UNA NUEVA COMPAÑERA   UNA NUEVA COMPAÑERA   UNA NUEVA COMPAÑERA

 

Autora: alejandra.
Tipo: shipper, death character.
Que se sepa que Mulder, Scully y cia. No son míos pero tampoco quiero tener a todos los shippers en contra (va por usted Chris Carter).
Lo escribí antes de que saliera la película en cine, pero había leído el libro. No me he fijado mucho en el detalle de la conspiración (es más puede que ese tema no esté muy bien tratado), así que no me juzguen por eso. 
Sugerencias y demás a: alexsabadellARROBAhotmail.com




UNA NUEVA COMPAÑERA.

En algún lugar de Washington D.C.

El gran coche negro se había parado en un callejón esperando a que la figura oculta en la oscuridad emergiera y subiera al asiento trasero. La única pista por la que se deducía que había alguien era una pequeña brasa que lucía e la oscuridad. La brasa se cae al suelo y la sombra de un zapato la apaga. Inmediatamente después el hombre que fuma sube al coche, en él se encuentra un fornido hombre vestido con un traje negro con corbata del mismo color.
- Buenas noches - murmuraron los labioss del hombre ocultos tras un espeso bigote.
- Espero que no me haya hecho venir en vano Sr. Strughold, - replicó con brusquedad el hombre que fuma, - tengo unos asuntos pendientes.
Tras una breve pausa Strughold comenzó a hablar.
- Se trata de La Alianza, - con voz preeocupada continuo - algún pirata informático se ha dedicado a introducirse en mis archivos, y ha conseguido sacar copias impresas de "los contratos", y de lo que más me preocupa, la fórmula de la vacuna.
El hombre que fuma frunció el entrecejo, y mirando hacia el chofer con expresión preocupada comenzó a decir:
- ¿No se habían destruido esos archivoss tras lo sucedido en Dallas?, le recuerdo que si esos documentos salen a la luz será el fin de la humanidad, - hizo una pausa y continuó - ¿saben quién es el pirata?
Strghold le pasa un sobre con la foto y el historial de una mujer joven de unos veinte años.
- La sobrina de Skinner- dice el hombree que fuma tras haber ojeado el historial - he oído que ha entrado en el FBI-
- Efectivamente - continuó el otro - quuiero que parezca un accidente.
- Entendido.
Con cierta resignación el hombre que fuma sale del coche, cuando acaba de salir Strughold le coge de la mano y le detiene.
- He oído que se la van a asignar de coompañera a Mulder y Scully, espero que esta vez no haya ningún problema.
Con la voz turbada responde el hombre que fuma: - Esta vez no -.

Cuartel General del FBI
Edificio J. Edgar Hoover
Washington.

