Título: Los dueños de nuestras vidas II
Autor: subcube
E-mail: subcube1ARROBAhotmail.com
Tipo: una base de x-file con suave aroma msr. Vaya, que cursi queda eso.
Resumen: Dile a Mulder que has visto un alien y serás su mejor amigo.
Spoliers: Mmmm... Ninguno. Bueno, todos sabemos lo de Samantha.
Disclamer: Mulder, Scully, Skinner y demás personajes conocidos no son de mi propiedad. Mmmm...
por desgracia existe algo que se llama ley de derechos de propiedad y no me deja que diga que son
míos. Cachis. Joé.
Raiting: Todos los públicos.

NOTA: Scully nunca ha sido abducida. ¿Vale?. Si incluyo ese spolier me metería en camisas de once
varas. Como que no. Olvidad todo lo que sabéis sobre la abdución de Scully. No existe tal abdución
en este fic. Ya ta.

Dedicatoria: A las personas que han reprimido sus instintos asesinos contra mí por tardar tanto en escribir una segunda parte del relato. Gracias por permitirme algunos meses más de vida. Sois geniales.

NOTA: Pido perdón a toda la gente que esperaba este relato. Con exámenes, trabajo final de carrera y otros proyectos no he tenido tiempo para escribir. Encima... pierdo neuronas y cada vez me salen cosas peores. Lo siento si os decepciono cuando terminéis de leerlo.


Los agentes salieron del edificio. La gente ya no miraba hacia arriba sino al suelo. Se había formado un corro de gente. Apartaron a los curiosos y vieron a Gabriel en el suelo, encharcado en sangre y con la cabeza grotescamente reventada. El personal del hospital no podía hacer nada por él. Había muerto. La psiquiatra salió y se dirigió al cadáver. Gritó al verlo. Mulder se abalanzó sobre ella y la giró para que no mirase a Gabriel.

PS: Se ha suicidado. No he conseguido ayudarle y se ha suicidado.
M: La culpa no es suya. El chico no estaba bien.
PS: Pero mi trabajo era ayudarle.
M: No se preocupe. Nosotros aclararemos todo esto.
PS: Tenía miedo de alguien.
M: Eso es cosa nuestra. Ahora es nuestro trabajo.

La psiquiatra entró en el hospital. Scully se acercó a Mulder.

S: ¿Qué piensas hacer?. ¿Vas a continuar?.
M: Esto acaba de empezar. Ese chico tenía mucho miedo. Y no creo que haya sido un suicidio. Voy a subir. Espera.
S: Pe...

Mulder entró corriendo al hospital sin dejar contestar a Scully. Subió por las escaleras a saltos de dos escalones. Buscaba algo. Sólo había gente conmocionada y hablando sobre lo que había ocurrido. En la habitación no había nadie. Entró y miro debajo de la cama. Estaba muy pensativo. Se asomó por la ventana y miró hacia los lados. Salió de la habitación y se quedó mirando hacia los dos lados del pasillo. Bajó a la salida del hospital. Scully estaba esperándole.
S: ¿Y bien?.
M: (entre jadeos) Na....da. No he en...con...tra...do lo que bus...ca..ba.
S: Pero qué buscabas.
M: Un an...ci...ano y un ni...ño.
S: Explícame eso.
M: (con menos jadeos) Simplemente intentaba relacionar lo que ha pasado con el anciano y el niño, o con la anciana y la niña. Me da mala espina, Scully.
S: No veas un bosque donde no hay árboles.
M: ¿qué?.
S: Ufff ... que no veas relaciones estúpidas.
M: Te digo que me da mala espina. Vayámonos de aquí. Vendrán más agentes y prefiero llevar esto por mi cuenta.
S: ¿Vas de héroe?.
M: Quiero bajar.
S: ¿Pero sigues con eso?. ¿Piensas bucear?.
M: Vamos a bucear. Tú también.
S: Jajajaja, estás loco.
M: Pues no bajes si no quieres.
S: Mulder, no sabemos bucear.
M: Hay cursos de un día. Aprendemos y ya está.
S: Estás loco, lo que yo te diga.
M: Venga, tómatelo como unas vacaciones.
S: Un curso de buceo de un día como unas vacaciones.
M: Menos da una piedra. Y vamos al coche.
S: Conduzco yo. Me da miedo dónde me puedas llevar.

