author = dana_x
dedicate = Disclaimer: Una vez más, NO son míos. Simplemente, los he tomado prestados.
Spoilers: Nada de nada.
Nota: No he podido resistirme así que, una de las dos agentes, lleva mi nombre. La otra, es un homenaje a mi mejor amiga, que me pidió estar en un relato. Disfrutadlo.
Rating = mission_xfiles
Type = Suspense
fanfic = OFICINA DE LOS EXPEDIENTES X
WASHINGTON D.C.
08:45 a.m.
Llamó a la puerta, y sin esperar respuesta, entró. Como esperaba, el despacho estaba vacío, puesto que aún faltaban quince minutos para el comienzo de la jornada laboral: Se acercó a una de las mesas y echó un vistazo. Se preguntaba, al igual que medio FBI, como cuatro agentes tan diferentes entre sí, trabajaban tan bien juntos, y tenían el índice más alto de casos resueltos.
Paseó su vista por el despacho, y la fijó en el póster del platillo volante. “I want to Believe” rezaba éste. ¿Cómo podrían creer en eses cosas? Hasta su compañera parecía una de ellos de vez en cuando. Cogió un expediente de una de las mesas, y lo hojeó por encima, pasando de largo las fotos de un ritual satánico. Se sobresaltó cuando alguien habló a sus espaldas.
MR: ¿Puedo ayudarla en algo?
TO: Agente Reyes, ¿verdad? Soy la agente Tania Olivares –se acercó a ella y le tendió la mano. Mónica se la estrechó-.
MR: ¿Puedo saber qué hace aquí? –la mirada de Reyes era interrogativa-.
TO: Mi compañera y yo hemos sido asignadas a su nuevo caso. En realidad, ustedes han sido asignados a nuestro caso. Mi compañera traerá el expediente y se lo explicaremos.
MR: ¿Y se puede saber por qué nadie nos ha informado?
TO: Eso no lo sé.
En ese momento, Mulder, Doggett y Scully entraron en el despacho. Los tres miraron a la mujer que acompañaba a su compañera.
MR: Os presento a la agente Tania Olivares. Hemos sido asignados a su caso. Su compañera llegaré enseguida –Mónica hizo las presentaciones-.
DS: No hemos sido informados de ningún caso –en ese momento, sonó el teléfono. Scully lo cogió. Era Skinner explicándolo todo-. Bien, quedó todo aclarado.
Llamaron a la puerta, y otra joven agente entró en el despacho. Todos se quedaron mirándola.
PR: Buenos días. Siento llegar tarde.
JD: Tranquila, todos acabamos de llegar.
PR: Bien. Soy Patricia Roma. Es un placer trabajar con ustedes, admiro mucho su trabajo.
FM: Gracias.
TO: No os he dicho que Patri está encantada de que seáis nuestros compañeros en este caso.
MR: Bueno, ¿qué tal si nos explicáis de que va el caso?
PR: Claro. Empecemos
La agente Roma se puso en el centro y comenzó su explicación.
PR: En las últimas dos semanas, han aparecido asesinados cuatro hombres, entre 20 y 30 años, con la boca sellada, sin el corazón, y con lo que parece la marca del asesino: la marca de unos labios rojos en el ombligo.
FM: O sea, como un beso.
PR: Exactamente.
TO: Patri opina que se trata de una asesina, precisamente por los labios.
DS: Es una posibilidad.
JD: Bien, pues empecemos.
TO: Me gustaría que la agente Scully realizara la autopsia a las dos últimas víctimas. Las otras ya han sido enterradas.
DS: Claro. Voy para el depósito enseguida –y dicho esto, se fue-.
El resto, se repartió el trabajo y se pusieron en marcha.
RESTAURANTE “PAPYRUS”
12:50 p.m.
Habían quedado a comer para ponerse al día de lo que habían averiguado, y las agentes Roma y Olivares entraban en ese momento en el restaurante.
TO: ¿Qué ha averiguado, agente Scully?
DS: Nada nuevo, lo que ya sabíamos. Era silicona lo que sellaba los labios de las víctimas, se utilizó un bisturí para abrirles el pecho y extraer el corazón, y el pintalabios es de una marca bastante cara.
