TITULO: La verdad

AUTOR: Alexia Fernández Frasquet

TIPO: MSR, Angst M y S.

RATING: Todos los públicos excepto noromos. ; o p

SPOILER: Continua la película X-Files: Fight the Future, pero cambiando el final.

RESUMEN: Después de un largo viaje a Alaska con algunas complicaciones y aliens de por medio, nuestros queridos agentes vuelven a Washington y han de presentarse a una vista. Después de esta tendrán una pequeña charla que cambiará el resto de sus vidas. Y lo demás leeeeeeedlo.....

DISCLAIMER: Ante todo he de dejar claro que los personajes pertenecen a la Fox y sobretodo a nuestro querido surfista: Chris Carter.

LA VERDAD



Apartamento de Mulder

Arlington (fecha peli)

20:00 P.M.



Scully llama al timbre, pero el agente Mulder no esta por la labor de abrir. Se siente frustrado. Una vez mas el sentimiento de culpa se alberga en su mente y su alma. Ha estado a punto de volver a perder a su compañera. Pero esta es la gota que colma el vaso. Esta vez ha sido diferente. Ha sido la peor de todas. Esto tiene que terminar. Piensa. Cuando la pequeña pelirroja de ojos azules entra por la puerta.

- Vi luz desde abajo y como no abrías use mis llaves.

En el mismo momento en que la agente cruzo el umbral de la puerta, el noto su presencia. Desde su posición, en el sofá de cuero negro, la miraba fijamente. Pero en realidad estaba a miles de kilómetros. Flotando en un mar de dudas pero con respuestas tan evidentes. Se sentía feliz de tenerla cerca, y a la vez impotente. Impotente por no poder protegerla como él creía.

- Tierra llamando a Mulder, tierra llamando a Mulder.

- Lo siento - respondió con una voz débil - Que pasa?

- Por que no te has presentado a la vista?

- Para que?

- Bueno.......

Antes de que pueda acabar su respuesta Mulder se levanta de un salto del sofá y......

- Para que? Dime. Para ver como se ríen de mí en mi propia cara?, mientras empiezo a desvariar sobre camiones cisterna que transportan un virus extraterrestre, campos de maíz en medio del desierto, abejas que transportan polen transigencia, coches que explotan y una nave alienígena enterrada en Alaska y cubierta por la aurora boreal que volverán a enterrar en cualquier otra parte del planeta. No gracias.

Sus ojos sarcásticos perforan los de Scully, herida por sus palabras. Que le ocurre? El nunca se ha rendido tan fácilmente (debería estar luchando para que reabran los expedientes X). Se ha aferrado a sus creencias como nunca había visto a nadie hacer. Me ha hecho creer. Y por que de repente esto? Ahora. Cuando la verdad esta ahí. Tan cerca que casi puedo tocarla con las yemas de mis dedos. Sigo paralizada, sin saber que decir.

- Solo el mero hecho de que Alaska este tan lejos de Dallas ya seria un motivo evidente para ellos de que esta historia no es mas que un cuento.

Un corto silencio.

- Les he contado todo Mulder. Todo lo que he pasado, la enfermedad a la que he estado expuesta, la vacuna..........

- No.

Un grito rotundo inunda ahora las paredes. Después, el silencio más profundo se filtra en la habitación. Un silencio angustioso e interminable.

- No te das cuenta Scully? Ya no merece la pena. Ya no.

- Pero porque ahora? Tan cerca de la verd........

- No. No. Esta vez no, Scully. Durante estos cinco anos he sido un estúpido, un........

- Pero.....

- No. Déjame terminar por favor. - vuelve a sentarse en el sofá -. Durante estos cinco anos he sido un estúpido, un egocéntrico. Solo pensaba en mi, y.... y no me daba cuenta de que estabas ahí. A mi lado. Siempre ahí cuando te he necesitado. Escuchando una y otra vez mis reproches, paranoias y manías. Y poco a poco, cada vez mas, te arrastraba hacia mí. Hacia mi vida repleta de oscuridad, donde no existe la luz. Todo el sufrimiento que he visto en tus ojos. Has estado tantas veces al filo de la muerte. Te he arrastrado tan fuerte hacia mí, hacia ella. hacia esa muerte prematura.

