Titulo: La Navidad siguiente
Autor: Alexia Fernández, SpookyQueen
Resumen: Bueno creo que hay poco que resumir, el propio título lo dice, lo que
pasa es que ¿La Navidad siguiente a que?. Si queréis saberlo no os queda otro
remedio que leerlo.
Clasificación: Angst Scully, UST.
Disclaimer: Otra vez con el p... disclaimer, mira que tiene narices la cosa
eh. ¿Pero no se entera ya quien sea que nos hace poner esta mamarrachada cada
vez que todos sabemos que ningún personaje de los que salen aquí es nuestro?
No hace falta que nos lo restriegue por la cara. Todos sabemos que M&S no son
nuestros.
Dedicatoria: Je je. Esta dedicatoria me va a gustar. No suelo ponerlas, entre
otras cosas porque nadie las lee. Pero hoy es diferente, y ya que leéis la historia
de abajo leéis la que voy a contar ahora. Si os dais cuenta el principio de
este relato es un poco violento. Violento en el concepto de que lo hice cuando
estaba cabreadisima con dos pavas de mi clase que no paraban ( ni paran aun)
de meterse conmigo. Y se lo dedico a ellas, si señor, va por vosotros Mamen
y Sabina, porque por lo menos habéis hecho una buena obra en esta vida y es
que este relato tenga la fuerza que tiene. ;op
LA NAVIDAD SIGUIENTE
Cada día un nuevo cielo.
Cada noche las mismas estrellas.
Cada día sus ojos en mis ojos. Su boca lejos de la mía. Su mano en mi hombro.
Cada noche la misma soledad.
Amanecer. Atardecer. Que más da si estoy lejos de él.
Sol. Luna. Que más da si no le veo y muero de locura.
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Después de cenar, toda la familia, excepto el pequeño Matt y Dana hablaban tranquilamente
en el salón.
¿Qué haces aquí fuera sola y con el frío que hace?.
Me has asustado.
¿Por qué no estás dentro?
Estaba un poco mareada y he salido a tomar el aire.
Venga hermanita, a mi no me engañas. Algo te pasa. Has estado muy callada durante
la cena y apenas has probado bocado. Ni siquiera te has dado cuenta de que a
Matt ya le ha salido su primer diente.
Solo es que estoy un poco cansada. Nada más.
¿Por qué no me lo cuentas?. Anda, te sentirás mejor.
Estaba pensando en un caso muy triste que tuvimos la semana pasada. Eso es todo
de verdad.
Dana. Mañana es Navidad. ¿Por qué no te olvidas del trabajo?. Además, no tendrá
esto nada que ver con... bueno ya sabes.
Puedes decirlo tranquilo. Con Emily.- después de haber pronunciado el nombre
en el que tantas veces había pensado durante todo el año su cara se entristeció
-.
Lo siento yo no quería...
Lo he superado. Mulder me ha ayudado a superarlo y estoy bien.
Mulder, otra vez ese maldito nombre. Cuando te darás cuenta que lo único que
te hace es daño.
Esta se gira con los ojos envueltos en ira.
¿Por qué le tienes tanto odio?. Cuando serás tú el que te des cuenta que él
es el único que me ayuda. Que está dispuesto a escucharme cuando nadie lo hace,
cuando estoy sola.
La que no se da cuenta de que está sola por su culpa eres tu. Si en lugar de
haber ingresado en el F.B.I. hubieras ejercido como médico...
¿Qué?, dilo. ¿Qué hubiera pasado?.
A lo mejor no hubieses estado enferma tanto tiempo. Y a lo mejor ahora estarías
aquí, casada y con un bebé entre tus brazos – le recriminaba en un tono nada
amigable -.
Ya veo. Eso es lo que piensas, ¿no?.
Bueno, yo no...
Tu no nada. Ya lo has dicho. Y es justo lo que piensas. Seguramente también
piensas que yo tuve la culpa de la muerte de papá. Claro, a la niña malcriada
le da el punto e ingresa en el F.B.I. por un simple acto de rebeldía. Y a su
padre le da tal disgusto que le coge un ataque al corazón.
Yo no he dicho eso.
Ella se levanta para poder mirarle fijamente a los ojos.
