Cuestión Personal

Disclaimer estos personajes no me pertenecen (más quisiera yo) son propiedad de la Fox, GA, DD Y por supuesto, al cerebro superdotado de CC.
Spoilers Toda la serie, sobre todo Christmas Carol y Emily.
Resumen Mulder descubre la verdad sobre lo que le sucedió a Emily y le da una salida a Scully.


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Apartamento de Mulder 12:51 p.m.
Cuando Mulder llegó a su apartamento se encontró a Scully trabajando en unos informes médicos. Extrañamente parecía que no había llorado, e incluso sonreía un poco. Sabía que lo estaba pasando muy mal. Y Mulder ahora no era de mucha ayuda, después de lo que le había dicho el fumador estaba totalmente desconcertado, a cada momento se decía que no podía confiar en él, que siempre lo traicionaba, luego pensaba en Scully y en la posibilidad de que tuviera razón y que se derrumbaría si su "hija" verdadera moría otra vez. Estaba dividido entre cabeza y corazón.
Como Mulder ya había sospechado la historia que le contó Scully era exactamente la misma que la que le contó el fumador que encontraría. Le contó que la sustancia contiene un aminoácido que nunca se había visto antes, si se que se podía catalogar cómo prótido. Y que en sus análisis habían encontrado ese enzima en pequeñas cantidades, muy inferiores a las encontradas en la niña.
También le dio vagas alusiones a que todas podía ser clones de una original, pero no lo dijo abiertamente, Mulder supuso que para que él no creyese que ella pensaba en la posibilidad de encontrar a si hija verdadera. Pero Mulder la conocía demasiado bien como para saber lo que pasaba por su mente.
Scully le miró con complicidad antes de recoger los informes del suelo y ponerlos dentro de la carpeta amarilla. Después se acercó a él y le dio un tierno beso en los labios.
-Buenas noches, y.... gracias.
Esto último lo dijo muy bajito, como si temiera romper la suavidad del momento. Dicho esto se fue al dormitorio de Mulder para cambiarse.
Mulder no le había dicho nada de quedarse a dormir en su apartamento otra vez y se quedó gratamente sorprendido cuando vio que Scully se decidía a quedarse en su cama de agua otra noche más y ponerse su camiseta de los Nicks como pijama. Pero dadas las circunstancias pensó que era lo mejor.
Mentira.
Le había encantado que Scully hubiera decidido quedarse a dormir esa noche también, era como si no tuviese miedo de decirle que prefería estar con el a estar sola, que lo necesitaba. Tanto como el a ella. Y eso bastaba para derretir a Fox Mulder.

30 de Septiembre
Despacho del senador Matherson.
9:25 a.m.
-Pase agente Mulder. El senador le recibirá ahora.
Mulder dirigió una tímida sonrisa a la chica rubia que ahora le abría la puerta del despacho. Entró sin más preámbulos. El senador estaba mirando a la ventana con las manos en la espalda de espaldas a el.
Mala señal.
-Gracias por re....
-Agente Mulder, creí que en nuestra última conversación le deje bien claro que esa sería la última, y pensé que lo había entendido.
-Si señor, pero y....
-No se si da cuenta de los peligroso que resulta esto para mi, podría quedar seriamente comprometido
En ese momento se giró para mirarlo, se sorprendió por que parecía que Mulder no había dormido mucho últimamente, y noto, solo por un momento, un atisbo de preocupación y tristeza en sus ojos.
-Lo se señor, y no habría venido si no fuera un asunto muy importante.
-¿No puede recurrir a otros canales?
-No –le dijo sin dudar, ahora le miro a los ojos- es una cuestión personal.
El senador volvió a ver esa preocupación en sus ojos y se convenció de que tenía que ayudarle. Le señaló a Mulder la silla y el se sentó en frente, con las manos cruzadas dispuesto a escuchar cualquier historia fantástica que él quisiera contarle. No estaba preparado para lo que oyó.
-¿Quiere decir que hay por ahí un montón de hijas de la agente Scully que están siendo eliminadas?
