Título: Donde se rompe el
alma IV
Autora: Gillian Terol
Tipo: MSR
Raiting:
Resumen:A leer las otras tres partes, baguetes!.
Cuando su hijo y su compañera de trabajo salieron de su habitación, Caroline
Mulder se rescostó aún más en la cama para intentar conciliar el sueño. Se
tapó todo lo que pudo con las mantas, en realidad le encantaba esa sensación
de seguridad y calor que sentía dentro de la cama. Se pusó de costado mirando
a la ventana, pero había algo que le rondaba en la cabeza, algo que le había
dicho su hijo.
< Donde se rompe el alma.
No me esperaba esa respuesta. Creo que ha sonado demasiado poética para venir
de Fox. Sin embargo ha sido él quien ha dicho esas palabras. Está claro
lo que sienten el uno por el otro. Ella es capaz de recorrer kilometros a
toda velocidad sólo porque mi hijo la ha llamado. Él, ha sentido la inminente
necesidad de llamarla, aún sabiendo que estaba lejos. Y, para colmo, mi
hijo tiene que llamarla para decirle que ha llegado bien a mi casa.
Pero por otro lado, no quieren darse cuenta, no quieren afrontarlo.
Se llama miedo. Yo también lo sentí, igual que todos. Amar tanto a alguien
es sentir el miedo a perderla. Sobretodo si no sabes que la otra persona
siente lo mismo hacia tí. Podría habérselo dicho, haberle exlicado que tiene
que saltar, que adentrarse en ese miedo, tiene que hablar con ella, porque
de no ser así, su sentimiento siempre estará donde se rompe el alma, y es
mucho más bonito, da más seguridad, si lo sientes con el alma entera,
sujeta por la otra persona, segura en tí. Pero supongo que eso es algo que
tenemos que descubrir todos por nuestra propia cuenta, no vale que te lo
cuenten, debes verlo tú.>
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Mulder y Scully llegaron a casa de Caroline Mulder a los pocos minutos
de salir. El hospital estaba muy cerca de la casa.
Kate se había quedado dormida en el asiento trasero del coche. Era un
angelito, ahí, tumbada con respiración profunda, tranquila.
M: Ya hemos llegado Scully. - susurraba, no quería despertar a Kate.
Scully miró por la ventanilla que tenia a su derecha. Era una casa de dos
pisos,
S: Tu madre tiene una casa preciosa Mulder.
M: Sí, es muy bonita.
Mulder salió del coche y abrió la puerta trasera. Scully cogió su chaqueta
y salió también del coche.
S: ¿Sigue dormida?.
No le dió tiempo a volver a preguntar, porque cuando Mulder se levantó vió
la respuesta. Sí, seguía dormida. Pero ahora en los brazos de Mulder.
M: Cierra el coche, yo la llevaré dentro, aquí se puede resfriar.
S: Claro.
Scully sonrió y Mulder le devolvió la sonrisa, ¿por qué?, no lo sabían
ninguno de los dos, pero lo habían hecho y punto.
Mulder entró en la casa y subió las escaleras al cuarto superior para dejar
a
Kate en una de las habitaciones que quedaban libres.
Al escuchar los pasos, Anne se levantó y entró al cuarto.
Se encontró con su primo tapando a una pequeña niña con las mantas de la cama
arropándola.
A: Estás hecho un padrazo.
Mulder, que no había notado su presencia se giró y sonrió.
M: Hola. ¿Y tu hermano y Sarah?
A: Duermen, cuando llegué estaban muy preocupados, pero al contarles que
nada malo sucedía se fueron a descansar.
M: Mejor. Estarían cansados del viaje también.
A: Sí, un poco. ¿Es suya?
M: ¿Quien?
A: ¿La niña, es de Scully?
M: Ah, no. Es una historia muy larga.
Mulder miró a la pequeña y sonrió. Luego escucharon como la puerta de la
calle se cerraba muy despacio.
Mulder y Anne salieron de la habitación cerrando la puerta tras de sí y
bajaron las escaleras.
Scully estaba bajo mirando las fotos que había sobre la chimenea.
M: Scully.
Ella se dió la vuelta.
S: ¿Y Kate?
M: La he acostado, está en la habitación que yo ocupaba de niño.
Ella sonrió.
A: En vista del éxito me presento yo sola.
Scully miró a la chica y sonrió.
A: Soy Anne, la prima de este maleducado.
M: Oye!, que no soy maleducado.
A: Pues o te has olvidado de que estaba aquí o tienes una manera muy especial
de presentar a las personas.
M: Muy graciosa.
A: LO sé.
S: Pareceís el perro y el gato.
A: ¡Pues tenías que habernos visto de niños!.
S: ¿Aún eráis peor?
A: Mucho.
Los tres sonrieron.
M: ¿Tienes hambre Scully?
S: No, gracias. EStoy bien.
A: Yo, si no os importa, me voy a la cama que tengo sueño. Además, sino
Sarah me dejará sin habitación.
