fanfic_name = Notte d'amore (Noche de amor)

author = Spika

dedicate = Se lo dedico a todos aquellos xfilos tan obsesionados como yo y a todos los que, en cualquier momento, dediquen un poco de su tiempo para leer nuestras historias.

Rating = touchstone

Type = Romance

fanfic = Disclaimer: Pues...si fuesen mios, seguro que no perderia mi tiempo haciendo historias con ellos, pudiendo tener al autentico Mulder, jijiji... Bueeeeno, vale, son tuyos Chris y tambien de la FOX, pero solo un ratito, de acuerdo??? El resto del tiempo son mios!!! ;p.

Spoilers: Quizas nombre algun capitulo por ahí (piloto) o la peli, pero no lo recuerdo exactamente.

Tipo: MSR, MSR y MSR...aaahhh, me olvidaba! MSR. He intentado algo de Humor, pero no se si lo he logrado. Asi que, básicamente, es un MSR :p.

Resumen: Dos agentes del FBI, un sentimiento incontrolable y una noche mágica. Que pasará???

Nota: He intentado plasmar los pensamientos que, en el fondo, creo que tiene cada uno de ellos, aunque, en realidad, exterioricen lo contrario.

Es mi primer fanfic, por favor, no sean muy crueles...

Feedbacks: Si, si, si, si, si.......he dicho que si??? Siiiiiiii, por favor!!! jeje...

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Apartamento de Fox Mulder

Domingo 22:30 p.m.

Como me gustaría dejar de sentir esta soledad. Esta soledad que corroe mi interior, cuando llego después de un día de trabajo y me enfrento a un vacío apartamento que parece devorarme en silencio o cuando cada mañana despierto y me doy cuenta, una vez mas, de que me encuentro solo, sin nadie que vele mis sueños cada noche y nadie a quien estrechar entre mis brazos para sentirme protegido. Si, he tenido novias, he salido con mujeres, pero… la soledad nunca me ha dejado respirar.

Recuerdo una mañana como tantas otras, en las que me levanté, me arreglé y me dispuse a ir al trabajo. A simple vista parecía ser como cualquier día normal, pero algo en mi interior me decía que ese era un día especial. Me sentía inquieto, expectante, como un niño que sabe que es su cumpleaños y espera con anhelo su regalo. Pues bien, yo me encontraba trabajando en un nuevo caso que había caído en mis manos, cuando sentí un presencia celestial que vigilaba mis espaldas, me gire y…

Scully: Agente Mulder, soy Dana Scully, me han enviado aquí -.

Y allí estaba... ¡oh, Dios! era la mujer mas hermosa y atractiva que había visto nunca, pero, ¿que digo? Era un ángel, un bello ángel que me había sido enviado desde el cielo. Era ELLA, sabia que era ella, esa mujer que había estado esperando durante toda mi vida. Me sonrió dulcemente y sentí que me derretía por momentos, mientras esa tierna mirada azulada me taladraba hasta lo más profundo de mi alma. Era una mirada inocente que me conmovía, expresaba cobardía y valentía al mismo tiempo, cobardía ante lo que se tenia que enfrentar: un trabajo en los Expedientes X, esos archivos que nadie había visto pero que todos habían oído hablar sobre ellos y un nuevo compañero, al que llamaban “Siniestro” debido a su implicación y sus extrañas teorías sobre estos casos sin resolver. Y a la misma vez, valentía de saber enfrentarse a esa nueva etapa que de algún modo la asustaba.

Han pasado ya siete años desde aquel primer encuentro, y a pesar de que, en un primer momento, pensé que venia para espiarme, he aprendido a confiar en ella, y esa confianza se ha hecho tan fuerte, que he llegado a depositar mi vida entera en sus manos. Después de tanto tiempo ese sentimiento ha pasado de ser un simple compañerismo a la amistad más fuerte conocida jamás por la raza humana. Pero, ya desde hace mucho tiempo, he venido dándome cuenta de que no se trata solo de una relación de amistad. Me he dado cuenta de que sin ella, mi vida no tiene ningún sentido, es más, en cuanto se aleja de mí durante un par de segundos ya siento morirme lentamente. Tiene el poder de hacerme pasar de sentirme protegido a desvalido en tan solo unos segundos.