Montaron en el coche. Scully arrancó. Mulder miraba hacia la entrada del hospital. El coche empezó a moverse. Mulder vio como de la salían del hospital el anciano, el niño, la anciana y la niña.

M: ¡Scully!. ¡Los ancianos!.
S: ¿Qué?.

Los cuatro se quedaron mirando hacia el coche. Mulder se dio cuenta, le miraron a través del cristal.

M: ¡Nos están mirando!.

Scully detuvo el coche. Miró hacia donde miraba Mulder.

S: ¿Dónde están?.
M: Se... han... ido
S: ¿Y quieres bucear?. Te imaginas ancianos y quieres que baje contigo al fondo del mar?.
M: Estaban ahí. Pero... se habrán escondido entre la gente. Voy a buscarles.
S: No. No te dejo.

Scully echó los pestillos.

S: No permitiré que te vuelvas más loco, ¿de acuerdo?.
M: Estaban allí, en serio.
S: Vamos, te invito a comer algo.
M: ¿Comer?. ¿Quieres comer después de ver el cerebro de ese chicho esparramado por el suelo?.
S: ¿Olvidas que soy médico?.
M: La niña del estómago de piedra.
S: La misma (algo en mí debía ser de piedra).
M: Pero sigo diciendo que estaban ahí y han desaparecido.
S: Mulder que te bajas aquí mismo.
M: Vale, así les busco.
S: Tú no estás bien, eh.
M: Pe...
S: ¡Vale ya!, ¿no?. Vamos a comer y me cuentas tus planes.
M: Vamos a bucear.
S: Tú sigues en las mismas. Yo no pienso mojarme.
M: Será como unas vacaciones bajo el mar.
S: Sí, claro, sí.
M: ¿Puedo elegir restaurante?.
S: Uiiis, restaurante. El niño quiere comer en un restaurante. ¿No te vale un McDonald?.
M: Vamos al puerto. Así busco cursos de buceo.
S: No, si te veo decidido y cuando tú te decides por algo... que corra todo el mundo.

PUERTO DE BAHÍA NUEVA.

Fueron al puerto. Al puerto de Bahía Nueva. Caminaron por el puerto buscando un restaurante. Había varios pero Mulder buscaba, además, algún cartel de cursos de buceo. En la puerta de uno de los restaurantes había un folio escrito a ordenador donde ponía:

"Clases de buceo básico. Aprenda a sumergirse desde el primer día. Económico. Grupos reducidos. Preguntar aquí por David".

Por supuesto, Mulder quiso comer en ese restaurante.

M: Aquí. Este es el mejor restaurante.
S: Claro. Y, ¿en qué te basas para tal afirmación?.
M: Mmm... hazme caso, es el mejor.
S: No hay quien te haga cambiar de opinión. ¿De veras piensas hacer un curso de buceo?.
M: Mira. Entramos, comemos y preguntamos por el tal David.
S: Vale, y que un hombre enorme, calvo, con barba pelirroja y un tatuaje de un ancla nos enseñe a sumergirnos bajo el agua. Sí, me apunto.
M: Irónica.
S: (saca la lengua).
M: ¿Entramos?.
S: No.
M: (resoplido). Yo pienso comer.
S: Anda, pasa.

Entraron al restaurante. Una camarera joven, morena, de ojos azules y pelo largo recogido en una cola les llevó a una mesa junto al cristal. Desde ahí se veía el mar.

Camarera (C): ¿Qué van a tomar?.
M: ¿Hay menú del día?.
C: Sí. Hoy tenemos emperador.
S: Sí. Yo quiero emperador.
C: ¿Con patatas?.
S: Perfecto.
M: Para mí lo mismo.
C: ¿Y para beber?.
M: Agua.
C: Bien.
S: (pensativa). Sí, agua para los dos.
C: En seguida estará listo.
M: Gracias.

La camarera se dio la vuelta.

M: ¡Perdone!.

La camarera giró hacia Mulder.

