Título: La hija del mar: bufón.
Autora: Gillian Terol
E-mail: dana.xARROBAterra.es o gillianterolARROBAhotmail.com
Resumen: Scully se replantea su relación con Mulder por las palabras de ¿La
hija del mar?
Tipo: MSR
Raiting: AP
Disclamer: No son míos

" Mirando mi calavera
un nuevo Hamlet dirá:
He aquí un nuevo fósil de una
careta de carnaval."

ANTONIO MACHADO, "Campos de Castilla".

HOSTAL DE NORTH WAIT
9 a.m.
Habitación de Dana Scully.

"Estoy pegada al suelo y parece que vuelo, me voy lejos.
Y sé que estoy a punto de tocar el cielo como un ave que pasó.
Colgada en una nube ,como un astronáuta ,mi cuerpo sube.
Perdida en el espacio persiguiendo aquel cometa que una tarde su recuerdo
se llevó".

Siempre le había gustado llevarse libros, pero nunca había tenido tiempo ni
ganas para leerlos, y mucho menos durante la investigación de un caso.
Sin embargo, ahora estaba en un pequeño pueblo de pescadores descansando.
Ya no recordaba esa palabra: descanso. Pero eso era lo que estaba haciendo
en ese momento, descansar.

Tumbada en la cama con el libro entre sus manos leía cómo una mujer enamorada
intentaba hacerse creer a sí misma que ya lo había olvidado. A ese hombre
que no la dejaba dormir por las noches.
Era un libro ñoño, bastante cursi, pero a ella le gustaba.

A las 9:30 sonó el despertador, lo había puesto para recordarse a sí misma
que había quedado con Mulder a las 10.

Se levantó y se duchó con agua muy fría, luego se puso la ropa más cómoda que
había traido, no quería seguir usando sus trajes caros de Armani. Unos
vaqueros y una camiseta blanca servirán.

A las 10 en punto Mulder tocó a su puerta. Era increible lo puntual que podía
llegar a ser cuando estaba de buen humor.

M: buenos días Scully.
S: Buenos días Mulder.
M: Vaya!, te ves diferente!
S: No pretenderías que me pusiera otro traje para estar "descansando". Porque
tú recuerdas que eso es lo que estamos haciendo ¿verdad?.
M: bueno Scully, podemos descansar y si, de paso, averiguamos algo, mejor.
S: Mulder, una persona que desaparece siendo niña, aunque supongamos que
sigue viva, no aparece para despedirse y luego volver a desaparecer.
M: Tal vez no sea una niña normal.
S: No me dirás que te creíste todas esas patrañas que nos contaron sobre
la hija del mar.
M: No, pero................. bueno, tal vez algo de cierto haya.
S: Sí.
M: ¿Sí?.
S: Claro. Lo único real en todo esto es que hay un hombre enfermo y un pueblo
alimentado de leyendas que tienen ganas de despedirse del mundo.
M: Vamos a ver. No te crees lo que nos contaron, ¿pero sí te crees que ese
hombre del psiquiátrico se esté muriendo?.
S: me lo creí después de ver ayer noche el historial. Mulder, tiene cáncer,
le quedan menos de dos meses de vida.
M: Entonces, tal vez, sí sea real todo lo que nos contaron.

Scully sonrió, cogió una chaqueta finita y poniéndosela advirtió a su
compañero.

S: bueno, no lo sé. Pero estamos de DESCANSO Mulder.
M: Lo séeeeee.

PLAYA DE NORTH WAIT
Al este del puerto.

Scully estaba prendada mirando el océano extendiéndose en las bastas
llanuras de la tierra creando un poco de belleza en un mundo muy egoista.

Mulder, por su parte, estaba intentando descifrar las letras de una placa.

M: Imposible Scully. No hay quien lea eso.

Ella dió la vuelta enfrentando el edificio que poseía dicha placa en la
entrada.

S: Mulder, esa placa debe de llevar ahí más años que Matusalen. La letras
están borradas por la corrosión del viento, y si me apuras mucho, del agua.