-No, solo son clones de una original, por así decirlo –dijo con desdén, Mulder odiaba referirse a "Emily" como la original, y más tratándose de la hija de Scully, aunque solo fuera biológicamente. Cada vez que recordaba lo que le habían hecho y lo que había tenido que sufrir le daban unas ganas incontrolables de coger al fumador y a todos los demás y pegarles un tiro en la sien. Aunque eso no cambiaría nada, se decía, a si que dejaba que esos sentimientos lo abandonaran. Últimamente cada vez le costaba más
-¿Y que es lo que quiere que haga yo?
-Necesito una dirección, senador, y se que usted puede conseguírmela.
-¿Para que la quiere? Si tenemos en cuenta lo que me ha contado que le dijo ese personaje eso sería su perdición, y también la de la agente Scully.
-Yo no he dicho que vaya a ir allí personalmente.
El senador abrió más los ojos y lo miró, intentando descifrar esa medio sonrisa con la que le estaba mirando Mulder. Y supo que una idea le rondaba la cabeza, y que si el no le ayudaba la llevaría acabo por otros medios, aunque con un riesgo mayor. Sabía que a Mulder no le ganaba nadie a cabezonería.
-Sabe que puede correr mucho peligro, agente Mulder, ellos sabrán que usted se la ha llevado.
-Correré ese riesgo, señor.
-¿La quiere, verdad agente Mulder?
Mulder se limito a mirarlo a los ojos, confirmándolo en silencio.
-No puedo ayudarle agente Mulder, lo siento.
El senador se levantó de la silla y le dio la mano a Mulder, que no parecía muy contrariado por la respuesta del senador.
-Lo entiendo, señor. Pero es una lástima.
Giró el pomo de la puerta para abrirla cuando el senador le dijo algo:
-No la pierda, agente Mulder, por que en un mundo de locos ababa perdiendo el que se deja dominar por la locura.
Mulder le dedicó una breve pero amigable sonrisa, sabiendo que el senador había hecho todo lo que había podido, incluso arriesgando su posición. A menudo se preguntaba si en su situación él abría ayudado a un siniestro agente del FBI que vencía a contarle historias de marcianos, clones y hermanas desaparecidas. No sabría decirlo. Si no hubiera desaparecido Samanta ahora quizá las cosas fueran distintas y él llevaría una vida completamente distinta (y cuando digo distinta quiero decir normal). Aunque quizá Scully y él no se habrían conocido, y ese pensamiento hacía que desechara la idea de inmediato, prefería ser abucheado y tener que vivir día tras día con respuestas ambiguas y verdades a medias antes que no haber conocido a Scully.
Irónico pero cierto.
Y también sabía que decía estar inmensamente agradecido a ese hombre por confiar una y otra vez en él. Por que esa misma tarde Mulder recibió un pequeño paquete de Morleys en su puerta, con una dirección en su interior.

Spookane, Washington D.C.
Almacén de residuos, 6:54pm
Claro que no podía entrar ahí y decirles simplemente "vengo a llevarme a la niña, es que este clima no es bueno para ella". A si que tenia que pensar un plan, y rápido, por que el fumador no podría retrasar mucho lo que hubieran pensado hacerle a la niña ahora que saben que es "perfecta". Y solo había otra persona en quien confiara y que estuviera dispuesto a ayudar a Scully arriesgando su posición y su vida en ello.. Y le contó el plan. Y, si bien al principio le dijo varias veces que estaba loco, aceptó. Y le ayudó a perfeccionarlo. Y confió en él. Y Mulder le estuvo infinitamente agradecido.
Bueno, había llegado ala hora. Mulder no sabia si esto iba resultar, pero era lo mejor que tenían. Y ya no había tiempo para nada mejor. No les constó mucho alquilar esa vieja camioneta, ni tampoco convencer a Skinner para que se vistiera de repartidor, ni a Mulder prometerle a los chicos que después de todo esto se tomaría unas vacaciones. Lo que le costó muchísimo fue convencer a Scully para que se quedase en casa esa tarde y no le acompañara. Mulder sabía que ella notaba que tramaba algo, Scully lo conocía demasiado bien para saber que no salía solo para "despejarse" , pero también noto que él estaba inquieto y que no la dejaría acompañarle por nada del mundo, a si que decidió que lo mejor seria dejar que Mulder siguiera su camino.
-¿Está listo?