M: Estoy interesado en el cartel del curso de buceo que hay en la puerta. Dice que hay que preguntar por un tal David.
C: Sí, es mi hermano. Ahora le digo que salga si puede. Es el cocinero.
M: Muchas gracias.
C: Por nada.

Agradable sonrisa de la camarera a Mulder, cara de bobo de Mulder, mirada asesina de Scully.

M: Es simpática, ¿no?.
S: Oh, Oh, sí, sí. Mucho. Nos ha dicho si queríamos patatas. Un detalle por su parte.
M: Que simpáticas son las chicas por esta zona.
S: Ahora saldrá el hermano gordo del tatuaje en el brazo y se me quitarán las ganas de comer.
M: Que borde eres, de verdad.
S: Y tú....
M: ¿Estás molesta por algo?. Sí, sí. Estas molesta.
S: tengo hambre. Nada más. Y hay que esperar a que el buzo este nos haga la comida.
M: Me das mieeeeedo. Que tono que tienes.
S: No deberíamos habernos marchado del hospital. Seguro que han preguntado por nosotros. Skinner nos va a llamar en nada, seguro.

Sonó el móvil de Mulder. Mulder miró el teléfono de la persona que llamaba. Era Skinner. Boca abierta de Mulder mirando con los ojos abiertos de par en par hacia Scully.

M: ¿Sí?.
Sk: ¿Se puede saber dónde están?.
M: En el puerto, comiendo.
Sk: ¿Pero no estaban en el hospital?.
M: Sí pero nos hemos ido porque queremos investigar y allí y ano quedaba nada.
Sk: El chico se ha suicidado. ¿Eso es nada para investigar?.
M: Confíe en mí, le voy a llevar el caso cerrado.
Sk: Eso es lo malo, confiar en usted.
M: Confíe.
Sk: ¿cuánto tiempo me pide?.
M: Un par de días.
Sk: Le llamaré.
M: Como quiera.
Sk: No haga nada raro, Mulder.
M: ¿Yo?. No, no.

Skinner colgó el teléfono.

M: ¿Se puede saber como has hecho eso?.
S: El qué.
M: Saber que Skkiner iba a llamar.
S: Cuantas cosas no sabes de mí...
M: Me das miedo. Te juro que a veces me das miedo.
S: Uuuuuuuuuuu.
M: Has tenido que escuchar el móvil antes de que lo escuchase yo.
S: Sí, con mi sentido arácnido.
M: Es que no lo entiendo.
S: Mira, la comida.

La bella camarera sacó la comida de los agentes.

C: Aquí tienen. Espero que les guste.
M: Gracias (sonrisa a lo Mulder frente a una cara bonita desconocida).
S: Gracias.
C: Mi hermano saldrá ahora mismo. Voy a la cocina mientras él sale.
M: Gracias de nuevo.
C: Por nada.

La camarera caminó hacia la cocina.

S: Noooo, ahora el hermano del tatuaje y la barba rojaaaaaa.
M: No seas niña, anda.
S: Esto no tiene muy buena pinta. Seguro que el hermano buzo no usa pescado fresco.

Un cuerpo salió de las cortinas de la cocina. El cuerpo de David, el hermano cocinero y buzo. La camarera señaló hacia los agentes.

S: (con la boca abierta y el tenedor con el freno echado cerca de su boca).
M: ¿Ese es el gordo?.
S: Sí, por favor, sí, sí, sí.

David se dirigió a ellos.

D: Hola. Soy David. Mi hermana me ha dicho que les interesa el curso de buceo.
S: Sí, queremos hacerlo cuanto antes mejor. (una sonrisa de oreja a oreja)
M: (mirando con cara extrañada hacia su compañera). Sí, nos interesa.
D: Ahora mismo no puedo dejar sola la cocina. Si quieren quedamos más tarde. A las ocho viene el otro cocinero.
S: A las ocho estaremos aquí.
D: Bien, entonces les veré a las ocho. Disfruten de la comida. Buen provecho.
S: Gracias. Es un magnífico cocinero. Se nota que es pescado fresco.

David volvió a la cocina mirando a Scully con una agradable sonrisa de spot publicitario. Encima, tenía unos dientes perfectos.