Niño: Ayuntamiento del Mar. Edificio dedicado a los 200 marineros y pescadores
que perdieron la vida en el océano entre 1982 y 1996.

Scully y Mulder se dieron la vuelta y observaron al niño que les senreía
ampliamente.

M: ¿Puedes leer lo que pone en la placa?
Niño: NO, jejjeje, eso es imposible. Pero todo el mundo en el pueblo sabe
lo que pone. Todos tienen algún familiar entre esas 200 personas.
S: Vaya. 200 personas en 14 años. Eso es mucha gente para un pueblo tan
pequeño.
Niño: Así es señorita. Me tengo que ir, que disfruten su estancia aquí.
S: Gracias.
M: Gracias.

El niño salió corriendo y se metió en una de las estrechas calles que se
internaban en el pueblo.

M: Un niño bastante majo.
S: Sí.
M: Scully voy a reservar mesa para comer en el restaurante de ayer. ¿Me
esperas aquí?.
S: Mulder no creo que se llene.
M: Por si acaso.

Mulder se encaminó hacia el puerto donde se encontraba el restaurante.
Scully volvió a mirar el mar, precioso, inmenso. Se acercó a donde empezaba
la arena de la playa. Observó y se quito los zapatos.
Al enterrar los pies en aquella arena cálida le vinieron a la mente esas
tardes veraniegas en compañía de toda su familia cuando ella aún era niña
y la familia estaba completa.
Le gustaba esa sensación de plenitud.
Comenzó a andar hasta llegar a la orilla del mar.
El viento le golpeba dulcemente en la cara como si se tratase de pequeños
latigazos apenas táctiles de la vida.

Poco a poco fue captando el olor al agua, a la sal, a mar.
Se sentó y dejó los zapatos a su lado, luego se ensimismó en la lejanía
del horizonte.
Veía aquella delgada línea que separaba el mar del cielo y la comparaba sin
saber por qué.
Tal vez ella fuera el mar, bonito, tranquilo, aunque cuando hay tormenta
llegaba a ser más peligroso que 100 armas de fuego apuntándote a la cabeza.
Y Mulder sería el cielo, siempre apacible, hasta que alguien tocada una de
sus nubes, una cosa suya, algo que le importara. Entonces sus tormentas hacían
eco en el viento y repercutían en el mar, en ella.
Entonces esa línea nunca los dejaría estar juntos porque siempre serían
iguales pero diferentes. El horizonte.

Mujer: Usted debe ser una mujer de trabajo duro.

Scully giró su cabeza hasta encontrase con una mujer de unos 30 años, rubia,
no muy alta.

S: ¿Perdón?
Mujer: La gente que vive aquí respeta al mar porque saben que es mortal.
Otros, pasan de largo mientras hacen algún comentario acerca de lo bonito
que es. No saben cúan cruel puede ser también. Y otros, como usted, lo
respetan, puede que porque sepa quien es, lo admiran, porque es hermoso, y
le temen, porque es peligroso.

Scully sonrió a la mujer y ella se sentó a su lado.

S: Me llamo Dana Scully.
Mujer: Yo soy Ana. ¿De visita?
S: Sí, más o menos.
Ana (A): ¿He acertado?.
S: Más o menos. Mi padre era de la Marina, nunca temí por su vida porque le
creía el mejor de todos. Pero siempre te quedaba eso pegado al corazón, que
te hace plantearte si el mar le dejará voler a casa.
A: Sí, entiendo.
S: ¿Pero a qué se refería cuando dijo que yo debo ser mujer de trabajo
duro?.

Ana sonrió, aún esperaba esa pregunta.

A: Poned en los campos un carbonero, un sabio y un poeta. Veréis como
el poeta admira y calla, el sabio mira y piensa....... Seguramente, el
carbonero busca las moras, porque él es hombre de trabajo. Pero llevadlos
a ver el mar y el carbonero es el único que no bosteza. El arruyo de las
aguas y su hermosura, dormirán al poeta harto de intentar plasmar en papel
esa belleza que nadie puede describir. Los mil demonios y sus bufones
callarán al sabio, porque no podrá competir con ellos. Pero el carbonero
que conoce el trabajo duro se mantendrá despierto.
Quien prefiere lo vivo a lo pintado es el hombre que piensa, canta o
sueña. El carbonero tiene llena de fantasias la cabeza.

