SKY IS BROKEN
DISCLAIMER: Scully no es mia.
NICK: spookygilly
SPOILERS: Después de Millenium.
RATING: O18W
TIPO: VIÑETA, UST, POR SUPUESTO O18W
DEDICATORIAS: A Bob :)
FEEDBACK: sí, porfavor, es el único reconstituyente para este desgaste de cerebro
:p. gilly_la_siniestraARROBAhotmail.com
APARTAMENTO DE SCULLY
7:37 a.m.
-oh! mierda- farfullaba Scully mientras intentaba quitarse la ropa empapada
y llena de barro. -No me lo puedo creer, de veras q no. Como vuelva a llamarme
a las tres de la mañana para ir en busca de sus marcianitos verdes... le cojo
y le estampo contra la pared.
Se fue quitando poco a poco la ropa, levantando su ceja cada vez q encontraba
más y más barro en lugares q hacia mucho tiempo q no llegaba nadie. Eran las
siete y media de la mañana de un frío sábado invernal y estaba calada hasta
los huesos. Una vez q estuvo desnuda se metió en la bañera y empezó a ducharse
con el agua tan caliente que su piel empezaba a enrojecerse. Protestó de nuevo
cuando encontró más barro en su pelo.
Ya sabía que no sería buena idea perseguir a una nave extraterrestre en pleno
invierno y a las cinco de la mañana, pero como Mulder se lo había pedido, pues
tenía que ir. No es que en realidad la molestase, en el fondo le gustaba, pero
aquel día estaba realmente cansada. Justo una hora antes de que le llamase su
querido compañero, había estado vomitando la cena, el estómago seguía doliéndole
a rabiar, y la pastilla parecía no querer hacer efecto sobre ella. Sus buenos
modales y las horas semanales de yoga no parecían hacerle efecto en días malos
como ese. Se exaltaba con todo, y la pagaba con quien no debía.
Acabó de ducharse y se envolvió en su caliente albornoz. Fue a la cocina para
tomarse un zumo de naranja. Por la ventana ya entraban los primeros rayos de
luz. Había estado más de media hora bajo la ducha. Estaba realmente cansada,
así que después de lavar el vaso que acababa de utilizar, y acordarse por milésima
vez de Mulder, al pensar que él dejaría el vaso a merced de todo bicho viviente;
se fue a la habitación.
-¡Dios! Ahora no tengo sueño- Se oyó decir a sí misma en cuanto vio la cama.
Entristecida, se acabó de quitar el albornoz y se puso una camiseta ancha. Por
unos minutos se agradeció a sí misma el haber rechazado la oferta de su madre
de irse a vivir con ella para que no se sintiera tan sola; pues entonces no
podría estar así como estaba ahora. Con una camiseta. Solo eso.
A pesar de saber que no iba a pegar ojo en todo el día, se tumbó sobre la cama
y dejó caer sus párpados. Se sentía extraña. Bueno, no exactamente extraña,
más bien excitada. El estar corriendo toda la noche, el cansarse y sentir la
respiración agitada, no sólo la enfurecía como se podía apreciar, sino que extrañamente
la excitaba. Encima aquel dia Mulder había prestado su lado más caballeroso
quitándose su cazadora de cuero y dándosela a ella para que no cogiese frio.
Aún recordaba su olor característico y su tacto...
Una de sus manos se introdujo discretamente bajo su camiseta, acariciándo su
estómago, y deseando secretamente que fuesen las manos de Mulder las que le
acariciasen. Alargó la mano que le quedaba libre y abriendo un cajón de su mesita
de noche, sacó una foto de Mulder. Aún recordaba cuando él se la dió. Un dia
estando en su casa, la vio tumbada en la estantería. Él le contó una rara historia
de su última borrachera y de una sesión de fotos... el caso es q salía guapísimo,
y él se la regaló.
Se quedó mirando la foto por más de un minuto, mientras se seguía acariciando
lenta pero habilidosamente por todo el cuerpo. Volvió a cerrar los ojos y pensó
en él. En cómo le gustaría acariciar todo su cuerpo, besar aquellos labios hechos
para el deseo y quedarse abrazada a él cuando hubiese terminado de hacerle el
amor... tres o cuatro veces. Sonrió ante tal pensamiento.
