Título: Dos ángeles
Autor: Gillian terol.
Tipo: No tengo ni la más remota idea.
Raiting: Para todos los públicos.
Resumen: Una muchacha se queda encerrada en un ascensor con dos personas que
ayudaran mucho en su vida sin apenas saberlo.
Disclaner: Me niego.
Nota de la autora: Es corto, y no es un MSR lo que, probablemente, hará que
muchos pasen de leer el relato. Pero es una de las cosas más sinceras
que he plasmado con letras.
Aviso: no busquéis tres pies al gato, porque no los tiene.








Tres palabras: No tengo miedo.
Eso es lo que acude a mi mente en momentos de locura transitoria.
Sí, y sé muye bien de que hablo.
Hay muchos tipos de locura. esa que aparece y no desaparece nunca, a la que
vemos pasear en las aceras de las calles de nuestro bonito barrio sin que
haya sido invitada, y luego está esa locura que sólo aparece en momentos de
angustia. Donde el más mínimo detalle te hace temer por algo o sentir que
algo, en algún sitio no va del todo bien, o al menos, no como debería
ir.

A veces pienso, que llorando un poco y olvidándolo después, lo apartas de
tu memoria. ¿Pero os cuento un secreto?, no desaparece, nunca.

La verdad es que no puedo quejarme. He tenido más suerte que muchos otros.
pero aún así, aunque sepas que eres afortunada, siempre, y recalco esa
palabra; siempre acuden a tu mente momentos malos, que has de vivir y
soportar.

Hace poco pasé por una de esas fases. Cuando sonaba el teléfono saltaba
del susto, siempre.
Me daba miedo que mi madre me dijera que tenía que contarme algo, porque ,
probablemente, sería una mala noticia y, yo ya no podía soportar más, ni
una más.
Y fué entonces, cuando encontré a ese par.
Me abrieron los ojos en muchos sentidos. Mis problemas no han
desaparecido, siguen ahí, pero gracias a ellos, aprendí a llevarlos
conmigo.

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DOS DÍAS ANTES
CENTRO COMERCIAL GRAN VÍA


Yo estaba con mi madre haciendo un par de compras en el centro comercial, no
era gran cosa, pero las suficientes como para que me pidiera ayuda.
No sé si sería porque estábamos en vísperas de navidad, o porque ,
simplemente, ese día había decidido ir todo el mundo a comprar, pero el
caso es que no se podía ni andar. Tooooooodo lleno de gente.

Al terminar las compras, nos dimos cuenta de que si queríamos salir de allí
sería mejor darse prisa.
Mi madre subió al parking con varias bolsas de la compra y yo esperé el
ascensor con las bolsas más grandes que no podíamos subir por las escaleras.
Me extrañó no ver a nadie esperando conmigo, cosa que agradecí. La verdad, no
me apetecía subir a un ascensor lleno de un montón de marujas hablando de
los regalos que habían somprado o dejado de comprar.

Las puertas se abrieron y entré con mis tres enormes bolsas de la compra.
¡Suerte que el ascensor era grande!.
Dos plantas más arriba se abrieron las puertas. Pensé que entraía la
marabunda, pero al contrario de eso, sólo entraron dos personas.
Pero no sé que hubiera sido peor, la marabunda o esto.

S: ¿Y cómo querías que supiera yo que esto estaba lleno de gente?
M: ¿Y cómo esperabas que estubiera?. Scully, estamos a 23 de diciembre,
la gente hace las ocmpras de navidad en estas fechas.
S: Bueno pues te aguantas!, si yo puedo acompañarte a cazar mountruos en
mitad de la noche, tu puedes acompañarme a comprar un juguete para mi
ahijado.
M: Si acompañarte sí puedo. Pero lo que no quiero e smorir en el intento.
¿Has visto como han saltado sobre mi esas dos mujeres cuando he intentado
coger el pokemón para tu ahijado?, creía que me iban a comer.
S: ¿Tienes miedo de dos marujas y no lo tienes de cosas raras que se
arrastran por las cloacan de Main?. Me esperaba másde tí Mulder.

En este punto de la conversación creo que fué cuando desconecté. Al principio
me pareció una pareja graciosa, pero ahora ya me estaba empezando a coger
dolor de cabeza.

En ese momento las luces hicieron un intento de apagarse, pero no lo hicieron
, depués un sonido disonante hizo que me tapara los oidos.