M: ¿Pero Sarah no está durmiendo con tu hremano?
A: Sí, pero dice que ronca, así que como me descuide me quita la cama.
M: ¿y Cómo se supone que va a aguantarlo todas las noches si se casan?
A: Se comprará tapones, ¡Yo que sé!. Buenas noches Dana.
S: Buenas noches.
Anne desapareció al subir las escaleras y Mulder y Scully quedaron bajo.
Se sentaron en el sofá frente a la chimenea. Ni siquiera estaba encendida,
pero no importaba. Se quedaron en silencio.
M: gracias de nuevo Scully.
S: Ya me las has dado. Tranquilo.
M: ¿Tienes sueño?
S: En realidad no, pero me gustaría ponerme algo más cómoda.
M: ¿Puedo preguntarte por qué llevas esos tacones altos y ese vestido
negro?
S: Ya lo has hecho.
M: Sí, bueno, era una forjma de hablar.
S: Había quedado para comer con Mark.
Mulder agachó la cabeza.
M: Lo siento.
S: ¿El qué?
M: Haberte sacado de la comida.
S: No lo sientas. Me ha ayudado a ver ciertas cosas.
M: ¿Qué cosas?- dijo mientras volvía a fijar sus ojos en ella.
S: No sé. Cosas que no sabía que tenía, y si las tenía no quería verlas.
M: Como no te expliques mejor no te entiende nadie.
S: No tiene importancia Mulder, ya no.
Se quedaron en silencio, sólo un momento, pero el necesario.
M: ¿Quieres que te traiga algo de ropa para cambiarte?
S: Sí por favor.
Mulder se levantó.
M: Anda!
S: ¿Qué?
M: Sarah y Anne se han ido a dormir, y son las únicas mujeres de la casa
en estos momentos. Como no quieras algo mío.
S: Me conformo con lo que sea.
M: ¿Con lo que sea?
Y sonrieron.
S: Mira que eres.........
M: ¿Qué soy?
S: ¡Pesado!
M: ¿A que te quedas sin ropa?
S: ¿A que aún haces esos cuatro informes en lugar de dos?
M: Entendido.
Y se fué escaleras arriba.
Scully seguía mirando a la nada. Era una sensación extraña. Estando con Mark
había sentido la necesidad de hacer esa imagen eterna, una familía.
Había sentido la necesidad de crear una familía como la que estaba dibujando
en su mente.
Pero con mUlder era diferente, con él, era como si esa famila no importara
porque ya la tenía. Lo tenía a él.
Mulder no tardó demasiado, de hecho, creo que hizo la maratón de Bostón para
poder bajar tan rápido las escaleras.
M: He mirado como estaba Kate.
S: ¿Y qué tal?
M: Duerme- dijo mientras se sentaba al lado de Scully y le tendía una camisa
blanca y unos pantalones cortos.
S: ¿Estos pantalones son tuyos?.
M: Muy graciosa. No, son de Anne, aún estaba despierta. La camisa sí es mía.
S: Gracias.
M: Scully......
S: ¿sí?.
M: Sabes que Kate volverá el orfanato mañana, ¿verdad?
S: No lo he olvidado en ningún momento Mulder.
M: No estoy diciendo que lo hayas hecho.
S: Lo sé y entiendo tu preocupación. Pero estoy bien.
M: No, no lo estás. Y me da lo mismo lo que digas, lo sé.
S: No te entiendo.- mientras decía esto se dejó la ropa que le había dado
Mulder a un lado y se dispuso a escuchar lo que su compañero tenía que decir.
M: Sé que hay algo que te ronda en la cabeza. Te conozco. Y es desde que
conociste a esa pequeña.
S: No es nada.
M: Scully, sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea. ¿Por qué no de esto?
S: Porque no sé si serías capaz de comprenderlo.
M: ¿Me estás llamando tonto?- la broma consiguió distender el ambiente unos
minutos.
Scully sonrió y negó con la cabeza.
S: Esta mañana, cuando he ido a comer con Mark y he visto a Kate jugando con
él, haciendo el payaso, me he sentido extraña.
M: ¿Extraña?
S: Sí. Yo sabía que esa no era mi familia, pero ahí estaba yo; sentada en la
mesa de un restaurante, con un hombre atractivo haciendo el payaso con una
niña a la que le tengo tanto cariño como se le puede tener a una hija.
M: Y eso es lo que tú quieres.-sentenció Mulder bajando la cabeza. Sabiendo
que él no entraba en ese círculo especial.
S: Eso pensé.
M: ¿Pensaste?.
S: Sí. Cuando me llamaste para que viniera, no me importó Mark lo más mínimo.
Ni siquiera creo que lo llame cuando vuelva a Washington. Era como si esa
familia que imaginaba con ellos ya la tubiera, en cierto modo, contigo.
M: Tú ya sabes que eres lo más importante en mi vida, ¿verdad?.
Ella se limitó a sonreir. Luego se levantó cogiendo la ropa y se quedó de pie
mirando hacia el fondo.
