Nombre del Fanfic: Snow Angel III
Capitulo: 3
Autor: biogenesis1980
Dedicado a: este va dedicado a Tamy que ama este tipo..
Clasificacion: Sleeping Bags
Romance
Aventura
Humor
Fanfic: HORAS DESPUÉS
Ya perdió la cuenta de las veces que ha volteado a la cabaña contigua, se supone que vigila la playa, pero es incapaz de no desviar la mirada al lugar donde ella ya debería haber llegado
La espera se le ha hecho eterna, no tiene noción del tiempo que ha pasado en esa ventana, vigilando, ansiando que aparezca, pero sobre todo deseando que lo haga sola.
Sabe que la hizo enojar, no duda de eso… ella lo dejó bastante claro cuando le dio la espalda para regresar a la estación de policía. Y aunque por lo pronto él solo quiere que ella llegue para darle una explicación… (La más razonable que se le ocurra)... También teme que ella lo mande al diablo… otra vez
No es que no sepa las reglas, las sabe, la tiene presentes cada vez que caminan rumbo a la oficina de Skiner y algún agente la voltea a ver, o como ahora, cuando están en un caso y tienen que fingir que son solo compañeros, pero si ese detective no la hubiera mirado como lo hizo, si ella no se hubiera puesto ese maldito traje que la hace lucir tan bien, tal vez, esta vez, solo esta vez…no las habría roto.
Una pequeña luz en la cabaña le indica que ella ya llegó… pero por alguna razón, sus pies se reúsan a moverse de esa ventana… imagina que después de todo no sea una buena idea ir en este momento, ella es agente federal y tiene un pistola cargada, pero sobre todo… tiene una excelente puntería… darle tiempo, para al menos… guardar el arma…es lo mejor que puede hacer por su salud física y mental…
Puede ver su silueta recorrer la habitación, moviéndose de un lado a otro, inquieta, imparable, ella es así… sin más ni más, dominante, única, fuerte…su Scully…
En esta tiempo aprendió a conocerla, como compañera, como amiga y ahora, como amante… pero todavía… a veces, siente que una parte de ella está ausente, que hay una rincón que no lo ha dejado conocer, la ha sentido temblar cuando la toca, vibrar bajo su cuerpo, es capaz de leer en sus ojos que no es solo algo físico, pero también ha visto una sombra de duda en ellos, al principio pensó que era el hecho de romper las reglas lo que la molestaba. Lo que la hacía no entregarse por completo, pero no es la primera vez (ni la ultima) que han roto las reglas en la oficina o en un caso, es algo más complejo, algo que no le permite dejarse arrastrar , sin ataduras , sin impedimentos, sabe que sus sentimientos son tan intensos como los de él, tan intensos que en ocasiones es imposible no dejar que se impongan a la cordura, pero, ocasionalmente, puede notar que eso que ella mantiene guardado, no la deja amarlo sin restricciones. El se ha preguntado si será algo de su pasado, cuando todavía no se habían encontrado... Teme preguntar, teme a una respuesta que los lastime… pero está dispuesto a esperar q que ella esté lista, cuando ella encuentre el momento para contarle, el estará ahí, en el sofá, con cerveza y una sonrisa escuchándola cuento sea necesario.
Unos suaves golpes lo sacan de sus pensamientos…sabe que es ella, no la ha visto venir, pero lo sabe, deja que el aire inunde sus pulmones antes de abrir la puerta y se prepara,( lo mejor que puede) para una Scully enojada.
- Scully… yo…
Corta su frase cuando la ve,
- Scully, estas bien?-
- No sé que tengo
- Entra.
- No sé,… iba a acostarme y de pronto sentí escalofríos
La dirige suavemente la orilla de la cama para que descanse un poco, en un instante, los recuerdos de una enfermedad cruzan como un flash por su mente y la preocupación hace presa del él.
- Quieres que llame a un doctor?