Alguien dijo una vez que nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento; y es cierto, cuando estoy a su lado y escucho sus teorías rebatiendo las mías u observo su profunda mirada llena de dulzura y fuerza, mis piernas flaquean y hace que me encuentre totalmente a sus pies, pero no puedo impedírselo, no quiero impedírselo, porque ella es mi compañera, mi amiga, mi ángel, Mi Scully…

He soñado muchas veces que la oscuridad de la noche nos mecía mientras nos amábamos entre caricias con sabor a miel. Pero tengo que conformarme, tan solo, con acariciarla cuando Morfeo nos permite adentrarnos en su mundo de fantasía, porque soy un cobarde que no se atreve a decirle a la cara de la mujer que mas ama en este mundo, cuan fuertes son esos sentimientos. Y mientras, yo sigo en esta soledad acompañado.

Apartamento de Dana Scully

Domingo 22:30 p.m.

Por una vez en mucho tiempo, anoche dormí en la gloria. Si… ¡EN LA GLORIA! ¿Y por qué he descansado tan bien? Mmm… Porque he soñado con el hombre más maravilloso que habita la faz de la tierra y más allá. Pero era más que un sueño, sentía que sus caricias y sus besos eran tan reales como cuando me abraza mientras me consuela después de algún caso en el que he acabado directamente implicada.

A veces pienso que quizás soy yo misma la que se involucra voluntariamente, únicamente para después poder disfrutar de sus fuertes brazos rodeándome para protegerme de cualquier peligro, mientras su cuerpo se enfrenta con el mío y hace que me estremezca con tan solo el roce de su piel.

Recuerdo cuando me encontraba en la academia de Quantico. Durante los entrenamientos las compañeras siempre tenían algún chisme sobre alguno de los agentes, y un día, mientras nos aproximábamos a nuestras habitaciones, escuche a una de ellas hablar sobre un tal Fox Mulder. De pronto todas comenzaron a alborotarse, y mientras adjetivos como atractivo, simpático o cuerpazo brotaban de la conversación, yo me iba interesando cada vez mas en ese apuesto Mulder “El Siniestro”, que es el apodo que le habían adjudicado, ya que, por lo visto, se interesaba mucho por los llamados Expedientes X, archivos relacionados con los fenómenos paranormales. A partir de ese momento comencé a interesarme por el Agente Especial Fox Mulder, averigüé mucho de él, supe que se había licenciado en Oxford en la especialidad de Psicología y estaba considerado como el mejor analista en la sección de crímenes violentos.

Después de dos años sirviendo en el FBI me fue asignada la tarea de incorporarme a los Expedientes X para poder informar de primera mano sobre las investigaciones que allí se realizaban. La emoción aturdía mis pensamientos y solo venían a mi, algunos como: ¡Por fin voy a conocer en persona al Agente Mulder! No me lo podía creer, después de tanto tiempo escuchando hablar de el, sobre lo buen agente que era y que, sin embargo, desperdiciaba su carrera trabajando en esa sección. No me importaba que tuviese que enviar informes sobre su trabajo, para mi era suficiente con tenerle, al fin, frente a frente.

Aquel día estaba como un auténtico flan, mis piernas me temblaban y mi estomago se había trasladado a vivir a mi garganta. Me armé de valor y toqué la puerta que daba paso a la oficina del sótano, y allí lo vi, sentado en su silla giratoria, mientras observaba unas diapositivas. Cuando se giró, percatándose de mi presencia, sentí que había muerto y que había llegado al cielo, aquella mirada penetrante, que me impactó hasta lo más profundo de mi alma, había asesinado mi raciocinio y las únicas palabras que me atreví a pronunciar salieron de mis labios con la mayor seguridad que en aquellas circunstancias podía articular.

S: Agente Mulder, soy Dana Scully, me han enviado aquí -.

¿Me han enviado aquí? ¿Es lo único que se te ocurre? Dana, parece mentira, tantos años de dura carrera estudiando medicina, para que una mirada dulce y unos labios perfectos destruyan tu capacidad del lenguaje hablado. ¿Y esta estúpida sonrisa que no puedo arrancar de mi cara? ¡Serás tonta!

Mulder: oh, es agradable que me envíen una ayuda como usted de repente -.

¡Oh, madre mía! ¿Lo que escuchado es un ángel? Si, debe serlo, porque a estas alturas, después de que a mis oídos haya llegado el sonido celestial de su voz, yo ya me encuentro más allá del universo conocido. Como puedo, desciendo hasta la tierra y comenzamos a entablar la primera conversación de muchas que tendríamos hasta el presente día.

