chapter = 4

author = Luvi_trustno1

Rating = touchstone

Type = Suspense

fanfic = Cuatro

- Está muy oscuro Perry –dijo el oficial a su compañero.

- Es el auto gris que reportaron, pero no están las personas de quienes nos informaron.

El llamado Perry vio la puerta de la casa entreabierta y la empujó. Ayudándose de la linterna, empezó a inspeccionar el lugar.

Fue escabroso lo que vio. La señora Michaels estaba sentada en su silla mecedora, con los ojos desmesuradamente abiertos, la yugular cortada.

- ¡Dios! – El oficial Perry salió corriendo - ¡Conrad pide ayuda! ¡Han asesinado a la señora Michaels!

- Central, aquí 1212, necesitamos refuerzos. La llamada anónima era correcta. Han asesinado a la señora Michaels.

- Vamos al granero –dijo Perry.

Pero antes de que pudieran acercarse, escucharon un disparo y corrieron a protegerse tras el auto.

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Cuando Scully trataba de ayudar a su compañero a ponerse de pie, sintió el rozón quemante de una bala en su pierna izquierda. Los vaqueros empezaron a mojarse con su sangre.

A rastras, condujo a Mulder hasta la vieja camioneta del desafortunado comisario y, protegiéndose con la puerta, lo ayudó a subir.

- Tenemos que hablar con ellos.

- No nos creerán, Scully.

- ¡Salgan con las manos en alto! – se escuchó desde afuera.

- Claro que sí, somos del FBI… ¡No disparen! – gritó - ¡Saldremos!

Sin embargo no pudo. Ella misma tuvo que agacharse al escuchar los disparos que provenían desde el pajar.

Pero no estaban dirigidos a ellos, sino a los oficiales del exterior.

- Scully… sácanos de aquí.

Ella no lo pensó dos veces. Puso en marcha la camioneta, aceleró a fondo y salió atravesando la puerta de madera para encaminarse a la carretera. Miró a su compañero que empezaba a respirar con más dificultad.

- Tranquilo, te llevaré a donde puedan atenderte.

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Los oficiales se disponían a subir al vehículo para seguir a la camioneta.

Pero entonces se dieron cuenta de que los que huían no habían efectuado los disparos, pues estos continuaban desde el pajar.

El problema, es que se percataron de ello demasiado tarde.

Los disparos fueron muy certeros.

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Ya casi amanecía. Scully apenas y tuvo tiempo de guiar el vehículo hacia un lado de la carretera cuando el indicador del tanque de combustible le indicó vacío.

Sacó a Mulder del auto y lo recostó sobre la hierba quemada por el sol y le colocó su camisa como apoyo. Él estaba al borde de la inconciencia por la sangre perdida.

Regresó a la camioneta y buscó algo que pudiera utilizar para vendarlo. Encontró una vieja camisa.

- Te pondré esto – dijo a su compañero – Contendrá un poco la hemorragia.

- Scully… también… estás sangrando.

- Es un rasguño, estaré bien.- le dijo

Rompió una tira de la vieja camisa para amarrársela sobre la pierna. Trataba de pensar, tenía que llevar a Mulder a algún lugar donde pudieran atenderlo y pronto. Buscó el celular. “¡Maldita sea!”, pensó al ver que no había señal.

- Scully…- casi no se le oía.

- Shhh, por favor… - pidió, pero él no quiso oírla.

- Prométeme que… pase lo que pase…vas a matarlo…

- No hables… -ella miró el cielo- casi es de día, en cualquier momento pasará algún vehículo y te sacaré de aquí.

- Promételo…

- De acuerdo, pero guarda silencio…

Se arrodilló y acunó su cabeza mientras miraba angustiada hacia la carretera. Los primeros rayos del sol empezaban a asomarse amenazando con otro quemante día.

- Scully…

- No hables, por favor…

- Te… amo…

Esta confesión inesperada quebró el espíritu de la mujer que no pudo evitar el torrente que empezó a deslizarse por sus mejillas.

- Me lo dirás cuando estés bien.

- Lo… sabes… ¿ver…dad?...

- Sí…

Miró a su compañero. El pulso cada vez era más débil y su respiración menos evidente.

- Por favor, resiste…

Pero él ya no pudo escucharla. Sacudió a Mulder, pero no consiguió que reaccionara.

- No… no me hagas esto… -y se abrazó a su cuerpo.

De pronto estaba tan desconectada del mundo que no se dio cuenta que no lejos de ellos, cruzando la carretera, un viejo trailer se había detenido.

Ni escuchó los pasos que iban en dirección de ellos.

Cuando se limpió las lágrimas, notó la sombra a su espalda.

Se volvió.

Pero era tarde.

Sólo sintió el golpe en la nuca y todo se volvió oscuro.

Continuará.

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