No lo has dicho pero lo piensas. Y es muy fácil decir y pensar eso cuando todo
se ve desde fuera. Dime, ¿dónde estabas tú cuando murió papá?. Dime, ¿dónde
estabas?. Ni siquiera acudiste al funeral. ¿Por qué?. Ni tu ni Charles acudisteis.
¿Dónde estabas cuando estuve enferma?. Venias a visitarme de vez en cuando al
hospital y ya está. Simples visitas de cortesía. Pobre hermanita, agonizando
en un hospital mientras yo estoy en el Caribe de luna de miel montándomelo con
mi mujer. Ya le llevaré un regalito cuando vuelva.
Cada vez el tono de su voz es más amenazador y severo. Mientras desde dentro
su madre y su cuñada se están enterando de todo. Pero saben que es mejor no
intervenir.
Eso no es verdad.
¿Y donde estabas cuando murió ella?, ¿eh?. ¿Dónde estabas cuando murió Emily?.
En el hospital, con tu hijo en brazos. He estado completamente sola durante
estos años. Y el único que me a ayudado, el único que me ha aguantado y me ha
dado cariño y consejo ha sido él. Y aunque te duela oírlo es verdad. Mulder
ha sido la única persona que no se ha movido de mi lado. Incluso estando él
peor, lo ha arriesgado todo por mí.
Se detiene para coger aliento. Siente que dentro de poco no podrá evitar el
llanto. Pero ha de ser fuerte, no puede dejar ver su fragilidad y mucho menos
ante su hermano mayor.
Ha arriesgado su vida por mí. ¿Cuántas personas pueden decir eso?. ¿Tu puedes?.
No, tu no puedes.
Baja el tono, como compadeciéndose de él.
¿Cuántas veces te has puesto delante de un asesino en serie que empuña una pistola
para que tu compañera no reciba el balazo?
Ríe, en un gesto de burla.
- Ninguna. Has sido, eres y seguirás siendo siempre un egocéntrico. El niñito
mimado de mamá. Por mucho que tengas un trabajo en condiciones, sin que te quite
tiempo de tu vida personal, tengas una esposa que te espere todos los días con
un platito de sopa caliente en la mesa y un hijo que te ría las gracias nunca
comprenderás lo que es la vida de verdad.
Te estás pasando.
¿Me estoy pasando?. ¿Tu crees?.
Y grita al vacío:
¿Cree el mundo que me estoy pasando con mi hermano mayor?.
Sin esperar respuesta sigue hablando en un tono de enfado superior al anterior.
¿Y que has estado haciendo tu desde que tienes uso de razón?. Pasarte con tu
pobre hermanita pequeña. Decirme que debía hacer. Si estaba mal o estaba bien.
Que debía hacer y cuando. Pero ya está bien. Soy mayorcita y haré con mi vida
lo que quiera.
¿Tu vida?. Tu no tienes vida. No sabes lo que es. Tu vida se reduce a un simple
trabajo en un sótano con un pirado al que todos llaman siniestro y paranoico.
Sin poder contenerse más, Dana le soltó una bofetada con todas sus fuerzas.
No, puede que no lo sepa. Puede que no tenga vida propia. Pero mi trabajo es
mi vida, porque allí tengo a alguien que me espera sonriente todas las mañanas.
Alguien que se preocupa de mí y por mí. Alguien cariñoso y dulce que está en
el momento justo en el lugar adecuado. Alguien que me necesita y al que yo necesito.
Y ese alguien es Mulder, al que respeto y amo. Y por eso no consentiré que vuelvas
a hablar mal de él.
Y ahora no le importa que el hermano mayor que ha estado humillándola toda la
vida la vea llorar. Es la primera vez que ha conseguido enfrentarse a su hermano.
La primera vez que ha tenido fuerzas para decirle todo lo que se ha callado
en años. Y esas fuerzas se las ha dado alguien. Alguien cercano que sería capaz
de devolver la vida con una simple mirada. Mulder. El amor de su vida.
25 DE DICIEMBRE
DIA DE NAVIDAD
Dana se levantó perezosamente de la cama. Se había pasado toda la "nochebuena"
llorando y sin pegar ojo. El pequeño Matt no paró de llorar a causa de sus dientes.
Aunque no era eso lo que le quitaba el sueño. Las palabras de su hermano la
habían herido realmente. Le costaba enormemente imaginar que tuviera esa opinión
de ella, pero la tenía. Y por eso, no pensaba volver a dirigirle la palabra,
ni si quiera una mirada hasta que no se disculpara y lo sintiera de verdad.