FM: Vaya, o sea, que estamos ante una asesina sofisticada.
PR: ¿Usted cree que podría tratarse de alguien con conocimientos de medicina?
DS: No, no lo creo.
MR: No hemos descubierto ninguna relación entre las cuatro víctimas, excepto que se parecían físicamente. Todos eran altos, morenos, atléticos y de ojos claros.
JD: ¿Y eso no es suficiente relación?
MR: Tú sabes a lo que me refiero. Hay millones de personas con esa descripción. Es imposible saber quién será la próxima víctima –respondió algo irritada y mirando a John-.
FM: ¿Se puede saber qué os pasa a vosotros?
JD: Nada. Vuelvo enseguida.
FM: Espera. Voy contigo –se fue, dejando a las cuatro agentes solas-.
DS: Mónica, ¿ha pasado algo entre vosotros?
TO: ¿Estáis liados? –la mirada de Mónica la fulminó-. Lo siento.
MR: No ha pasado nada. Eso exactamente es lo que me fastidia, que no se decide a dar el paso para que pase algo.
PR: Me recuerda a alguien –y miró a su compañera-.
TO: Bueno, pero al final lo hice ¿no?
DS: ¿Te pasó algo parecido?
TO: Sí, pero lo nuestro fue algo diferente.
DS: Explícate.
TO: Veréis, él trabajaba enfrente de mi casa, en un bar, y cada vez que salía a la terraza, que era bastante a menudo, por cierto, le sacaba una foto. El pobre se debía sentir acosado, aunque creo que nunca se enteró. Nunca me atrevía a decirle nada, hasta que por fin un día, me llené de valor y lo hice.
MR: ¿Y como acabó todo?
TO: Nos casamos.
DS: O sea, que ya eres una mujer casada.
TO: No exactamente. El muy…… me engañó y me dejó tres años después.
MR: Lo siento. Pero eres muy joven para haberte casado ya ¿no?
TO: Lo sé. Pero estaba enamorada y no me lo pensé.
DS: ¿Cuántos años tenéis?
PR: 29.
TO: Yo 28. Eso fue hace dos años.
En ese momento, volvieron John y Mulder.
FM: ¿Os molesta que os haga una pregunta?
PR: No. Adelante.
FM: No sois de aquí ¿verdad? Lo digo por vuestros apellidos…
TO: Nacimos en España, pero con apenas unos meses nuestros padres se trasladaron aquí a Washington. Ellos son muy amigos, y nosotras nos conocemos desde siempre.
MR: ¿Habláis español?
PR: Sí. Nuestros padres quisieron que no perdiéramos nuestro origen y nos lo enseñaron. ¿Y tú de donde eres? Tu apellido tampoco es muy común en EEUU.
MR: De México. Yo es al contrario. Nací aquí, pero me crié en México.
JD: Bueno, vamos a seguir investigando.
Pagaron la comida y se fueron.
OFICINA DE LOS EXPEDIENTES X
AL DÍA SIGUIENTE
10:15 a.m.
Mulder leía las anotaciones que le habían pasado sus compañeros, intentando averiguar algo del caso. La agente Olivares entró silenciosamente y se colocó a su lado.
TO: ¿Ha descubierto algo? –posó su mano en el hombro de Mulder-.
FM: Me ha asustado. Sigo intentando encontrar algo. Lo único que está claro es que todos eran hombres solteros.
TO: Usted también está soltero ¿verdad? –preguntó acercándose peligrosamente a su cara-.
FM: Ehh sí, de momento sí.
TO: Estupendo. Le invito a cenar, esto noche. En el restaurante de ayer. A las ocho. No me falle –y sin que Mulder pudiera evitarlo, lo besó en los labios. Se apartó cuando oyó la puerta, sin saber si los habían visto. Maldijo a Mónica en silencio-.
Mónica entró y se los quedó mirando. Tania estaba de pie junto a la mesa de Mulder, sonriendo, y éste sentado con cara de haber visto un fantasma.
MR: Mulder, ¿te encuentras bien?
FM: Ehhh, sí. ¿Cuándo has entrado?
MR: Ahora. Y te he visto con esa cara que me estás asustando. ¿De verdad estás bien?
