, pero ya se le ocurriría, gracias a Dios la mujer era fuerte, pero no tanto como su hija.

 

 

Mulder esperaba las noticias inquieto paseándose por el pasillo. Estaba solo, había otro agente ahí, era una mujer mayor que el, que le miraba comprensiva, en un minuto le trajo un café, lo tomo del brazo y le dijo

- siéntese, agente Mulder y trate de calmarse un poco, si se comporta así no va a poder verla – Mulder se sentó y acepto el café, pero no podía calmarse

- ¿quién? ¿quién es usted? – pregunto Mulder, la mujer debía tener unos sesenta años, le recordaba un poco una amiga de su madre

- soy la experta en casos de este tipo, he venido para darle apoyo a la agente Scully y a usted, agente Mulder, ahora tómese eso y deje de mover el pie – le sonrío y le dio unas palmaditas tranquilizadoras en su mano. Veinte minutos mas tarde la doctora salía escribiendo sobre una tablilla, se acerco a Mulder y miro a la agente, parecía reconocerla

- nos hemos visto mucho últimamente – dijo suspirando, atrajo una silla hacia Mulder y comenzó a explicarle

- mire agente, la chica no fue violada, no encontré restos de semen en ninguna parte, aunque eso es motivo de alegría ya que podrá superar el trauma mas rápidamente, esta por el otro lado las magulladuras físicas, tiene una muñeca quebrada, la izquierda para ser exactos, el tobillo derecho lastimado, y costes en la cabeza, el estomago, las manos, la espalda y la pierna, la golpearon mucho y brutalmente – Mulder no sabia si alegrarse o llorar, sus mejillas se encendían con ira otra vez, la habían golpeado mucho y habían intentado violarla.

- esta consciente pero muy asustada, es tu turno Tess – dijo la doctora cerrando los ojos, la mujer debía tener cerca de unos cincuenta años. La agente mayor se volvió hacia Mulder y comenzó a explicar

- aunque no haya sido violada, debemos suponer que el trauma ha sido mucho, por lo que no se extrañe si ella no quiere tocarlo, abrazarlo o si reacciona asustada cuando usted entre en la habitación, en caso de que grite, usted deberá salir inmediatamente, debe comprender agente Mulder que esto es muy delicado – la cabeza de Mulder daba vueltas, era un hecho en lo que todavía no había pensado, como sicólogo sabia los traumas que una violación o un intento arrastraban, las víctimas se negaban en estar en compañía de miembros masculinos ajenos a la familia. No tenían sexo durante años y se negaban a todo trabajo y… ¡no podía ser! ¡Dios!. Mulder entro despacio a la habitación, Scully se sobresalto cuando lo vio, pero no grito, el corazón de Mulder dio un respiro. Aunque el terror, el miedo, la angustia, la desesperación y el dolor se veían reflejados en los ojos de Scully. Se acerco de a poco a la cama, como temiendo romperla si se acercaba mucho, Scully solo lo miraba, no tenia huellas en la cara de haber llorad- hola – dijo sonriente, Sclly tenia su brazo izquierdo en un cabestrillo, vendas alrededor de la cabeza y en la mano

- hola – respondió secamente, tenia miedo, un miedo que la haría gritar con todas sus fuerzas si Mulder intentaba abrazarla o besarla como quería hacerlo en ese momento

- Scully, conmigo estas segura, no dejare que nada te pase ya, nadie podrá tocarte nunca mas, estoy contigo – ella no contesto y desvío su vista hacia un punto perdido

- ¿dónde esta mama? – pregunto. Mulder sentía como su corazón se partía en mil pedazos, la perdía y no por el hecho de que ella no le quisiera, sino porque ahora le tenia miedo, un miedo infundado por esos malditos.

- Skinner iba a llamarla, seguramente ya viene ¿necesitas algo? – Scully negó, necesitaba un abrazo, necesitaba un beso en la frente y alguien que le digiera que todo ese miedo que sentía se disiparía alguna vez, estaba Mulder ahí, dispuesto a decírselo, pero ella no podía, tenia miedo, pavor, las imágenes volvían a su mente una y otra vez, quería abrazarlo, pero tenia miedo

- no – contesto. Mulder suspiro y Scully supo que ese suspiro estaba cargado de culpabilidad

- Mulder – comenzó, Mulder le dirigió unos ojitos expectantes

- no quiero que pienses por ni un segundo que es tu culpa – en ese minuto se abrió la puerta y la madre de Scully se acerco a ella, la abrazo y la beso en la frente

- cariño, mi bebe, mi niña, mi hija ¡pero mira como te han dejado esos bestias! – se sentó en la cama tomándole la mano y besándosela