S: ¿Donde puedo cambiarme?
M: Ahí hay un aseo, y si lo prefieres puedes subir arriba a una de las
habitaciones que hay libres.
S: El aseo me sirve.
Y mientras decía esto entró a la puerta que comunicaba con el aseo.
Mulder sonrió recordando las palabras de Scully.
<¿Yo soy tu familia?, de alguna manera sí.
Pero, ¿por qué no quieres tener ese otro tipo de familia conmigo Scully?.
¿Qué tiene Mark para que lo miaras con esos ojos que no tenga yo?.
Puede que sea lo que no tiene precisamente. Él no tiene años de culpa
arrastrándole a la espalda. Él no tiene dibagaciones acerca de hombrecillos
verdes. Él no te pone en peligro.
Lo siento tanto Scully. SIento tanto que esto haya llegado hasta este punto.
Siento depender de tí, pero yo sin tí no soy nada.
Siento ser sólo persona a tu lado, pero yo sin tí no soy nada.
Siento que desperdicies tu vida a mi lado, pero no te vayas Scully, porque
yo sin tí no soy nada. Nada.>
S: ¿Sabes que el suelo de ese baño resbala?
La spalabras de Scully sacaron de sus pensamientos a Mulder.
M: Sí, olvidé decírtelo, lo siento.
S: No importa.
Mulder giró su cabeza en ese momento y se encontró con una imagen del cielo.
¿Cómo puede esconder ella tanta belleza debajo de sus trajes de Calvin Clain?
La camisa tapaba por completo los pantaloncitos cortos, pareciendo así que no
los llevara. Sus muslos quedaban al descubierto, suaves, tersos. Increibles.
Y verla así, tan natural, era algo con lo que había soñado desde hacía tiempo.
Por supuesto que soñaba con ella con trajes negros, faldas cortas, y ropas
exuberantes. Pero tenerla así, como en casa, era lo que quería. Como en casa.
S: he dejado la otra ropa doblada en uno de los armarios.
M: ¿Qué?
S: Que he dejado la ropa.........¿Mulder estás bien?
M: ¿Qué?
S: Ya veo..................
M: ¿Qué?
Scully sonrió y miró divertida a su compañero.
S: ¡Mulder!.
M: ¿qué?- esta vez al menos, la había mirado a los ojos para contestar.
S: Pareces estar en otro mundo.
M: , no, lo siento. Estaba pensando
S: Y se puede saber en qué.- preguntó mientras recupèraba su sitio sentada al
lado de Mulder.
M: en todo y en nada, en la vida.
S: Profundo.
M: ¿Cómo?
S: qué ha sonado muy profundo.
M: Tengo hambre.
S: Un cambio de tema bastante radical.
M: Creo que hay un poco de lado en la nevera, ¿quieres?
S: ¿helado?, mmmmmmmm, no me tientes.........
M: Traeré dos cucharas.
Mulder se levantó y entró en la cocina. Sacó en helado del congelador y
dos cucharillas pequeñas del mueble.
M: Ya estoy aquí.
Dejó el helado encima de una mesa, cogió una manta que había en ua mecedora,
era la que usaba su madre. La estendió en el suelo debajo del sofá y después
encendió la chimenea, todo en silencio.
Después se sentó recogiendo el helado de la mesa y dió un par de palmadas en
la manta, a su lado.
Scully bajó del sofá y se sentó al lado de Mulder tomando la cuchara que él
le estaba ofreciendo.
S: Gracias.
M: Cuando era pequeño me encantaba sentarme así con Sam. Normalmente ella se
quedaba dormida antes de empezar a comer el helado, pero de todos modos
me gustaba.
S: gracias.
Mulder la miró a los ojos.
M: Ahora ya no te estaba ofreciendo la cuchara y había escuchado el primer
gracias.
S: Lo sé.
M: ¿Entonces?
S: gracias por compartir esto- dijo señalando a su alrededor; la chimenea, el
helado, la manta............- conmigo.
M: Eres la única persona con la que podría hacerlo.
Scully se recostó apoyando su cabeza en el hombro de Mulder.
Mulder metió la cuchara en el helado y se lo llevo a la boca.
M: Riquísimo.
S: A ver.
Sin levantarse, extendió la mano con la cuchara hasta poder meterla en el
bote de helado, sacando así una exquisita cucharada de helado de chocolate.
S: Totalmente de acuerdo contigo- comentó aún con la boca llena.
Pasaron así unos minutos, practicamente hasta que ya no quedaba más helado
que comer.
Luego, el silencio se hizo cómodo, y las chispas que escapaban de la leña al
fuego aumentaban la sensación de tranquilidad.
Scully se fue quedando dormida sobre Mulder, y él lo sabía. Podía haberle
dicho que se acostara, sí. Pero no quería.
Por un lado, era la necesidad de revivir esos recuerdos de Samantha durmiendo
sobre su hombro cuando no tenía más de 10 años.
