LA VANGANZA SIEMPRE LLEGA
III
APARTAMENTO DE FOX MULDER
21:00 hrs.
¿Toco o no toco?. Esa era la pregunta que rondaba la mente de Scully parada
frente a la puerta del apartamento de su compañero.
Ella quería tocar, pero una vez dentro ¿qué le iba a decir?.
Hola Mulder, yo también te quiero!!!!, no ,creo que esa no sería una buena
idea teniendo en cuenta la rección que podría mantaner él.
Se acerca un poco más y mira antentamente el número de la puerta de Mulder:
42.
Es un número totalmente normal y probablemente no posee más importancia
que la que en realidad tiene, o sea, ninguna. Pero cada vez que Scully veía,
leía o escuchaba ese número algo acudía a su mente: esa puerta, ese dos que
siempre se está callendo, ese olor al entrar, esa sensación de calidez
en la entrada. Todo eso era él, Mulder, y su 42.
Se decidió y por fin tocó a la puerta.
M: Quien es?
S: Mulder soy yo.
M: Scully no tengo ganas de hablar.
S: Bueno, pues abre y en lugar de hablar nos miramos las caras.
A Mulder ese comentario le hizo gracia y sabía que ella no se movería de la
puerta hasta que le abriera, así que........
M: Pasa, está abierto.
Scully entró en el apartamento, estaba muy oscuro, sólo al lado de Mulder,
en el sofá, había una pequeña lamparita que iluminaba sus facciones.
S: ¿Estás ahorrando para algo en concreto o es sólo por si Skinner te
despide y no puedes pagar el recibo de la luz?.
M: Enciende si quieres.
S: No importa, estoy bien así.
Mulder se hechó a un lado para que Scully se sentara. Ella lo hizo y
por un momento , todo quedó en silencio.
S: Toma, Skinner me pidió que te lo diera.
Scully sacó de su abrigo el discket y se lo dió a Mulder, el cual se quedó
mirándolo un rato.
M: ¿Lo leíste?
S: ¿querías que lo hiciera?.
M: Tal vez. No lo sé.
Al final Mulder apartó la vista del discket y miró a Scully.
M: Venga, te invitó a cenar!!!!.
S: ¿Qué?
M: Pues eso!, voy a llamar al chino de la esquina, tú ponte cómoda.
Scully sabía que Mulder estaba intentando esquivar el tema, pero ella no
se lo iba a permitir, necesitaba hablar. Le daría tiempo para acostumbrarse
a la situación, pero hablarían esa noche.
Mientras Mulder llamaba por teléfono y pedía la comida, ella se quitó el
abrigo y lo dejó encima de una silla.
M: tardarán poco. ¿De beber?.
S: cerveza.
M: Lo sabía!.
Scully sonrió y lo miro a los ojos, intentaba infundirle confianza, que no
tubiera miedo a hablar. Parece que él lo comprendió.
M: ¿Te apetece ver una película?.
S: No demasiado, pero si tu quieres verla.
M: No, era sólo una idea.
DIN, DONG.
M: La cena.
Mulder abrió la puerta y pagó al repartidor. Luego puso la mesa y cenaron
en silencio, sólo se miraban de vez en cuando.
Una vez hubieron terminado Scully se decidió, sabía que él no quería, pero
ella necesitaba hablar.
S: ¿Por qué no has venido hoy a trabajar?.
M: Necesitaba pensar.
S: ¿te ha ayudado?.
Mulder la miró fijamente a los ojos.
M: No demasiado.
S: A veces, en lugar de darle vueltas a las cosas es mejor hablarlas.
M: No me apetece hablar.
Cortante, tajante, sincero........Mulder.
S: Ya, pero tal vez es lo que necesitas.
M: ¿Qué es lo qué quieres que te diga exáctamente?. ¿Que ahora me siento
como un niño al que le han descubierto la peor travesura que ha hecho en
su vida?. ¿Qué tengo más vergüenza que si mi madre me hubiera pillado con
esas películas que no son mías?, ¿O tal vez que me encantaría que la tierra
se me tragara y no me escupiera hasta que todo el mundo que me conoce
haya desaparecido?.