Como se encontraba tan mal, decidió ponerse su mejor traje. Uno de color azafata
que resaltaba el color de sus ojos, aunque ese día los tenia bastante hinchados
a causa de la sesión nocturna. Cuando estuvo arreglada y mentalizada sobre la
actitud que mantendría ante su hermano, abrió la puerta de su habitación, salió
cerrándola tras ella y bajó las escaleras. En la entrada encontró a su madre
discutiendo con lo que parecía un mensajero.
¿Ocurre algo mamá?.- preguntó preocupada -.
¡Oh Dana!.- exclamó aliviada su madre -. ¡Que bien que estés despierta! Este
amable chico trae un paquete urgente para ti. Pero dice que no se lo puede entregar
a nadie más que no seas tu.
Ordenes estrictas señora.- dijo el apuesto muchacho dirigiéndole una sonrisa
a la recién llegada que su madre percibió en el acto -. ¿Me firmas aquí Scully?.
Claro John. ¿Sabes quien lo envía?.
Se pasó una mano por los labios como diciendo que no podía decir nada. Quedó
claro que recibía ordenes estrictas, ¿pero de quien?.
Este le entregó un enorme ramo de rosas y se despidió de las dos deseando unas
buenas pascuas mientras levantaba su gorra azul.
No me habías dicho que tenias un admirador secreto.
¿Quién, John?. Que va. Es mensajero del F.B.I., todos le conocen, además es...
Su madre hizo un gesto de negación con la cabeza y señaló con los ojos el ramo.
- Mamá, los admiradores secretos no ponen tarjeta.- dijo mientras cogía el pequeño
sobre blanco que había entre las flores -.
Su madre alzó la mirada para así poder leer lo que ponía, pero Dana se alejó
para que no pudiera hacerlo. Decepcionada, Maggie se fue a la cocina para preparar
el desayuno.
Ilusionada y sorprendida, Dana leyó en el exterior:
"THE TRUTH IS IN THERE"
Abrió el sobre y rápidamente reconoció la escritura.
"Que todos tus sueños se cumplan esta Navidad.
Con mis mejores deseos: F.W.M."
El escueto pero significativo contenido de la carta ruborizó a Scully. El olor
característico de Mulder había quedado impreso en el papel. Sin pensar, descolgó
el teléfono y marcó el número de su compañero, pero al primer tono se dio cuenta
de que no era lo más adecuado. Colgó y se dirigió a la cocina, donde encontró
una bonita escena familiar: Bill, Tara y su madre estaban riendo y haciendo
monadas a Matt. Resultaban patéticos.
Buenos días.- lanzó ala aire -. Mamá, ¿me pones esto en agua?.- le entregó las
rosas y se quedó con la tarjeta -.
Su hermano y su cuñada miraban atónitos el ramo.
Mamá voy a salir. No sé cuando volveré, así que no me esperéis.
Pero, Dana, hija. Hoy es Navidad. Estábamos esperándote para abrir los regalos
y Charles no tardará en llegar.
Tengo cosas que hacer. Podeis abrirlos sin mí y Charles, le veré mañana.
Si es por lo de ayer tu hermano iba a disculparse ahora mismo. ¿Verdad William?.
No es por eso mamá.- dirigió una fugaz mirada hacía Bill -. En serio tengo cosas
que hacer.
Se despidió de casi todos, cogió su abrigo y se marchó.
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Se había pasado toda la mañana buscando el regalo idóneo. Resultaba bastante
difícil. Se habían prometido que nunca se regalarían nada y no tenía idea alguna
de por donde empezar. Ya estaba harta de buscar y empezaba a nevar cuando lo
encontró. Quizá no era lo más adecuado ni lo suficientemente bueno pero creyó
que le gustaría. Cuando por fin se decidió se dirigió a casa de Mulder.
APARTAMENTO DE MULDER
11:55 A.M.
ARLINGTON, WASHINGTON D.C.
Unos golpes en la puerta, aunque no demasiado fuertes, hicieron que el agente
dejara su tarea actual: adornar el árbol de navidad.
¡Feliz Navidad! –una sonriente Scully apareció tras la puerta -.
Mulder quedó boquiabierto, no esperaba visita y menos tan grata y la hizo pasar
deseándole también las buenas pascuas.