Por otro, era la sensación de sentir a Scully cerca, serena, tranquila.
Sin darse cuenta Scully se iba abrazando a Mulder, poco a poco. Hasta que
ya no quedaban rincones donde pudiera pasar el aire.
Ella estaba enroscada, con las piernas encogidas y abrazada tiernamente a él,
durmiendo.
Él, a penas rozándola, la abrazaba por la espalada sintiendo su respiranción
profunda sobre su pecho.
A: No creo que así se dé cuenta.
Mulder se asustó al escuchar esa voz a su espalda.
Anne rodeó el sofá y se sentó en la mecedora que había enfrente, la misma de
donde había cogido la manta.
M: ¿No duermes?
A: Creo que Sarah se ha acostumbrado a sus ronquidos. Pero aunque estemos
en habitaciones separadas, yo no me puedo ni podré, acostumbrarme jamas a los
ronquidos de mi hermano.
Mulder sonrió.
M: Puedes coger mi habitación, está más separada.
A: Gracias.
M:.........
A:........
M: ¿por qué has dicho eso?
A: ¿El qué?
M: Que así no se va a dar cuenta.
A: Porque no es adivina Fox. Ella no puede saber lo que sientes si tú la amas
en silencio.
M: No necesita saberlo.
A: ¿Cómo qué no?, ¿Cómo lo sabes?
M: Porque ella merece algo mejor que yo y un trabajo en un sótano. Y, aunque
me cueste admitirlo, eso es lo único que yo le puedo ofrecer.
A: ¿Y cómo sabes que no es eso lo que quiere?
M: ¿Quien puede querer algo así?
A: Alguien que también te ame.
M:.......
A:......
M: Sueñas.
A: No, y ella tampoco.
Anne se levantó despació y salió por donde había entrado.
Mulder estaba sin respiración, tenía miedo de moverse, de bajar la vista
hasta enfrentar los ojos de ella.
M: Creí que dormías.
S: No.
M: Ya veo.
Mulder hizo el intento de levantarse desprendiéndose del cuerpo de Scully,
pero ella se abrazó más fuerte a él.
M: ¿qué haces?
S: Mírame.
M: No puedo.
S: Por.......¿por qué?- Scully lloraba lágrimas amargas sin sabor a nada.
Ella también tenía miedo, ¿Qué creía?, ¿Qué sólo lo sentía él?
M: porque si te miró tendré que ver algo que no me gusta.
S: ¿Cómo sabes eso?
M: Porque ya te estoy escuchando llorar Scully.
S: Mulder yo..
M: No.- no la dejó hablar- no digas nada. No importa. Haz como si hubieras
estado dormida, yo también lo haré.Todo será como siempre.
No te preocupes Scully, lo que siento es sólo cosa mía.
S: Y mía.
M: Scully déjame levantarme- a estas alturas Mulder también derramaba lágrimas
furtivas.
S: No. Si te crees que voy a dejarte ir tan facilmente es que no me conoces.
Mulder sonrió. Luego agachó la cabeza y la miró a los ojos, por fin.
M: ¿Así mejor?
Scully asintió.
S: ¿Cómo sabes que no es eso lo que quiero?
M: ¿Lo.......lo quieres?
Y ella volvió a asentir.
Mulder no podía creerlo, ¿quiere una vida a su lado sabiendo lo poco que
podía ofrecerle?.
Él agachó un poco más la cabeza y le dió un pequeño beso en los labios.
Probándola, retándola, dándole tiempo para hecharse atrás.
Scully dejó de abrazarle tan fuerte para poder incorporarse. Y sentándose a
la misma altura que Mulder le devolvió el mismo beso. Suave, pequeño, tierno.
M: ¿Estas segura?
S: LLevo segura de ello más tiempo del que crees.
Mulder sonrió y abrazándola por la cintura la atrajó hacia sí besándola de
nuevo.
Un beso largo, sentencioso, lleno de chispas, como las de la chimenea, de
deseo, de amor.
M: Te.....
S: quiero.- terminó ella la frase.
Mulder sonrió ante el gesto y volvió a besarla.
Poco a poco iba acariciándole la espalda sobre la camisa, su propia camisa.
En ese momento, Mulder se separó un poco de ella.
M: Creo que deberíamos ir a dormir Scully, es tarde.
Una mezcla de tristeza y desazón llenaron el rostro de ella.
Mulder se dió cuenta y sonrió.
M: Scully, si sigues aquí, conmigo, dentro de unos minutos no voy a ser capaz
de parar.
Scully, sin responder se acercó y depositó un pequeño beso en los labios de
Mulder.
S: Nadie te ha pedido que te detengas.- dijo hablándole pegada a su boca,
aliento contra aliento, susurros de deseo.
M: Vaya Scully!, nunca había visto esta parte de tí.
S: Normalmente no suelo ir besando a la gente en el trabajo.
M: Y más te vale no hacerlo.