-Si –contestó Mulder, un poco sobresaltado. Casi no pudo reprimir una pequeña sonrisa al ver la pinta de Skinner: no todos los días se ve al todopoderoso jefe adjunto Walter Skinner vestido con mono azul y una gorra sucia. Era más bien cómico.
-Una risitas más, agente, y seguirá solo.
-Lo siento, pero nunca me acostumbraré a verlo así vestido.
-Más le vale, por que no va a volver a verme así nunca.
Se alejó mientras comprobaba que todo estaba correcto y subió a la camioneta. Se puso al volante y le indicó que ya estaba todo. Mulder le dijo "OK" con los labios y el partió hacia el almacén. Mulder también se puso en camino.
La verdad es que sentía admiración por ese hombre, al que a primera vista no podrías catalogarlo como amigo o enemigo. Aunque Mulder no haya tenido nunca (¿he dicho nunca? bueno, casi nunca...) dudas respecto a que le apoyaría en cualquier (¿he dicho cualquier? Bueno, casi cualquier) empresa que considerar importante, y esta no era una excepción. Y en realidad podía morir, nadie, excepto el trío de los pistoleros, sabían que estaban allí, y aunque Mulder creía que ya habrían empezado a dejar limpio el almacén para acabar con las pruebas y la vigilancia no sería tan grande, tal vez aún hubiera muchos guardias armados dispuestos a llenarles el cuerpo de plomo, fueran federales o no. Pero Skinner no había dudado ni un momento.
Ya estaba en el almacén, y Skinner y había empezado su parodia sobre un pedido de aparatos para laboratorio que fue expedido por un hombre anónimo la semana pasado, y se disculpaba por la tardanza.... y Mulder pensó que lo mejor sería darse prisa o no conseguiría su objetivo sin que empezaran a sospechar algo. Se coló por la tapia cuando el guardia hablaba con Skinner, sin hacer ningún ruido y entró sin problemas en el almacén. Como había sospechado la mayoría de los demás hombres estaban cargando pesadas cajas en un camión. Estuvo varios minutos vagando por pasillos que parecía no tener fin hasta que el camino se dividió en dos, y esta vez no podía cruzar campo a través hacia delante. Y eligió la derecha. Scully hubiera elegido la derecha. Y no se habría equivocado.
Llego a una pequeño cuarto parecido a la habitación de un hospital llena de aparatos luminosos y cables. Todos conectados a una pequeña niña que miraba hacia el techo sin expresión. Había un médico con ella, de espaldas a Mulder. Entonces es cuando todo empezó a ir demasiado deprisa: oyó ruido de pasos que se acercaban, iba a agacharse pero tiro una bandeja con bisturís y al oír el estruendo el medico se dio la vuela, pero antes de que pudiera gritar Mulder ya le había disparado. Se acerco a la niña (DIOS MIO; ERA EMILY) y empezó quitarle los cables.
-Tranquila, soy un amigo.
La niña asintió levemente y le sonrió. Mulder de repente pensó que quizás no debía quitarle todo esos cables ¿Y si eso era lo único que la mantenía con vida a hora? Pero la niña puso una mano encima de la de Mulder y le ayudo a tiara de los cables. Mulder comprendió que no había peligro y prosiguió. Cogió a la niña en brazos mientras oía los pasos aún más cerca, y pensó que ahora ya no podría salir por donde había entrado. Miró a sui alrededor y vio tres puertas más. ¿Y ahora por cual....? La niña le señaló la tercera puerta y Mulder la abrió sin pensar. Recorrió un largo pasillo en una semioscuridad estresante sintiendo que los guardias le pisabas los talones, y abrió la puerta que había al final, haciendo que la luz cegadora del sol le obligara a cerrar por un momento los ojos. Entonces, cuando creía que nada podía ir peor, un guardia que corría en su dirección empezó a dispararlos y a gritar que soltara a la niña. Mulder de pronto se dio cuanto que no podría saltar la tapia como había hecho antes, no con la niña en brazos. Y los guardias estaba demasiado cerca.
De pronto Skinner al volante de la furgoneta se abrió paso entre la verja haciendo que se doblara como si de una tela se tratara y abrió la parte trasera
-Vamos, ¡dese prisa!