S: Mulder...
M: ¡No Scully!- le cortó ya algo exasperado- ¿Qué quieres?.
S: Sólo dime la verdad. Así de sencillo.
Estaba confundido, no sabía si decirle que ya no sentía aquello que dijo
Borrow, o que estaba locamente enamorado de ella desde que la miró a los
ojos. Se puso las manos en el pelo y se hechó para atrás en el sofá.
M: Dime si lo has leído.- Estaba más calmado.
S: Sólo algunos trozos.
M: ¿Cuales?.
S: Los suficientes.
Silencio, más silencio. Tenso, regular, nervioso. Silencio.
S: Mulder, no me voy a enfadar o a ir si me dices la verdad.
M: La verdad. Menuda verdad, ¿A qué sí Scully?. Llevas trabajando al lado de
un loco paranóico porque llegaste a creer en su cruzada, en su verdad. Pero
lo que no sabías es que la razón por la que él aún no estaba muerto o
encerrado en un manicomio era porque tú eras su verdad. Tiene gracia.
S: a mi no me hace gracia.
M: Lo sé.
Mulder se incorporó y la miro como si fuera la última vez que la tendría
delante. A ella un escalofrío le recorrió todo su cuerpo al sentir esa
mirada desafiante en su piel.
M: Yo........no sé qué quieres que te diga. Sabes como me siento cuando
estoy cerca de tí, y también sabes lo que siento si no te veo ni escucho tu
voz. Lo sabes todo. ¿Qué es lo que quieres que te diga?.
S: Sólo dímelo.
A Scully se le caían las lágrimas por las mejillas y Mulder lo notó.
M: No llores. Por favor.
Le tomó la cara entre sus manos y le limpió las lágrimas con sus pulgares.
M: Por favor.
Volvió a bajar las manos y la soltó.
S: Mulder......dímelo.
No podía parar, lo intentaba , pero no podía parar de llorar.
M: Te quiero.
Ante la mirada atónita de Mulder, Scully se abrazó a él lo más fuerte que
podía. Se recostó en su pecho y seguía llorando. Mulder la abrazó por
la espalda para intentar calmarla.
M: Ahora el que no entiende nada soy yo Scully. ¿Por qué lloras?.
S: Mulder, no te enteras de nada.
M: ¿Qué?.
La hizo levantar la cara, la volvió a coger limpíandole, secándole las
lágrimas.
S: Mulder.........yo también te quiero.
En ese momento se acercó a ella. La miraba con deseo, con cariño, con
dulzura, con amor.
Se fue acercando más y más, y cuando sus labios se estaban rozando él
habló.
M: No sabes cuanto tiempo he deseado poder rozar tus labios, besarlos.
Y los besó con dulzura, calmadamente, sintiendo cada caricia.
Ella temblaba con cada roce mientras su deseo iba en aumento. Lo amaba, dios!
cuanto lo amaba. Amaba esa sonrisa picaresca, esos ojitos pequeños, esos
labios descompensados, esa nariz grande que tal vez guardara relación con...
upsss!!! vaya.
Él la deseaba cada vez más, porque también la amaba. Amaba esa sonrisa
juguetona, esos grandes ojos de mar, esos labios carnosos y rojos, esa
graciosa nariz, esas manitas que movía nerviosa cuando no sabía que decir,
esa ceja que levanta incrédula ante una alocada teoria, y ese ceño fruncido
con el que le dedica sus racionalidades.
Dejaron de besarse por un momento para mirarse a los ojos.
M: ¿Sabes una cosa?.
S: ¿Qué?.
Hablaban en susurros, aliento contra aliento.
M: No sé tú, pero yo debería soltarte ahora antes de que ya no pueda parar.
S: Mulder, ¿quien te ha pedido que pares?
Mulder la miró divertido. Luego se puso serio por un momento.
M: No quiero meter la pata Scully. ¿Estás segura?.
S: Tan segura como de que crees en hombrecillos verdes.
M: Pues vas pañada Scully!!!!, yo creo en los grises.
Sonrieron, se miraron, se desearon.
M: Eres preciosa.
S: .....