Scully volvió a sonreir y Mulder la besó en la boca, en el cuello, pequeños
besos, suaves, pero llenos de deseo.
Poco a poco fué desabrochándole la camisa. El primer botón, y la besó en la
piel que dejaba al descubierto. El segundo, y la besó. El tercero, y la
beso.
S: Mulder.
M: ¿mmmm?
S: podría bajar alguien.
M: mis primos no se van a asustar, son mayorcitos. -dijo con su boca pegada
a su piel.
S: Ellos no, pero Kate sí.
Vaya!, lo había olvidado. Kate podía bajar en cualquier momento.
M: Lo olvidé.
S: AL final si será mejor que vayamos a dormir.
M: Ya no creo que pueda.
Scully le abrazó fuerte y le besó en la frente.
S: Buenas noches Mulder.
M: Buenas noches Scully.
Y ella selevantó.
S: ¿Donde duermo?
M: Pues, teniendo en cuenta que Anne se ha apoderado de la habitación que yo
había elegido para mí. En la de ella se escuchan los ronquidos de mi primo.
Kate está durmiendo en la habitación que tenía de pequeño. Y como la única
cama de matrimonio que hay en la casa es la de mi madre, mi primo y su
primetida están durmiendo allí. Pues, sólo queda la habitación de Samantha.
Scully lo miró con tristeza.
S: No importa. DOrmiré en la habitación que ha dejado libre Anne.
M: ¿Con los ronquidos de mi primo?. No. Sube, la tercera puerta es la
habitación de Sam. Duerme allí.
S: Gracias Mulder.
M: Te quiero.
Scully sonrió y se despidió con un pequeño guiño. Luego subió al piso
superior y se acostó.
Mulder se quedó en el sofá a dormir. Prefería eso antes que los sonidos
de su pequeño primo.
A LA MAÑANA SIGUIENTE
Mulder estaba tumbado boca arriba en el sofá del salón. Miraba al techo, a
ningún lugar en concreto.
Estaba tan feliz de lo que pasó la noche anterior. Scully, su Scully.
P: Buenos días!.
Mulder se incorporó quedando sentado.
M: Hola Peter, ¿Y sarah?
P: Ahora baja, estaba poniéndose la bata.
M: Bien.
A: Vaya!, y yo que pensaba que sería la primera en levantarme, y resulta que
los hombres de la casa ya están despiertos.
M: Hola Anne. ¿Qué tal la noche?
A: Pues desde que cambié de cuerto contigo bien, porque antes, cierta
persoba- dojo mirando a su hermano-no me dejaba dormir con sus ronquidos.
P: No irá eso por mí, ¿verdad?
A: ¿Tú qué crees?
P: Pero si yo no ronco!
Sh: Sí roncas.
Sarah bajaba por las escaleras con su bata blanca.
P: ¿Yo ronco?
Sh: Sí.
P: No me lo creo.
Sh: Nunca quieres creer si lo que te dicen no te conviene.
P: Es que no es verdad.
A: Sí lo es. Soy tu hermana y te quiero. Ella es tu prometida y te quiere,
pero.........roncas!.
Mulder se hechó a reir, la situación estaba resultando bastante cómica.
S: Vaya!, veo que estás de buen humor.
Scully bajaba las escaleras con Kate de la mano sonriendo.
P: Anda!, ¿Y quienes son estás preciosas jovencitas?
Mulder sonrió.
M: Peter, Sarah. Ella es Scully y la "preciosa jovencita" se llama Kate.
Sh: Hola Kate.
K: Hola.
M: ¿Qué tal habéis dormido?
S: Muy bien Mulder, gracias.
K: ¿Sabías que en el armario de la habitación donde he dormido yo hay un
peluche con forma de extraterrestre?
M: Sí. Era mío. ¿Lo quieres?
K: ¿Me lo das?
M: Claro!.
Kate sonrió y soltando la mano de Scully subió de nuevo las escaleras para
coger el peluche.
M: Parece que está mejor que en el orfanato.
S: Sí. Aquí se comporta como una niña normal.
Sarah, Peter y Anne, no sabían de qué estaban hablando, pero prefirieron no
preguntar.
A: Bueno qué?. ¿Desayunamos?
Sh: Sí que tengo mucha hambre, ¿Y a qué no sabéis de qué?
P: Pues no.
Sh: De gofres con chocolate y nata.
M: ¿Ahora?
Sh: Sip.
A: Oye cuñadita.....¿No estarás embarazada?- preguntó Anne al tiempo que el
resto reía y entraban en la cocina.
Sccully esperó a que bajara kate y entró también en la cocina.
M: ¿Tú que quieres Kate?
K: No sé........¿Qué hay?
M: Pues...........
S: Anda Mulder, aparta. Que tú en la cocina eres peligroso.
Anne empezó a reir.
A: Eso es verdad!. Recuerdo cuando se empeñó en hacer la tarta del cumpleaños
de Peter. Tubimos que comparar una en la tienda porque se le quemó toda.