Mulder corrió tanto como sus jóvenes piernas le permitían y de un salto subió a la camioneta mientras Skinner daba marcha atrás y se alejaba lo más rápido de allí. Lo guardias aún siguieron disparando un rato, pero luego ya dejaron de oírse los disparos.
Skinner se giró y vio a Mulder sosteniendo a la pequeña, que parecía no tener miedo, entre sus brazos. Una sensación extraña le invadió, esa criatura era la hija de Scully, y en realidad si se parecían, sin embargo no podían estar juntas. No sin que peligraran sus vidas y Scully sufriese sin remedio. Eso era lo que le había dicho Mulder, y Skinner le creyó. ¿por qué no iba a hacerlo? A veces la vida es cruel, y con Scully lo había sido y mucho.
Pararon a medio camino del centro de la ciudad, donde se separaría. Skinner se llevaría a la niña y Mulder iría a ver a Scully, necesitaba contarle muchas cosas.
-Bueno, ahora vas a tener que ser una niña muy valiente. ¿Vale?
La niña asintió, parecía muy entretenida tirando del pelo a Mulder.
-Te vas a quedar con el tío Skinner y luego te iras con una persona que te va a ayudar mucho, ¿sabes? Y quizá algún día pueda presentarte a una persona a quien le encantaría conocerte.
La niña le sonrió, y, aunque fuera una locura, parecía saber lo que estaba pasando realmente.
-Tenga cuidado señor,
-Lo tendré agente Mulder, no se preocupe. Vaya con la agente Scully, ahora le necesita.
-Si.
Se estrecharon las manos y Mulder emprendió su regreso a su apartamento mientras Skinner lo miraba desde lo alto de la colina. Después volvió a sentarse al volante de la camioneta y prosiguió su camino.
-¿Quieres que ponga un poco de música? ¡Si? Esta bien.
Y ambos se alejaron mientras la lluvia comenzaba a mojar las calles de Washington.

En algún lugar de nueva york
-Maldita sea
-¿Cómo ha podido pasar?
-Seguro que ha sido...
-....s imperdonable, imperdonable.
-No podemos estar seguros.
-....de detenerle?
-Hay que hacer algo
-Clama, clama señores. Vallamos por partes. ¿Hay algo sobre el sujeto SDK001?
-No señor, ha desaparecido, junto con algunos informes sobre las pruebas realizadas a los demás sujetos.
-¿Y el médico que la trataba?
-Muerto, señor.
-Seguro que ha sido Mulder, no ha podido ser otro. Como odio a ese hombre.
Dijo un tercero, levantándose de su silla y mirando desafiante a los otros.
-No tenemos pruebas para asegurar eso.
-Pero es la posibilidad más plausible.
-¿Y como se ha podido enterar? –Dijo por fin Krycek con rabia, que había estado callado todo el rato. Aunque tenia una ligera sospecha de quien podría haberse ido de la lengua.
-Creo, señores, que hay un topo entre nosotros.
Otra vez murmullos y comentarios por lo bajo.
-Pues tendremos que encontrarlo y eliminarlo -Dijo con voz grave el fumador, y todos estuvieron de acuerdo.
-¿Y que hacemos con Mulder? -Le inquirió Krycek, deseoso de oír la palabra asesinato.
-Dejémosle de momento, que se confíe de su suerte, la próxima vez no fallaremos.
Todos afirmaron con la cabeza en un gesto demostrando que estaban de acuerdo con él y se fueron de la habitación lentamente. El fumador apagó otro cigarro en el cenicero de la mesa, estando seguro de que no habría próxima vez.
Krycek lo miró por unos momentos con recelo, pero se alejó como los otros.

Apartamento de Mulder 9:46 p.m.
Scully había estado ordenando los informes y volviéndolos a ordenar, mirando el reloj cada poco y maldiciéndose por no haberse ido con Mulder. Esperaba no tener que lamentarse. Pero justo cuando estaba pensando en llamarlo al móvil y pedirle explicaciones oyó una llave que giraba y le vio entrando en el apartamento empapado y con unos papeles en la mano.