Una lagrima salada y a la vez dulce. Una solitaria lagrima y unos ojos sumidos en la angustia y la tristeza más profundas muestran a una afligida, débil e invulnerable Scully. Él, sintiéndose aun más culpable de estar haciéndola sufrir, se acerca a ella. Con un dulce gesto borra esa lagrima de desconsuelo, y se vuelve a retirar, acercándose a la ventana, contemplando como una cortina de lluvia se precipita con fuerza al asfalto. Una débil neblina cubre las calles y un escalofrío le recorre todo el cuerpo. Un hombre completamente distinto al que escasos segundos antes había hecho desaparecer esa lagrima, se muestra hablando duramente a su compañera.

- No Scully, ya no. Ya no lo soporto más. Vete. Aléjate de mí. De mi oscuridad. Ejerce como medico. Hazlo. Ejerce como medico. Solo así podrás darle sentido a tu vida. Ese sentido, esa verdad que tanto anhelas. Pero lejos de mí. Tu padre estaría orgulloso de que lo hicieses Starbuck.

Ahora ya no era una, sino decenas de lagrimas las que inundaban el pálido rostro de Dana. Como alguien podía pasar de un estado de dulzura tan puro a uno de completa severidad? Porque me castiga de este modo?. En esos momentos estaba paralizada. No podía decirle que mi único sentido y mi única verdad eran ellos. Que le quiero. Que siempre le he querido. Que no puedo vivir sin él. Pasar mas de unas horas sin oír su voz y contemplar su rostro. Sin escuchar salir de sus carnosos labios esas bromitas tan sutiles que en mas de una vez me han hecho reír. La verdad es que no soy muy buena amiga de las sonrisas y las carcajadas. Sin embargo él me hace ser diferente. En esos momentos sus ojos penetraron de nuevo en los míos como nunca lo habían hecho. Y sin saber por que, eche a correr. Dejándole solo. De pie. Con esa mirada fría.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Se había marchado. Había conseguido lo que quería. O por lo menos lo que creía querer. Decidí volver a mirar por la ventana. Para verla por ultima vez. La vi salir corriendo. Sin mirar hacia ninguna parte. Su mirada estaba perdida. Sentí como mi alma se asfixiaba en mi propio dolor por volver a verla sufrir. Quizá había sido demasiado duro. Pero tenia que ser así. De otra manera no hubiera conseguido que se apartara de mí. Y eso, tarde o temprano la haría sufrir aun mas. Seguía corriendo. De repente un coche doblo la esquina de Michigan con Arlington.

Nooooooooooooo. Grite. Sin ni si quiera coger mi chaqueta, salí de casa. Baje las escaleras de cinco en cinco. No podía pensar, solo llamarme a mí mismo idiota y estúpido. Salí del portal sin mirar a ningún sitio. Solo a ella. Tendida en el suelo. Inconsciente. Tan vulnerable y frágil. Blanca como la nieve. Helada como la escarcha. La lluvia, ya debilitada, cubría su cuerpo. Una opresión intensa en mi garganta casi me impedía respirar. El conductor del vehículo que ya había llamado a la ambulancia me miraba suplicándome perdón. Vi en sus ojos reflejados los míos en él más absoluto pánico, y la ira que por dentro me corroía estuvo a punto de hacer que le matara allí mismo. Pero no podía apartarme de ella. Le hablaba pero no me contestaba. Su pulso era tan débil, por no decir inexistente, como su respiración y los latidos de su corazón. La estaba perdiendo. Entonces vi la salvación. la luz, la luz parpadeante de la ambulancia. Se la llevaron tan rápidamente que ni siquiera me di cuenta. Quería que este sueno, esta pesadilla, terminara. Levantarme de la cama como si nada hubiese ocurrido..........