Creo que he ido aprendiendo a controlar esas “extrañas” reacciones hacia Mulder, y creanme que me ha resultado muy, pero que muy difícil, vamos, que… a la vista están las razones...ejem…perdón. Después de siete años juntos, compartiendo momentos de tristeza, de angustia, de alegría y apoyándonos el uno al otro en todo momento, cada vez le siento más cerca de mi, él se ha convertido en mi compañero, mi amigo, mi ángel, Mi Mulder…

Aún así, desearía tenerle a mi lado a cada instante. Ya sé que casi siempre estamos juntos, que incluso me llama por teléfono a altas horas de la madrugada, pero, me gustaría que ese “casi” desapareciese del vocabulario de nuestra cercanía. Tenerle conmigo cada día, cada hora, cada segundo. Pero para ello tendría que ser más valiente y hacerle saber lo que siento en realidad hacia él, y así dejar de sentirme sola cada mañana por no sentir sus caricias mientras regreso del mundo de los sueños, esos sueños en los que cada noche irrumpe con su sonrisa de caramelo y me susurra palabras dulces al oído.

Bueno, Dana, basta ya de pensar en Mulder, o acabarás tan loca como él…

Si, loca de amor por el hombre que ha sido mi corazón, mi alma y mi vida, ese hombre que inunda todo mi ser de una pasión irrefrenable.

¡Basta!...Respira, respira, 1, 2, 3…uuuuuuuufffffffff…

Parece que mi mente va entrando en razón, <Mulder> un tanto irónico pero cierto, jajaja…<Mulder>, y parece que respirando vuelve en si <Mulder>.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!

Ya se que es algo muy habitual en mi pensar en Mulder, pero esto es demasiado. ¿Tendrá algo que ver el que mañana sea el día de San Valentín y me muero por celebrarlo con él? …mmm…puede ser…

¿Que voy a hacer? He pensado mil veces en decírselo, en declararle mis sentimientos, y quizás ahora estaríamos juntos planeando el día de mañana, pero… ¿Por qué tengo que ser tan cobarde? Estoy segura de que él siente lo mismo por mi, le he visto mucha veces observarme cuando piensa que estoy distraída y me encanta esa mirada que derrite hasta el mas frío hielo del ártico, y ya se pueden imaginar como estoy yo, si me llaman la reina de hielo, aunque nada mas lejos de la verdad, os lo aseguro. Si quieren comprobar que no es así, póngame junto a Mulder en una habitación a solas, mientras él viste esa camiseta gris que le sienta tan bien, entonces si que iba a saber lo que es arder en el infierno….mmmm….

¡Dana, por favor, mantén la compostura! Que eres una seria doctora y agente del FBI. Ya se lo que haré, le escribiré una tarjeta de San Valentín y la pondré en su despacho. Y creo que tengo algo perfecto para escribir en ella.

Voy a buscar un libro de poemas de Pablo Neruda que compré hace unas semanas cuando venia del trabajo. Como tantas veces iba pensando en Mulder y al mirar al escaparate de una librería vi un pequeño libro expuesto: “Cien sonetos de amor, Pablo Neruda”. En ese momento supe que debía comprarlo, que debía ser una revelación. Busco entre sus páginas envueltas de mensajes de amor y allí está; Soneto XLIV.

Apartamento de Fox Mulder

Lunes 01:00 a.m.

Llevo toda la noche dándole vueltas al tema de que mañana, bueno, hoy es San Valentín y de cómo podría decirle a Scully que me muero por que ella sea mi Valentina, jijiji…Suena bien, ¿verdad?

Había pensado en dejarle un mensaje de un admirador secreto diciéndole que acuda al restaurante…mmm… ¿Cuál podría ser? Me han hablado de un lugar llamado “Notte d’amore”. Según me han dicho es muy romántico y esta situado a la orilla del mar. Si, definitivamente será ese.

Le diré que vaya allí, y prepararé todo para una noche a la luz de las velas, con suave música de piano y un cuarteto de cuerdas, mientras la salada brisa del mar roza su piel de nieve que al mismo tiempo parece derretirse por el fuego de sus cabellos. Suena maravilloso; poder disfrutar de su compañía a la vez que me sumerjo en esa mirada de cielo que hace que ascienda sobre el mundo, volviendo a descender, tan solo, para llegar a disfrutar de esos labios que me cautivan cuando, con un leve roce de su lengua, observo como los humedece de la forma mas sexy que un hombre pueda imaginar ni en sus mas remotos sueños.