-Hola Scully
-Mulder, estas empapado ¿dónde te has metido todo el día? Ven quítate eso, estas mojando el suelo... Me tenías preocupada, pensé que quizá te habría pasado algo.... podrías haberme llamado
Hablaba atropelladamente mientras le quitaba el abrigo a Mulder y lo ponía en una silla. Pronto se formó un charco allí. No quería mirarlo a la cara, no quería que Mulder viera lo turbada que estaba.
-Scully, tranquila, estoy aquí....
La cogió de las manos, y la obligó a parar.
-...y no voy irme. ¿vale? –vio que ella lo miraba expectante- Tenemos que hablar, Scully. Y creo que lo sabes.
-Eso no ha sonado muy bien.
-No es nada, es solo que tienes que saber algo.
-Tiene que ver con lo que has hecho esta tarde, ¿verdad?
-Si
-Y con Emily
-Si
-Una cuestión personal ¿eh?
-Si

10:31 p.m.
Mulder, sentado en el sofá tomándose un te helado, estaba esperando pacientemente a que Scully terminase de leer los papeles que había traído esta tarde. Eran los mimos que le dio Skinner, antes de marcharse. Se dio cuanta de Scully no pudo reprimir un par de lágrimas mientras terminaba de leer aquellos informes. Estaba sentada a su lado en el sofá, con su lata de coca intacta, y sin embargo la sentía muy lejos. Y aún no sabía ni la mitad.
-¿Mulder, según esto..... Emily ha sido adoptada?
-No, no . No es una verdadera adopción, Scully, es una tapadera. Ellos no son un matrimonio feliz que no ha podido tener hijos, son los científicos de una reputada universidad que se ocuparán de la niña.
-¿Se ocuparan de ella? ¿quieres decir, que la estudiaran?
-No, quiero decir que la protegerán de los tipos que si la quieren estudiar, Scully.
Ella suspiró y bajo la mirada, querrá decirle que lo odiaba por no habérsela entregado, por haberla alejado de ella, quería gritarle que no quería su ayuda nunca más y que esta vez se había pasado, pero algo en su interior le decía que Mulder había hecho lo correcto.
-Se que ahora me odiarás y probablemente te enfades con migo, pero cuando lo pienses te darás de que no había otra solución. Si la hubiera dejado aquí ¿cuánto crees que habrían tardado en matarte y en llevársela otra vez? No podía permitir que os pusierais en peligro tu y la niña. Allí al menos tenemos la certeza de que no la encontraran y que tendrá un oportunidad para vivir.
-Se que probablemente tienes razón, pero no me pidas que te las gracias ahora, Mulder, por que no podría. Aún no.
-Y lo comprendo, Scully, solo quería que supieras que nunca he querido herirte. Nunca.
-Lo se, Mulder no hace falta que lo digas.
Su voz había sonado un poco entrecortada, se levantó del sofá y Mulder solo pudo ver una pequeña lágrima resbalando por su mejilla. La cogió del brazo y tiro de ella hacia si, sentándola en sus rodillas. Scully escondía la cara, pero Mulder sabía que estaba llorando, justo lo que el no quería que pasara.
-Lo siento yo....
Mulder la abrazó todo lo fuerte que pudo y Scully empezó a llorar abiertamente. No le importaba que Mulder la viera así, total, la conocía tan bien que era una tontería intentar ocultarle algo.
-Es que.... Mulder esa será la única hija que pueda tener, y no podé verla...
-No, no. Scully eso no es cierto, claro que podrás verla, cuando todo esto haya pasado iremos a verla...
-¡Pero no podré verla crecer ni nada de eso! Y nunca sabrá quien soy. No podré tenerla a ella ni tener más....
-Scully, mírame.
Mulder cogió el delicado rostro de Scully entre sus manos y le obligo mirarlo. Tenía los ojos un poco rojos:
-Claro que tendrás más hijos, Scully y serás muy feliz.
-Sabes que no...
-Hay más métodos, Scully, tú eres médico y lo sabes mejor que yo. Fecundación artificial, madres de alquiler.... la adopción.
-Pero no serán verdaderamente míos, Mulder, es a eso a lo que me refiero.
Entonces Mulder recordó súbitamente algo que había estado en su mente desde el principio pero que no sabía con exactitud que era. Ahora lo recordaba, y una sonrisa se le dibujo en la cara.