M: No sé qué habré hecho para merecerte, pero le doy gracias a dios por
tenerte.
Scully se acercó a sus labios y los volvió a besar, con dulzura de nuevo.
Pero esta vez eso no era suficiente, necesitaban más, ambos querían más el
uno del otro.
Ella entreabrió sus labios y él aprobechó el momento para saborear su lengua,
sabía a ella, a misterio, a seducción, a sensualidad, a miedo, a amor, sabía
a Scully.
Mulder la cogió por la cintura y la fue tumbando poco a poco en el sofá
sin dejar de besarse.
Ella se dejó llevar. Mulder desabrochó el primer botón de la blusa de Scully
y ella cesó de besarlo por un minuto.
S: Mulder.
M: Mmmm?
S: Vamos a tu cuarto.
Él la miró a los ojos y se levantó, le dió la mano y la condujo a su cuarto.
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ÉL.
¿Como se puede ser tan hermosa?. Sólo tengo que mirarla una sóla vez para
quedarme sin respiración durante varios minutos. Es preciosa.
Y ahí está, a mi lado, amándome con los ojos mientras llegamos a mi habitación.
No más amores a distacia, esta noche ámame con el cuerpo y el alma Scully, te
quiero.
No me pregunteís como lo he conseguido, pero he llegado hasta los pies de la
cama sin tocar a Scully más que su mano.
Nos miramos, me acerco a ella y tiembla. Dios!!!, ¡Estoy haciendo que Scully
tiemble!. Tiembla ahora que le rodeo la cintura atrayéndola hacía a mí.
Tiembla ahora cuando siente mi cuerpo pegado al suyo. Tiembla ahora que le
recorro la espalda sin apartar mi vista de sus ojos, de sus precioso ojos
azules. Ella tiembla.
La vuelvo a besar, creo que acabo de encontrar mi fe, mi alma, mi razón, mi
ser, mi corazón, mi vida, y todo dentro de su boca.
Ha emitido un ruidito en mi garganta, es un gemido. He decubierto que me
encanta escuchar a Scully hacer esos ruiditos.
Le desabrocho el segundo botón de la camisa, y el tercero, y poco a poco el
resto de los botones.
Necesito mirarla.
La dejo de besar y la observo. Es increiblemente perfecta. Le tomo la mano
y la llevo hasta la cama, de espaldas a ella sigo besándola mientras
la recuesto. Y yo me tumbo a su lado.
La miro, ella me sonríe. Supongo que debe de ser por la cara de jilipollas
que debo de tener en este momento. Le saco los brazos y ahora la tengo frente
a mí en sostén.
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ELLA.
Se ha quedado mirándome. Me hace gracia, es como si nunca hubiera visto a
una mujer en sujetador frente a él. Es como un niño, y lo adoro.
S: ¿Piensas quedarte mirándome toda la noche?.
M: No Scully, te lo aseguro.
Entonces vuelve a besarme, cada vez es más apasionado en sus besos. Y yo
me siento morir, es horriblemente dulce.
M: No sabes el tiempo que deseado poder tocar esa barriguita.
Y me la señala con un dedo, pero sin tocarla. Se acerca más, la roza.
Me está vovieldo loca.
Apoya su palma de la mano en ella, y me acaricia el abdomen.
M: No sabes el tiempo que he deseado besar esa barriguita.
Y acerca sus labios a mi. Y creo que me voy a desmayar cuando siento sus
labios abriéndose en mi barriga y cerrándose. Me besa y su lengua se adueña
de mi ombligo.
M: No sabes el tiempo que he deseado tocar tus pechos.
Y sube su mano hasta ellos.
Este jueguecito me está desesperando.
Los roza con un dedo, dos , tres, y por fin los toca con toda su mano. Los
acaricia.
M: No sabes el tiempo.....
S: No Mulder, no lo sé. Pero me estás poniendo histérica.
Sonríe pícaramente.
S: Haz lo que quieras y deja de decirme cuánto lo deseas como pidiéndome
permiso.
M: ¿Lo que quiera?
S: Lo que quieras.
Y mientras me rodea con sus brazos empieza a besarme los pechos por encima
del sostén.
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Él.