M: Scully, aún no has probado la comida. ¿Cómo dices que es un magnífico cocinero?.
S: (aún mirando hacia la cocina) Porque... se le nota, Mulder. Mira que buena pinta tiene esto.
M: Hace un momento has dicho que el pescado no parecía fresco.
S: Ya, es que no lo he mirado bien.
M: Al que sí que has mirado bien ha sido a este. (haciendo un gesto moviendo la cabeza hacia la cocina).
S: Anda, qué dices, vamos a comer ya. Luego damos una vuelta por la playa.
M: ¿Ahora quieres hacer el curso de buceo?.
S: Nunca he dicho que no.
M: ... comamos, sí.

Los agentes comieron, aunque fuese un poco tarde para comer, pagaron y se fueron del restaurante. Bajaron al puerto. Eran las seis y media de la tarde. Paseaban por el puerto mirando las embarcaciones. Todo estaba tranquilo. De vez en cuando alguna embarcación entraba o salía al mar abierto. Los agentes estaban apoyados en una barandilla mirando al mar.

S: Hace un día muy bueno. ¿Has visto que paleta de colores tiene el cielo?.
M: Sí. ¿Crees que ahí debajo hay algo?.
S: Mulder, no has hecho caso a lo que he dicho.
M: Que sí. Hace un día muy bueno y he visto la paleta de colores que tiene el cielo.
S: Ahhmmm.
M: Perdona que sea tan monosilábico en mis respuestas pero presiento que hay algo bajo este mar. Sí, hay algo.
S: Sí, más agua, peces, corales y cuevas. Ah! Y rocas.
M: Muy graciosa Scully. Pero te digo que hay algo más.
S: ¿No te creerás lo que decía el chico del hospital?.
M: ...
S: Claro, eres tú. Que pregunta más tonta.
M: El mar es enorme. Es un sitio perfecto para esconderse.
S: Y bajo tierra también.
M: Pero ahí ya se escondes los descendientes de la Atlántida.
S: ¿Te ha sentado mal la comida?.
M: Qué sí. Bueno, no cambiemos de tema. Bajo este mar hay algo y lo vamos a descubrir. Nos va a encantar bajar. Va a ser toda una aventura.
S: Mmmm... ¿piensas bajar con el cocinero?.
M: Supongo que si él quiere sería lo mejor. Nos vendrá bien alguien que controle el submarinismo.
S: Sí, estoy contigo en eso. Sí, sí, sí.
M: Scully, te veo demasiado entusiasmada.
S: Es que estoy deseando comprobar que no hay nada extraño bajo el mar y poder restregártelo en la cara, Mulder.
M: Sí, será eso. Lo que tú digas. A ti te gusta el cocinero.
S: ... ¿bajamos a la playa?.
M: ... vale.

Bajaron a la arena y se sentaron en un banco. Había pequeños bancos de roca en la arena. La playa estaba muy tranquila. No hacía tiempo para bañarse y el sol no era lo suficientemente radiante como para tumbarse a tomarlo. Estaban casi solos en la playa. Un grupo de niños jugando con una pelota, un hombre pintando una pequeña barca y...

M: Un anciano y un niño.
S: ¿Qué?.
M: Que estoy viendo un anciano con un niño cogido de la mano. Allí, en la orilla de la playa.
S: Y...
M: Que es extraño.
S: ¿qué es extraño ver a un anciano con un niño agarrado de la mano paseando por la orilla de la playa en un día tan tranquilo como este?.
M: No, eso no. Lo extraño ha sido ver lo mismo varias veces. Y que dos personas desaparezcan de repente y se me queden mirando, como en el ascensor del hospital.
S: Mulder, no veas cosas donde no las hay.
M: Tengo un don, ¿sabes?.
S: Dime.
M: Mi irracionalidad.
S: Mmmmm...
M: Te explico.
S: Sí, por favor.
M: Si fuese racional las 24 horas del día, como...
S: Yo.
M: Sí, como tú.
S: Qué.
M: Pues no vería ese tipo de relaciones. No vería tantas cosas como veo. Sería todo demasiado mecánico. Cada pregunta tendría su respuesta. Respuesta racional.
S: ¿Y eso es malo?.
M: No es malo si no se abusa de racionalidad. ¿Crees que siendo racionales habríamos concluido tantos casos?.
S: ...
M: Mi don es poder ser irracional y ver cosas donde aparentemente no las hay, donde de forma racional no hay nada.
S: Vale. Pero ¿quién te asegura que yo no tengo esos momentos de irracionalidad?.
M: No estoy muy acostumbrado a verlos y por eso no creo que los tengas.
S: ¿Crees que lo sabes todo sobre mí?.
M: ... al menos eso sí.
S: Pues aplica el cuento y no seas racional siempre conmigo.
M: ... ¡anda!, son casi las ocho. Deberíamos ir al restaurante.
S: Sí, claro. Vamos.