- hola mama – Mulder penso que Scully rompería a llorar pero se mantuvo firme, Mulder saludo a la señora y se fue, cuando salía escucho a la sicóloga y a la doctora hablar

- ni una sola lagrima Tess, en veinticinco años de carrera no había visto esto, ella es muy fuerte y seguramente no va a dejar su trabajo ¡ni una sola queja de nada! Ni siquiera de dolor, ni una maldición, nada – Mulder sintió que iba a llorar y salió corriendo de allí. ¿Nada? ¿qué había de Scully? ¿por qué no había llorado?. A la mañana siguiente se presento temprano con un globo y un oso de peluche, la pieza de Scully explotaba de flores.

- buenos días – dijo alegremente, pero Scully parecía sombría, mas sombría que nunca, jamas la había visto así

- buenos días – murmuro sin siquiera mirar lo que Mulder le había traído, cuando el se acerco para atar el globo a la cama noto como su cuerpo se tensaba y el miedo aparecía de nuevo en sus ojos, se acerco y dejo el osito en el velador

- ¿qué dices? ¿te gusta? – Scully asintió sin tomar el oso, sin sonreír. Mulder acerco una silla a la cama pero no mucho

- Skinner va a darte el mes libre, Scully, quizás seria bueno que te fueras a casa de tu madre, no se, para que no estés sola – Scully lo miro y asintió, sin una protesta

- voy a irme una semana a casa de mi madre y luego volveré a mi apartamento. Mulder sonrío

- ¿estas segura de que quieres quedarte acá? Quizás podrías dejar Washington – Scully negó

- no estoy segura de nada, quizás lo haga – Mulder comprendió lo que quería decir

- Scully, ¿sabes que estoy aquí no? Yo no voy a acerte daño, jamas lo haría, sabes que si necesitas algo estoy – ella lo interrumpió

- lo se Mulder, gracias – no quería que siguiera diciéndole lo que ella no se sentía capaz de corresponder, en otro minuto se hubiera alegrado inmensamente de las palabras de Mulder, pero ahora tenia miedo de todo y de todos, cada ruidito la hacia saltar, no podía dormir, tenia terribles pesadillas, cuando su hermano se acercaba le daban ganas de gritar para que se lo llevaran y tenia que contenerse. No sabia que iba a pasar con ella, cuando cruzara nuevamente la puerta de esa oficina, sentía el miedo recorrer por su cuerpo y salir por sus poros, sabia que Mulder se daba cuenta y la miraba con impotencia, rabia, pena, tristeza, quería abrazarla y ella quería que lo hiciera, pero si lo hacia no podría aguantarlo y gritaría, el se contuvo y ella respiro aliviada, quería dar rienda suelta a su dolor y a su miedo, pero no podía y no sabia con quien, en verdad lo sabia pero le temía a el mismo, le temía a todos los hombres, no se sentía segura estando sola con Mulder, no sabia porque pero no podía evitar sentirlo.- ¡Fox! Detente, debemos hablar – ulder volvió hacia la señora

- dígame señora Scully – la señora tomo aliento

- es sobre Dana, me tiene terriblemente preocupada, se despierta todas las noches gritando su nombre, para que usted la salve, pero en cuanto se da cuenta de que era una pesadilla cierra la boca y no consigo sacarle una palabra mas, no ha llorado, no se ha quejado, yo se que mi hija es una mujer fuerte, pero ¿una semana es suficiente para recuperarse? – Mulder negó

- no lo se, señora Scully, ella no ha hablado conmigo y me temo que aun este muy aterrada para hablar, me duele decirlo, pero me tiene miedo, a mi y a todo hombre que se le cruce en su camino, creo que debemos darle tiempo – hablaron unos minutos mas y Mulder se fue, al levantar la vista noto que Scully estaba en la ventana, con una pijama de dos piezas, miraba el horizonte a lo lejos y tenia el osito que Mulder le había regalado con ella. No sabia si eso era bueno o mal, pero debía investigarlo. Trabajaba en un nuevo caso, pero todos esos hombrecillos verdes, monstruos mutantes, hombres polillas, conspiraciones, búsquedas, verdades no tenían sentido si Scully no estaba ahí para rebatirlas, compartirlas, cerrar los ojos y asentir en la forma que ella lo hacia, ya nada tenia sentido, no si ella no estaba ahí con el. Así llego el día que Scully a pesar de las quejas de su madre volvió a su departamento. Esa noche su madre le llevo las compras del supermercado, unas películas, música y unos libros para que se en- ¿así que te gusto? – le pregunto, mas que una pregunta era una afirmación, pero cuando vio la mirada angustiada de Scully posada sobre el oso comprendió que no debería haberlo tocado, lentamente lo volvió donde estaba, quería abrazarla y besarla, pero sabia que si lo hacia solo conseguiría que ella gritara y corriera aterrorizada

