fanfic_name = EL ENIGMA DEL ERROR – CAPÍTULO III DE V

chapter = 3

author = SARANYA

dedicate = Nota de la autora: Por segunda vez me he animado a escribir otro fantic, reconozco que sigue siendo un ensayo de algo nuevo en mi vida, pues es mi primera historia con argumento; es premeditado que sea largo pues quería intentarlo así primordialmente como expresión de gratitud a tod@s aquell@s que han invertido su tiempo escribiendo relatos largos que he disfrutado tanto, he comprobado que no es fácil, por ello estoy aún más agradecida con tod@s l@s que escriben, pero innegable e independientemente de los resultados, me he divertido. Gracias a FBI, Summerrain y X-cully que me han animado con sus palabras, ya están todos los capítulos terminados así que los siguientes no tardarán y los enviaré pronto, si resultan de interés. Me encantaría recibir sus comentarios ya sea en esta página o al correo saranya.xARROBAgmail.com . ¡Gracias por dedicar parte de tu tiempo a leerlo¡

Rating = sleeping_bags

Type = Romance

fanfic = Autora: Saranya.



Título: EL ENIGMA DEL ERROR – CAPÍTULO III DE V



Disclaimer: Tomo prestados sin ánimo de lucro los personajes que son creación de Chris Carter, la productora 1013 y la cadena FOX, siguen siendo de ellos, absolutamente.



Rating: Digamos que MRS, O18W, lenguaje para adultos, ANGST.



Nota de la autora: Por segunda vez me he animado a escribir otro fantic, reconozco que sigue siendo un ensayo de algo nuevo en mi vida, pues es mi primera historia con argumento; es premeditado que sea largo pues quería intentarlo así primordialmente como expresión de gratitud a tod@s aquell@s que han invertido su tiempo escribiendo relatos largos que he disfrutado tanto, he comprobado que no es fácil, por ello estoy aún más agradecida con tod@s l@s que escriben, pero innegable e independientemente de los resultados, me he divertido. Gracias a FBI, Summerrain y X-cully que me han animado con sus palabras, ya están todos los capítulos terminados así que los siguientes no tardarán y los enviaré pronto, si resultan de interés. Me encantaría recibir sus comentarios ya sea en esta página o al correo saranya.xARROBAgmail.com . ¡Gracias por dedicar parte de tu tiempo a leerlo¡



Resumen: Pendrell ha sobrevivido al atentado que casi le cuesta la vida, su papel en las vidas de Mulder y Scully les lleva a cuestionarse si el error es una jugada del destino, un desacierto de la voluntad o el resultado de la manipulación de los hilos del poder que se encuentran en la oscuridad.



Nota adicional al resumen: En una ocasión leí un de Review de TEMPUS FUGIT – MAX, en el que decía que la muerte de Pendrell era de lo más injustificado y sin sentido, yo pensé lo mismo, pero ahora con EL ENIGMA DEL ERROR justifico porqué CC decidió matarlo, él sabía que si hubiera sobrevivido, se hubiesen podido precipitar los acontecimientos que ahora relato...



Spoilers: Después de TEMPUS FUGIT - MAX  -



EL ENIGMA DEL ERROR



Última escena del capítulo anterior:



Entre tanto, un hombre viejo con un humeante cigarrillo observaba por un monitor de circuito cerrado lo que ocurría en la habitación de Fox Mulder. El viejo fumador sonreía con satisfacción mientras, orgulloso, decía:



- Por fin el zorro ha cazado a su presa.







CAPÍTULO III



“El error es un arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea.”

Concepción Arenal



1



El Agente Joseph Pendrell fue llamado a primera hora por la Jefatura Principal del FBI. Sorprendido y nervioso, pues nunca había recibido tal llamado, se dirigió con rapidez a la oficina ubicada en el último piso del edificio.



Al entrar se encontró con un séquito de desconocidos que le hicieron pasar a una sala oscura en la que había un solo hombre: El Fumador.



- Siéntese, Señor Pendrell, sea usted bienvenido.

- Gracias. Le he visto en nuestras oficinas pero no he tenido el gusto de que me sea presentado. Usted, por lo visto si me conoce.