Hospital General del Estado

Washington D.C.

10:37 P.M.

............pero estoy aquí. Sentado frente a ella. Su cuerpo en coma acostado frente a mis ojos. Mis ojos culpables de todo. Esa mirada fría que apenas horas antes había sostenido frente a la suya, de dolor, era la única culpable de todo. Ella y mi maldito egoísmo. En esos momentos no podía pensar en nada. Solo mirarla y reprocharme las ultimas palabras que le había dirigido.

8:00 A.M.

Apenas habían pasado diez horas y me aprecia una eternidad. Allí, mi sentimiento de culpa y mi impotencia se multiplicaban por 100. Era horrible. No lo podía soportar. Pero en ese momento se me ocurrió. Maggie, Skinner... He de llamar a su madre. Tiene que saberlo. Pero no tengo valor para darle esta noticia.

Media hora después.

" TOC TOC"

- Señor, gracias por venir.

Skinner acaba de entrar en la habitación. Una mirada hacia la agente Scully le sume en él mas completo caos.

- Ha... localizado a.. su familia? - creo que consigo articular aunque no estoy muy seguro.

- Lo siento agente Mulder, no.

- Gracias por todo.

- Tranquilo. Supongo que de momento es mejor que se quede con ella.

- Y no quiere una explicación?.

- Con ver su rostro tengo bastante, agente Mulder.

Yo asentí vagamente. Siempre pense que detrás de esa calva reluciente, esa mirada fría, esas gafas redondas y esa fachada, había alguien sensible. Solo en ese momento, él más dramático de mi vida, pude comprobarlo. Le dirigí una media sonrisa muy forzada por la tensión del momento. Le agradecí que me librara de volver a recordar, mas bien a pronunciar en voz alta (desde el momento en que paso no paraba de recordarlo con mi memoria fotográfica) lo que horas antes había sucedido.

Hospital General del Estado

Washington D.C.

Una semana mas tarde

Sigues ahí. Acostada. Frente a mí.

- Daría mi vida por volver a contemplar aunque fuera por un solo momento tus preciosos ojos azules.

Digo en voz baja para no romper el silencio. Un silencio cada vez más aterrador.

Pronto tu madre estará aquí. Y no sabré que cara poner. Con que ojos mirarle a la cara. Dudo incluso poder mirarle. Te miro, sumido en la desesperación. Como pude ser tan idiota.

- Sé que estas ahí y que puedes oírme. Solo espero que te despiertes pronto. Sabes. No se como he podido ser tan tonto. Estar tan ciego. Hasta que no te he perdido no me he dado cuenta de lo que te necesito. La primera vez que te vi, esa primera mirada fija. Desde ese momento supe que me enamoraría de ti. Al principio no quería reconocerlo. Pero poco a poco me di cuenta de que tampoco podía negarlo. Nunca te lo he dicho por miedo a tu respuesta. A que te rieras de mí. Y ahora. Ahora que soy sincero y debería sentirme bien, me siento como un verdadero cobarde. Cuando aquella noche hablaba de que le dieras sentido a tu vida, de esa verdad, en realidad me refería a mí. Y me doy cuenta demasiado tarde. Tu le das sentido a mi vida. Todos estos anos buscando la verdad y resulta que no estaba ahí fuera. Sino dentro. La verdad, mi única verdad, eres tu.

Mi pequeña pelirroja.

Te quiero.

Después de esto me siento mejor. Me acerco a ti, y sentándome al borde de la cama, cojo tu mano. Te noto ahí, tan cerca y tan distante que no puedo evitar unas lagrimas. Me acerco mas a ti. Te beso en los labios sin esperar respuesta. Tus labios helados y los míos ardiendo me producen una sensación dolorosa pero reconfortante. Y mis lagrimas recorren también tu rostro.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

- Cuando vea a ese tío te juro que........