Pensé que estarías en casa de tu madre con Charles, Matt, Tara y...Bill – le
dijo mientras volvía a dirigirse al árbol que había colocado delante de la pecera
para disimular que sus peces habían vuelto a sucumbir -.
Bueno a veces las reuniones familiares son un rollo. No sabia que pusieses el
árbol. Creí que no te interesaban estas fiestas.
Ya ves. Lo que pasa es que no se me da muy bien. Mira que desastre soy -. Dijo
mientras quedaba atrapado entre guirnaldas y demás -.
Los dos rieron.
Y, ¿qué te trae por aquí?.
He venido a darte las gracias por las flores, eran realmente preciosas.
No hacía falta que vienieses con una simple llamada hubiese bastado. No creo
que alguien se haya puesto muy contento cuando....
Si lo dices por Bill, tranquilo. No lo sabe. Ni él. Ni nadie. ¿Que tal si te
invito a comer?.
De acuerdo. En dos minutos estoy -. Y desapareció por la puerta de su habitación
con un Papá Noel colgando en la espalda -.
RESTAURANTE PORT AVENUE
WASHINGTON D.C.
La comida había sido deliciosa. Se lo habían pasado en grande y no habían mencionado
para nada el trabajo. Sus caras irradiaban felicidad y sus corazones latían
nerviosos. Mientras tomaban el café Mulder dijo que se había dejado algo en
el coche y que iba a buscarlo. Scully, por su parte aprovechó el momento para
ausentarse al lavabo. Cuando volvió Mulder le esperaba en la mesa.
Vaya que rápido. Mulder, yo, ya sé que prometimos que nunca nos regalaríamos
nada, – dijo mientras sacaba un pequeño paquete del bolso envuelto en papel
de regalo rojo – pero lo vi en una tienda y pensé que te gustaría.
Gracias Scully. De nuevo no tenías porque molestarte.
No es molestia Mulder. Espero que te guste.
Viniendo de ti seguro que sí.
La agente se ruborizó.
Él abrió con ansia el paquete. Era una corbata con el fondo azul no demasiado
oscuro y con un estampado de platillos volantes amarillos.
Es genial. Me la pondré ahora mismo.
¿Ahora Mulder?. Pero si no llevas camisa. Se van a reír de ti.
¿Desde cuando te importa lo que piensen los demás Scully? – dijo mientras se
colocaba la corbata -. Genial.
Iba vestido con su típica camisa gris, pero de manga larga y cuello, vaqueros
y una chaqueta de cuero. Desde luego no le pegaba para nada, pero estaba graciosísimo
y Scully no pudo evitar una risita que se convirtió en caracajada.
Yo también tengo algo para ti, Scully. Aunque no sé si te gustara.
La intención es lo que cuenta.
Está bien, pero no me lo tires a la cabeza eh.
¿Me crees capaz de algo así Mulder? – dijo con carita de perro degollado -.
Se agachó, y sacó de al lado de sus pies un paquete estrecho pero largo. Ella
no tenía ni idea de lo que podía tratarse pero por el mero echo de que Mulder
se hubiese acordado de ella, se sentía la mujer más feliz sobre la faz de la
tierra.
Rompió el papel con fuerza y lo que vio, aún no sabe porque pero le encantó.
Era un póster igual al que tenía en el despacho Mulder, con las mismas letras
blancas que decían: I want to believe.
¿Y bien?. Supongo que ahora viene eso de métetelo por donde te quepa.
¿ Porque?. En serio me gusta.
Seguro que lo dices por quedar bien. Nos conocemos Scully.
Parece que no.
Su respuesta no quiso ni mucho menos significar eso pero lo significó. Realmente
casi no se conocían.
Lo he pasado muy bien Mulder.
Si, ha sido una de las mejores Navidades en mucho tiempo.
¿Por qué tiene que ser así? – de repente las palabras clave salieron de sus
labios -. ¿Por qué no puede suceder esto todos los días? ¿Por qué tiene que
ser una fecha especial para que salgamos a algún sitio y lo pasemos bien?.
A partir de hoy no hara falta.
FIN
Nota de la autora: Espero que os haya gustado, no es gran cosa pero bueno ahí
está. Como siempre digo, juzgad vosotros mismos. Comentarios, sugerencias, opiniones,
críticas...todo será aceptado en mi humilde correo. f_alexiaARROBAhotmail.com