- A decir verdad Señor Pendrell, hasta hace muy poco usted era un insignificante componente del FBI al que ni yo ni nadie en estas oficinas prestábamos atención, hasta que se hizo cercano a los agentes que trabajan con el proyecto de los Expedientes X.

- ¿Eso me hace significante ahora? – dijo avergonzado, pues era muy consciente de la verdad de las palabras de su interlocutor.

- Por supuesto señor Pendrell, hasta la fecha y desde la vinculación de Dana Scully a los Expedientes X, ningún otro agente del FBI ha logrado el acercamiento que usted tiene ahora, sobre todo en el plano personal, con sus agentes.

- Le solicito por favor se identifique antes de proseguir, Señor.

- Quien soy yo no importa, bástele saber que estoy a cargo de una de las más importantes y secretas operaciones del Gobierno, y que cuento con las más altas autorizaciones, no solo dentro del FBI, sino del Pentágono y el Congreso, para solicitar su colaboración voluntaria.

- ¿Qué quiere de mí? – dijo ya aún más asustado.

- Seré concreto, Señor Pendrell. Para nuestro Gobierno el proyecto de los Expedientes X tiene una importancia estratégica, que no me está dado revelar a Usted; durante estos años los agentes Mulder y Scully han obrado con independencia del proyecto más importante del Gobierno, a mi cargo, y se han ganado una reputación en los medios que hacen resistencia a ciertos elementos y programas del poder. Es por ello que en este momento no nos conviene disolver o terminar con los Expedientes X, sino adquirir el control de los mismos asumiendo el control de los agentes a cargo. Una vez los tengamos en obediencia podrán servir a nuestros altos intereses, que por ser los del Gobierno son los suyos propios, agente Pendrell, aunque, por su propia seguridad, los desconozca. Una vez que dejen de ser útiles podrán ser desechados, pero no por ahora.

- Señor, mi colaboración ha dicho usted es voluntaria ¿Entonces si es mi deseo puedo declinar su invitación?

- Señor Pendrell, píenselo bien, su colaboración le traería importantes beneficios, en primer lugar, compatible con sus labores en el laboratorio de criminalística, podrá comenzar a realizar trabajo de campo, lo que constituye prácticamente un ascenso para usted que en ninguna otra circunstancia le sería otorgado, y si su colaboración es eficaz, podrá ser considerado para mejores cosas, no solo en el FBI sino en cualquier otra agencia gubernamental. Para nosotros es indispensable aprovechar la confianza que se ha ganado con los agentes Mulder y Scully para obtener información privilegiada de sus planes y actividades, por ello sería usted reasignado como un apoyo directo para los Expedientes X.

- ¿Insinúa usted, Señor, que mi colaboración consistirá en ser un infiltrado, traicionando a los agentes Mulder y Scully durante toda mi asignación? – Pendrell estaba ya muy molesto, aunque lo ofrecido era la tentadora oportunidad que estaba esperando para ascender dentro del FBI, no podía dejar de reconocer que los únicos agentes que le consideraban importante eran precisamente ellos, a quienes consideraba sus amigos, y con Dana, el amor que le tenía le impedía siquiera pensar la propuesta. - No Señor, no puedo aceptarlo, ellos son mis amigos, jamás les traicionaría.

- Tiene usted más deferencia hacia ellos que ellos hacia usted, señor Pendrell, usted asegura que no les traicionaría cuando ellos ya le ya han traicionado... – dijo sarcásticamente.

- ¿Qué quiere decir? – observó visiblemente molesto.

- Acérquese señor Pendrell, en este monitor lo verá con sus propios ojos.



El Fumador activó el control remoto que prendió el monitor en el que aparecieron las escenas vividas la noche anterior en el apartamento de Mulder. Los dos agentes amándose con una pasión inusitada, con una pasión que la misma Dana no le había demostrado a Pendrell cuando estuvo con él, eso fue lo más notorio y lo más doloroso. Éste quedó pegado a la pantalla, sus ojos se llenaron de lágrimas y la furia hizo que quisiera contemplar con morbo todos los detalles para llenarse de más y más furia. El Fumador guardó silencio para disfrutar de la escena.