- No es necesario…solo necesito…, necesito entrar en calor
Dulcemente la conduce a la cama, se deshace de sus zapatos y la envuelve entre las sabanas, se recuesta junto a ella y la abraza para protegerla de todo aquello que pudiera lastimarla… acerca sus labios a su oído para susurrarle “Tranquila, yo estoy aquí”
- Gracias
Por segundos que parecen eternos lo único que puede escucharse es el suave sonido de las olas acariciando la arena…
- Scully,…lo lamento
- Está bien Mulder, no es grave, se me pasará-
El cierra los ojos para dejarse llevar por el aroma que su cabello despide, tenerla así, entre sus brazos, dejándolo ver que lo necesita, que él es capaz de hacerla sentir mejor, es más de lo que su resistencia puede soportar, un nudo comienza a formarse en su garganta y la estrecha aún más a su cuerpo, se da cuenta de lo perdido que estaría sin ella.
- Me refería a lo que pasó en la estación de policía… no debí comportarme de esa manera…
Ella se gira para encontrar sus ojos y puede ver que una sombra de tristeza y remordimiento comienza a formarse en ellos…
- Scully…yo… lo…Siento,… es solo que… a veces… no puedo…. – Su voz se quiebra volviéndose apenas audible - …es tan difícil fingir que solo somos compañeros…
Esa mirada de azul profundo comienza a cubrirse con una cortina de lagrimas, quisiera decirle que no es nada, que solo fue una discusión tonta, que lo entiende, que en ocasiones ella tiene el mismo impulso de demostrar que le pertenece, pero ni una palabra sale de sus labios, la marea de sentimientos que puede ver a través de esos ojos verdes que la traspasan le tocan el corazón hasta casi hacerlo sangrar … en momentos como este ella puede ver lo mucho que él la ama, lo que significa para ella, lo que estaría dispuesto a sacrificar y su temor a lastimarlo desencadena que su rostro comience a humedecerse…Apenas un hilo de voz escapa de sus labios,
- Estoy bien Mulder, todo está bien…estoy aquí ahora… no importa nada mas
Antes de darse cuenta de lo que hacía bajó su cabeza y la besó en la frente. Una cadena de besos se desató y comenzó a besarle las lágrimas que habían comenzado a correr por sus mejillas, su barbilla y finalmente su boca.
Besó apaciblemente sus labios saboreando cada una de las lágrimas que había provocado en un intento de compensar su error. Buscó su cintura para apretarla contra él, para asegurarse de que no se le escaparía esta vez. Ya no había excusas, ni malentendidos, en el aire sólo flotaba un amor que había estado clamando por la liberación
Un suspiro se escapó de sus labios cuando sintió las manos de Scully aferrarse a su espalda y apretar su pecho contra él. Mientras seguía besando su cara, sus manos hacían un recorrido acariciando sus brazos, sus pechos, su cintura. No quería separarse de su boca, sentía la urgente necesidad de intoxicarse de su olor, de su piel, de sus labios. La besó con pasión mientras seguían moviéndose despacio, por fin se apartó de ella solo para centrarse en su cuello, bajar las manos por su pecho y tirar de la camisa fuera de su falda.
-Mulder…
Le llamó mientras que él enterraba la cabeza en su cuello y comenzaba a resbalar una de sus manos por debajo de la blusa.
-Dios Scully. Si quieres que pararemos tendrá que ser ahora –jadeó contra su oído.
-No creo que… sea buena idea… recuerda,… tenemos reglas… -y aunque sus palabras viajaban en dirección opuesta, sus manos, por el contrario, se quedaron en su pecho desabrochando concienzudamente todos los botones de su chaqueta.
-Entonces… quieres que nos detengamos ahora…? -Su voz …Mas ronca de lo habitual le deja ver que es ella quien tiene la última palabra…
-Estamos en un caso… -gimió contra su cuello mientras él masajeaba uno de sus pechos.
-Ahora no estamos trabajando–chupó el lóbulo de su oreja y recorrió su cuello entre besos mientras desabrochaba los botones de su camisa- y no puedo esperar más –tiró de ambos lados de la prenda y descubrió completamente el escote que tantas ganas había tenido de besar y acariciar desde que la vio salir con ese traje que resaltaba su figura. Un gemido se escapó de los labios de Scully y todo pensamiento racional se fue con él. Este hombre la hizo perder el sentido de la realidad cuando casi desgarró su blusa por la urgencia.