El ascensor se había detenido entre la cuarta y quinta plantas, y a juzgar
por el caos que había ese día en el centro comercial, iban a tardar un rato
en sacarnos de allí.

M: Lo que me faltaba!
S: ¿No me irás a hechar también a mi la culpa de que se pare el ascensor?
M: No...........pero.......
S: ¿Pero qué?
M: Nada, da igual.

Creo que no lo debe igual. Pero supongo que por evitar una nueva discursión
prefirió callarse.

Miré las bolsas de la compra apiladas en un rincón, y pensé que si íbamos
a estar allí un rato, estaría más cómoda a su lado. Así que me senté en el
suelo, con aparente repercusión porque mis dos acompañantes me imitaron.

El hombre, que por lo que había escuchado en la conversación, se llamaba
Mulder, sacó una bolsa de pipas que ofreció en seguida a la mujer, pero
ella no quiso. Luego me miró y me ofreció a mi también.
La verdad es que me apetecián. Pero supongo que por poca confianza negué
con la cabeza y susurré un pequeño, gracias.

A los pocos minutos ya nos habían avisado de que tardarían un par de horas en
sacarnos de allí. Supongo que los tres lo teníemos asumidos, porque ninguno
hizo comentario alguno.

Estar quieta tanto tiempo hace pensar. Normalmente piensas en lo primero
que te viene a la mente. El problema empieza cuando te das cuenta de que
lo que te viene en ese momento a la mente se reducea momentos que es mejor
no recordar.
Pero ahí estaban de nuevo, no podía evitarlo.
Mi cabeza daba mil vueltas, más de mil, millones de vueltas.
Ví muchos días difíciles en mi vida, el problema es que todos y cada uno de
ellos eran recientes.
Y me repetí mi frase; no tengo miedo.
Porque se puede tener miedoa lo decsonocido, a los fantasmas, a muchas cosas.
Pero también se le puede tener miedoa la vida. Al qué vendrá. A los momentos
que has vivido necesitas ser capaz de olvidar.
Necesitas pensar que esas cosas que puede que sucedan no sucederan jamás,
porque ya has sufrido bastante, porque ya no aguantas más. NO TENGO MIEDO.

En ese momento sentí qe alguien me miraba. Creo que ese hombre tiene un radar
o algo así para detectar cuando alguien no está bien.
Giré mi rostro y me enfrenté con el hombre que comía pipas. Me estaba mirando
fíjamente.

M: ¿Te ocurre algo?

Al principio pensé en no contestar. Después de todo no lod conocía, y en un
par de horas no los volvería a ver más. Pero luego pensé que no era plan
de parecer miss antipatía.

P: No, estoy bien.
M: Mulder.
P: ¿qué?
M: Que me llamo Mulder. Ella es Scully.- dijo mientras señalaba a la mujer,
que se volvió para sonreir.
P: Encantada. Yo soy Paola.
S: Parece que esto va para largo.
P: Un par de horas.
M: Sí. NOs vamos a aburrir.
P: A veces eso e sbueno, puedes pensar.
M: No pienses demasiado.

¿Era posible que ese hombre leyera las mentes?. No creo, pero sus ojos, era
somo si puedieran atravesarte y mirar dentro de tí.

P: No lo haré.

La mujer suspiró, creo que se aburría profundamente.

M: Pareces una niña.
S: ¿quien?
M: tú.
S: ¿yo?!. Mulder, el que está más aburrido que una ostra eres tú.
M: Sí, pero no lo niego. Tú intentas aparentar y te salen suspiros de
aburrimiento.

En ese momento se me escapó una risa. No pude evitarlo. La mujer me miró mal
pero Mulder sonrió conmigo.

P: ¿Son pareja?

Al parecer mi pregunta resultó un poco inapropiada a juzgar por el largo
rato que tardaron en responder.

M: No. Compañeros de trabajo.
P: Perdón.
S: Nada.
M: ¿Por qué lo has preguntado?
P: No sé. Desde que han entrado no han parado de discutir. Pero no de
pelearse, sino cariñosamente. Parecen el perro y el gato.
S: No pienso ser el perro.
M: Bueno, lo seré yo, pero entonces a ti te queda la gatita.

Y volvía reirme. Eran una pareja bastante cómica.