Cuando acabó el relato Scully sonrió y miró de nuevo al mar.

S: Nunca podré acostumbrarme a que todo el mundo en este pueblo se exprese
igual.
A: Supongo que en la ciudad, sólo algunos ancianos, conservan este idioma.
En los pueblos las tradiciones se mantienen, y con ellas los cuentos que
nos relataban nuestros mayores. A veces explican más que otras cosas.
S: Pero......¿Cómo saber donde empieza la historia y donde acaba el cuento?.
¿Cómo saber qué parte es real y qué parte es ficticia?.
A: El mundo, Dana, siempre le dará media mentira por media verdad. Siempre
ocurre así.
S: Sí, eso lo sé muy bien.

Ambas mujeres miraron el mar en silebcio por unos momentos, luego
sin apartar la mirada de las aguas, siguieron conversando.

A: ¿Qué intenta averiguar mirando tanto el mar?
S: como hacer desaparecer el horizonte y hacer juntar cielo y mar.
A: Vaya, bonita meta para un filósofo, pero no creo que usted lo sea.
S: No, tiene razón, no lo soy. Pero sí sé que no se puede unir lo que está
separado por millones de kilómetros aunque parezcan estar pegados.
A: A veces no es necesario juntar nada para verlos juntos.
S: ¿Cómo?
A: El cielo, el mar. Están tan alejados el uno del otro, que su distancia
sería imposible de recorrer con pasos. Sin embargo, si los miras, los ves
juntos, unidos.
S: Y el horizonte que lo separa, ¿qué?.
A: No mires la línea.
S: ¿cómo?.
A: Mira hacia allí, pero a nada en concreto, no te fijes en la línea.

Scully centró su vista en un punto donde se juntaban cielo y mar, luego
la vista se le fué volviendo borrosa y las cosas se mezclaban unas con otras.
Colores, océanos, cielos...............

S: Los ví. Se han unido.

Ana sonrió.

A: Sí. Si miras bien lo puedes ver. Si pasas de largo, nunca lo verás.
S: ¿Siempre ocurre igual?, ¿con todo?.
A: No siempre, pero si no miras bien no lo sabrás nunca. Quien no sabe
mirar bien, nunca vé nada. Vivía aquí un hombre que teniendo el amor a su
lado, nunca supo verlo. Ella vivía en la casa vecina, se veían todas
las mañanas, tardes e incluso alguna noche. Pero él no se fijaba, él
no la miraba bien.
Cuando ella murió de anciana, el hombre se arrodilló en su tumba comprendiendo
cúanto la iba a hechar de menos y rezó : ¡Ojos que a la luz se abrieron un
día para, después, ciegos tornar a la tierra, hartos de mirar sin ver!.
Después se desplomó en el suelo.
S: ¿Murió?
A: Sí.
S: Vaya, debía quererla mucho.
A: Sí, mucho.

M: ¿Quien quería mucho a quien?
S: ¡Mulder!.
M: Hola.
S: Me has asustado.
M: Lo siento. Pero te he oido hablar y no sabía si cortarte o dejarte seguir.
S: Pues anda que es difícil.
M: Ya. ¿Qué decías?
S: Nada, Ana que...........

Scully apartó la vista de su compañero para fijarla en el hueco bacío
que había a su vera.

S: Mulder, aquí, antes......
M: Scully, ¿estás bien?
S: Ehhhhh, sí, creo. ¿Has reservado?
M: Sí, para las dos.
S: Bien. ¿Nos vamos?
M: Claro.

Ambos agentes salieron de la playa al frío asfalto, pero antes de perder de
vista el paisaje, Scully echó la vista atrás buscando a alguien.
Pero sólo vió kilómetros de arena desierta.