M: ¿Pero qué decís?- dijo Mulder en tono jocoso- si soy el mejor chef de
toda la costa oeste!.
S: Por si acaso.
Scully miró dentro del armario donde estaba parado Mulder.
S: A ver kate ¿Zumo o leche?
K: Pues...........zumo!.
S: Bien.......¿Y de comer?........¿Quieres galletas?
K: Vale.
Scully sacó el desayuno de Kate y se sirvió ella también. Luego, poco a poco
los demás iban desayunando.
En eso el teléfono sonó inesperadamente.
M: Voy yo.
Mulde cogió el auricular y contestó.
M: Mulder.
- ¿Agente Mulder?
M: Sí, ¿quien es?
- Le llamo desde el hospital. Las últimas pruebas aseguran que su madre está
perfectamente. Le daremos el alta en menos de media hora.
M: Bien, dígale que pasaré a recogerla enseguida.
- De acuerdo.
Mulder colgó el teléfono y comunicó la noticia a los presentes. Luego salió
de la casa y tomó el coche para recoger a su madre.
Scully se vistió y ayudó a Kate a asearse bien. Luego bajó al salón. Allí
estaba Anne viendo la tele.
S: Hola.
A: Hola. - Anne desvió la vista hacia la pequeña- ¿Quieres ver los dibujos?
K: Vale!.
Anne cambió el canal y buscando encontró uno en el que hacían dibujos
animados.
Kate se sentó abrazada a su nuevo peluche y se quedó mirando la tele.
Scully se había sentado en la mecedora miraba a Kate.
Le había tomado tanto cariño que desprenderse de ella iba a ser horrible.
A: Dana.- Anne la sacó de sus pensamientos.
S: Perdón. Me he quedado embobada. ¿sí?
A: Ayer....cuando me fuí del salón.........¿Hablaste con Fox?
S: Sí.
Al contestar, Scully sonrió abiertamente y a Anne no le hizo falta preguntar
más. Ya sabía lo que quería saber.
Poco después Mulder abrió la puerta de la casa haciendo que Sarah y Peter que
se encontraban en la cocina salieran al salón a recibir a su tía Caroline.
CM: Vale, vale!, que estoy perfectamente!.
P: ¿QUieres que te traiga algo?
CM: ¿Qué te has creido?, ¿Que por pasar una noche en el hospital he
envejecido de golpe?. Si quiero algo ya iré yo a buscarlo.
A: Está es mi tía!.
CM: Hola cariño. Tú eres la única que me comprende en esta casa de locos.
Scully y Kate se habían levantado para recibir a la mujer que ahora miraba a
la niña.
CM: Hola.
K: Hola.
CM: ¿Y tú quien eres?
La niña se escondió un poco tras las piernas de Scully, estaba medio vergonzosa
medio con miedo, y lo único que pudo atinar a decir fué una especie de
disculpa informatoria.
K: He venido con ella.- dijo señalando a Scully que sonreía mirándola.
CM: Ah, bueno. Si has venido con ella vale.- Caroline sonrió.- Hola Dana.
Gracias de nuevo por venir.
S: No tiene importancia. LO importante es que usted se mejore.
CM: Primero, como me vuelvas a llamar de usted sales volando por el balcón,
que por cierto no tengo, fíjate si es difícil. Y Segundo, ¿Por qué todo el
mundo se empeña en que me mejore?. ¡Si estoy perfectamente!.
A: Dí que sí tía!.
Kate pegó un pequeño tironcito de los pantalones de Scully. Ella, al sentirlo,
se agachó hasta estar a la misma altura que Kate.
S: ¿Ocurre algo?
K: ¿Cuando volvemos a casa?
S: ¿Te quieres ir?
K: Sí.
Scully se extrañó, pero sin decir nada le dió un beso en la frente y
se acercó a donde estaban todos.
S: Bueno, creo que es hora de que nosotras nos marchemos, aún tengo que llevar
de nuevo a Kate al orfanato.
AL escuchar etso Kate cambió su mirada y se dirigió a Scully.
K: ¿Pero no íbamos a casa?.
Scully se volteó a mirarla.
S: Claro cariño. ¿No me has dicho que tenías ganas de volver?
K: Tengo ganas de ir a casa.........contigo.
La pequeña empezaba a derramar unas pequeñas lagrimitas previendo lo que
sucedería.
S: Kate- Scully se agachó de nuevo bajo la atenta mirada de los presentes-
Sabes que tienes que volver al orfanato, venías conmigo sólo el fin de
semana.
K: ¿Es que no quieres que esté contigo?- a este punto Scully ya tenía que
arreglarselas como podía para no empezar a llorar ella también.
S: Claro que sí. Pero..............
¿Cómo iba a explicárselo?. Dios!, era tan difícil.
M: Esto.........¿Por qué no salimos todos a tomar un poco el aire fresco al
jardín?
CM: Sí, eso me vendrá bien.
Así que todos salieron dejando a Scully y a Kate en el salón. Fuera, Mulder
les explicó a todos lo que sucedía.