Ha dicho: haz lo que quieras. ¿Lo que quiera?, he preguntado. Y, lo que quieras
ha sido su respuesta.
Ahora le estoy besando los pechos, pero no es lo único que quiero besar.
Quiero besarla entera.
Meto mis manos detrás de su espalda y le desabrocho el sujetador.
M: Dios!!!!.
Uppsss!, creo que eso lo he pensado en voz alta.
S: Espero que esa exclamación sea de alago porque sino.....
M: Lo que yo decía Scully. Eres preciosa.
Y sigo besándola por todas partes. Lamo sus pechos mientras ella sigue
con sus ruiditos.
Ruiditos que me están volviendo loco.
Le desabrocho la falda, y ella levanta sus caderas para ayudarme a
quitarsela.
Y ahí está, mirándome con deseo, y sólo lleva unas braguitas negras con
bordaditos.
ES
LA
MUJER
MÁS
EXCITANTE
TIERNA
y SENSUAL
DEL
UNIVERSO.
Y ahora que ya he recuperado mi capacidad para unir las palabras en menos de
2 min, sigo.
Creo que ella tiene el deseo de verme a mi también algo más ligero de ropa.
Se incorpora y me tumba en la cama complétamente. Me besa el cuello, y
mete sus manos por debajo de mi camiseta, y mientras acaricia mi abdomen
subiendo sus manitas, sube también la camiseta.
Me la quita. Empieza entonces a besarme el pecho. Besitos de bebé, besitos
de amante. Mi amante Scully.
Baja hasta el cierre de mi pantalón y me sonríe, y yo me derrito. Y ella me
vuelve a besar.
Desabrocha el cinturon y los botones. Y mete su mano dentro. Me acaricia. Y
a mí me sale un "SCUUUUUUULLYY" bastante más grave de lo normal. Me saca
los pantalones y los lanza al suelo.
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ELLA.
Ahora sólo nos separan mis braguitas y sus boxers.
Subo hasta su boca y vuelvo a besarlo mientras nos tocamos mútuamente
excitándonos cada vez más.
Sé que no es de mi estilo, pero necesito hacerlo. Le cojo el labio inferior
entre los míos, lo lamo, se lo muerdo y lo vuelvo a coger, esta vez
succionándolo con delicadeza.
M: Eso ha sido.....
S: Shhhhhhhh.
Le hago callar con otro beso, no necesito palabras, ahora no.
Me acaricia la espalda y me da la vuelta. Vuelve a besarme entera y cuando
llega a mis braguitas las coge con los dientes y tira de ellas.
No lo puedo evitar, comienzo a reir.
S: Así no vas a conseguir hacer nada. Mpfjajajaja.
M: ¿Qué te apuestas?.
Vuelve a coger la goma de las braguitas con sus dientes y ahora, en
lugar de dar un tirón, las va bajando con pequeños tironcitos hasta que llegan
a mis muslos.
Me sonríe satisfecho y me las termina de bajar con las manos.
Entonces es cuando me siento totalmente vulnerable ante sus ojos. Me observa
y sabe que algo no anda bien.
M: Scully. ¿Qué ocurre?. ¿Paro?.
Es un angel. Aún cuando su excitación llega a las cotas más altas
inimaginables, aún entonces, se procupa por mí y me pregunta si debe parar.
Entonces mi miedo se desvanece. Sonrío.
S: No.
Y me mira. Yo asiento y él introduce su cara en mi sexo. Lo besa, lo
lame. Y yo cada vez estoy más cerca.
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ÉL.
Por un momento me he asustado de estar haciendo algo que no debía. Pero
creo que no pasaba nada.
Ella está acariciándome la cabeza. Revolbiendo mi pelo, mientras yo bebo
de ella, de su exitación.
Y esos ruiditos vuelven a salir de su garganta, y yo enloquezco
definitivamente, lo que me hace ir más deprisa.
Derrepente ella me detiene. Me sonríe y me hace un gesto con su dedo índice
para que suba hasta ella. La obedezco, es mi dueña.
Sus ojos son de un azul tan intenso en este momento que me ciega el deseo y
tengo miedo de acabar ahora mismo, mirándola.