Bueno, será algo precipitado, pero por la mañana debo ponerme manos a la obra y organizar la cena, para que todo sea tan perfecto que pueda estar a la altura de la perfecta belleza de mi amada.

Oficina Federal de Investigación

Washington D.C.

Lunes 9:25 a.m.

Creo que después de todos estos años, es la primera vez que llego tarde al trabajo. Y ¿Por qué? Porque no encontraba una tarjeta que me pareciese adecuada para darle a Mulder, todas me parecían, o demasiado cursis o demasiado serias para la ocasión. Pero al fin logré encontrar una que me venia a las mil maravillas. Tenia la forma de un corazón, del que se veía brotar una hermosa rosa roja dibujada en el mismo centro.

Por fin llego hasta la oficina y entro mientras pienso de qué modo podré distraerle para dejarle la tarjeta en su escritorio sin que me vea.

S.- Buenos días Mulder -.

M.- Buenos días Scully. ¿Has dormido bien? - me pregunta sin apartar la vista de la pantalla de su ordenador.

S.- Pues si, bastante bien. ¿Algo nuevo para hoy? -

M.- Pues, aunque te parezca increíble, este parece que será un día bastante tranquilo o aburrido, según se mire - levanta la vista y me lo dice con una sonrisa que me hace estremecer hasta la punta de mis cabellos.- No hay ningún caso nuevo que investigar y Skinner no ha llamado para adjudicar nada. Así que…- y se encoge de hombros a modo de resignación.

S.- Entonces, ¿Qué te parece que podemos hacer hoy? -

M.- No sé Scully, yo había empezado a revisar unos expedientes antiguos que he encontrado indagando por aquí, si quieres puedes ayudarme, aunque ya que tratan de monstruos de un solo ojo, ancas de rana y de más, no creo que te apetezca -.

¡¿Pero este hombre es tonto o se lo hace?! Acabo de hacerle una proposición, poniendo unas de mis mas insinuantes miradas y el me dice que por que no le ayudo a revisar expedientes de hombres-babosa. Bueno, no es exactamente la palabra que ha usado, pero para el efecto es lo mismo. Quizás el que este con su cabeza casi incrustada en los papeles haya tenido que ver, y espero que así sea, porque sino es que estoy perdiendo facultades.

Pues nada, no queda otra que resignarse.

S.- Mulder creo que antes prefiero intentar, repito INTENTAR ordenar este despacho, o más bien este cuchitril. De verdad, no se como puedes encontrar algo en este desorden, ¡es increíble! -

M.- Scully, gracias a este desorden puedo encontrar las cosas, si lo ordenas ya no sabré donde se encuentra nada -.

S.- ¡Lo que faltaba! Creí que ya no podías sorprenderme más, pero te estas superando. Aún así, comenzare a poner las cosas en SU sitio -.

M.- De acuerdo, haz lo que quieras, pero dentro de dos o tres horas volverá a estar igual.

Le miro con cara de “atrévete a intentarlo” y el me sonríe con su cara de “¿he dicho algo malo?”, que tanto le gusta poner.

Después de estar toda la mañana organizando expedientes, poniéndolos en sus carpetas y colocando todo en su lugar, tengo la sensación de que estoy trabajando por doble partida, porque mientras tanto Mulder va leyendo los informes de los casos que esta analizando y pidiéndome opinión sobre cada uno de ellos.

A estas alturas del día creo que mi estomago esta reclamando que le envíe algo con que deleitarse.

M.- Scully, me muero de hambre, ¿te apetece ir a comer algo? Yo invito -.

¡Vaya! Si parece que me lee el pensamiento y todo.

S.- Pues si Mulder, estoy que desfallezco. No desayuné más que un pequeño vaso de leche desnatada y una galleta integral -.

M.- Uf, tu si que sabes lo que es un desayuno divertido. Si quieres, de postre, te dejaré pedir uno de tus tan adorados cucuruchos de arroz con leche desnatada totufi -.

S.- Muy gracioso Mulder. Pero…hay otras cosas que me apetecería probar con más ansia… -.

¡Ups! ¿He dicho eso en voz alta? Espero que no se haya percatado de mi comentario o habré muerto.

M.- ¿Como que, por ejemplo? -

¡A LA MIERDA! Acabo de comprobar que mis rezos no sirven de nada.