S: Kate, no te puedes quedar conmigo.
K: ¿Por qué?!
S: porque .....porque...........¡en realidad no lo sé!, pero........no puedes.
Kate ya lloraba sin intentar aguantarse. ¿Cómo que ella no lo sabía?, tenía
qué saberlo!.
K: ¿Quieres ser mi mamá?
Era la última opción que le quedaba, pedirle que fuera su mamá. A lo mejor
así la dejaba quedarse con ella.
S: Kate, ven aquí.
Scully la tomó en brazos y la sentó en su regazo en el sofá y comenzó a
hablar muy tiernamente y muy dulce.
S: Kate, no se trata de lo que nosotras queramos, se trata de lo que es.
Yo.............aunque me gustaría.......no soy tu madre.
K: Lo sé. Pero mi mamá no me quiere, ¡a ella le dará igual!, de verdad.
S: Te voy a contar una historia, ¿vale?
Kate asintió entre lágrimas.
S: Una vez, hace algunos años. Una chica se encontró con una niña muy bonita,
era dulce, cariñosa, y se parecía a su hermana cuando era niña. Se llamaba
Emily.
La niña, había perdido a su papá y a su mamá, así que pasó a ser potestad del
estado, como tú.
K: ¿Qué significa ser potestad del estado?
S: Pues, que como te quedas solita y no tienes a nadie. Unas personas que
trabajan para ello, te cuidan hasta que seas mayor.
Bueno. Pues Emily era una niña preciosa y la chica- a este punto Scully lloraba
sin poder evitarlo- quisó adoptarla para ser su mamá. Entonces, para asegurarse
de que la cuidaría bien, el estado le hizo unas preguntas a esa chica.
K: ¿Cómo un exámen?
S: Sí, igual. Y la chica suspuendió. Ella quería ser la mamá de Emily, pero
no podía.
K: ¿Es que no la iba a cuidar bien?
S: Sí, pero el estado pensó que habían personas que lo harían mejor.
K: Pero tú seguro que apruebas, eres la mejor!.
S: Kate, la chica que quisó adoptar a Emily fuí yo.
En ese momento Kate salto de la falda de Scully y llorando subió las escaleras
hasta la habitación donde había dormido.
Scully se quedó en el salón llorando.
Poco después entró Mulder.
M: ¿Estás bien?
S: No.
M: ¿Y Kate?
S: En tú cuarto, creo que está enfadada. No lo quiere entender.
M: Lo hará.
S: Mulder, ¿Me abrazas?
M: Claro.
Mulder se sentó al lado de Scully y la abrazó con fuerza hasta que pareció
calmarse un poco.
S: ¿Crees que me odia?
M: ¿Cómo iba a odiarte si lo único que quiere es estar contigo?
S: Yo.........
M: No lo pienses más. Vamos, volveremos a Washington.
S: ¿Y tu madre?
M: Se lo he explicado, lo entiende y está bien. Vé a despedirte si quieres,
yo subiré a por Kate.
S: Sí, será lo mejor.
Mulder subió las escaleras y Scully salió al jardín.
CM: Hola Dana. ¿Os váis?
S: Sí, creo que será lo mejor.
A: Parece una niña muy lista, lo entenderá.
S: Eso espero.
CM: Dana, perdona que me meta, pero.....¿Por qué ni intentas adoptarla?
S: Ya......ya pasé por eso una vez y........no creo que pueda volver a
hacerlo. Volver a ver como no puedo hacer nada para que se quede conmigo.
CM: Lo siento.
M: Scully, ¿estás lista?
S: Sí- volteó a mirar a Mulder que se encontraba ala entrada del jardín con
kate cogida de la mano abrazada al peluche y mirando al suelo.
CM: Adios y no corráis por la carretera.
M: Sí mamá. Ah!, lo olvidaba. Dejaré el coche aquí y volveremos con el de
Scully, vendré el fin de semana que viene y así lo recojo.
CM: Claro hijo, como quieras.
Scully entró en la casa y luego se dirigieron al coche de ella.
ORFANATO "LA VIRGEN MARÍA"
Los tres entraron en silencio y sin pasar por recepción se dirigieron al
despacho de Mireia Green. Ella les atendió en seguida.
G: Hola Kate, ¿qué tal el fin de semana?
La niña no contestó, se limitó a sentarse en el sofá y a bajar la mirada.
G: Vaya!, veo que no muy bien. ¿Ocurrió algo?
S: No, no pasa nada. Es sólo que........
Scully no pudó hablar más, las lágrimas volvían a querer salir inminentemente.
M: Kate- habló Mulder- no entiende por qué tiene que volver al orfanato.
G: Entiendo.
La asistente social se acercó a kate y mirándole a los ojos le habló muy
dulce.
G: Kate, Dana tiene su vida, no puedes pedirle que se haga cargo de tí. ¿Lo
entiendes?