El despacho de Skinner estaba cerrado, una vez más, Scully se mira al espejo atusándose la espesa mata de cabello rojizo, y luego, mira con preocupación el reloj, Mulder se está retrasando; a ella tampoco le hace gracia que les asignen una nueva compañera, pero por lo menos ella ha llegado a tiempo. Cuando se disponía a entrar, oye con alivio que la puerta de la antesala del despacho de Skinner se abre, y Mulder, desaliñado y sin su habitual corbata aparece detrás de ella.
- Así no dudo en que no le vas a ofreceer una buena imagen, - comentó ella en un tono un cierto jocoso, -¿no te podrías haber arreglado un poco?
- Para qué, - dijo él - ¿no te habrás oolvidado de lo que nos hizo nuestro último compañero?...¿no se llamaba Crychek? - la miró con una cara inexpresiva como solía hacer, pero sus la expresión de sus ojos revelaba victoria.
- Tú ganas, - dijo ella levantando las manos en señal de abandono, - no quiero discutir contigo, entremos.
Respiró hondo antes de llamar.
- Adelante agente Scully, - dice la vozz de Skinner desde dentro.
Scully entra con Mulder siguiendola de cerca.
- ¿Cómo supo que era yo señor? - pregunntó con un tono un tanto sorprendido.
- Mulder suele entrar de golpe; y empezzar a amenazarme, - dijo él.
Scully mira a Mulder, la cara de él sigue tan inexpresiva como antes, pero sus movimientos delatan impaciencia; se había sentado en un sillón, al oír las palabras de Skinner se levanta y dice:
- Bueno, basta de bobadas, ¿dónde está nuestra compañera?. - la palabra compañera la dijo con un tono tan irónico que se le estremeció la carne a Scully.
- Debe estar al llegar, - dijo Skinner controlando su ira.
En ese momento llaman a la puerta, una mujer joven, morena alta y avispada entra en la habitación, rebosa alegría por todos lados, tiene una sincera sonrisa en la boca. Se va directa a Scully y a Mulder, primero estrecha la mano de ella y luego la de él, que es ofrecida con desaire.
- Scully y Mulder, supongo - dijo, - noo saben cómo ansiaba conocerles, me llamo Katherine White, aunque pueden llamarme Kath.
- Encantada de conocerte Kath, - dijo SScully tras una pequeña pausa, - no hace falta que me trates de usted, al fin y al cabo vamos a ser compañeras.
Scully vio cómo Kath dirigía una mirada amistosa a Mulder y éste la rechazaba apartando la vista. Scully se precipitó a decir algo para que Kath se sintiera mejor.
- No te preocupes, pero es que el últimmo compañero que tuvimos le... nos traicionó e intentó matarle. Ahora vayamos fuera.
Scully y Katherine salieron de la habitación, Mulder se quedó dentro para hablar con Skinner.
- Es muy joven, - comenzó - ¿cómo ha poodido caer tan bajo ya?
- Agente Mulder, - dijo Skinner- lea suu ficha y comprenderá.
Mulder paseó la vista por la ficha, de repente reparó en que los apellidos de la joven eran White Skinner, lo que significaba que era la sobrina de Skinner.
- ¿Porqué con nosotros? - preguntó entonnces.
- Ella me lo pidió, - dijo Skinner- yo mme iba a negar, pero ha seguido su trabajo a lo largo de todos éstos años, y tenía ganas de conocerles, admira su trabajo y... bueno, me ha dicho que le puede ayudar a encontrar la verdad y ha hacerla conocer a la opinión pública, - al ver la expresión de Mulder, Skinner continuó- yo no la he creído, pero sólo le quiero decir que la cuiden, y que no lea va a traicionar. 
Por un momento Mulder sintió compasión hacia Kath y dijo a Skinner cuando se iba un "no se preocupe", que a Skinner le pareció más un "sus días están contados", pero lo dejó marchar. Fuera le estaban esperando Scully y Kath.

Arlington
Washington DC

Mulder estaba tumbado en el sofá con los brazos detrás de la nuca y miraba al techo, donde había un par de moscas peleándose; de repente sonó el timbre de la puerta, él lo dejó sonar dos veces, y a la tercera ya se levantó pesadamente y abrió la puerta justo cuando el timbre sonaba por cuarta vez. El ver a Scully allí detrás y no a ningún cobrador le hizo sonreír.
- ¿Estabas dormido? - preguntó ella.
> - No, pero casi, - dijo él con voz roncaa, - ¿qué haces aquí?
- Mulder, es una buena chica.-
- Es la sobrina de Skinner, - dijo con ddesprecio.
- Lo sé, ella me lo dijo.
- Hombre, por lo menos ha sido algo sinccera, - dijo él tirándose al sofá mirando al techo.
- Vamos Mulder, no seas cruel, tiene bueenas intenciones.
- ¿A sí? - dijo él incorporándose - ¿Acaaso te ha dicho que tiene pruebas materiales de la verdad, que te conoce mejor que tú misma y que en sus ratos libres es una pirata informática?- preguntó con odio.
Ella, tranquila, le miró fijamente a los ojos y le dijo:
- ¿Realmente crees que es tan mala?.
> - Scully, ella no ha vivido ni la mitad de cosas que hemos vivido nosotros, ¿tu crees que puede tener alguna idea de cuál es la verdad que estoy buscando?.
- No debemos juzgarla tan pronto, ahora he de irme.
- No, - suplicó él- por favor quédate. Ella se acercó a él; él todavía sentado apoyó la cabeza en su cintura mientras ella jugueteaba con sus dedos entre el cabello de él.
- No quiero que nos vuelvan a separar jaamás, - dijo él con voz temblorosa, como si tuviera miedo.
- Te aseguro que no lo harán, no lo haráán.