S.- Pues…no lo sé Mulder, algo…sabroso, dulce y suave, que haga que me estremezca con tan solo probarlo, mientras saboreo la sensación de placer que produce su tacto con mi boca…mmm… -.

M.- eeemmm…Scully -.

Puedo notar como Mulder ha detenido su marcha situándose a mi espalda. Me giro y observo la boca más abierta de la impresión de la historia.

S.- ¿Si Mulder? - Le pregunto con voz juguetona. Creo que me gusta este juego, jajaja…

M.- ¿Estas segura de que te refieres a un postre o quieres contarme algo? -

S.- Pues claro que me refiero a un postre, muy especial eso si, pero un postre al fin y al cabo. ¿Qué te pensabas? -

M.- no, nada, pero tienes una forma muy peculiar de describir un pastel -.

S.- Ya te dije que me apetece algo especial -.

M.- Esta bien. Entonces iremos a la dulcería que hay en la esquina, a ver si allí tienen ese postre tan ESPECIAL -.

Ya es oficial, ¡¡¡Es tonto del culo!!! Si es que no pilla una. Creo que voy a abandonar mis insinuaciones antes de empezar a desquiciarme.

Dulcería “La Tarta Sonriente”

14:30 p.m.

Ante mi tengo una vitrina llena de tartas, dulces y demás tentaciones para los placeres de las papilas gustativas, y creo que no voy a poder resistirme.

S.- Mulder, ¿Cómo se te ocurre traerme aquí? -

M.- Scully, después de escucharte hablar como lo hiciste es lo menos que podía hacer -.

S.- ¿y qué haces, tentarme? -

M.- mmm…quizás…-.

¡oh, dios mío! ¿Eso ha sido una insinuación por su parte? No puede ser, esto no puede ser, contrólate Dana, un solo “quizás” y ya mis piernas se encuentran emulando a la gelatina de la tele. Vamos, seguro que mi subconsciente me esta gastando una mala pasada y solo se trata de una falsa alarma. Primero tendré que asegurarme.

S.- de acuerdo, y ¿como pretende tentarme agente Mulder? -

M.- Veamos…-.

S.- Le advierto que no soy fácil de contentar -.

Y ahí va, mirada sexy, tono de voz un tanto insinuante y, sin duda, mis armas secretas, ceja arriba y boquita de piñón.

M.- ¡Ya lo tengo! - y se dirige a la camarera. ¿Pero que hace? - Por favor, ¿podría servirle a esta señorita un pedazo de tarta de moca con chocolate? Gracias…Que, Scully, ¿a que acabo de dar en el clavo? -

Siiiii, por supuesto, pero la que va a dar en el clavo soy yo, ¡cuando te lo clave en un ojo, como no dejes de ser tan imbécil! ¿Será posible? Ni utilizando el levantamiento de ceja a la Scully he conseguido que capte el mensaje. Bueno, creo que voy a dedicarme a devorar compulsivamente esta tarta que me llama a gritos, un tanto inaudibles para cualquier persona en estado normal, pero con la desesperación que irradio en estos momentos soy capaz de escuchar y entender hasta al perro del vecino.

Llevamos casi hora y media aquí, comiendo y hablando va pasando el tiempo y casi no nos hemos dado ni cuenta. Pero, hay una cosa que me ha extrañado bastante. En más de una ocasión, Mulder se levantó de su sitio, y poniéndome una ridícula excusa se ausentaba durante un tiempo en el que pude observar como hablaba por el móvil un poco agitado. Fíjense si me pareció extraño, que una de las veces, me pareció escucharle decir que tenia que llamar a su padre. Y como era de esperar, en mi mente retumbaban aquellas palabras pronunciadas por su boca hace cinco años: “Scully, mi padre ha muerto”. Cada vez entendía menos, pero decidí no hacer preguntas ya que supuse que era debido a las prisas con las que actuaba.

S.- ¡Mulder! Son casi las tres de la tarde y nosotros sin volver a la oficina. Skinner nos matará si se entera -.

M.- Es cierto Scully, deberíamos irnos ya si no queremos acabar despedidos por gula -.

S.- ¡Oye! No generalices -.

Mulder se queda mirando los tres platos que se encontraban vacíos en mi lado de la mesa y me dice.