FM: Sí, sí, no te preocupes.
MR: ¿Y usted se encuentra bien, agente Olivares? ¿Por qué sonríe?
TO: Porque estoy contenta –y dicho esto, salió del despacho-.
Instantes después, la que entró fue la agente Roma.
PR: Ha habido otra muerte.
FM: Bien, vamos. Llamaremos al resto por el camino.
CALLE CELL
10:43 a.m.
Cuando los tres llegaron, el lugar estaba lleno de policías y federales. Inmediatamente, los pusieron al tanto. Diez minutos después, llegaron Doggett, Scully y Olivares.
DS: ¿Qué tenemos?
PR: William Baket, 22 años, físicamente igual a las otras víctimas, y asesinado de la misma forma –se acercaron al cadáver y Roma levantó la sábana-.
DS: Haré la autopsia cuanto antes –se dio la vuelta y se fue-.
MR: John y yo investigaremos al joven.
PR: Yo seguiré buscando alguna relación entre las víctimas.
FM: Y yo me quedaré aquí recogiendo pruebas.
Todos se fueron, y Tania Olivares se quedó en mitad de la calle, rodeada del caos propio después de un asesinato. Nadie a su alrededor se dio cuenta de que sonreía maliciosamente.
SALA DE AUTOPSIAS
13:25 p.m.
Fox Mulder entró en la sala de autopsias, y vio como su compañera se quitaba al bata. Le habló desde la puerta.
FM: ¿Has encontrado algo?
DS: Nada. ¿Y tú?
FM: Un cabello, pero no sé si nos servirá de algo.
DS: No sé, Mulder, este caso no nos lleva a ningún sitio. No tenemos nada.
FM: Lo sé, pero lo resolveremos, como siempre. Estamos seis agentes para hacerlo. No podemos darnos por vencido. Vamos, te invito a comer.
OFICINA DE LOS EXPEDIETES X
19:33 p.m.
Todos estaban reunidos, buscando pruebas, relaciones, o algo que les diera una pista para seguir buscando.
JD: No hay nada. Sólo sabemos que le gustaba hacer amigos por el chat, estaba enganchado a uno de esos sitios.
MR: Espera –Mónica buscó entre los papeles que tenían-. El resto de las víctimas también chateaban. Tal vez esa sea la relación. No sé como lo pasamos por alto.
PR: Bien, lo investigaremos, haber si la noche en la que murieron quedaron con alguien.
TO: Sí, tenemos víctimas suficientes para repartirlas. ¿Pero qué tal si lo dejamos para mañana? Ya es tarde y tendríamos que dejarlo a medias.
FM: Tania tiene razón. Empezaremos mañana.
DS: De acuerdo. Vámonos a casa, estoy agotada.
Todos se despidieron, y Mulder y Tania salieron juntos del despacho en dirección al restaurante.
CASA DE FOX MULDER
02:06 a.m.
Mulder contemplaba a su acompañante, que dormía desnuda plácidamente dándole la espalda. Se preguntaba porqué lo habría echo, porqué se habría dejado llevar por el encanto que desprendía Tania. Era una chica guapa, alta, morena, pero tenía algo que le hacía sentirse incómodo. Aunque bien pensado, había sido una noche loca, que no tenía pensado repetir, a pesar de que se había divertido. Con ese pensamiento, se acomodó y se dejó llevar por el sueño que lo invadía lentamente.
06:22 a.m.
Tania se levantó, se vistió lentamente, mirando como dormía Mulder, y con una permanente sonrisa en los labios. Sabía que nunca se repetiría lo de la noche anterior, pero le había bastado. Se pasaba de la edad, y aunque había fantaseado con hacerlo, no rompería el patrón de sus actos. A pesar de todo, le atraía lo bastante como para dejar las cosas como estaban. Sacó de su bolso un pañuelo, dejando impresa en él la marca de sus labios. Lo dejó en la mesilla de noche y se fue.
OFICINA DE LOS EXPEDIENTES X
11:10 a.m.
Después de revisar una vez más todos los datos obtenidos y conseguir ver sus ordenadores, descubrieron que las cinco víctimas chateaban en el mismo chat, y que habían quedado con alguien la noche de su muerte.
