Nombre del Fanfic: Desconocidos I

Capitulo: 1

Autor: Carupin

Dedicado a: A quien sea que lea mi relato

Clasificacion: Sleeping Bags

Romance

Universo Alterno

Fanfic:  
 
 
No sentía que estaba mal, aunque fuera en contra de sus principios sintió que deseaba dejarse llevar, no importaba como fue que llegó a esa situación... sólo importaba lo que estaba sucediendo justo enfrente de ella, lo que ella había provocado y a lo que también había sido incitada... no había llegado sola hasta ahí ¿no? Ella se limitó a responder y se limitó también a esperar ser respondida de la misma forma. 
 
No podía decir que nunca le había pasado. Pero era la primera vez que si se dejaba llevar y se sorprendió a sí misma cuando se percató que la situación le estaba resultando demasiado natural para ser algo que no hacia comúnmente. Y se asustó... pero a la vez le encantó la persona que estaba saliendo a la luz en esa situación, se sintió sexy y deseada y el hombre que la hacia sentir tan en paz consigo misma era el primero que lograba que desinhibiera de esa forma, el primero que la hacia sentir como si todo lo demás, por un momento, aunque estaba consciente de que había un mundo ahí afuera, no le importaba. Solo quería ser parte del mundo en el que se había entregado y del único del que quería ser parte en ese instante. No le importó si mañana no volvía a verlo ¡siquiera había escuchado su voz! Sus ojos verdes fueron lo único necesario para que ella no supiera más de consecuencias o que los prejuicios que ella misma tenia sobre situaciones parecidas que había oído antes, le parecieron ridículas e inverosímiles. Rió. Por la boca muere el pez. 
 
Sólo bastó una mirada más larga de lo pertinente y ahí estaba ella, dejándose besar y tocar pon un desconocido, por un completo extraño. En cuanto se miraron supo que esa noche no podría haber tenido otro final. No le importó lo que él pudiera pensar de ella después de eso. No se volverían a ver. Lo demás estaba bien, además él también se había dejado llevar por una extraña... ¿no hablaba eso mal de ambos? 
 
Las presentaciones estaban demás. Él la llevó a su casa y en cuanto entraron y cerraron la puerta continuaron con lo que se habían visto obligados a interrumpir. 
 
La ropa ya no era parte de ellos, sus manos tocaban todo lo que estuviera en el camino y las caricias si bien eran sugerentes y demostraban que hacia falta llegar a otro nivel eran exigentes, pero a la vez eran cariñosas. Si bien sentía la necesidad imperiosa de que él estuviera dentro de ella, tampoco quería que los preámbulos terminaran. Dejó de pensar en eso cuando sintió que la una de las manos de él que estaba ocupada jugando con un pezón bajó y sintió sus dedos frotando su clítoris, y ya, lo supo. Ahora si ya no pensaría en nada y solo se dedicó a sentir lo que ya no era un roce sutil, él estaba decido a hacerla acabar y ella, por supuesto, no era quien para oponerse a tal objetivo. 
 
Una vez que ya se recuperó de ese orgasmo, ella sintió que quería retribuírselo, no había sido tan intenso pero, de todas maneras quería saber que se sentía ver la cara de placer de ese misterioso y atractivo extraño. 
 
Ella que era bastante más pequeña que él, quiso besarlo y él se dio cuenta y acercó sus labios a los de ella, él sonrió antes de besarla otra vez. Ya se sintió lo suficientemente recuperada como para poner en marcha su plan “quid pro quo”. 
Su mano, sin preludios agarró su pene y lo masturbo sin dejar de mirarle un segundo a los ojos, él sonrió y nunca le apartó la mirada y le acaricio la mejilla y le indicó que se sentaran en el sofá y así a él le era más fácil a él y también a ella poder besarse. 
La mano de ella dejó los preliminares, los toques sutiles y aumentó la velocidad, él la miró y ella supo que estaba en el camino correcto y por primera vez hizo el intento de hablar pero ella lo calló y le pidió que no hablara negando con la cabeza. Se dio cuenta de que estaba muy cerca, mirando sus ojos y sintió la necesidad de parar, y lo hizo. Vio la cara de frustración de él y ella sonrió, sabía que lo que había hecho rozaba la maldad y lo peor de fue que lo hizo concientemente, pero lo iba remediar bajo su mirada a su erecto pene y ya en un segundo su cara estaba ahí enfrente y se acercó, al principio tímidamente lo rozó con sus labios, al ver la expresión de él, a partir de ahí no hubo nada de timidez en sus movimientos felatorios y él antes de terminar, la alejó y el mismo se masturbó hasta acabar. A ella esa imagen no la pudo excitar más. 
 