- Bill, tranquilízate. Cuando entres en la habitación de tu hermana quiero que te comportes. Todos lo estamos pasando mal.

- No puedo tranquilizarme mama. Ese tío me va a oír.

- Bill prométeme que te comportaras.

- Lo siento. No puedo.

Pocos minutos después:

La puerta se abre y la silueta de la señora Scully aparece detrás de ella.

- Mi niña. Como esta?.

- Bueno, los médicos no dicen nada. Tampoco pueden hacer mucho. Solo... esperar.- digo mientras veo en el rostro de una madre destrozada esa desesperación.

- Y tu? Tienes cara de cansancio hijo.

No contesto. La señora Scully se acerca al cuerpo de su hija. Llora desconsoladamente. Detrás de ella aparece Bill. No me sorprendo. E intento ser amable a pesar de nuestras diferencias. Parece que el se ha olvidado un poco del odio que me tiene y se acerca a mí.

POOFFF!!!!!!!!

- Bill ! - Estas bien Fox?.

- Auch - solo puedo decir - mi ojo.

- Te lo mereces por hacer sufrir a mi hermana. Carbón.

- Yo... será mejor que me vaya. -sé que tiene razón -.

Me despido de mi pequeña princesa y de su madre aun sujetándome el ojo. A el, no me atrevo a mirarle. Y salgo corriendo como un indefenso ratón al que persigue el más feroz de los gatos.

Hospital General del estado

Washington D.C.

Minutos después

Los ojos de Dan empiezan a abrirse como las flores en primavera, lentamente. Despertando por fin de su letargo.

Bill, mira. Parece que se despierta. Llama a una enfermera. Corre.
¿Que hago aquí? No logro recordar. Es mas, ¿ qué hace mi madre aquí llorando?

Dana hija, estás bien- más bien es una afirmación que una pregunta -. Estás bien.
¿Pero que hago aquí? ¿Y Mulder? Tengo que verle.- dice apresuradamente mientras desiste en un intento fallido de levantarse -.
Bill que aún estaba en la puerta, sale corriendo en busca de esa enfermera. Enfurecido por haber oído de los labios de su hermana el nombre del hombre que tanto tiempo la había hecho sufrir.

Hija estás muy débil. No debes moverte.- dice su madre llorando con una sonrisa en la boca -.
Solo recuerdo un coche.... alguien susurrándome al oído. Todo es.... tan confuso. Había un..... largo túnel. Oscuro. Muy oscuro. Al final una luz blanca. Cegadora pero cálida.

Dana no hagas esfuerzos innecesarios. Debes tranquilizarte.
Una.... una voz dulce. Una voz familiar. Muy familiar, me hablaba. Sí, justo antes de adentrarme en la luz. Esa voz – el nombre de Mulder le vino a la cabeza. Sonaba y resonaba una y otra vez -. Mulder. Esa era la voz de Mulder. ¿Donde?.
Ha estado aquí hasta hace un rato. Se marchó. Apenas hace unos minutos.
Una enfermera de raza negra entra en la habitación seguida por Bill. Sus ojos negros, y su largo pelo trenzado y recogido en una coleta resaltaban con el uniforme blanco que llevaba. Examina sus ojos, sus constantes vitales y toma su pulso.

Todo parece estar en orden. Y por lo que veo tiene muy buen aspecto. Que pena que ese muchacho no esté aquí. Seguro que se alegraría de verla.
¿Ese muchacho? ¿A quien se refería? ¿Sería Mulder? Tengo un dolor de cabeza horrible no puedo pensar ni recordar nada. Solo me vienen al pensamiento unos ojos fríos mirándome fijamente. Cuando el sonido de un reloj llama mi atención.