De camino al restaurante fueron silenciosos. Scully miraba el mar, Mulder miraba a nada. Pensaba.

Claro que te conozco, ¿cómo no te voy a conocer?. Son muchos años contigo. Quizá otra persona, estando tanto tiempo junto a ti, no te conocería pero eso no me puede pasar a mí. Te conozco porque te estudio. Te sé de memoria, Scully. Toda. Pero tienes razón en algo. No te conozco del todo. Si supiese qué piensas sobre mí, el puzzle se completaría. Me falta esa pieza, ¿qué piensas sobre mí?. Cuanto desearía que me quisieras tanto como yo te quiero a ti. Pero eso es mucho pedir. Sólo los hombres afortunados pueden estar con alguien como tú. Y no es mi caso. No he nacido con fortuna.

Llegaban al restaurante.

S: Mulder, ¿hola?.
M: ...
S: Eoooo, Tierra llamando a Mulder.
M: ...
S: ¡Mulder!, antes de entrar quiero saber qué tienes pensado. Para cuándo quieres que hagamos el curso.... ¡Eeeeooo!.
M: ... perdona. No estaba.
S: No, si ya he visto que no estabas.
M: Estoy donde no estoy y no estoy donde estoy.
S: ... así comienza el libro sobre filosofía occidental de Fox Mulder.
M: Mañana mismo. Cuanto antes mejor.
S: ¿Qué?.
M: El curso de buceo. Que mejor lo empezamos mañana.
S: Este hombre cambia de tema como el fumador de cigarro.
M: ¿Entramos?, ¿no?.

Entraron al restaurante. La camarera les vio y se acercó a Mulder.

C: Hola. Mi hermano sale ahora mismo. Ya está dentro el otro cocinero.
M: Gracias. (sonrisa)
S: ... (mirando hacia la cocina con los ojos fuera de la órbita, babeando como los perros de Paulov esperando el plato de comida).
C: Perdonen, tengo que seguir atendiendo. (se acerca a una mesa con clientes)
M: Claro, hasta luego. (sonrisa).
S: Ya sale, ya sale, ya sale (en voz flojita, flojita, flojita).
M: ¿Cómo?.
S: ...que vale. Se lo decía a la camarera; como ha dicho que se tenía que ir....
M: ... sí. Oye, mientras sale el supercocinero voy al aseo. Si sale antes de que vuelva no le aburras.
S: No, no. No te preocupes.

Mulder entró al aseo. David salió de la cocina. Se estaba quitando un delantal blanco, limpio y nuevo. Scully le miraba...

¿Qué ve Scully?: David camina hacia ella. No hay nada alrededor de él. David camina a cámara lenta. Él la ve, le sonríe. Ella responde a la sonrisa con una aún más marcada. David se quita el delantal y lo sujeta con una mano. Mano que cuelga de un musculoso brazo. Lleva una camiseta blanca, sin mangas, ajustada. Sigue caminando hacia ella. Suena una música romántica. Todo es oscuro menos David y Scully que están iluminados por un fuerte foco de luz blanca azulada. David sigue andando a cámara lenta hacia Scully. Se queda frente a ella, sonríe y dice: Hola. Le quiero.

D: Le quiero...
S: Y yo.
D: ¿Perdone?... Le quiero preguntar sobre la comida. ¿Le ha gustado?. Es que la salsa del pescado es una nueva receta que he inventado y aún no lo ha probado mucha gente.
S: (colorada como un tomate). Sí, sí, por supuesto. Estaba exquisita. Sabe inventar salsas.
D: Gracias, me alegro. Es que.. ¿sabe?, me gusta ser creativo, en la cocina no iba a ser menos.
S: Claro, claro. A mí también me gusta ser creativa.