Ya se habían acercado más en dos ocasiones; la primera en el pasillo del apartamento
de Mulder, cuando ella fue trasladada a Sant Lake City. Solo una abeja la separó
de lo que había deseado en mucho tiempo. Y la segunda en año nuevo, no hacía
mucho en realidad. Aún podía notar los carnosos labios de Mulder sobre los suyos.
No es que hubiese sido un gran beso, pero para ella había significado mucho.
Había sido dulce, un beso lleno de amor. Pudo ver el miedo en los ojos de Mulder
esperando la reacción que ella tendría, pero al ver la sonrisa de tonta enamorada
que no pudo evitar Scully, se tranquilizó.
-Ay !- Suspiró ella mientras seguía tocándose y pensando en él. Recorrió con
su mano la parte interior de sus muslos, mientras no dejaba de repetir "Mulder,
mulder, muldeer..."
Soltó el cuadro, y se llevó esa misma mano a la boca, se lamió los dedos y los
condujo lenta pero segura, a su sexo. Jugeteó con los dedos, introduciéndolos
y espaciendo sus líquidos por su vórtice del placer.
Ya se había acostumbrado a ese ritual. Después de una noche de "cacería", llegaba
a casa, se daba una buena ducha, o un buen baño y se tumbaba en la cama pensando
en Mulder mientras se masturbaba...
- Muu..l..derrr...- Volvió a suspirar.
A veces pensaba en lo que haría su compañero. Si quizás él también se masturbaba
pensando en ella, o por el contrario, solo fantaseaba con las mujeres de las
películas que tiene guardadas en el cajón... En cómo sería si estuviesen juntos,
en la cama, sacándo el máximo placer posible de sus cuerpos... Y el hecho era
que ese simple pensamiento la hacía ruborizar. A veces también se imaginaba
que él la espiaba a oscuras, como aquella vez, escondido en las sombras de su
habitación...
Su mano subió hasta sus pechos, acariciando sus pezones y mojándose los labios
con la punta de su lengua. Deseaba que fuesen las manos de Mulder y no las suyas
las que estuviesen haciendo aquello, pero por otra parte, no quería arriesgar
lo que tenían. Y un pensamiento no dejaba de repetirse en su cabeza. "¿Por qué
debe ser todo tan complicado? ¿Por que no simplemente me puedo acostar con él
sin ningún compromiso?" Sonrió. Las monjas de su escuela dirían que ese era
un pensamiento pecaminoso y carnal, predispuesto para los hombres, y no para
una señorita. Por una vez las dió la razón. Por más que pensase en el sexo sin
compromiso, sabía que sería ella la primera en querer a tener a Mulder en su
cama para siempre, y no por capricho de una noche.
Poco a poco la respiración de Scully fue más y más deprisa, al igual que sus
manos, moviéndose alocadamente por su sexo. Y en un momento ella estaba acabando,
mientras gritaba "Mulder" como una súplica. Le deseaba tanto...
Scully se lamió los dedos, y con una sonrisa tonta en la cara se acercó a la
ventana para tomar un poco el aire. La abrió y sacó la cabeza por ella. La lluvia
que había cesado una hora antes, había empezado a caer con más fuerza. Le daba
igual. Era en esos momentos cuando se sentía realmente libre, cuando dejaba
su racionalidad, su escepticismo... dejaba volar su mente y se entregaba por
completo a ese cúmulo de sensaciones: después de tener un orgasmo, con medio
cuerpo fuera de la ventana, y la lluvia empapándola por completo.
Al cabo de un rato, volvió a la calidez de su cuarto. Se quitó la camiseta mojada,
se pasó una toalla por el pelo y se puso esta vez una camiseta de tirantes.
No había conseguido quitar todo la humedad del pelo, y algunas gotas caían incesantes
sobre sus hombros. La sensación de su ardiente cuerpo, con las frías gotas...
se reprochó a sí misma el estar excitándose de nuevo.
-Por Dios Scully, controla esas hormonas- ¿Scully? Rió. Ya ni siquiera ella
misma se llamaba Dana. Ahora le parecía mucho más cálido su apellido que su
propio nombre. Había cambiado tanto en ella aquel hombre... Y no se arrepentía
de nada. Se asombró de lo poderoso que puede llegar a ser el amor.
Al momento sacudió su cabeza. Necesitaba descansar. Volvió a su cómoda cama,
y tapándose un poco con la manta, durmió plácidamente todo el resto del día.
Soñando.
FIN