K: No es eso!- gritó de pronto Kate- ¡Ella intentó ser la mamá de Emily y
no pudo!, ¡PERO AL MENOS LO INTENTÓ!, ¿Por qué conmigo no quiere intentarlo?
Scully lloraba en brazos de Mulder.
Green se giró y preguntó.
G: ¿Emily?.
M: Es la hija de Scully. Pidió su custodia pero se la denegaron.
G: ¿Puedo preguntar qué hacía su hija en un orfanato?
M: Es.....una historia muy larga.
La mujer asintió.
G: Kate, ¿Por qué no sales un momento fuera?, me gustaría hablar un momento
con Dana.
La niña obedeció y salió del despacho al pasillo sentándose en un banco que
había
al lado de la puerta.
Cuando se quedaron sólos, Mireia Green les ofreció asiento en el sofá y
comenzó a hablar.
G: He querido preguntarle esto sin Kate delante, y lo siento si me meto
donde no debo, pero..........¿usted quiere adoptar a Kate?
Scully abrió los ojos de par en par y luego de unos instante habló.
S: Yo........no puedo. Mi trabajo me ocupa mucha parte del tiempo y no estoy
casada. Nunca me darían la custodia.
G: No le he preguntado eso. Le he preguntado si quiere adoptar a Kate.
S: Bueno......en realidad......sí, claro.
Mulder la miró preocupado.
G: Dana, sé que nunca le darían la custodia en estas condiciones, no al
menos ahora. Pero............soy su asistente social. He visto como
ha cambiado es aniña desde que la conoce, de no querer hablar con nadie a
abrirse al mundo y comportarse como una niña normal..........si pasa
las pruebas psicológicas.....bueno.......no creo que tenga ningún
problema para adoptarla cuando entregue mi informe al juez.
Scully miró a la asistente social. No sabía que decir. ¡Claro que quería
a Kate!, pero ni siquiera se había planteado la posibilidad de adoptarla
porque pensaba que eso era imposible. No la dejaron con su propia hija,
¿Cómo la iban a dejar con Kate?
M: Scully, piénsalo bien. Tú más que nadie sabes lo que eso significa.
G: Si quieren les dejo un momento a solas.
M: Sí, gracias.
Green salió de la sala y se sentó con Kate.
K: ¿Qué pasa?.
G: Nada cariño, tranquila.
*****************
M: Scully, dí algo.
S: Mulder, ¿Has oído eso?
M: Claro, pero.........¿estás segura?, no quiero verte sufrir.
S: Mulder.....tener un hijo es lo que más deseo en esta vida y ya lo
había olvidado.............pensé que eso no estaba hecho para mí, y.....
ahora me están dando la oportunidad de tener una hija preciosa, que además
ya quiero con locura.
M: Yo sólo quiero lo mejor para tí, sabes que te voy a apoyar.
S: Yo..........sólo.......sólo tengo una duda.
M: ¿De qué se trata?
S: Si.........si la adopto......tú........tú.....
M: ¿Yo qué?, me estás poniendo nervioso.
S: Mulder, yo..te quiero....no quiero perderte y si adoptar a Kate significa
eso, yo.....
M: ¿Pero qué dices?, Scully, si adoptas a esa niña, a la cual yo también le
tengo cariño, no sólo no me perderás, sino que, si me dejas, me encantaría
ejercer de padre.
S: Mulder, ¿estás diciendo qué.....?
M: Sé que te resultará más fácil adoptarla si tienes pareja estable.......
¿Quieres casarte conmigo?.
S: Mulder esto es.......yo........no quiero casare contigo sólo por esto.
M: Creo que no me he expresado bien. Scully, te quiero, quiero pasar el
retso de mi vida a tú lado, y llevo 8 años soñando con este momento.
¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo?
S: Yo........sí, Mulder.......sí.
Scully y Mulde se fundieron en un hermoso beso que dejó atrás dudas y temores,
y las lágrimas de ambos caían apiladas sobre la tela del sofá.
UN AÑO DESPUÉS.
CASA DE BILL SCULLY.
S: Mamá, ¿donde has metido la barra de pan?
MS: dana , la dejé en la encimera.
S: Pues no la veo.
MS: Pues estás ciega. Mira.- dijo su madre enseñándole la barra de pan.
Desde afuera se podían escuchar los gritos de Kate y Mathew jugando a la
consola.
Bill y Mulder habían aprendido a llevarse bien, o al menos lo aparentaban.
Una vez servida la comida todos se dispusieron a comer. Tara miró la mesa
y comentó:
T: Falta un cubirto.
Scully miró y contó.
S: Tienes razón, yo iré por él.
AL tiempo que Scully se levantó también lo hizo Mulder acompañandola a la
cocina.
M: Soy el hombre más feliz del mundo.
S: Y yo la mujer.
Y con un beso sellaron la promesa silenciosa de sus corezones.
FIN
Es cursi, demasiado bonito y feliz, lo sé. Pero no he podido resistirme a
que acabara de otro modo, lo siento.
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