-Si que serán tuyos, Scully. Claro que si.
-¿De que estás hablando, Mulder?
-He de confesarte algo Scully, cuando visité aquel centro médico lleno de clones cuando tú estabas en el hospital por el cancer.... ¿recuerdas?
-Si
-Allí encontré a unos doctores que me mostraron un almacén lleno de los óvulos de las mujeres que habían tomado parte en los experimentos....
-¿qué...?
-... y tu nombre constaba en uno de los cajones.
Scully se quedó muda por un momento, sin saber muy bien que decir.
-Yo.... cogí uno de los tubos de ese cajón, Scully.
-¿¡Quieres decir que tu tienes óvulos míos!?
-Dicho así.....
-¿Desde cuando? ¿Y por que no me lo habías dicho antes? Dios mío...
-Nunca encontré el momento oportuno..... la verdad es que estaba un poco asustado por tu reacción. No quería decírtelo así , de sopetón, quería que fuera en el momento oportuno.
Mulder la miró, esperando encontrar cólera, tristeza, odio, lo que fuera. Pero Scully parecía extrañamente calmada.
-¿Dónde.... donde están?
-En un congelador en un hospital de San Diego. Llevan allí desde que los cogí Scully, bajo un nombre falso. Llamo para comprobarlo cada mes o así.
-¿Y que pensabas hacer con ellos?
Le dijo sonriendo y mirándolo a los ojos. Ya no lloraba. E incluso parecía más animada.
Fuera, parecía que la tormenta empezaba a amainar.
-Ya te he dicho que pensaba decírtelo tan pronto como encontrara una situación... adecuada.
-¿Cómo esta?
-Como esta.
Scully bajo al cabeza y se quedó en silencio. Por un momento Mulder pensó que iba a ponerse a llorar otra vez.
-Lo siento, Scully, de verdad, nunca quise que todo esto pasase, nunca quise hacerte sufrir...
-Lo se
Le dijo Scully tapando su boca con sus dedos. Los dos se miraron por un instante. En ese momento Mulder volvió a sentirla cerca de él, mas cerca que nunca. Y sonrío, y Scully le devolvió la sonrisa. Volvía a ser su Scully.
-A si que Scully, ahora solo tienes que buscar a un hombre bueno, guapo e inteligente , que tenga algún que otro vicio que criticarle y que te quiera; y formar tu propia familia
-Si conoces a alguien así deberías darme su teléfono -le dijo Scully, sonriéndole abiertamente.
-Pero si ya lo tienes –le contestó él, mirándola picaramente- en la M
Scully le miró divertida mientras Mulder tragaba saliva. Se levantó y se acercó un poco a él, lo miró y levantó una ceja.
-Tu teléfono lo tengo en la S, de siniestro
Dicho esto, Scully cogió los papeles que Mulder le había dado y entró en el dormitorio de Mulder dejando la puerta abierta.
Y Mulder solo supo quedarse ahí sentado mientras su mente repasaba una y otra vez las palabras de Scully. No supo cuanto tiempo, pero bastante. ¿Era una invitación? ¿O solo jugaba con él?
Decidió que tenía que averiguarlo, y se acercó al dormitorio y llamó a la puerta, a pesar de que estaba abierta. Se apoyó en el dintel.
-¿Si? -le dijo Scully, que llevaba puesta su camiseta de los Nicks
-Solo vine a decirte buenas noches, Scully –dijo sonriendo
-Buenas noches Mulder
-Buenas noches Scully
"¿Ya está? ¿Ahí va a acabar todo? Vine a darte las buenas noches, eres brillante tío, no me extraña que no hayas tenido una cita desde ni se sabe"
-¿Estas bien?
-Si, gracias. ¿Y tú?
-¿Yo? –dijo extrañado Mulder- si, creo que bien.
-Lo digo por que con la tormenta tal vez te hayas resfriado –Scully se acercaba peligrosamente
-Mañana iré a ver a un médico para que me haga una revisión, si es lo que te preocupa.
-Yo también soy médico y, si no te importa, prefiero hacerlo yo misma
Mulder la miró sorprendido, muy, muy, sorprendido.
-Bueno, -dijo resignada Scully- como tu dijiste es una cuestión personal
-Siempre lo es

FIN