- ¿Desde... hace cuanto está sucediendo... esto entre ellos? – dijo Pendrell con voz entrecortada.

- No lo sabemos Señor Pendrell, quizá desde hace varios meses – mintió. - Ella es hermosa, ¿No le parece, Señor Pendrell? Tengo entendido que usted ha podido constatarlo personalmente. - Acotó el Fumador de forma malintencionada, mirando fijamente la pantalla.

- ¿Pero por qué me engañaron? Dios, ellos me engañaron, él era mi amigo y yo le compartí mis secretos, ella, yo la amaba, ella, ella... se acostó conmigo... cuando ya se acostaba con él...



Pendrell no podía dejar de mirar a Dana, sus gemidos, su rostro que expresaba el placer que sentía, sus gritos cuando ambos alcanzaron el orgasmo... ese cuerpo que había sido uno con él, siendo ahora de otro... era desgarrador pero quería verlo todo para llenarse de la ira suficiente para aceptar la propuesta del Fumador. Se sentía humillado, menos hombre que cualquiera pues el no había logrado arrancarle a la Reina del Hielo esos gemidos y gritos de placer. Sintió que se había roto algo dentro de sí, se auto contempló y se despreció como el ser más tonto que ingenuamente había sido engañado. Finalmente, una súbita frialdad lo invadió.



- Si quieren destruir a los agentes de los Expedientes X... ¿porqué no utilizan este video para acusarlos ante la Oficina de Conducta Profesional? Es más sencillo, después de todo han violado las normas del FBI sobre la relación entre compañeros que comparten asignación.- dijo Pendrell con una ira más serena, tomando el control del televisor y apagándolo él mismo.

- Porque nuestra meta es controlarlos y que sigan actuando para nosotros, o en su defecto, si fracasamos, desacreditarlos hasta tal punto que lo que hagan no nos implique riesgo alguno. Sacarlos de otra manera les permitiría ser reclutados por otras agencias o por otros intereses que no nos interesa fortalecer. Le ofrecemos una única oportunidad para vengarse, señor Pendrell, como lo ve, lo tienen más que merecido.

- ¿Tendré privilegios para escoger una forma de retaliación hacia los Agentes Mulder y Scully, una vez que ya no sean necesarios para ustedes?

- Si es su deseo, sí.

- En ese caso, Señor, acepto. ¿Qué pasos vamos a seguir?

- Lo primero es que no ponga en evidencia ante ellos que sabe que le han traicionado, mantener su relación de amistad y confianza es prioritario para el éxito de la misión.



Una sonrisa de satisfacción cruzó por el rostro del viejo fumador, mientras aspiraba otra bocanada de humo.



2



Habían acordado que todo seguiría como de costumbre, cada uno había llegado por su lado a la oficina y ésta había sido declarada zona neutral en lo que a pasión y afecto se refiriera. Ni un beso, ni un roce cuando se vieron por primera vez en el edificio, solo sonrisas y miradas que resultaban inevitables cuando cada uno repasaba mentalmente los placeres de la noche anterior.



- Mulder, debo acordar reunirme esta noche con Pendrell, ya sabes para qué.

- No te preocupes, cuanto más pronto termines con ese asunto, mejor.



A la hora del almuerzo Scully divisó a Pendrell en el restaurante cercano al edificio. Cuando él la vio se sintió tan nervioso que no sabía como actuar, debía aparentar que no sabía nada pero al verla el dolor se revolcaba por dentro, saberla perdida, saberla de otro y que ese otro fuera Mulder, le revolvía las entrañas de los celos. Hubiera querido que el amor se apagara automáticamente, con solo desearlo, pero ver sus ojos azules tan próximos lo perturbó de tal forma que se dio cuenta de que no sería tan fácil, con esa cercanía, los recuerdos de la noche compartida se repetían en su mente. Anheló tenerla nuevamente en sus brazos, tenerla en su cama y demostrarle que podía ser mejor que su compañero de trabajo, necesitaba una segunda oportunidad para demostrárselo, para hacerle el amor sin la vergüenza, la pena y el temor que le habían dejado pasmado en esa primera y quizá única noche con ella. Por un momento pensó en abandonar su pacto con el Fumador y recuperarla, quitársela a Mulder, pero al mismo tiempo las escenas del video se repetían en su mente y la rabia le enceguecía.



