NIRVANA
Disclaimer: Es de tontos saber que no son mios. Si lo fuesen, tendrían cinco
hijos y vivirían en un chalet adosado :p.
Nick: Spookygilly.
Feedback: ¿Tengo que ponerme de rodillas para que me mandeis vuestro comentario?
xq si es así lo haré. Venga, va, según acabéis de leerlo no os cuesta nada decirme
que tal os ha parecido. A gilly_la_siniestraARROBAhotmail.com
Spoilers: The Unnatural.
Dedicatorias: A Savage Garden, que escuchando una de sus canciones me he inspirado
para escribir el relato. Tb a todos los xfilos del mundo mundial. En especial
para la pequeña parte que queda de anti-spoilers españoles. X fin un relato
de los que podéis leer, xq últimamente, todos los post, son post existence...
Tipo: lógicamente, post unnatural. MSR.
Nota de la autora: Lo siento. He vuelto a ponerme melancólica. Es por culpa
de mis hormonas, echarles la culpa a ellas. Por cierto, aquí hay un cierto aire
a conversación post all things. Qué se le va a hacer :p. También quería decir
que el título del relato no tiene nada que ver con el grupo de música, sino
con eso que todo el mundo desea alcanzar; el NIRVANA. La UTOPÍA. Ah! No sigo
fielmente el diálogo.
NIRVANA
La he dicho que esta noche venga aquí. Lo del regalo de cumpleaños es una absurda
excusa para compartir un momento divertido e íntimo con ella. Últimamente nos
estamos acercando de una manera más... como lo explicaría:
Somos amigos desde hace tiempo, poco después de empezar a ser compañeros, pero
nuestra amistad siempre ha consistido en confiarnos la vida, no en compartir
una pizza un viernes noche, o un relleno de pavo en acción de gracias. Siempre
hemos puesto límites ha nuestra relación, yo por mi parte, por miedo a acabar
enamorándome de ella y sufrir como tantas veces; por su parte aún no estoy muy
seguro. Claramente, lo de intentar no enamorarme de ella fue un absurdo y fallido
intento, así que ahora lo que hago es intentar conquistarla. ¿Con una clase
de béisbol? Pues sí, parece mentira, pero espero que funcione.
- He recibido un mensaje de un tal Fox Mantel para darme un regalo de cumpleaños
con mucho adelanto o mucho retraso, aunque no veo regalos delicadamente envueltos
por aquí...-
Como no, Scully siempre tan racional. Sin nada que pueda salirse de su sitio.
Si no viene en una caja no es un regalo. Tengo que hacer algo.
- Ven aquí Scully-
El chico al que contraté para que nos lanzase las pelotas, ha parado un momento,
y nos observa risueño. Es aún pequeño, pero supongo que puede notar la transcencia
que supone este momento para nosotros.
Scully se acerca a mi, examinando todo lo que la rodea. Yo me separo un momento
y abro mis brazos para que ella se acomode aquí. En el punto de lanzamiento.
-¿Este es mi regalo de cumpleaños?- pregunta ligeramente extrañada, aunque puedo
notar jocosidad en sus palabras. Esto la divierte más de lo que ella jamás reconocería.
-¿Nunca has jugado al béisbol Scully?- No me puedo creer, que con lo vigorosa
que era de pequeñita, no se aficionase por este deporte.
- No, siempre me pareció estúpido golpear un trozo de piel de caballo con un
palo.-
La arropo con mis brazos, y aunque no quiera admitirlo, hacemos manitas tontamente
peleándonos por el lugar que ocuparán nuestras manos para batear. Es todo tan
fácil. Tan natural. Me muevo como calentando motores para el bateo, y hago que
ella tenga que hacer mis mismos ridículos movimientos. Preparemos las clases.
-Las caderas antes que las manos- Y tengo el atrevimiento de posar mi mano en
su cintura. "Las caderas antes que las manos"; y noto cómo tiembla en el contacto.
Ojalá Scully esté disfrutando esto tanto como yo.
- Vamos pullboy!-
El chico empieza a lanzar pelotas de nuevo, e intentamos golpearla con el bate.
Fallamos. Una segunda. A esta le damos y va un poco más lejos. Veo como Scully
empieza a disfrutar con el juego y sonríe tonta pero abiertamente. Y yo, como
no, aprovecho para acercarla más a mi con mis típicas tonterías.
- ...tu reloj biológico... ese abrigo de piel que no puedes costearte... tu
loco aunque inteligente compañero...- agregarle a esta última frase un alzamiento
de cejas por su parte. ¿Cómo pueden volverme loco todos esos detalles?
No se si ella se habrá dado cuenta, pero en la forma entralazada en la que estamos
nunca aprenderá a jugar al béisbol. Ya me enseñaron hace mucho tiempo que la
mejor forma de que alguien aprenda a batear, es dejarle sólo ante el peligro,
pero siempre había una excepción para las chicas guapas. Con ellas sí se permitía
enseñarlas en un cuerpo a cuerpo. En su momento me pareció divertido. Cuando
llegué a la madurez me pareció indignante. Ahora me parece la mejor idea que
ha tenido nadie nunca.
- Cállate Mulder, estoy jugando al béisbol-
Y sus deseos son órdenes para mi. Así nos pasamos la siguiente media hora, callados,
en silencio, batallando con nuestros cuerpos, tapándolo con el bateo, y sintiéndonos,
sobre todo eso. Sentirnos el uno al otro al cien por cien.