- Scully, hable con el fiscal esta mañana, el tiene tu declaración pero van a citarte a declarar mañana, a las diez debes presentarte ante el gran jurado, pero si no te sientes capaz…. – Scully levanto su mano y corto la película, comenzó a rebobinarla y se fue al interior llevando el osito, la manta y la pistola con ella. Pero no dijo una palabra

- lo haré – fue todo lo que dijo y salió nuevamente al salón, Mulder continuaba sentado en el sillón, no se atrevía a moverse, no quería asustarla mas de lo que ya estaba, ella ya no venia con la pistola y eso era un signo de mas confianza

- el fiscal quiere hablar contigo antes, pasare por ti a las ocho ¿de acuerdo? – ella asintió y tomo el helado que tenia en el suelo, había tomado unas pocas cucharadas nada mas. Lo guardo en la heladera y tomo un montón de películas

- me preguntaba si tu podías…. – Mulder la interrumpió extendiendo la mano para tomar las películas, pero ella fingió no verlo y dejo las películas sobre la tele. Entro nuevamente a la habitación y salió cargando la manta. Como una niña pequeña, muy asustada

- Scully, te ves muy pálida y estas muy flaca ¿te sientes mal? – ella negó, no lo miraba a los ojos, no desde que la habían atacado y antes solía ser Mulder quien no se atrevía a mirarla a los ojos. No hablaba, no sabia que tenia en frente, pero aquello no era Scully. Tomo las películas y trato por ultima vez

- ¿quieres que vayamos a comer algo o que te traiga algo? – ella negó y espero parada que el saliera, se balanceaba ligeramente. Cuando salió Mulder sintió como muchos cerrojos se cerraban tras su espalda, cerrojos, pedazos de metal que le daban mas seguridad que el. Scully corrió hacia la ventana apretando su osito entre los brazos, aun sostenía la manta, observo como Mulder caminaba hacia su auto, volteaba para mirar la ventana de Scully, dudaba unos minutos y se subía al auto, entonces Scully, como todas las noches se echo en un ricon, con todas las luces apagadas, entre la cómoda y la pared, acurrucada en posición fetal y silenciosamente dejo salir su miedo. Mulder estaba en la tienda de las películas, miraba las de comedia, se preguntaba si debería llevarle algunas a Scully y la llamo por teléfono, pero por mas que lo dejo sonar ella no contesto, comenzó a preocuparse, la llamo al teléfono celular y tampoco contesto, entonces corrió hacia su auto y acelero a casa de Scully, una vez frente a su puerta cas- Scully, tranquila, soy yo Mulder – ella no contesto, quería prender la luz, pero cuando dirigió su mano al interruptor Scully profirió un pequeño grito, Mulder retrocedió. No sabia que hacer, si se acercaba un poco mas conseguiría matarla de un susto, pero no podía dejarla ahí, sola. Se sentó en el suelo, frente a ella pero manteniendo la distancia, se apoyo en su cama

- Dana, ¿por qué no sales de ahí? Esta helado y te hace mal – ella no contesto, tampoco se movió

- ¿quieres decirme como te sientes? – no hubo respuesta. Entonces hizo algo cruel, pero necesario, le patria el alma hacerlo, pero debía hacerlo, por ella

- tienes miedo, estas aterrorizada a muerte, desconfías, deseas terminar con tu vida, vagas y las imágenes vienen a tu mente, tratas de sacarlas, pero te persiguen, cada pequeño ruidito- Scully comenzó a revolverse donde estaba

- Mulder, para – dijo, pero el no podía parar

- cada pequeño ruidito te asusta a muerte, dejas caer las cosas y no sabes porque, yo te asusto como nunca pensaste que te podría asustar, necesitas a alguien pero temes salir de esta casa, temes que vayan a atacarte otra vez y esta vez lo consigan, temes – ella volvió a interrumpirlo

- Mulder, para, porfavor – su tono de voz iba elevándose

- temes por tu vida, temes que nunca puedas ya dejar de sentir ese pánico que te recorre las venas, ya solo queda el miedo y la oscuridad te ayuda a esconderte, pero sabes que si te buscan te encontraras y te balanceas tratando de calmarte - - ¡¡para!! MULDER, ¡¡¡¡TE LO SUPLICO!!!! – grito Scully llevándose las manos a la cabeza, Mulder no podía detenerse, no ahora