Él se le acercó mirando sus labios pero le dio el beso en la mejilla y ella sonrió.



- Hola Joseph, ¿recuerdas que ayer te dije que quería hablar contigo un asunto importante?

- Si claro, te recojo esta noche, si no hay inconveniente... – dijo, sorprendido de sí mismo al lograr aparentar serenidad.

- Bien, ¿a la hora de siempre?

- Bien Dana.- A él le pareció que ella leía en su mirada su rabia y su dolor, desvió los ojos hacia la calle, incapaz de seguirla observando.



Scully se despidió rápidamente, en efecto, había vislumbrado algo extraño en los ojos de Pendrell, era evidente que había desviado la mirada, cuando siempre ella sabía que siempre la observada fijamente. Él la miró alejarse entre las mesas del lugar y vio que a la entrada se encontraba con Mulder. Contempló como las sonrisas se encendían en sus rostros y aunque no se produjo ningún roce, ningún gesto que indicara que ocurría algo entre ellos, se dio cuenta de cuan estúpido había sido. “Es evidente” pensó. Obviamente la pareja siniestro no iba a explicitar sus sentimientos en medio del restaurante más visitado por agentes del FBI a esa hora del día, pero un buen observador se hubiese dado cuenta de que pasaba algo entre ellos. Estúpido, se repetía a sí mismo, y evitando ser visto, sin haber tocado su comida, se alejó del lugar por la puerta posterior.



Mantendría su pacto con el Fumador pero debería averiguar ¿Por qué ella le ilusionó, aceptó sus citas, hasta se acostó con él, cuando estaba metida en una relación con Mulder? Quizá se sentía insatisfecha, pero no, en el video no lo demostraba... quizá ella era tan maquiavélica como para planear utilizarlo con algún objetivo... pero finalmente era cierto lo que había dicho el Fumador, el era tan insignificante para el FBI ¿Para qué lo hubiera podido utilizar? Pero quería saber y lo iba a averiguar.



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Esa tarde al finalizar el día un fax llegó a la oficina de los agentes Mulder y Scully, proveniente de la Oficina del Director Adjunto Skinner. El texto central decía: “Notificamos que el Agente Joseph Pendrell ha sido asignado bajo el mando del Agente Especial Fox Mulder, como apoyo directo del Laboratorio de Criminalística a los Expedientes X.”



La hoja de papel cayó al suelo de la oficina vacía.

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3



Pendrell pasó a recoger a Scully puntual como de costumbre. Ella le abrió después de colgarle el teléfono a un celoso e inquieto Mulder, que le había dicho que la esperaría en su apartamento a la hora que fuera – preferiblemente temprano – pues “...después de una breve investigación he descubierto que eres la única cura conocida para mi insomnio y no quiero pasar la noche en vela”; “Mulder, pero si anoche casi no te dejé dormir...”- repuso ella. Sabía que detrás de sus bromas se escondía el temor a la entrevista que sostendría con Pendrell.



Esperaba salir rápido del asunto, aunque no tan rápido como lo fue todo.



Scully no quiso ir muy lejos de su casa, buscaron un Café regularmente concurrido donde ella le explicó que solo podrían ser amigos y aunque levemente molesto Pendrell se mostró fácilmente resignado. Quizá él no le amaba como ella pensaba y eso le alivió la carga de culpa que comenzaba a forjarse.



“Te mereces estar con una mujer que te ame.. eres un muchacho estupendo... no estoy para relaciones serias ahora... “



Estas frases resonaron en la mente de Pendrell como ecos perdidos en su corazón vacío. Las sentía tan falsas, él no se sentía como un “muchacho estupendo” sino como un muchacho tonto, muy tonto, porque a pesar de lo que sabía no podía dejar de amar a esta mujer.



Después de un breve viaje en el auto el la dejó en su apartamento, la vio entrar y aparcó muy cerca, donde no pudiera ser visto. Al breve tiempo la vio salir en su auto y la siguió. Se dirigía a Alexandria, ya sabía él hacia dónde. Sentía que debía llenarse de odio para olvidar a Dana, por eso la miró bajarse de su auto y entrar al edificio de apartamentos de Mulder.