PUERTO DE NORTH WAIT

El pequeño movimiento de las olas bañaban de sal las rocas que emergían
bagamente del espigón que tenían a la derecha.
Scully, apoyada en la barandilla, miraba uno de los pesqueros.
Parecía inofensivo, pero cuando el mar arrecia se podía volver una máquina
asesina.
Mulder, por su parte contemplaba a Scully haciendo ver que miraba el mar, o
cualquier otra cosa.

A veces, cuando la veía así, tan distante, pensativa, le daba la sensación de
que cualquier día cogería la maleta y le diría; adios Mulder, me voy a vivir
la vida que siempre he querido, esa que tú no me has dejado vivir.
Pero luego volvía a mirarla y la veía, a ella, a su Scully. Y su Scully
nunca le haría eso, no podría.

Si fuera un hombre con poco control, haría mucho tiempo que habría estirado
la mano para poder tocar esa mejilla rosada. Pero él no podía permitirse
esos moentos con ella, porque era su amigam su compañera. Pero no su novia,
ni su amante, ni su esposa.

Scully giró la cabeza enfrentando du mirada y un escalofrío recorrió su
cuerpo.

S: ¿Te daría miedo?
M: ¿Qué?
S: Ir en uno de esos pesqueros.

Mulder apartó la mirada de ella por un segundo para observar uno de los
pesqueros anclados.

M: No lo sé. Creo que tendría que verlo para saberlo.
S: A mí sí.

WOW!. ¿Scully admitiendo que algo le dá miedo?.

S: Adoro el mar. Me encanta, pero también me dá miedo. La sensación de subir
a un barco y no saber qué e slo que te espera en mar abierto es indescriptible.
Es..misterio, excitación, no hay palabras Mulder.
M: Lo has descrito muy bien.
S: Sólo he dicho lo que sentía.
M: Me gusta que digas lo que sientes.

Ella abrió los ojos de par en par esperando alguna reacción burlona de su
compañero, pero no llegó nunca.
¿Estaba él pidiéndole que expresara sus sentimientos?.

Scully volvió a girara la cabeza y miró de nuevo el pesquero. En la proa, una
mujer rubia la estaba saludando.
Fijó su vista y auqnue no podía distinguirle la cara por la distancia
estaba segura de que era Ana, la chica de la playa.

S: Mulder......
Niño: Hola otra vez.
M: Hola.

Scully miró al niño y luego de nuevo al barco, la chica ya no estaba.

Niño: Tiene suerte señorita.
S: ¿Cómo?
Niño: Laura no se deja ver así como así.
S: Te confundes, se llama Ana.

El niño sonrió divertido a Scully y ella volvió a mirar el barco.
Mulder, que no entendía nada, miraba con atención al niño y a Scully.

M: ¿Cómo te llamas?
Niño: Joe.
M: ¿Y cómo puedes aparecer siempre sin que notemos tu presencia?

Joe rió divertido.

Niño: Jajajja, no, no aparezco!. jejje, es que ustedes están siempre tan
absortos mirando algo que nunca se dan cuenta cuando vengo. Antes el
cartel, ahora ella mira el mar y usted la mira a ella.

Scully miró a Mulder sorprendida pero él hizo caso omiso al comentario.

M: ¿Qué podrías decirme de Laura?
Niño: Es sencillo. Nosotros somos generaciones de pescadores y marineros que
no van a tener más salida que seguir el trabajo de sus antepasados. Más de
la mitad de nosotros moriremos entre las aguas saladas y sólo unos pocos
llegarán a viejos. Ella es la que nos ayuda a buscar el camino para surcar
los mares cuando ya no podemos regresar a casa.
S: Esa historia ya nos la han contado Joe. ¿Tú la crees?
Niño: Si puede usted afirmar que no la ha visto diga que no cree la historia.

Scully se quedó mirando al niño, ¿Q quien había visto?, ¿Con quien se había
tirado más de 10 minutos hablando en la playa?

Mulder vió que Scully no respondía.