Me hace subir hasta su boca y me besa frenéticamente mientras me aprieta contra
ella, contra su pecho firme y perfecto, redondo y suave.
Entonces noto como ha bajado su mano, su pequeña manita hasta mi trasero. Lo
coge y lo aprieta, me hace gracia, no lo puedo evitar, me separo de ella y
sonrio.
S: ¿Qué te hace tante gracia?.
M: Siempre he soñado con esto Scully, y de mil maneras diferentes, pero nunca
imaginé que me apretarías el trasero.
Y ella sonría también.
S: Creo , que tu imagen de mí es demasiado puritana.
Y con las mismas mete la mano dentro de mis boxers y tira de ellos. Por un
momento me quedo parado, pero al final le ayudo en la tarea y me los tremino
de quitar yo mismo.
Entonces separa sus piernecitas unpoco, no demasido, sólo lo suficiente. Y
yo sé que ha llegado el momento.
La miro diréctamente a los ojos, y ella me mira a mí. Y así, sin decir nada,
sólo mirándonos porque nos sobra con eso para entendernos, como tantas veces,
y tan sencillamente natural, me acercó a ella y entro.
Suave, dulce, lleno de placer.
Ella vuelve a sus ruiditos mientras arquea la espalda sutilmente. Yo no
puedo hacer otra cosa que besarla cada vez que se mueve, es tan bonita.
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ELLA.
Creo que nunca antes me habían hecho el amor como me lo está haciendo este
hombre.
Antes, cuando llegaba el momento, todos lo hacian rápido. Con cariño, y
tal vez amor, pero rápido.
Él, en cambio, es lento, entra con tanta delicadeza y suavidad que me
encantaría repetir este primer momento durante horas. Pero no se puede,
ahora está dentro completamente.
No puedo evitar moverme, mi espalda se arquea involuntariamente y Mulder me
besa en cada movimento.
Me besa en la frente, en la boca, en el cuello, en el pecho, y en cualquier
lugar donde tenga alcance.
Lo amo tanto.
Cada vez es más profundo y más fuerte, pero siempre dulce.
Mi momento se acerca y el de él también, yo lo sé, y él lo sabe.
Me mira, lo miro, y me coge las manos muy fuerte. Yo las retiro por detrás de
mi cabeza y entonces , así, agarrados, llegamos juntos. Siempre juntos.
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Los rallos del sol iluminaban el rostro de Scully. Ella ses entía como una
mujer diferente a la que anoche había llegado a casa de su compañero.
Ahora ella estaba completa, y antes había algo que le faltaba. Algo que
Mulder le dió, se lo había entregado hace apenas unas horas.
Fue abriendo los ojos letamente y cuando lo huno conseguido se dió cuenta de
que él ya estaba despiesrto, y mirándola.
M: Buenos días. (sonrisa)
S: Buenos días. (beso).
M: Te quiero. ( Caricia).
S: y yo a ti. ( sonrisa).
¿Estúpido?, tal vez. pero se sentían tan felices que lo único que recordaban
era que se amaban y que con eso sobraba lo demás.
Tal vez ese no fuera el final y el principio de nada. No era el final porque
aún les quedaba mucho, quizás demasiado, por recorrer, juntos.
Y no era el principio porque aunque no se lo hubieran dicho antes, estaban
juntos , amándose con las miradas, roces y abrazos, desde hacía mucho
tiempo. Tal vez, desde hacía ocho años.
Pero era algo, era una prueba que tenían que pasar para acercarse más a la
felicidad.
Más cerca, más lejos, un ruido, un beso. Y ahora, definitivamente: un mundo.
No sé si Borrow habrá conseguido encontrar a White por allá arriba. No sé
si White aún estaba esperándolo. No sé si la vida es sólo eso, esperar. Pero
lo que sí sé, es que si no esperas y eres paciente nunca, nunca llegarás a
nada.
A lo mejor tú no tengas que esperar ocho años, ni tres ni dos. Pero algo,
seguramente, tendrás que esperar. Y tal vez, eso que encuentres sea tu
propia verdad.
FIN.
Críticas y comentarios a: dana.xARROBAterra.es