M: ¿Cuantos años tienes?
P: 19, ¿por?
M: No sé, curiosidad.
S: ¿No pensarás volverte ahora un asaltacunas no?, es un poco pequeña para
tí Mulder.
P: Jajajajajaa. En serio, son ustedes myu graciosos.
S: Nunca nos he visto desde fuera, pero no me parecía que fuéramos tan
graciosos.
P: jejeje, sí. Sí que lo son.
M: Al menos alguien en este sitio se lo está pasando bien.
P: LO siento, es que me haen gracia.
S: Eso ya lo hemos visto.

Luego hubo otro rato de silencio, pero Mulder lo cortó.

M: Perdona que te haga estas preguntas pero........¿Tienes hermanos?
P: No, soy hija única.
M: te pareces mucho

Me quedé mirándolo. ¿A quien se refería?. Scully me miró un par de segundos
y luego giró su rostro a MUlder. Pude ver como le cogía la mano.
Despué sme atreví a preguntar.

M: A mi hermana. Pero en mayor.

POr como lo dijo, supuse que le había pasado algo.

P: ¿Qué le pasó?

Escuchar las historia de ese hombre y su hermana pequeña me hizo plantearme
muchas cosas. Me contó todo, o casi todo.
En realidad no pensé que fuera a contármelo. Sin embargo lo hizo.
Casi lloro, tube que contenerme para no hacerlo.

P: Lo siento.
M: No importa. Ya es pasado.
S: Un pasado que nuca se olvida.
P: Eso lo corroboro. A veces te pasan cosas que quieres olvidar, o por lo
menos, intentar no recordar, que no es lo mismo, aunque lo parezca. Pero
cuanto más te esfuerzas en olvidarlas, más acuden a tu mente esas imágenes
y esos deseos de culpa.
M: Hablas como si te hubieran ocurrido muchas cosas.
P: Tal vez no como las suyas, pero también me ocurren cosas.
S: A todo el mundo nos ocurren cosas. Sin quererlas.

Y ahora fué MUlder el que tomó la mano de Scully y mirandola a los ojos
firmenente le envió un aliento de esperanza y confort.

P: Supongo que sí.

Y era verdad, sabía que tenía razón. Pero verlos allí, riendo, y sin
preocupaciones me hacía pensar.
Entonces lo entendí; a todo el mundo le ocurren cosas, directas o
indirectamente. Pero todo el mundo, o al menos la gran mayoría, sigue
viviendo, afrotando sus miedos y temores más profundos. Ssonriendo
ante los obstáculos y sobreponiéndose a sus caídas. Todo el mundo tiene
problemas, unos más graves y otros menos. pero siempre serán los peores para
tí, porque son los tuyos.
Pero no te puedes rendir.
Tienes que aprender a que si llaman por teléfono no es siempre para darte
una mala noticia, no te puedes asustar o sobresaltar cada vez que escuches
su sonido retumbar en tu cabeza, no se puede vivir así. No se puede.

P: ¿Tienen miedo?

Creo que mi pregunta pilló un poco por sorpresa.

S: ¿A qué?
P: no lo sé, a lo que sea.
S: Siempre se teme a algo. Soledad, oscuridad......
P: No...........¿tienen miedo de perder a alguien?
M: ¿A qué te refieres?
P: Un ser querido, tu padre, tu madre, un familiar, un amigo......quien sea.
M: Siempre tienes miedo de que le ocurran cosas a la gente que quieres.
P: Yo tengo miedo de perder a alguien, un familiar que está enfermo.
S: Lo siento.
P: Pero no lo digo.
M: ¿Cómo?
P: Prefiero callarme, no contárselo a nadie. Me da vergüenza.
S: No debes tener vergüenza de contar lo que sientes.
P: No supongo que no.

Creo que esa frase caló hondo, y no sólo en mí, sino también en ellos.

A los pocos minutos nuestro asecnsor recuperó la marcha.
No los conocía, no los volvería a ver. Pero esa extraña pareja me ayudó a
seguir adelante en un momento en que no tenía fuerzas para hacerlo.

No sé que habrá sido de ellos. Tal vez al final si sean pareja después de
todo. O tal vez después de nuestra conversación.
No lo sé. NI quiero saberlo, me gusta pensar que me quedé encerrada
con un par de ángeles en un momento de mi vida en el que necesitaba ayuda,
y ellos, me la dieron.


FIN