M: ¿La has visto?
S: No lo sé.
Niño: ¿No lo sabe?. No quiere admitirlo señorita, pero sí que lo sabe.
M: ¿Scully?.
S: No lo sé Mulder.

Una mujer apareció por la esquina mirando a todos lados.
Luego vió a los dos agentes con Joe y se acercó. Cuando estubo lo
suficientemente cerca tomó al niño de la oreja.

Mujer: ¿Cuantas veces te he dicho que no te vayas de casa sin avisar?
Niño: ¡jo mamá!, qué me haces daño!
Mujer: ¡Y más que te tendría que hacer!. Corre a casa.

El niño salió corriendo en la misma dirección que había hecho horas antes.

Mujer: Lo siento, es que es un cabezón.
S: No tiene importancia, es un niño muy simpático.
Mujer: Sí, sí que lo es.

La mujers e dió la vuelta con intención de marcharse, pero unos segundos
después giró y volvió a mirar a los agentes.

Mujer: ¿Son ustedes lo agentes del FBI de los que habla todo el pueblo?.
M: Me temo que sí. culpables.
Mujer: Ya me lo había parecido.
S: ¡Qué rápido corren aquí los rumores!
Mujer: Siempre lo hacen.

La mujer se metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña fotografía que
extendió a Mulder.

Mujer: la niña morena soy yo, estaba un poco gordita. La rubia es Laura,
éramos muy amigas, siempre lo fuimos. Hasta que se fue.
M: Era una niña muy guapa.
Mujer: Sí, y muy dulce. Nunca podré olvidarla. Oigan, yo no les puedo
decir si Laura es o no la hija del mar, pero ella está viva, yo la
he visto.
S: ¿La ha visto?
Mujer: Sí. Andando por la playa, subida a bordo de algunos de los pesqueros
cuando salen, apoyada en esta misma barandilla............ Verla no es
difícil, ella se deja ver a la gente que lo neecesita.
S: ¿Y usted lo necesita?
Mujer: yo no voy a irme a buscar pescado, pero necesito verla porque la
añoro. La añoro desde hace más de 30 años.
M: ¿Y si alguien la vé qué puede significar?
Mujer: Bufffffff!. Millones de cosas, que necesitan creer en algo, que
necesitan ver algo en lo que no se fijan, que van a ir con ella pronto......
Puede significar tantas cosas que sería prácticamente imposible numerarlas.
S: ¿Y si ella habla?
Mujer: Hablar................... dicen que cuando ella habla a alguien le
dice las verdades que no quiere escuchar pero que ha de saberlas.
S: ¿Qué tipo de verdades?
Mujer: Supongo que eso depende de la persona con la que hable.

Scully bajó la vista y luego giró para volver a fijarla en el barco
pesquero.

Mujer: Si me disculpan debo marcharme.
M: Gracias por todo- dijo al tiempo que le devolvía la foto.
Mujer: espero haberles ayudado
S: Seguro.

Cuando la mujer se fue, Mulder quedó mirando de nuevo a Scully, pero esta vez
por motivos diferentes, estaba preocupado.

M: ¿Estás bien?
S: No lo sé Mulder.
M: ¿Eso tampoco lo sabes?
S: En estos momentos creo que no estoy segura de nada.

Mulder estaba realmente preocupado porella, pocas veces la había visto tan
ensimismada, y eso nunca era bueno.

S: Mulder.
M: ¿Si?.
S: No me encuentro demasiado bien, ¿te importa si yo regreso al hotel?.
M: No, claro que no. Vamos.
S: No, quédate tú si quieres, yo regresaré.
M: No Scully, nos vamos los dos.
S: Como quieras.

La comida tendría que esperar.

HOSTAL DE NORTH WAIT
Habitación de Dana Scully.

M: ¿Quieres que te traiga algo?.
S: No Mulder. Estoy bien, de verdad.
M: Ya!, y por eso tienes esa cara, ¿no?.
S: Oye, sólo necesito descansar un rato. Dame una hora, ¿quieres?.
M: Las que necesites Scully, estaré en mi habitación por si necesitas algo.