Él se tomó unos minutos para poder volver a lo que estaban, la miró y ella volvió a ver eso que la había cautivado desde el primer momento en que sus ojos se encontraron, sus ojos profundos y su color hermoso y bastante particular. Y entonces supo porque había sido con él y no con otro. 
 
Él aun no había recuperado la erección, aunque en realidad ni siquiera se estaba presionando al respecto y ella tampoco parecía querer apurar el asunto, así que simplemente volvió a besarla y cerró los ojos y con solo recordar lo que había hecho ella minutos atrás sirvió y sintió como su pene se erguía otra vez. 
 
Ella también se dio cuenta de que él recuperaba la erección y lo provocó para que el proceso fuera más rápido, se sentó sobre él y apoyó su frente a la de él antes de besarlo y lo abrazó y él le correspondió. Sintió como él ya estaba listo y él se percato de lo húmeda que estaba ella y si bien nada había sido tradicional en esa noche, sintió que necesitaba su cuota de tradicionalismo y la dejó en el sofá, de espaldas y él se posicionó entre sus piernas, acomodándola y acomodándose el mismo para poder hacer mas cómoda la penetración. 
 
Ella que apenas podía pensar no quería oír hablar de un preservativo, y aunque sabía que era lo más irresponsable que había hecho desde hacía mucho tiempo, rogó porque el no fuera por uno, pero se dio cuenta de que él tampoco lo pensó, porque ya era tarde y él ya había comenzado a penetrarla. Él sintió tan suave, húmedo y caliente el primer contacto que le costó trabajo no ser brusco, por primera vez él no estaba pensando sólo en él en contexto sexual, le importaba que ella estuviera bien y por eso, al oír un quejido apenas audible, por primera vez también sintió la necesidad de expresar con palabras lo que le concernía. 
 
- ¿Estás bien? 
 
A ella le pareció que su voz era muy bonita y muy varonil, ¿acaso habría algo que ese hombre no tuviera perfecto? 
 
- Descuida es sólo que... - ¿Qué le iba a decir? “Hace tiempo que no tengo sexo con un desconocido con tan buenas medidas” No quería parecer tonta, así que sólo le dijo – no nada, no fue nada 
A él no le pareció que fuera “nada”, pero siguió introduciéndose lo más lento que pudo, pero se le hacia muy dificultoso controlar ese deseo de estar entero dentro de ella y ya no fue capaz de controlarse más y fue un poco brusco, a lo que ella se sobresaltó un poco y él no se movió más y lamentó haber sido tan bruto. Abrió la boca, quiso disculparse pero ella no lo dejó y lo beso y eso le dio la confianza para comenzar a moverse una otra vez. Impulsándose dentro de ella, cada roce era una tortura, quería terminar luego pero también quería que durara todo lo que fuera posible, postergarlo y recordar cada sensación, que parecía ser única. Era sublime cada movimiento. Él ya no podía postergar lo inevitable por mucho mas tiempo, pero ella no parecía estar en las mismas condiciones y él no sabía cómo preguntárselo, y sin saber como, ni mucho menos entender como lo supo ella le acarició la mejilla y lo dejo perplejo. 
 
- Déjalo. 
- ¿Estás segura? 
 