-Señor, señor- me llama el pequeño pullboy que he contratado- ya es tarde y
tengo que volver a casa.-
-Claro, ven, aquí tienes lo que acordamos-
-Gracias señor- Y su pequeño cuerpecito desaparece rápidamente en unas cuantas
zancadas.
-Vaya, nos hemos quedado sin piche-
-Si quieres puedo lanzarte yo- al final parece que el béisbol ha conseguido
cautivarla.
-No, ya no sería tan divertido- y sonríe de medio lado.
-No, definitivamente. Para mi tampoco. ¿Pero que te parece si tomamos algo?
Hay un pequeño pub cerca de aquí.-
-Está bien-
Recogemos las pelotas y subimos a mi coche. Sabía que ella vendría andando.
El corto trayecto lo pasamos en silencio, como si flotásemos en una nebulosa
en la que aún no hubiésemos dejado aquel estadio. Paro y aparco. La entrada
del pub es sencilla, y gracias a dios hoy es un día con poco bullicio. Hay una
mesa apartada al final de la sala, así que la conduzco hasta ella.
-¿Qué quieres tomar?-
-Sorpréndeme- dice sonriendo.
-Ahora vuelvo-
Espero a que Scully se siente en la silla y me dirijo a la barra. Hasta ahora
no me había dado cuenta, pero una música lenta y romántica inunda el local;
el ambiente es dulce y somnoliento, como un estado permanente de vigilia, y
las pocas personas que habitaban este sitio, han ido desapareciendo dejándonos
prácticamente solos. Sin lugar a dudas hoy es una noche mágica, llena de bates
y pelotas, de cuentos inconclusos y de bebidas sorprendentes.
-¿Qué quiere tomar?-
-¿Cuál es la especialidad de la casa respecto a bebidas... exóticas?-
El camarero sonríe y creo que ha pillado a la perfección la bebida exacta que
quiero, y que intención tengo con ella. Pone en dos copas el contenido de un
cóctel que acaba de hacer. Creo que le vi echar algo de vodka...
-Ferómonas en estado puro. Esta noche no se le escapa, se lo aseguro.- Y después
de echarle un rápido vistazo a Scully, me vuelve a mirar a mi y me sonríe. Me
despido de él con leve movimiento de la cabeza. Vuelvo a la mesa.
-¿Qué me has traido?- Comprendo la pregunta. El contenido del cócktel es azul.
-Una sopresa. Venga, pruébalo, el camarero me ha dicho que es único-
Scully le da un leve sorbo, me mira y sonríe.
-Está bueno, pero creo que es algo que se sube demasiado a la cabeza-
Yo bebo también.
-Sí, pero esta noche lo merece, es la celebración de tu cumpleaños, no?-
-Mulder, faltan meses para mi cumpleaños-
-Está bien, ¿entonces que celebramos?-
-Creo que está bien que por un día salgamos, y no tengamos que celebrar nada.
Que simplemente lo hagamos para divertirnos.-
Le aparto la copa de su lado y ella me regaña con la mirada.
-Aunque no lo creas Mulder, aún no me ha subido la bebida. Supongo que verdaderamente
el béisbol cambia a las personas.-
-El béisbol actúa sólo cómo una metáfora Scully; supongo que es el afán por
alcanzar la felicidad, lo que nos lleva a actuar de maneras determinadas en
lugares y momentos en los que son necesarios.-
-¿Crees que son esos momentos los que acaban marcando nuestras vidas?-
-No sé si lo son. Pero si creo que hay decisiones que nos conducen a lo largo
del camino, buscando fines beneficiosos para nosotros y nuestro entorno. Hay
gente que tiene suerte, hay gente que nunca encontrará nada, y hay personas
como yo, que aún sin merecérselo tienen la mejor estrella del mundo-
Vuelvo a dar un trago a mi copa, mientras la miro directamente a los ojos. Ella
agacha la mirada y muerde sus labios leve y sensualmente. Después vuelve a enfrentarse
a mí. Abre la boca para decirme algo pero se queda callada. En silencio. Un
silencio noble, digno de Scully.
Intuyo el conflicto que debe estar surgiendo en su cabeza. Porque aunque sabe
que me refería a ella, teme reconocerlo. Y tengo que manifestarme en contra
de las dudas. Un basta ya de temores. Ha llegado el momento de amar.
Saco mi billetera y dejo unos cuántos dólares encima de la mesa. Aferro con
fuerza la mano de Scully y nos vamos del pub en silencio. Tal como vinimos,
pero con una fuerza mayor, y con una verdad que siempre anduvo entre nosotros.
Antes de subir al coche y de vivir ese momento que conducirá nuestras vidas,
me acerco a ella, y como en un sueño, vuelvo a probar de nuevo esos labios tiernos.
Scully me aprisiona con su sabor y con sus manos, que ya han viajado desde el
cuello, a mi espalda, siguiendo el recorrido. Y tengo que obligarme a mí mismo
a terminar este beso, para poder comenzarlo de nuevo en un lugar más íntimo,
y merecedor de una entrega como ésta.
Quién dijo que el béisbol es deporte estúpido...?
FIN
Porfavor, si te ha gustado, ya sabes, feedback a gilly_la_siniestraARROBAhotmail.com,
no te cuesta nada! y a mi me hará mucha ilusión :)