Dupont Circle
Washington DC

El parking del apartamento olía a coche viejo, la agente White arrugó la nariz al salir de su vehículo. Nunca se acostumbraría a aquél olor. Estaba cansada, así que en vez de ir por las escaleras, se dirigió a los ascensores. De repente, de detrás de una columna un hombre salió, la agarró por detrás inutilizándola un brazo y tapándole la boca con la otra mano; mientras ella intentaba desasirse de su captor, éste le susurró algo al oído.
- Tenga cuidado señorita White, las prueebas que tiene la pueden matar.
Por fin la soltó, esta iba a correr hacia el ascensor cuando el hombre la detuvo y le dio a la mano un pequeño paquete envuelto en papel de regalo, ésta lo miró con sorpresa y miedo, ¿y si era una bomba?.
- Déselo al agente Mulder, le traerá reccuerdos.
Se quedó mirando cómo el hombre se sumía en la oscuridad del garaje.
Una vez en su apartamento la agente dejó el abrigo sobre el sofá, miró el misterioso paquete, no abultaba más que un paquete de cigarrillos, lo dejó sobre la mesa.
Mientras se duchaba, una frase rondaba por su cabeza, "le traerá recuerdos", ¿porqué?, ¿porqué le iba a traer recuerdos lo que seguramente fuera un paquete de cigarrillos?. Mientras se secaba el pelo con la toalla decidió echar un vistazo a las notas que tenía sobre él; no encontró nada. Se acercó al teléfono, sacó su agenda del bolso y marcó el teléfono de Mulder. La voz del agente sonó al otro lado de la línea.
- Mulder - dijo la voz.
- ¿Agente Mulder?- dijo ella - soy la aggente White.
- Sí, la he reconocido, - dijo con voz dde pesadez.
- Me ha pasado algo increíble, hoy en ell aparcamiento, un hombre me ha inmovilizado y me ha dado un paquete envuelto, que parece de cigarrillos para usted, me dijo que le traería recuerdos.
- ¿Cigarrillos? - preguntó él miedosamennte.
- Bueno, no lo he abierto, pero lo parecce.
- Ábralo y dígame la marca, - dijo él. Ella lo abrió temerosa, miró el paquete y leyó la marca Morley's, rara para alguien como Mulder.
- Es Morley's - dijo ella.
- Salga ahora mismo de su casa y valla aal bar de Casey, me reuniré con usted.
- Pero... - replicó ella.
- No diga nada - ordenó él - ¡ah!, y traaiga las pruebas de las que tanto me ha hablado.
Katherine corrió angustiada hacia el cajón de su ropa interior, extrajo un diskete de entre sus sujetadores e hizo una copia, luego salió a la calle y pidió un taxi.

Bar de Casey
Sudeste de Washington DC

Fox Mulder estaba sentado en la barra cuando la agente White llegó, en ese momento él se dirigió hacia uno de los apartados, ella le siguió. Una vez se habían sentado la camarera llegó a tomarles nota, encargaron las bebidas y, cuando se las sirvieron comenzaron a hablar.
- Deme el paquete, - dijo él.
Ella se lo dio, él lo abrió con impaciencia; en el paquete había unas cuantas fotos de tamaño reducido, la mayoría eran de su hermana, pero la que más le inquietó, y por la que se tuvo que morder el labio para no llorar, era una foto bastante oscura, en la que se veía a la agente Scully limpiándose la sangre de la nariz.
- ¿Hay algún problema?- preguntó Kath, -- ¿qué son esas fotos?.
- ¿Puedes describirme al hombre que te aatacó?
- Era alto, pelo cano, nariz grande, y llas manos le olían a tabaco una barbaridad.
- El fumador, - murmuró él.
- ¿Quién?
- Nadie, ¿has traído las pruebas?
- Sí, - dijo y comenzó a rebuscar en el bolso, - toma - dijo dándole un diskette.
- ¿Qué hay aquí?
- Son unos documentos cifrados, y una fóórmula, se refieren a ella como la vacuna, y a los documentos como la Alianza, ¿qué es todo esto agente Mulder?
- Gracias ante todo, y lo que es ya te llo contaré. Aunque ya deberías saberlo ¿no?.
- La verdad es que no se nada, sólo lo qque usted ha comentado en televisión de la conspiración del gobierno y todo eso.
- No pasa nada, ahora vámonos.
- ¿Adónde?
- A casa de la agente Scully, no puedes dormir en tu casa.