¿Que hora es? ¿A que día estamos?
Acaban de dar las doce del día 30. Creo que es hora de comer. Enseguida vuelvo. No se mueva de ahí -–dice la enfermera mientras se marcha y guiña un ojo a la paciente -.
Pero que...... He estado dormida una semana.
Has estado en coma. Nosotros no sabíamos nada, el director Skinner nos ha localizado hace apenas un par de horas. Mulder ha estado todo este tiempo contigo.
La enfermera vuelve a entrar por la puerta. Esta vez con una bandeja repleta de comida. Un caldo de pollo que olía a gloria, unos guisantes, un yogur natural y un vaso de agua. Scully la mira con una cara de......ya ha estado antes en un hospital. Prácticamente ha pasado media vida en ellos, y sabe que clase de comida sirven. La idea de un chino y Mulder comiendo a su lado hablando como un loco sobre hombrecillos grises le parecía tan apetecible. ¿Mulder?. Mulder!!!!!!!.

Que Mulder ha estado aquí toda la semana?
Ohhh!!!. Sí. Ese hombre no ha salido de la habitación en todo el tiempo que usted ha estado dormida. No ha comido ni bebido. No quería que le trajese nada. Estaba tan apenado. No se ha separado de usted ni un momento. Ni siquiera recuerdo que se levantase de la silla. Una vez me preguntó si había una máquina de pipas o algo parecido, le dije que no. Aquí, en el hospital, lo tenemos prohibido. Le dije que girando la esquina había una tienda donde seguro las encontraría, pero no quiso salir de la habitación. Me ofrecí yo misma para ir pero tampoco quiso. Hace unos minutos le vi salir corriendo y me extrañé – ups, ya he vuelto a hablar demasiado -.
Todos en la habitación la miraban perplejos, sobretodo Scully. Pipas?. Sin duda era él.

Lo siento. Cuando me pongo hablar no puedo parar. Lo siento deberas. Cómase eso, volveré más tarde.
Porque se ha ido Mulder?. Tengo que verle.
Anda hija tómate el caldo. Te sentará bien.
Dana no escucha sus palabras. Simplemente vuelve a recostarse en la cama y poco a poco cierra los ojos.......

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx



Apartamento de Mulder

Arlington 16:00 P.M.

3 días después

Llevo aquí tirado tres días. En mi sofá. Mirando al vacío. Pensando en ella. No he leído el correo. No he leído mis mensajes. No he cogido el teléfono ni una sola vez y ni siquiera he ido a trabajar. No le he dado de comer a los peces. Seguro que ya están muertos. Otra vez. La verdad es que casi nunca me acuerdo de darles de comer. Soy un despistado y un desastre. Eso me hace recordarla. Tantas veces diciéndome que debería organizar el despacho. Que allí era imposible encontrar nada. Creo que solo yo puedo encontrar las cosas (recordar que si salgo adelante me plantee el echo de que esto pueda ser un expediente x). Sé que nunca volveré a obtener esas miradas suyas, que sin hablar decían todo. Solo una mirada suya me bastaba para saber que pasaba por su mente. Las echaré de menos. Porque aún sabiendo que hay una posibilidad de que despierte, no hay ninguna de que me quiera ver. Y ese pensamiento me hace sentirme verdaderamente mal. Incluso más de lo que ya me siento.

Decido salir a dar un paseo. Pues si me quedo aquí mucho tiempo más no sé que me pasará. Fuera hace frío y está lloviendo. Como ese día. Aquel terrible día. Pero no importa. Necesito salir.

Si no salgo voy a volverme loco. Que paradoja, pues ya lo estoy – me río, aunque no tiene gracia, me estoy riendo de mí mismo -.
18:00 P.M.

Mulder? –pregunto sin obtener respuesta -.
Parece que no está. Me doy una vuelta por su apartamento. En el sofá hay una figura marcada, como si nadie se hubiese levantado de ahí en mucho tiempo. La nevera está vacía, a excepción de un yogur caducado desde hace semanas. Lo tiro a la basura, que por cierto está llena y huele fatal. Sus peces están muertos para variar. Sobre la mesa, un cenicero, vacío.