Mulder salía del aseo. Estaba tras Scully.

M: Hola.
D: Hola. ¿Salimos fuera?.
M: Claro, lo que quiera.
S:... (mirando a David).

Salieron del restaurante.

D: Pues... díganme qué quieren saber sobre el curso.
M: ¿Con ese curso podríamos bucear en un par de días?.
D: Sí, no podrán bajar demasiado pero lo suficiente como para deleitar la vista con los corales que hay en esta aguas.
M: ¿Pero podríamos hacerlo por nuestra cuenta?.
D: ...primero debo ver qué tal lo hacen. No dejaría que les pase nada a mis alumnos. Si están preparados podrán bucear por su cuenta.
S: Pero buceará con nosotros, ¿no?.
D:... claro, durante el curso no van a bajar solos.
M: ¿Podemos empezar mañana?.
D: ¿Mañana?... sí, claro...
M: Estupendo.
D: Por curiosidad... ¿por qué quieren aprender a bucear?.
M: Por hobby.
S: Por el trabajo.
D: ...
S: Por hobby y por el trabajo.
D: ¿En qué trabajan?.

Mulder miró a Scully.

S: Digamos que en un trabajo en el que nunca viene mal saber bucear.
D: Perdonen, no debería haber preguntado.
S: No, no. Si no pasa nada.
M: Entonces empezamos mañana.
D: Si ustedes quieren no hay ningún problema. Mañana a las nueve; aquí mismo, en la puerta del restaurante.
S: ¿Nos dará el curso a nosotros solos?.
D: Sí, claro, de momento no hay nadie esperando y como veo que tienen tanta prisa...
S: Gracias.
D: Por nada. Además, me apetecía mucho dar el curso.
M: ¿Es la primera vez que da un curso de buceo?.
D: No, no. Lo llevo haciendo desde hace mucho tiempo. Solo que el último lo di hará seis meses y me apetece salir un poco de la cocina.
M: (afirmación con la cabeza).
S: (sonrisa... continua sonrisa).
D: Me tienen que disculpar. Tengo que ir a casa a arreglar unos asuntos. ¿Nos vemos mañana entonces?.
S: Claro. A las nueve estaremos esperándole.
M: Sí.
D: Muy bien. No hace falta que traigan nada. Yo tengo todo lo necesario.
M: Pues hasta mañana.
D: Pasen una buena noche.
S: Gracias, y usted.
D: De tú, por favor, si van a ser alumnos míos llámenme de tú.
S: Y tú a nosotros.
D: Ok. Pues pasad buena noche.
David se fue.

M: ...Scully, te veo... distinta.
S: ¿A mí?.
M: Pero mírate, aún sigues mirando hacia donde va David.
S: Ah, no, no.
M: No sé que le ves. Si es un armario que bucea.
S: Y cocina.
M: Mal, pero cocina.
S: No consiento que hables mal de un cocinero siendo tú el rey de las comidas quemadas.
M: sigo sin saber qué ves en el popeye este.
S: Mulder... tú si que estás distinto.
M: Anda, vamos, quiero descansar para mañana.
S: Mulder... estás como algo serio de más.
M: No. Quiero descansar, eso es todo. No voy a sonreír todo el rato como el popeye.
S: Está bien.

Scully se partía de risa por dentro. Aunque se le escapaba alguna pequeña carcajada que intentaba ocultar a Mulder, que menuda cara de pocos amigos se le había puesto. Montaron en el coche.

M: (Pensaba: Creo que vamos a descubrir algo muy grande. Bajo el mar, ahí está la respuesta. Es el mejor sitio para esconderse, por supuesto. El chico del hospital estuvo en algún lugar, bajo el océano. Y yo lo voy a ver. Voy a dar respuesta a todas las preguntas que me he hecho desde siempre. Y me las van ellos. Los que hay bajo el mar. Los dueños de nuestras vidas. ¿A qué se referiría el chico?.)

CONTINUARÁ...

Si tenéis algo que decir... subcube1ARROBAhotmail.com

Gracias por seguir leyendo.