fanfic_name = Jugando a ser tú

chapter = Quinta parte

author = Luvi_trustno1

dedicate = Disclaimers: Mulder, Scully, Skinner, The Lone Gunmen, etc., no me pertenecen, solo juego un poquito con ellos. Y desde luego los nombres Chris Carter, Gillian Anderson, David Duchovny, etc., son invención mía, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

Spoliers: Ninguno, créanme.

Clasificación: A ver si ustedes me dicen, jejeje…

Dedicatoria: A todos y cada uno de quienes me han hecho llegar sus comentarios, no quiero mencionar los nombres para no cometer el error de omitir a alguna persona pues todos son súper importantes.

Muy especialmente a: Altamirus, por su confianza, sus consejos y por la deferencia especial que tiene conmigo de compartir sus apreciaciones, a Katherin_m_s, espero no estar defraudándote en mis apreciaciones sobre Gillian Anderson y Dana Scully y a Nymphadora, por su gran apoyo y sus palabras de aliento. Y desde luego, a todos y cada uno de ustedes que de un modo u otro me hacen llegar sus palabras, sus puntos de vista. Gracias por hacerme sentir su cariño.

Feedback: ya saben: evanescence_xARROBAlycos.es.; prometo contestar cada uno

Nota 1: Hago menciones de los episodios Folie a Deux de la quinta temporada y Hollywood A.D. de la séptima temporada.

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Rating = touchstone

Type = Angst

fanfic = Jugando a ser tú: Quinta parte.

La mañana la sorprendió allí, de pie frente al espejo. Como si se hubiese tratado únicamente de una mala pasada que le hubieran jugado sus ojos, el reflejo era exactamente es: un reflejo de la realidad. Una realidad que, por más irreal que se le antojase, estaba allí, a su espalda, en la forma de una mujer ligeramente robusta, de cabellos casi grises y cálida mirada gris.

 

- ¿Señora? –la voz provenía del umbral.

 

Scully se volvió con lentitud, mirando sin ver.

 

- ¿Señora? ¿Se siente bien?

- Pues sí… estaba distraída Eleanor, yo… no te oí entrar.

- Tiene mal semblante señora –dijo la mujer acercándose para hacer la cama- ¿Ha descansado?

- Pues no muy bien –dijo Scully e hizo un mohín apretando los labios.

- Discúlpeme que se lo diga pero esto está pasando los límites, señora. Desde el accidente ya no duerme, debería decírselo al médico y decirle al señor Carter que necesita un descanso, no puede seguir así.

- No me regañes Eleanor –dijo Scully esbozando una sonrisa- Hoy terminamos el episodio… -se dirigió al baño.

- Y mañana otra vez a América –la buena mujer estaba realmente enfadada- ¡Quién se puede reponer con todo ese ajetreo! Los jóvenes no entienden que eso pesa más con los años…. Pero jamás escuchan. Yo mejor bajo a prepara el desayuno…

 

Scully la escuchó rezongar un rato más, incluso bajo la ducha. Apoyó las manos sobre las frías mayólicas, mientras el agua se deslizaba en la piel de su espalda y apoyó la cabeza en la pared, con los ojos cerrados, intentando que la confusión no le doliera al tragar.

Después de tomar el baño, se maquilló ligeramente para disimular un poco las ojeras y se vistió con un traje de saco y falda en tono verde agua (uno de los pocos que había en el placard) y una blusa negra.

“Menos mal que el clima aquí es como el de Washington”

Bajó a la cocina; Sandy ya estaba tomando el café y hojeando el periódico.

 

- Buenos días –le dijo- ¡Cielos, qué cara! ¿Y por qué tan serios hoy, eh?

 

Scully iba a responder cuando se fijó que en el plato colocado en su lugar, había una rosa roja que aún conservaba las gotas del rocío. Siintiendo que se le recogía el corazón, miró interrogante a su asistente.

 

- Piper… -le dijo mientras ella bajaba la mirada nuevamente hacia el plato- a veces lo hace. Se levanta de puntillas, va al jardín y corta una, te la deja en el plato y luego regresa a la cama.

 

Scully casi no podía contener las lágrimas, así que únicamente cogió la rosa y se giró con rapidez.

 

- Voy a verla –murmuró y se dirigió escaleras arriba.

- Está muy rara –comentó Sandy.

- Mucho trabajo y mala alimentación –refunfuñó la señora Eleanor- ya ve, ni siquiera desayunó.

 

Scully se quedó parada en la puerta de la habitación. Podía oír la respiración tranquilla de la niña. Se acercó y acarició la piel fresca de su mejilla.

Antes de salir, depositó sobre su cabello un beso… y una lágrima.

 

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Studio 20th Century Fox.

9.14 a.m.

 

Entró caminando despacio. Era increíble cómo podían aquellas personas crear un mundo con tantas historias y atravesar por ellos sin detenerse a pensar que quizás estaban cruzándose en una vida.

 

- Buenos días –una voz conocida cerca de su oído.

 

Instintivamente inclinó el cuerpo hacia atrás y lo quedó mirando con los ojos muy abiertos. La escena le parecía familiar.

 

- Perdón si te asusté –dijo David esbozando una sonrisa.

- No te preocupes.

- ¿Lista para otro día de grabaciones y repeticiones?

- Realmente no…-ella sonrió tímidamente.

- ¡Buenos días con todos!- la voz de Chris Carter sonó como si hubiera entrada todo un equipo de football - ¡Todos a sus puestos! ¡Debemos terminar esto hoy porque mañana espero estar tomando sol en California! –se acercó a sus estrellas- ¿Cómo estás cariño? ¿Lista?