MR: Bien, sabemos que las víctimas quedaron con Lady Love el día que murieron, y creo que tenemos a la que podría ser la próxima víctima.
JD: Sí, se trata de alguien llamado Míster Z, han quedado esta tarde en el Rollington Club, y que él llevará unos vaqueros, camisa blanca, deportivas negras y un piercing en la ceja.
FM: Vaya, descripción completa.
PR: ¿Y ella?
JD: Vestido rojo y sandalias del mismo color.
DS: Sólo tenemos que ir allí y detener a una mujer con esa descripción, después de que se acerque a él.
MR: Sí, pero hay que hacerlo bien. No podemos dejar que Lady Love sospeche que la tenemos.
FM: Lo mejor que podemos hacer es que alguna de vosotras se infiltre en el bar y los vigile de cerca. Nosotros estaremos fuera.
MR: Lo haré yo.
FM: De acuerdo. ¿Dónde está la agente Olivares?
PR: Está enferma.
FM: Ok.
Tras un rato, decidieron como lo harían. Scully tenía que hacer una autopsia de última hora para otro departamento, John y Mulder estarían fuera en un coche y en contacto con Mónica, que se infiltraría en el bar, y la agente Roma tenía una reunión de urgencia con Skinner. Ella y Scully se encargarían de interrogar a Lady Love una vez que fuera detenida.
ROLLINGTON CLUB
18:30 p.m.
Mónica entró en el bar y echó un vistazo a su alrededor. Estaba medio vacío, pero en una esquina divisó al chico que coincidía con la descripción que tenían. Estaba solo. Se acercó a la barra y pidió un zumo. Se situó lo más cerca que pudo de él, y esperó. Por el auricular que tenía en el oído, le llegaban las voces de John y Mulder.
Pasó un rato, y el bar se fue llenando, pero no había rastro de ninguna mujer con la descripción de Lady Love.
El bar tenía unas mamparas que separaban la zona de los servicios, y desde allí, una mujer con vestido y sandalias rojas, maldecía a la agente federal sentada en una mesa. Tenía la esperanza de que no llegaran a tiempo, de que no descubrieran la verdad. No estaba dispuesta a que ella le estropeara sus planes, así que decidió ocuparse de ella también. Esperaría el tiempo que fuera necesario.
Había pasado cerca de una hora, y no había aparecido nadie. Mónica observaba al chico, y cuando intuyó que estaba a punto de irse, se dirigió a él siguiendo las instrucciones de sus compañeros. Intentarían averiguar más cosas sobre Lady Love hablando con el chico.
MR: Hola. Eres Míster Z ¿verdad?
MZ: ¿Lady Love? –preguntó el chico mirándola de arriba abajo-.
MR: No, pero necesito que vengas conmigo.
MZ: ¿Por qué habría de hacerlo?
MR: Porque soy agente federal –respondió ella enseñándole disimuladamente su placa-.
MZ: Ahhh, de acuerdo.
MR: ¿Cuál es tu verdadero nombre?
MZ: Eric Setterfield.
MR: Bien, Eric, vamos.
Se dirigían a la salida, cuando Eric vio una chica vestida de rojo, que le hacía señas para que fuera al baño. Supuso que era Lady Love.
MZ: Un momento. Necesito ir al baño.
MR: De acuerdo, te espero aquí –vio a Eric entrar en el servicio-.
AL MISMO TIEMPO
Dana Scully estaba terminando la autopsia cuando interrumpió en la sala una agitada agente Roma.
DS: ¿Qué pasa?
PR: Sé quien es la asesina.
DS: ¿Quién?
PR: Es…. Tania.
DS: ¿Tania? ¿Cómo lo sabes?
PR: Acabé pronto la reunión con Skinner, y como se suponía que estaba enferma, decidí ir a verla. Como no me habría la puerta, usé mis propias llaves. Y encontré varios bisturís, varios botes de silicona, y los corazones de las víctimas en botes en el congelador. Y por supuesto, también esto –Patri sacó una bolsa de pruebas en las que se veía varios pintalabios-. Son de color rojo.
DS: ¿Los has avisado?