Me acerco a la ventana, supongo que a esperar. Pensativa. No se como reaccionará cuando me vea. Ni siquiera sé como reaccionaré yo. Esa última mirada me pedía a gritos que me marchara, pero también que me quedara. Sus ojos no pueden engañarme por mucho que quiera, les conozco demasiado bien.

18:12 P.M.

La puerta se abre y aparece Mulder empapado. Se quita la chaqueta para colocarla en el perchero. Parece que solo ella, su rostro y su pelo están mojados. Su pantalón y sus botas permanecen intactos. Bueno más o menos. Cierra la puerta.

Scully se gira sorprendida. Parece que aún no la ha visto, o no ha querido verla.

Esta vez no había luz, - dice Dana sin saber muy bien como – pero decidí entrar.
Tu...? Pensé que...? El hospital y luego....Cuando....?
Otra vez sus miradas se cruzan y sin necesidad de hablar vuelven a entenderse como siempre. Las palabras no hacen falta cuando el corazón habla por sí solo. Él corre hacía ella y la abraza con todas sus fuerzas, incluso llega a hacerle daño.

Pensé que no querrías volver a verme. Después de todo lo que pasó. Yo.......lo siento.
No fue culpa tuya – dice aferrándose más fuerte a él. Como si tuviera miedo de volver a perderlo -.
Scu....Dana. Tengo que decirte algo. Yo..
Lo sé Mulder.
Yo también te quiero.

Vuelven a mirarse a los ojos. Con más dulzura que nunca. Y ese beso tan deseado llega por fin. Se funden en un solo cuerpo. Esta vez nada ni nadie podía interponerse entre ellos. No había abejas, ni sacos de dormir, ni Bill, ni Dianas, ni ningún extraterrestre. Solo ellos dos. Dos almas y un solo destino. Un destino predestinado a ocurrir desde hacia mucho tiempo. Pero de repente...

Auch, - grita el agente – cuidado con mi ojo.
Los siento.- con la emoción del momento no se había dado cuenta de que tenia el ojo completamente morado -. Que te ha pasado?.
Nada importante. Un pequeño percance con tu hermano.
Scully ríe.

Parece que siempre sale mal.
Otro beso más intenso y sin timidez vuelve a nacer de sus labios. Pero, un momento.....el teléfono, el portero aporreando el timbre......nada. Solo un absoluto silencio. Parece que lo han conseguido (apuntaremos este día en el calendario como fiesta nacional). Ya era hora...

F.B.I. Headquarters

Washington D.C.

Otra semana más tarde

Los dos agentes salen del despacho de Skinner para dirigirse a su pequeño sótano. Mientras llegan, caminando por los pasillos, se lanzan unas miradas de felicidad, ajenos al mundo que les rodea. Habían conseguido que reabriesen los expedientes x. Todo volvía a la normalidad. Al llegar al despacho, si es que se le puede llamar así, cada uno se sienta en su silla. Como todas las mañanas.

Es duro volver a la realidad eh Scully –dice mientras alarga su mano para coger la de su compañera -.
Ésta le tiende la mejor de sus sonrisas y empieza a recitar el informe del nuevo caso.

19:03 P.M.

Expediente X num. 673258.

Categoría inexplicable.

Creo que nunca llegaré a resolver éste expediente. Aunque se trate de mí, es el más difícil que se me ha planteado.

Yo, desorden.....

Mulder que escribes?.
Nada, palabras sueltas.
Nos vamos a casa?.......
fin....



Nota de la autora: Bueno, entes que nada quiero decir que es mi primer fanfic. Espero que os guste. Creo que me ha quedado bastante bien, aunque yo no soy nada objetiva, así que: Sugerencias, comentarios, críticas... f_alexiaARROBAhotmail.com