Edición del Tirador Solitario.
¿Dónde?

El lugar estaba oscuro, mientras llamaba a la puerta, Mulder recordaba todas las veces que había estado cerca de la verdad, y cuantas veces la había perdido, por culpa del fumador, o de otros, pero nunca lo había conseguido, ahora todo dependía de la discreción con que lo llevara, así que sólo podía recurrir a ellos.
Frohikie abrió la puerta y le dijo que pasara.
- ¿Qué necesitas? - dijo Byers.
- Leer lo que hay en este diskette, estáá cifrado.
- Creí que era algo difícil - dijo Langlly.
- Y que me hagáis la fórmula que aparecee en el diskette.
- ¿Qué la hagamos?- dijo incrédulo Byerss - pero si no somos científicos.
- Pero conocéis a gente que la puede haccer, - replicó Mulder con un aire de súplica en la voz.
- Está bien. Mañana la tendrás por la maañana.

Cuartel General del FBI
Edificio J. Edgar Hoover
Washington DC

El ascensor estaba plagado de gente. Katherine miraba a Dana Scully como compadeciéndose de ella; esa mañana Mulder no se había presentado a la reunión que tenían con su tío. El ascensor por fin llega a la última planta. La mayor parte de la gente se baja en ésta, pero ella y la agente Scully siguen hacia la plante del garaje.
- ¿Cuántas veces te ha hecho esto? - preeguntó la agente White avanzando un paso hacia Scully.
- ¿A qué te refieres? - dijo Scully.
> - A no venir a una reunión, y tener que justificarle.
- No muchas, pero no me importa, cuando no acude suele tener una buena razón.- la voz de Scully sonaba como si se diera cuenta de que estaba mintiendo de la manera más descarada.
- Ayer, antes de que me llevara a tu cassa yo... le di un diskette con unos documentos y una...
- Ya lo sé, - interrumpió Scully - me loo dijo.
- Debe confiar mucho en ti - dijo Kaheriine con una clara doble intención.
- Nuestro trabajo nos lo exige.
El ascensor llegó a su destino, planta inferior. La agente Scully hizo una seña a Kath de que se quedara allí, y ella fue a por el coche. Se disponía a abrir la puerta cuando un hombre por detrás la golpeó con una barra en el hombro, ella sintió una punzada, y se desplomó sobre el coche, inmediatamente después rodó hasta el suelo. El agresor le robó las llaves y subió al vehículo. Se dirigió hacia el lugar donde estaba la agente White, y paró en un lugar donde la sombra invadía el espacio del conductor de manera que Kath no le viera. Sin dudarlo un momento Katherine subió al coche y lanzó una exclamación ahogada cuando vio un arma apuntándola desde el siento del conductor. 
- Volvemos a encontrarnos - dijo una vozz desde la sombra.
- ¿Q...quién es usted? - preguntó miedossa Kath.
- Eso no importa, lo que quiero es el diiskette.- replicó el hombre.
- No... no lo tengo, se lo di a Mulder.<
Por un momento las luces de otro coche enfocaron al agresor; el Fumador tenía una expresión de medio pánico e ira en el rostro.
- Muy bien, - dijo - baje del coche,- orrdenó y ella obedeció sin rechistar. -Dése la vuelta- continuó el fumador - va a darle un mensaje al agente Mulder, le dirá que no le volveré a dejar escapar y ¡ah, sí! Dígale también que sabemos qué es lo que necesita para vivir, y si se lo hemos quitado una vez, lo haremos otra, y otra hasta que ceda. Ahora vallase.
La agente echó a correr hacia la salida. El coche la embistió por detrás, ella rodó por el parabrisas, luego el techo, la parte trasera y finalmente el suelo. Se quedó inconsciente en medio del garaje.
El agente Mulder entraba en el garaje, cuando un coche casi lo arroya, reconoció la matrícula de Scully y corrió para ver qué había pasado. Llegó al lugar donde yacía la agente White, comprobó que tenía pulso, la apartó hacia un lado, colocó su chaqueta debajo de la cabeza de la joven y se fue al lugar donde Scully solía aparcar. Encontró a la agente boca abajo. Había un pequeño charco de sangre bajo ella. Asustado la volvió, la nariz de la agente sangraba a borbotones. Tenía pulso, dándole palmaditas en la cara la empezó a reanimar.
- Scully - decía - vamos Scully.
Scully abrió los ojos e intentó incorporarse, él la ayudó; la agente se llevó la mano al hombro, y luego a la nariz. Él sacó su pañuelo del bolsillo de la camisa y le limpió la sangre.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó él.
- Alguien me ha golpeado por detrás y see ha llevado el coche, - la voz de ella sonaba como de payaso tras el pañuelo.
- ¿Y la nariz? - dijo él.
- Debí golpeármela contra el suelo al caaerme, - dijo ella, - ¿y la agente White?
- Está allí, - dijo señalando a la salidda, - la han atropellado, está inconsciente.
Ella le miró acusadoramente, como riñéndole por haberla dejado sola, pero al mismo tiempo agradeciéndole que la hubiera buscado a ella primero. Mulder ayudó a Scully a que se levantara y se encaminaron hacia el lugar donde estaba la agente White. La nariz de Scully había dejado de sangrar, pero tenía mal aspecto. Tenía un tono morado que ponía nervioso a Mulder; le traía malos recuerdos.
Llegaron a donde estaba Katherine. Scully se arrodilló a su lado y empezó a darle golpecitos en las mejillas.
- Kath, ¿puedes oírme? ... Katherine, reesponde.
Los ojos de la agente se fueron abriendo poco a poco, al verles intentó incorporarse, pero en la caída se había roto unas costillas y no podía moverse. Mulder llamó a una ambulancia, que tardó pocos minutos en llegar, la agente White fue trasladada al hospital en la ambulancia. Mulder llevó a Scully en su coche. Ella no quería pero él le había dicho - Tienen que verte esos golpes, - y ella no se negó.