Ella asintió, él dio un par de embestidas y él acabó en ella, un poco cansado dejo caer su peso unos instantes sobre ella y cuando se iba a levantar ella se lo impidió, y eso lo tomó por sorpresa, ella lo abrazó con fuerza y él instintivamente le correspondió, le beso el pelo y le beso la mejilla, pero ya era tiempo de pararse. 
 
Ella comenzó a buscar con la mirada su ropa y decidió que era tiempo de irse, se paró del sofá y él que estaba sentado, la observó y por primera vez en la noche se dio cuenta que ella estaba nerviosa, o que al menos demostraba estarlo. 
 
- ¿Qué haces? 
- Busco mi ropa, ya es hora de que me vaya. 
- ¿Ya te vas? 
- Sí. Mañana tengo algunas cosas que hacer y bueno... ya es hora. 
- No. Aún hay algo pendiente. 
- No creo que quede nada pendiente. 
- No te vayas, aun te debo algo. 
- No es una competencia de quien acaba más veces, no te sientas culpable, algunas veces llega, otras no. Y esta no fue la vez. 
- ¡Vaya! ¿No te da nada decirle eso a un hombre? Dañas mi ego masculino... 
- Te ves bastante afectado. 
 
Él sonrió, ella era demasiado sincera, un comentario de esa índole dañaba su ego masculino si, pero prefirió eso a que hubiese fingido. 
 
Ella ya estaba vestida y él seguida desnudo y sentado en la misma posición desde hace un rato, llegaba el momento en el que ella se iría y no quería que eso pasara, no sabían siquiera sus nombres, apenas se habían hablado y sin embargo todo eso hacia la situación más morbosa y más excitante. Pero ambos sabían que había sido más bien las hormonas y que una vez que ella cruzara la puerta tal vez jamás se verían de nuevo. 
 
- Bueno... que te vaya bien, adiós. 
- Me siento utilizado... – dijo tratando de manipular la situación para retenerla un poco mas de tiempo. 
- No me pareció eso hace un rato – sonreía 
- ¿Quieres que te vaya a dejar? 
- No te preocupes. 
- No, espérame. Te iré a dejar donde vivas, yo te traje y yo te llevaré. No quiero que llegue otro aprovechado como yo y te haga quizás que cosas... 
- No me haría nada que no me hubieras hecho tu. 
- Me consta, pero si lo quieres hacer con otro ¿No quieres repetir conmigo? Dicen que es mejor diablo conocido que uno por conocer... 
- Si hubiese seguido ese concejo no estaría aquí teniendo esta conversación contigo y encima tu desnudo – se tapó los ojos- mis virginales ojos... que será de ellos... 
 
Él reía, ella encima de todo era tan irónica como él mismo. Se vistió, ni siquiera se bañaron pero al menos ella, aunque pareciera todo lo extraño que realmente parece, no se sentía sucia y por mucho que lo haya pensado en esa última media hora no se arrepentía de nada. 
 
Él la dejó enfrente de su casa, quería bajar con ella y tener sexo con ella una y otra vez y demostrarle que él podía hacerla acabar y pedirle más, pero por absurdo que sonara incluso en su cabeza, no quería parecer imprudente y además ¿que importaba? Era sólo una noche más, y que importaba también lo que ella pensara. 
 
Ella se despidió con un gesto en la mano pero él se bajó y la besó como creyó que correspondía para una noche como esa y como no creyó que pasara se volvió a apasionar y su beso se volvió exigente pero ella lo alejó y volvió a hacerle el gesto de despedida y entró en su casa.  
 
Había sido una excelente noche, ojalá hubiese tenido otro final. Pero no todo podía ser tan perfecto.  
 
Él volvió al auto y hubo algo de lo que se dio cuenta pero ya era muy tarde... nunca le preguntó su nombre y tampoco si se verían de nuevo... pero eso... si es que tenia que ser... el tiempo lo diría... 
 
Continuará.... 
 

Continua: Yes / Si

Comentarios: Yes / Si

Email del Autor: carupinARROBAgmail.com