Pendrell divisó a lo lejos a una pareja que se perdía en un abrazo y un beso eternos, detrás de la persiana que reflejaba las sombras de los ocupantes del único apartamento iluminado a esa hora de la noche.



Decidió tomar no uno, sino muchos tragos para tratar de olvidar.





4



Esa mañana Mulder fue el primero en llegar a la oficina. Se decepcionó al no encontrar a Scully en ella pues últimamente sentía muy fuerte el peso de su ausencia, en los pocos momentos que permanecía sin ella. Pensaba satisfecho en que había finiquitado con éxito y sin dificultad el tema de Pendrell, cuando sorpresivamente éste asomó por la puerta.



- Buenos días Mulder, vengo a reportarme a ti como mi nuevo superior jerárquico.

- ...? – Mulder no pudo decir palabra, pero su cara de sorpresa lo reveló todo.

- Fui asignado como apoyo directo del Laboratorio de Criminalísitica para los Expedientes X, Skinner me notificó vía fax ayer, debiste recibir una comunicación similar...



Mulder miró hacia el fax, vio el papel tirado en el suelo, lo recogió y lo leyó.



- Pendrell, no puedo ocultarte mi sorpresa, jamás solicitamos otro apoyo, sinceramente creo que Scully y yo nos bastamos con el trabajo que nos ofrece el laboratorio como siempre, el número de casos no requiere de un apoyo exclusivo, sabes que la política de la Agencia implica economizar gastos y esto no resulta muy coherente...

- Me fue notificado que la finalidad era que yo comenzara a realizar trabajo de campo, acompañarlos en las investigaciones directamente...

- Pues no me resulta muy claro... ni conveniente... no sólo por razones profesionales, lo que me contaste que tuviste con Scully, ese tipo de relaciones personales pueden interferir con el trabajo.



Pendrell se mordió los labios de la rabia con estas palabras, él sabía muy bien quienes tenían una relación personal inconveniente para el trabajo.



- No es de preocuparse, Dana y yo hemos aclarado la situación, somos solo amigos.

- De todos modos, Pendrell, permíteme dialogar esto con Skinner. No dudo de tus calificaciones para emprender otro tipo de trabajo, pero lo usual en el FBI es trabajar en parejas, no en tríos.



En ese momento la puerta se abrió y Dana Scully asomó a la oficina, al entrar, los dos hombres se quedaron mirándola, cada uno con la confesada admiración del amor que le profesaban, el uno con la satisfacción de saberla suya y el otro con el dolor y el resentimiento de haberla perdido. Ella transparentaba la alegría de saberse amada por Mulder, su rostro se veía iluminado por una particular belleza, más allá de la habitual y los dos hombres la miraban embelesados, sin pronunciar palabra.



Los segundos se perdieron en el silencio que cortó Dana con un buenos días. Se preocupó de ver a Pendrell y Mulder juntos, no le gustaba la idea de ser nuevamente asunto de conversación entre ellos sobre todo con un tema que consideraba terminado.



- Hola, Dana.

- Buenos días Scully. El Agente Pendrell ha sido asignado a nuestra sección, a partir de la fecha – Le dijo Mulder en voz baja, acercándose a ella y recibiendo su abrigo para colgarlo en la percha.



Dana no pudo ocultar su contrariedad, la sorpresa y además, la desconfianza de que algo tan “casual” hubiese ocurrido.



- Es... extraño... - no pudo dejar de decir.

- Dana, se me quiere dar la oportunidad de salir del laboratorio y comenzar a trabajar directamente en los casos, mis conocimientos serán muy importantes para recolectar y procesar científicamente las pruebas en las escenas de los crímenes, podrán tener resultados más pronto...

- Pero no estamos en la Sección de Crímenes Violentos, Pendrell, nosotros investigamos asuntos menos convencionales... – repuso Mulder.

- Pues si hay objeciones les solicito presentarlas a sus superiores, - dijo Pendrell muy seguro del apoyo oscuro con que contaba. – por ahora, solicito estar informado de sus casos y ser llamado para cumplir con mi trabajo cuando sea pertinente...