Se lamió los labios y mientras que Mulder comenzó el descenso por su cuerpo, abarcó sus pechos aún firmemente sujetos por una sencilla ropa interior y tomó entre sus manos su cintura con posesión mientras besaba el suave estómago que se había revelado ante él. Sus manos bajaron por sus glúteos, por sus muslos, y cuando encontró el dobladillo de su falda arrastró sus manos por debajo ascendiendo de nuevo, suavemente, prolongando el momento de encontrar los dos extremos de sus delicadas medias unidas a su ropa interior, tiró de ellos despacio. Ella le ayudo levantando ligeramente las caderas para permitir el descenso de sus manos. Rozó sutilmente sus increíbles piernas en el proceso, llegó a los tobillos donde ella, en un par de movimientos rápidos, se deshizo de la ropa que había viajado con tanto mimo.
Mulder volvió a ponerse a su altura. La besó hambriento mientras notaba como sus manos tiraban de su chaqueta hasta lanzarla al suelo sólo para comenzar un asalto con su camiseta. Tiró de los extremos hacia arriba mientras parecía que sus bocas se hubiesen declarado la guerra. Se separaron únicamente para sacar la prenda por la cabeza y lanzarla al suelo junto a sus medias.
Un gemido se escapó de sus labios cuando sintió la piel de Scully rozarse contra su pecho, agarró su cintura con una mano para mantenerla lo más pegada a él posible y con su otra mano tiró de la blusa abierta que lo único que hacía era esconder más zonas a las que quería prestarle atención.
Sintió sus manos moverse en su entrepierna y deshacer con furia la hebilla de su pantalón al mismo tiempo que su lengua exploraba cada centímetro de su boca. Deslizo sus pantalones justo como él había deslizado sus medias, rozando sutilmente sus muslos en el proceso, hizo el viaje de vuelta para atrapar de nuevo su boca mientras que con rapidez, Mulder se libró de toda la ropa que tenía en sus tobillos. Dirigió sus manos para Buscar el enganche de su sujetador, tuvo que contener un sonoro jadeo cuando sus pechos se balancearon contra su piel. Presionó su cuerpo contra el de ella mientras su boca mordía suavemente uno de sus hombros y sus manos bajaban la cremallera de su molesta falda.
Cuando la última prenda de ropa resbaló a lo largo de sus piernas, supo que podía morirse del placer al tener, por fin, a Scully, su Scully, desnuda entre sus brazos.
Empujó su cuerpo despacio hasta recostarla completamente en la cama y tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para contener sus ganas de penetrarla en un solo movimiento y comenzar las acometidas furiosas entre sus piernas. En lugar de introducir su sexo palpitante, que se cernía sobre ella, una sonrisa llena de amor se dibujo en su rostro durante unos segundos. Descubrirla le quitó el aliento, y su cerebro luchaba por encontrar las palabras adecuadas para decirle que ella sentía lo mismo. No fue necesario que formulará una respuesta, él sabia que las palabras no eran necesarias entre ellos, era suficiente con tenerla a centímetros de su piel, percibiendo su calor, sintiéndola temblar entre sus brazos… y se lo demostró haciendo que una de sus manos viajara hasta un mechón de pelo rebelde para despejar su rostro y llevarlo hasta su oreja, en repuesta ella deslizo uno de sus dedos por su rostro, dibujando línea imaginaria en sus labios, él se inclinó para besarla.
Sus labios se abrieron para él, con hambre para sentirlo suyo, y, por un tiempo, esto fue todo lo que hizo, sus lenguas perezosamente explorándose una a la otra, sus manos acariciando sobre la piel caliente. Cuando se separaron para tomar aliento, Mulder se incorporó plenamente en los codos, buscando sus ojos
- Scully?"
- Si?"
- Quiero hacerte el amor.