Hospital Washington Memorial
Washington D.C.

Mulder estaba sentado en una silla mientras una enfermera extraía un coágulo de sangre de la nariz de Scully y le introducía un algodón; Scully tenía un brazo en cabestrillo y la nariz escayolada, y tan solo la habían golpeado una vez. La agente White, que había sido atropellada, debía estar como una momia.
Cuando la enfermera acabó con Scully, ésta se dirigió a Mulder que la miró con una mirada cariñoso-compasiva. Sin dirgirse la palabra fueron a la habitación de la agente White. Era la habitación que estaba al lado de la escalera. Llamaron a la puerta antes de entrar. La agente White estaba despierta. Tenía puesto suero, oxígeno y se veía que le habían vendado las costillas.
- Hola, - dijo con la poca voz que teníaa.
- Hola, - dijo Scully - ¿Cómo te encuenttras? - se sentó a su lado en la cama.
- Bien, - dijo Kath. Mirando hacia Muldeer dijo, - tengo noticias, malas y peores.
- ¿Cuáles?- preguntó él acercándose a laa cama y apoyando la mano en el hombro sano de Scully.
- Las malas, - dijo y tragó saliva, - soon que saben que tú tienes el diskette, - hizo una pausa para recuperar el aliento, - y las peores son que "el fumador" me dijo que no te dejará escapar otra vez, y algo así como que lo que necesitas para vivir te lo pueden volver a quitar hasta que cedas, - paró y tragó saliva de nuevo.
Al oír éstas palabras Mulder apretó el hombro de Scully y aguantó las ganas de gritar. Ésta se dio cuenta y le acarició la mano para tranquilizarle.
Irrumpió en ese momento Skinner, se acercó a su sobrina y estuvo hablando con ella un rato, mientras Mulder y Scully esperaban en el pasillo.
Salió de la habitación y se dirigió enfadado hacia ellos.
- Lo único que les pedí era que la cuidaaran - dijo acusadoramente, - es el segundo día que está con ustedes y ¡mírenla!, en la cama de un hospital.
Scully quiso intervenir pero Skinner la interrumpió.
- No diga nada, ahora mismo voy a cambiaarla de departamento, - dijo y se fue sin más dilación.
Scully y Mulder se miraron sorprendidos por la reacción de su jefe.