Cuando Pendrell abandonó la oficina los Agentes se miraron con preocupación, aunque era un hecho que la forma como lo veían había cambiado por los acontecimientos personales de los últimos días, siempre habían confiado en él, pero ahora, cada uno por su lado consideraba inusual que el FBI le diera impulso a los Expedientes X, cuando era bien sabido que buscaba acabarlos o controlarlos a toda costa. La palabra “espía” resonaba en la mente de Mulder con casi la misma insistencia que cuando Dana Scully había sido asignada a su sección.



“El problema es que Pendrell por más noble que perezca, cuenta con cierta pusilanimidad que le haría fácilmente manipulable”, pensaba.



- Scully, debemos ser precavidos, esto no es normal.



Scully sintió por un momento que con lo ocurrido entre ella y Pendrell, cualquier cosa que dijera podría ser utilizada en su contra.





5



Skinner no pudo hacer nada, la orden había venido desde lo alto y se sintió en la obligación de advertirles que tuvieran cuidado, pues aunque no tenía nada contra Pendrell, compartía la opinión de que era completamente anormal que hubiese ascendido con tan altas recomendaciones y precisamente para “favorecer” los Expedientes X.



Pendrell se había integrado poco a poco a la dinámica de trabajo, en las semanas transcurridas aún no le contaban todo pero ya les había acompañado en varios incidentes para los que fueron llamados en la misma ciudad de Washington, pero ahora debían atender un llamado en Boston, que quizá les demorase varios días.



Las autoridades de la ciudad de Boston estaban espantadas con una serie de asesinatos ocurridos no tanto por los hechos en sí mismos, sino porque los occisos eran inidentificables, ni sus huellas, ni sus placas dentales aparecían en algún registro conocido, nacional o internacional, ya las autoridades habían acumulado cuatro cadáveres, todos muertos en circunstancias similares.



Scully y Mulder acordaron con Pendrell encontrarse directamente en Boston, éste en secreto había demorado su viaje pues debía rendir informe ante sus nuevos superiores.



El Fumador le recibió como siempre de una forma despectiva, había aprendido con el tiempo a respetar a sus enemigos y a subestimar a sus aliados, más en este caso, pues Pendrell seguía padeciéndole muy insignificante, el Fumador sabía que le era más imprescindible Mulder como enemigo que Pendrell como aliado, pero por ahora le era útil para tratar de sembrar la desconfianza entre la pareja de Agentes, esta alianza cada vez más intima entre ellos era inconveniente y había que romperla de alguna forma.



Pendrell como siempre nervioso, deseaba ser aceptado por este hombre, que le generaba repulsión y admiración al mismo tiempo.



- Qué tiene para mí Señor Pendrell...

- Señor, he seguido los pasos de los Agentes Mulder y Scully y como le he recomendado reiteradamente, ustedes pueden aspirar al control de los Expedientes X si les separan, unidos se han convertido en una fuerza muy cerrada y fuerte, ni siquiera yo he logrado acercarme a ellos o incrementar su confianza en mí.



Pendrell tenía la secreta esperanza de lograr separar a Mulder y Scully por medio de sus pocas influencias ante el Fumador, esa sería su venganza. Había podido apreciar como el dúo de Agentes discrepaban con las palabras pero se entendían en sus silencios, sus miradas, sus gestos decían mucho más de lo que ellos mismos querían, y era muy evidente ante alguien que les acompañara de una forma casi permanente. La rabia y el dolor se habían alojado permanentemente en su corazón, pero no por ello habían desalojado al amor, que seguía allí, latente, como fuego impertérrito, hacia Scully, quizá si lograba separarlos, aún tendría una esperanza.



- Ya tenemos un plan para el asunto Agente, el caso en Boston es solo un señuelo, esté atento porque nuestros planes son ahora definitivos y no nos permitiremos fallar.

- ¿Cuáles son su planes?

- No me está dado revelárselos, Señor Pendrell, sólo esté atento.



Una vez Pendrell abandonó la oficina el Fumador tomó el teléfono.



- Krycek, ya sabes cuáles son tus ordenes, puedes proceder.

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Esta historia continuará...



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