M.- ¿Y todo eso quien se lo ha comido? ¿El duende glotón? -

S.- Bueno…a pesar de que no creo en la existencia de esos seres, en este caso podría pensármelo. Existen muchos casos en los que la gente a afirmado verlos, y… -.

M.- Scully, en serio, me preocupas, estas empezando a hablar como yo. ¡¿Quién eres tú y que has hecho con Scully?! -

S.- Mulder -.

M.- ¿Si? -

S.- ¡Cállate! -.

Oficina de los Expedientes X

17:30 p.m.

Mulder se ha pasado todo el día llamando por teléfono compulsivamente, pero de repente, cuando volvimos de la dulcería me dijo que tenia que ausentarse un rato, pero que no me fuese, que le esperase aquí y como excusa para evitar mi escapada ha dicho que no podíamos dejar la oficina sola por si alguien aparecía con algún nuevo caso. Ya pueden imaginarse lo ilusionada que me encuentro, un día como este, en un despecho repleto de expedientes x, fotos de ovnis y demás cosas extrañas y, gracias a mi maravilloso compañero, mas sola que la una.

De repente tocan a la puerta y entra la secretaria de Skinner con esos aires de superioridad que siempre le gusta darse. Mira a un lado y a otro, y al ver que Mulder no se encontraba en la oficina me dirige la mirada y con voz de “pues nada, tendré que hablar contigo”, me dice:

Sec.- ¿No esta el Agente Mulder? -

Siempre he pensado que esta tipa intenta quedarse con MI Mulder, pero que se vaya olvidando. Él es mío y solo mío.

S.- Pues no, salió hace un rato y no ha regresado. ¿Qué desea? -

Sec.- No nada, en realidad he venido a decirles que el Director Adjunto Skinner me ha enviado para informarles de que pueden irse a sus casas, ya que hoy ha sido un día tranquilo y no hay nada nuevo que requiera de sus servicios -.

S.- oh, de acuerdo, muchas gracias -.

Cuando esta apunto de irse, se detiene junto al marco de la puerta y se gira.

Sec.- Agente Scully, disculpe la pregunta ¿Sabe si el Agente Mulder tiene algo planeado para hoy? -

¡Pero esto es el colmo! ¡¿Qué se cree esta?! ¡¿Pero tendrá cara?! Que se la vaya yendo de la cabeza si piensa que voy a permitir que invite a mi hombre a una cena romántica el día de San Valentín. Tengo que reaccionar rápido, porque creo que se me están comenzando a notar las venas del cuello y de la cabeza de la rabia que intento contener. Y no es bueno que de una escena de celos ahora mismo, cuando Mulder y yo ni siquiera tenemos nada. A mi gran pesar, por supuesto. Pero bueno, ella eso no lo sabe, así que…

S.- Pues…si, habíamos planeado ir a cenar a algún lugar romántico y luego a bailar. – Ya me gustaría a mi - ¿Por qué lo pregunta? -

Y ahí va eso. A ver que hace. Creo que se esta poniendo roja y dentro de unos instantes comenzara a hacer juego con mi pelo.

Sec.- Oh, no, no, por nada, solo era curiosidad. Que pasen una buena noche. Adiós -.

Pues a ver si vamos controlando esa curiosidad monina, que se te ve el plumero. Eso quisiera yo pasar un buena noche con Mulder, pero que muy buena.

Llevo más de dos horas esperando por Mulder como una tonta y él que todavía no llega.

Pues me da igual lo que me haya dicho, yo me voy a mi casa. Pero antes voy a dejarle la tarjeta sobre el teclado del ordenador, y espero que la vea.

Hago lo que había pensado y me dispongo a irme a mi casa, así que cojo el bolso, mi abrigo y salgo. Justo saliendo tropiezo con Mulder que ya entraba a la oficina.

M.- Scully, perdona, ¿ya te ibas? ¿No te dije que…-.

S.- Si Mulder, se lo que me dijiste, pero llevo dos horas y media esperando a que llegues y ya pensé que habías escapado y te habías olvidado de mi -.

Eso es Dana, lo que mejor que podrías hacer en este momento es cabrearte con él, sabiendo que hay unas cuantas tigresas deseándolo, que a la primera de cambio se le lanzan a la yugular.

M.- ¿Como podría olvidarme de esa mirada de cristal? Y ¿Cómo escapar? Cuando sé que un ángel esperaba mi llegada -.

S.-…….-.