Ante esta declaración, no de exigencia, sino de petición, una sonrisa amplia y cariñosa ilumino su rostro, y, un pensamiento ridículo cruzó por su mente: si existen los genios desearía poder permanecer en este momento para siempre.
- Sí, por favor. Te necesito.
- Te necesito, también,- se movió ligeramente de modo que la punta de su miembro duro fue a parar en contra de su entrada. Esperando, prolongando ese momento
- Dios! MULDER!! –jadeó casi molesta mientras tiraba de su trasero con fuerza.
Antes de que pudiese reaccionar a su deseo, ella ya había tomado el mando y le guiaba hasta ella al mismo tiempo que levantaba sus caderas para encontrarle. Comenzó a hundirse en su cuerpo con una lentitud casi dolorosa que provocó las quejas de la mujer que tenía debajo, y que ahora cerraba sus ojos con fuerza mientras se mordía los labios.
Llegó hasta lo más profundo de su ser y no supo describir la alegría repentina que se apoderó de él al estar dentro de su compañera, su amiga, su piedra de toque, su Dana, su Scully , la mujer que amaba. Agarró sus hombros y comenzó a balancearse despacio, retrocediendo y avanzando con tal tranquilidad que una sarta de quejidos inconexos resonaron contra su oído izquierdo instándole a que retomara la tarea con más brío.
-Demonios Mulder –gimió cuando fue capaz de formar una frase - deja de torturarme…
El poco control al que trataba de aferrarse se evaporó cuando sus palabras le acariciaron el cuello. Sus caderas cobraron vida propia y comenzó a penetrarla casi con desesperación, gimiendo cuando llegaba a lo más hondo, mordiendo su hombro cuando el placer era insoportable. Buscó sus piernas, firmemente sujetas a su cintura, e hizo que las doblara a casi ambos lados de su pecho. Cuando la penetró lo más lejos que fue capaz de encontrar, no supo quién de los dos comenzó a jadear con más fuerza. Enloqueció entre sus piernas, empujando con tal ansia que si la cama no hubiese estado clavada al suelo la hubiese llevado al otro extremo de la habitación. Agarró su rodilla derecha y la sujetó por el hombro contrario mientras enterraba la cabeza en su cuello para lamer, chupar, morder, besar cada centímetro de piel que tocaban sus labios.
Los sonoros jadeos de ella llenaron la habitación. Eran tan vocales que a pesar de que creía que pudiesen escucharlos al otro lado de la playa, lo único que provocaron fue potenciar su excitación deseando hacerla jadear más fuerte.
Un grito vibró en la garganta de Scully, resonó en las paredes del cuarto al mismo tiempo que su sexo temblaba a su alrededor, su cabeza se arqueaba hacia atrás con los labios casi abiertos por completo y sus ojos se apretaron con tal fuerza que pensó que no soportaría tanta tensión.
La mantuvo entre sus brazos totalmente enterrado en ella y se deleitó con los temblores de un orgasmo que él mismo había provocado. Sentirla apretando su erección con su cuerpo fue más de lo que podía soportar. Comenzó a embestirla de nuevo con acometidas frenéticas. Su propia culminación lo tomó desprevenido, lo mareó, lo invadió y salió a la superficie en un ronco jadeo que vibró en todo su cuerpo. Perdió toda percepción del mundo que le rodeaba a excepción del maravilloso cuerpo caliente que le había hecho perder la razón
Mulder se dejó caer a su lado extasiado. Centró su atención en la respiración acelerada de Scully que poco a poco iba tomando su ritmo normal
-Dios-susurro-… eres hermosa
Ella giró para encontrar sus ojos mirándola con ternura.
- Gracias…
El sonrió de medio lado sin dejar de mirarla
- Te sientes mejor?
-Si… las endorfinas ayudaron
- Me alegra haber sido útil.
Ella le devolvió la sonrisa y una ligera caricia en el rostro como respuesta.
- Quieres saber donde pase toda la tarde?
- Va a agradarme tu respuesta?
- mmm… Tal vez
- Muy bien… mientras más rápido… mejor
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