Mulder se encaminó a la puerta que omunicaba sus cuartos y justo antes de
atravesarla Scully lo llamó.

S: Mulder.
M: ¿Sí?
S: gracias.

Una sonrisa fue toda la respuesta de Mulder, no necesitaba nada más.

Una vez a solas, los sentimientos y pensamientos de Scully se agolpaban unos
contra otros sin encontrar una conclusión.

S: < Es tan extraño, pocas veces he sido yo la creyente y Mulder el escéptico.
Y casi siempre han sido casos relacionados con la iglesia. Pero nunca, y
es extraño, nunca hemos creido los dos en algo. Me resulta dificil creer
toda la historia, pero este pueblo es tan....... enigmático, tan..misterioso.

Esa mujer, Ana. Ha dicho tantas verdades en tan poco tiempo. Y luego se ha
ido, no estaba. Después ese niño, y su madre. Estoy tan confusa. Es como
si todo el mundo en este pueblo supiera lo que siento por Mulder y me
estubieran diciendo a gritos que haga algo. ¿Pero qué?. Además, era en
realidad o no era esa mujer Laura. ¿Laura o Ana?. ¿Podrá ser cierta la
leyenda?. Es tan dificil no creer en algo cuando tienes tantas ganas de
creerlo.
Pero no tiene sentido...... me estoy volviendo loca......¿la hija del mar?.
Pero eso no es posible.

Una leyenda siempre será una leyenda. LO mires como lo mires. Pero lo que
nunca volvreá a ser como antes, esa, seré yo. He visto cosas increibles a lo
largo de mi carrera, he visto cosas que hata el más creyente dudaría de si
son ciertas o fraudes. Y lo que más me ha llegado ha sido esa mujer, esas
palabras, que dentro de lo extraño, no dejan de ser cosas más normales, o
con más explicación que las demás cosas que he podido vivir al lado de
Mulder.

Puede que eso se deba a que ya no quiero buscar más verdades que no son, ni
nunca serán, mías. Quiero encontrar mi verdad, esa que llevo guardada dentro
de mí por tantos años.
Ya no importa si sale bien o mal, ya no me importa si no he de volver a
verlo. Pero no puedo seguir engañandome a mi misma. Ni a mí, ni a él. No es
justo. No los aría para ninguno de los do>.

HOSTAL NORTH WAIT
Habitación de Fox Mulder.

M: < No sé qué s lo que le puede pasar. pero no me gusta nada verla así. Es
extraño pensar que estamos de vacaciones cuando en realidad ambos sabemos que
no es así. Pero como me gustaría que eso fuera cierto. No tener nada más
entre manos, ningún caso, a nadie a quien dar explicaciones relevantes o
irrelevantes. Eso ya me da igual.

Pero cómo decirle que lo único que me importa ne etsos momentos es ella. Que
si he de abandonarlo todo lo haré por ella. ¿Cómo explicarle que ha estado
buscando una verdad que ya no tengo ganas ni de encontrar.

Sólo quiero ser Feliz.

La felicidad es un préstamo. Algo que te dan para que lo tengas durante un
tiempo, pero si no lo cuidas, puedes perderlo todo en menos de dos minutos.

Y yo nunca he tenido eso. Nunca me han prestado nada.
Rocé esa felicidad de pequeño, pero no me la dejaron saborear. He rozado esa
felicidad en los momentos donde Scully está bien, pero siempre ha ocurrido
algo.

¿Cuando?. ¿Cuando me van a dejar probar esa felicidad?. ¿Quien me va a
prestar un poquito de la suya?.

Es el destino, es él. No quiere que sea feliz. No me lo merezco. Ahora lo sé.
Ahora lo entiendo...... pero ¿qué hice de pequeño para tampoco merecerla?.

Soy un bufón. Un maldito bufón del destino>.

La puerta del cuarto de Mulder se abrió dejando ver a una Scully con los ojos
llorosos y un pequeño secreto escondido en su corazón.

M: Un bufón del destino- susurró Mulder al contemplar la belleza de
Scully.

Continuará...........................