PR: No he conseguido ponerme en contacto con ninguno de los tres
DS: Bien, vamos. Los llamaremos por el camino. Estamos cerca.
ROLLINGTON CLUB
Habían pasado casi diez minutos desde que Eric había entrado en el baño, así que Mónica decidió entrar. Se acercó a la puerta y la abrió lentamente, llamándolo. Cuando la abrió del todo, vio a Eric atado a un lavabo. Cuando Mónica entró para ayudarlo, recibió dos fuertes golpes en la cabeza, cayendo inconsciente al suelo. No llegó a ver a su atacante.
TO: Maldita zorra. Siempre interrumpiendo lo mejor –miró a Eric, que la miraba asustado-. No te servirá de nada gritar, la música está demasiado alta y he echado el pestillo. Ahora nos vamos a divertir tú y yo –sacó de su bolso un pintalabios y un bisturí-.
AFUERAS ROLLINGON CLUB
John y Mulder habían perdido la comunicación con Mónica, y se empezaban a preocupar. En esos momentos, Roma y Scully llegaban y se bajaban rápidamente del coche.
DS: ¿Dónde está Mónica?
FM: Dentro. ¿Qué pasa?
PR: La asesina es Tania.
JD: ¿Qué? Si no la hemos visto entrar. ¿Cómo lo sabéis?
PR: Fui a su casa y encontré los corazones de las víctimas, la silicona, los bisturís y los pintalabios.
FM: Entonces están dentro. Hace un rato que no podemos hablar con Mónica.
DS: ¡Vamos!
Los cuatro entraron desenfundando la pistola. El lugar estaba lleno de gente, y les costaba moverse. Se separaron para buscar mejor, pero seguía sin haber rastro de Tania y Mónica. Scully y Doggett se encontraron en los baños. El de las mujeres estaba vacío, y el de los hombres, cerrado. Doggett pegó una patada a la puerta y ésta se abrió con gran estruendo. Roma y Mulder se unieron a ellos, y los cuatro entraron, encontrándose a Mónica inconsciente en el suelo, y a Tania sobre Eric a punto de matarlo. Mulder se abalanzó sobre ella y le quitó el bisturí. Ella no se resistió, pero no dejó de sonreír en todo momento.
OFICINA DE LOS EXPEDIENTES X
3 DÍAS DESPUÉS
10:02 a.m.
Respiró hondo y llamó a la puerta. Fue Doggett el que la invitó a pasar. Abrió la puerta y entró despacio.
PR: Hola.
DS: Hola. ¿Cómo estás?
PR: Bien, gracias –respondió sonriendo-. ¿Y Mónica cómo está?
FM: Bien, se incorpora esta tarde. Recibió un fuerte golpe, pero no ha sido gran cosa.
PR: Me alegro. Venía a pediros perdón.
JD: ¿Perdón por qué? Tú no tuviste la culpa.
PR: Ya lo sé. Pero no puedo evitar sentirme culpable. Era mi compañera y debí haberme dado cuenta –dijo con tristeza-.
DS: ¿Ha dicho por qué lo hacía?
PR: Como venganza. Por lo que le hizo su marido. Hace dos semanas se cumplieron dos años de su abandono. Las víctimas eran muy parecidas a él. Creí que lo había superado.
FM: Es evidente que no. ¿Y por qué les sellaba la boca?
PR: Para que no pudieran decir cosas que no sentían, para que no engañaran más. Y les arrancaba el corazón porque decía que no se merecían tenerlo.
DS: ¿Y la marca de los labios?
PR: No lo sé. Todos los asesinos tienen una marca ¿no?
JD: Bueno, tranquila Patri. Pagará por lo que ha hecho. Sé que era tu amiga y que te afecta más que cualquier otro caso, así que no te sientas culpable.
PR: Estoy bien, de verdad. Bueno, me voy. Dadle recuerdos a Mónica, y gracias por todo.
DS: De nada, estamos para lo que necesites.
PR: Gracias. Adiós.
Salió cerrando la puerta tras de sí, y abandonó el sótano despacio, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.
FIN
Si habéis hecho el esfuerzo de haber llegado al final, ahora haced uno más, dejadme comentarios, please.
feedback = Sí/Yes
email = patirrukiARROBAhotmail.com