¡Dana, reacciona! Mulder te ha dicho un piropo que dejaría frío, más bien, helado hasta al mismísimo demonio y tú aquí, sin saber que decir.

M.- ¿Ha pasado algo interesante en mi ausencia? -.

Creo que perdí la oportunidad.

Bueno, lo de siempre, te he extrañado hasta los límites de la locura intentando controlarme para no salir en tu busca y darte el beso más apasionado que te hayan dado en toda tu vida, pero, por lo demás…

S.- Pues no, me iba porque ha venido la secretaria de Skinner, por cierto, muy interesada en si tenías algún compromiso para esta noche, para decirnos que podíamos irnos a casa ya que la tarde se avecinaba extremadamente aburrida -.

¿Me ha quedado bien el mensaje subliminal? Así como quien no quiere la cosa.

M.- ah, bueno, entonces. Si la verdad es que tengo algo planeado para esta noche, así que me iré para acabar los preparativos -.

Se me acaba de helar la sangre hasta el punto que lo único que siento que circula por mi interior son mis pensamientos de celos y decepción agolpándose desmesuradamente.

S.- ah…pues…me alegro por ti. Adiós. - Y me voy de allí tan rápido como le es posible a mis cortas piernecillas.

M.- ¡Scu…!……pues nada. Espero que todo haya quedado bien y ella acuda a la cita -.

¿Que es esto? Parece un sobre. ¿De quien será? Lo abro y veo que en su interior hay una preciosa tarjeta en forma de corazón, y comienzo a leer lo que se encuentra escrito en el dorso.

M.- Sabrás que no te amo y que te amo

puesto que de dos modos es la vida,

la palabra es un ala del silencio,

el fuego tiene una mitad de frío.

Yo te amo para comenzar a amarte,

para recomenzar el infinito

y para no dejar de amarte nunca:

por eso no te amo todavía.

Te amo y no te amo como si tuviera

en mis manos las llaves de la dicha

y un incierto destino desdichado.

Mi amor tiene dos vidas para amarte.

Por eso te amo cuando no te amo

y por eso te amo cuando te amo.

Pablo Neruda.

M.- ¡Dios! ¿Quién puede haberme dejado esto? -

Intento pensar quien se ha esmerado en escribir esas bellas palabras en papel, pensando en mí, y por más que exprimo mi cabeza en busca de una respuesta, la única imagen que consigo ver es la tierna mirada y la dulce sonrisa de mi pequeña pelirroja.

Scully, Mi Scully. Solo deseo que sea ella la remitente de esta tarjeta, porque así, esta noche, podré encontrarme más tranquilo, ya que sabré que mi amor es profundamente correspondido.

Apartamento de Dana Scully

18:03 p.m.

¡Por fin! Acabo de llegar a mi edificio y camino por el pasillo en dirección a mi apartamento, mientras las últimas palabras de Mulder se agolpan en mi mente.

¿Qué tendrá planeado para esta noche? ¿Irá a salir con alguna mujer? Bueno, pensando en el día que es, si, es muy posible. Pero, no puede ser. Él no puede hacerme esto a mí.

S.- Si no hubiese salido corriendo de esa manera posiblemente me hubiese dicho de qué se trataba, aunque no se si…-.

Acabo de abrir la puerta de mi casa y me he quedado de piedra. Esta completamente llena de rosas rojas, de un color aterciopelado como las nubes, un perfume y una belleza etérea que inunda cada rincón de este pequeño apartamento. ¡No puedo creerlo! ¿Cómo es posible? Busco con la mirada y descubro un sobre colocado delicadamente junto a uno de los ramos que adornan la mesa del salón. Con los nervios a flor de piel, por saber quien es el causante de tan hermoso jardín, me dispongo a leer lo que contiene.

S.- Te espero a las 21:00 en el Ristorante “Notte d’amore”. Te recogerán en la puerta de tu edificio a las 20:30. Con cariño. Un admirador -.

¡¿Un admirador?! Pero… ¿Quién puede haber entrado en mi apartamento mientras yo estaba en la oficina, si nadie tiene la llave? Excepto el casero y…

¡oh, oh!

¡¿Mulder?! Dios mío, siento que las fuerzas me abandonan por momentos y tengo que sentarme para no caer desplomada contra el suelo. Mulder, Mi Mulder. Tiene que ser él, deseo que sea él, es más, mi cuerpo y mi alma piden con anhelo que sea él.