- quieres llorar, pero temes que si lo haces te escucharan y vendrán por ti, temes que si duermes puedan pillarte desprevenida, sientes que tu arma es lo único que te protege, sientes que no tienes fuerzas, sientes que el miedo acabara por matarte algún día, sientes que morirás ahogada con esta angustia -

- MULDERRRRR, ¡¡DETENTE!! – grito corriendo hacia el baño, Mulder trato de darle alcance, pero ella fue mas rápida y cerro la puerta con llave. Mulder sentía que lo odiaría por siempre

- Dana, se que me temes, pero jamas te haría daño, nunca, jamas te tocaría el pelo sin antes pedirte permiso, jamas y sabes que es verdad pero me tienes miedo, no debes dejar que el te venza, tu debes ganar esta batalla – Scully callo apoyándose en la puerta del baño

- yo no puedo, Mulder, NO PUEDO – Mulder suspiro

- si puedes, si abres la puerta habrás roto el ciclo, habrás dado un paso, no te dejare sola Dana, no pasaras por esto sola y si tengo que quédame en pie a tu lado todas las noches, lo haré, solo abre esa puerta, hazlo por ti, por mi, por tu osito – nada sucedía, había una batalla interior en ella, comenzó a sollozar y Mulder podía oírla, pero no podía hacer nada, sabia que estaba apoyada en la puerta

- vamos, sal de ahí – le decía

- yo….. – decía ella, pero era interrumpida por los sollozos

- vamos, tu puedes hacerlo, solo tienes que girar el picaporte, no te tocare si no quieres, no te abrazare si no quieres, pero no puedo dejarte sola – callo, pasaron los minutos y nada pasaba, nada, quince minutos y nada, ni un solo ruido, veinte minutos y nada, veinticinco y de pronto un pequeño ruido, Mulder se levanto y con alegría vio que el picaporte comenzaba a moverse, poco a poco, lentamente se abrió la puerta y la vio parada allí, con la cara enronchada, fría y tiritando, balanceándose. Mulder no dio un paso hacia ella, si quería podía volverse a encerrar y el no quería eso, pero fue ella la que avanzo hacia el y lo abrazo fuertemente, Mulder sonrío y le dio a su alma un suspiro, la abrazo fuertemente, como si no quisiera dejarla ir nunca y la beso en los cabellos. Tiritaba, se sacudía en violentos sollozos, estaba fría, pero eso ya no importaba, estaba con Mulder y el con ella. No saben cuanto tiempo estuvieron así, abrazados, Scully no podía para de llorar, ni de tiritar y Mulder no daba luces de d- ¿Mulder? – hablo Scully

- ¿si Scully? – contesto el

- ¿podrías ir por mi oso? – Mulder sonrío y se levanto, le tendió el osito y ella se abrazo a el. Luego comenzó a hablarle, pausadamente y con mucho esfuerzo, a resumir con cada detalle del horror que había vivido, esos días posteriores, el miedo, le dijo todo lo que jamas se creyó capaz de decir. Cuando termino le tendió la mano y Mulder se la tomo

- quédate conmigo – le dijo, el sonrío

- lo haré – se acomodo a la silla y luego de media hora la observo dormir. Cuando Scully despertó Mulder dormía sobre la silla, eran las seis pero ella ya no podía dormir mas, pero eso no importaba ya, Mulder estaba con ella. Se levanto y lo beso en la frente, luego camino hacia la ventana y clavo la vista en el sol. Cuando Mulder despertó aun estaba allí, con el pelo desordenado y el osito entre sus brazos, se acerco a ella, pero no la toco, ella sabia que el estaba allí y quería darse vuelta y abrazarlo, pero tenia miedo

- ¿cómo le pusiste al osito? – ella se lo enseño, le enseño los ojos color verde y suspiro

- Fox – dijo simplemente, pero Mulder no necesitaba mas, daba igual si no podía acostrase con ella en 10 años, había esperado siete años para escuchar esas palabras y no pensaba perderlas por nada, Scully no lo miraba, pero sonreía ligeramente

- ¿quieres que me quede? – pregunto el, ella asintió

- ¿quieres que me quede para…? – pero ella no lo dejo terminar, retrocedió unos pasos y apoyo su cabeza en su hombro, mirándolo a los ojos por primera vez en mucho tiempo, dejándole ver el dolor y su alma le susurro

- quédate para siempre, Fox – entonces el la abrazo y dijo

- puedes contar con ello, Dana – y ambos sonrieron

 

 

FIN