- Supongo que sí…

- Muy bien –el rubio director la rodeó por los hombros unos segundos- Desde que te vi supe que no me equivocaba contigo. Ahora a maquillaje –se volvió- ¡Comenzamos en cinco minutos! –dijo amenazante mientras se alejaba.

- ¿Siempre es así?

- ¿Contigo?, si…. No puede evitarlo, está platónicamente enamorado de la agente Scully.- David sonrió.

 

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- ¡Listo, corre! –la voz del propio David Duchovny .

 

Scully lo vio allí, sentado en la pendiente de grasas del jardín artificial hecho para la “película”, sosteniendo en sus manos una réplica plástica del “Tazón de Lázaro” llena de pop corn. El mira hacia arriba como si el viento empezara a soplar.

“Mulder”, piensa y cierra los ojos mientras inhala profundamente antes de comenzar su “papel”.

Se encamina hacia él.

 

- Todos están buscándote.

- Están equivocados, Scully –dice con tristeza.

 

“Demasiado real… demasiado…”

Silenciosamente se sienta a su lado y toma algo de pop corn del envase.

 

- ¿Qué hay de todas las personas muertas que están siempre en silencio sin poder contar sus historias nunca más?... –dice él aún sin mirarla.

 

Y Scully deja de escuchar por unos segundos lo que está diciendo pero sabe que está hablando, porque sólo es capar de mirar sus labios moviéndose, plegándose; porque sólo es capaz de mirar –y admirar- cada gesto de ese hombre, cada parpadeo, cada acorde des u voz acariciante aún cuando está indignado como ahora, porque no es fingido, porque es él quien se ha vuelto, quien le habla mirándola a los ojos.

 

- Tendrán que confiar en Hollywood para mostrar al futuro cómo hemos vivido y que será simplificado y trivializado en la forma de un Pontífice fumador y volverse de plástico y sin sentido como este estúpido Tazón de Lázaro.

- Pienso que los muertos están más allá de preocuparse por lo que las personas puedan pensar de ellos. Esperanzadoramente podemos adoptar la misma actitud –ella trata de ahogar una risa, pero no puede evitar sonreírle- ¿Sabes que realmente no hay gente muerta ahí afuera, verdad? ¿Qué este es el set de una película?.

- Los muertos están en todas partes Scully.

- Bueno, nosotros estamos vivos. Y somos bastante jóvenes y Skinner ha estado tan feliz con la película…

- Apuesto a que sí.

- ,,, que nos ha dado una tarjeta de crédito del Bureau para usarla esta noche en lo que querramos –ella sostiene la tarjeta y sonríe traviesamente haciendo un mohín a lo que él responde con una sonrisa- Vamos.

 

Scully se pone de pie y lo ayuda a hacer lo mismo Juntos, corren por la montaña cuesta abajo hasta llegar a un camino. Ella lo intenta, pero no puede evitar lo que dice.

 

- Mulder, tengo algo que confesar…

- Eso no está en el guión –susurra alguien detrás de cámaras.

- Shhh –el director.

- ¿Y qué es? –David mira a su compañera olvidando por completo que está filmando y que no ha dicho que corten.

- Estoy enamorada del Productor Asociado Walter Skinner…- Ella estalla en carcajadas mientras David arroja el tazón a medio llenar en la cabeza de una pequeña estatua del cementerio artificial

- Ahhhh…. Yo también

 

Ella termina de convencerse de que es real, de que está allí. Y busca su mano, caminan fuera del haz de luz de luna que ilumina la escena, donde la cámara ya no los puede captar Entonces David se vuelve para mirarla a los ojos.

 

- ¡Corten! –dice en voz baja aún sosteniendo mano, aún con la vista fija en sus ojos y con una sonrisa triste en los suyos. Y ella, una vez más, baja la mirada e inclina la cabeza

- ¡Eso fue genial! – la voz de Chris Carter que se acerca los obliga a soltarse- ¿A quién se le ocurrió? ¡No importa, fue genial!

- También lo creo – la voz de la mujer rubia que toma del brazo a David quien la mira sorprendido.

- Hola –le sonríe y Scully no puede evitar sentirse como una intrusa- ¿Qué haces aquí?

- Confiaba en que podía invitar a mi esposo a almorzar. He tenido suerte- sonrió Tea Leoni.

- Alguien dijo almorzar –Mitch Pileggi, de la mano de su esposa Arlene.

- Sí, vamos a celebrar. ¿Vienen?

- Claro –dijo Arlene- ¿Vienes Gill?

- Uhm…no, no, yo… prometí a Piper salir hoy con ella.

- ¿Todo bien? –David mirándola nuevamente a los ojos, pero de modo diferente.

- Sí –ella sonrió- festejen por mí, ¿si? –empezó a retroceder con las manos en los bolsillos de la chaqueta oscura- los veo luego- y se giró.

 

“Aún sigue extraña”, escuchó que decía Arlene y, sin detenerse, cerró los ojos e inhaló con todas sus fuerzas.

Y es que se había dado cuenta de que aunque jamás tuviera un romance con Mulder, ella no era capaz de imaginarlo al lado de alguien que no fuera ella misma, en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia.

El Mulder de este lugar sólo le daba momentos, con un principio, con un final.

Se preguntó qué pensaría él respecto de todo esto, si le creería.

“¡Tienes que creerme Scully. Nadie más en todo este maldito planeta lo ha hecho o lo hará jamás. Tú eres mi única en cinco billones!”

Y una lágrima tibia rodó lentamente en su mejilla.

 

Continuará

 

feedback = Sí/Yes

email = evanescence_xARROBAlycos.es