En estos momentos comienzan a golpear en mi cabeza los habituales pensamientos que tiene una mujer cuando sabe que va a quedar con el hombre que ama.

S.- ¡¿Qué voy a ponerme?! ¿Y el maquillaje, habrá mucha o poca luz en el restaurante?-

Dana, concéntrate. Entre la impresión y los planes de todo lo que te tienes que hacer, ya pasan de las seis y media de la tarde y tienes que prepararte.

Comienzo a buscar entre mi escaso vestuario para fiestas y demás eventos sociales y, como suelo tener tanta vida social en los exteriores del Bureau, me doy cuenta de que no tengo mucho donde elegir. Por fortuna descubro un vestido color borgoña, que casualmente me regaló mi madre en las últimas navidades, supongo que esperando que empezase a relacionarme un poco más. Tiene unos tirantes, es bajo hasta los tobillos y bien entallado para que marque figura.

S.- ¡Perfecto! -

Empiezo a prepararme como una adolescente que va a su baile de graduación y desea estar perfecta. Me doy un buen baño de espuma, y a continuación me voy vistiendo. Mientras, he conectado la radio para tranquilizar un poco mi inquietud y escucho como unos acordes de la obertura de “La Traviata” van calmándome y sumergiéndome en el ambiente de amor que necesito para esta noche.

Ya casi es la hora, así que acabo de maquillarme, cojo mi diminuto bolso de fiesta con las cosas necesarias y salgo de mi apartamento.

S.- ¡Dana, estas más emocionada que MacGyver en Bricomania! ¡Contrólate, por favor!-

No puede verte tan nerviosa o, con la suerte que tenemos, a ver si se le ocurre que te pasa algo a causa de algún impulso alienígena y decide cancelar la cena. No, no, no, olvídate.

Respiiiira profuuuunda y lentameeeente…..1, 2, 3….

¡¡¡MADRE DEL AMOR HERMOSO!!!

Eso que veo ante mis ojos, y que se encuentra aparcado frente a la entrada no será lo que yo creo que es ¿verdad? Espero que no sea un espejismo, porque estoy viendo una gigantesca limusina blanca, y en el exterior un chofer que espera junto a la puerta. Con la poca seguridad que queda en mis piernas avanzo hasta el lugar donde se encuentra el joven y, muy cortésmente, me abre la puerta del vehículo mientras me dice:

C.- Buenas noches señorita. Creo que la esperan y me han ordenado conducirla hasta el lugar deseado. Por favor, acomódese, disfrute del viaje, y no se preocupe que no tardaremos en llegar -.

S.- De acuerdo. Muchas gracias -.

Transcurrió casi media hora hasta que llegamos a un lugar justo a la orilla del mar. El joven chofer me abrió la puerta y me ofreció su mano para ayudarme a bajar. Cuando salí del coche pude ver un gran cartel que rezaba: Ristorante “Notte d’amore”. La fachaza de aquel hermoso edificio se encontraba adornada por llameantes antorchas encendidas que iluminaban la puerta de entrada. Quedé asombrada cuando pude ver como dos apuestos camareros aguardaban mi llegada para, a continuación, darme la bienvenida. Con un amable gesto abrieron las puertas que daban paso al gran salón y me invitaron a entrar.

Nunca en toda mi vida me había encontrado tan nerviosa. No sabía a quien me iba a encontrar cuando entrase. Yo sabia que era Mulder, pero… ¿y si no lo era? No sabría como reaccionar. Mientras voy entrando mis nervios van incrementándose ante la incertidumbre.

S.- Tiene que ser él, tiene que ser él… - me repetía en un susurro sin querer decepcionarme.

En un momento en que paro de agobiarme a mi misma con tanto pensamiento, me doy cuenta de que ando sobre un fino camino de pétalos de rosas. Y cuando alzo la vista para continuar, LE VEO.

Me acabo de quedar de piedra. Me he convertido en estatua de sal, porque esta visión debe de ser pecado para el ojo humano.

¡DIOS! ¡¿Como puede ser que un hombre sea tan guapo?!

Esta ahí, observándome, con esa mirada de cachorrito que me derrite. Lleva puesto un elegante traje negro sobre un sueter de cuello alto, también de color negro y tiene sus manos dentro de los bolsillos del pantalón. No había visto nunca tanta elegancia, atractivo, belleza y sensualidad en ningún ser humano.

Intento avanzar hasta Mulder, pero mis piernas no me responden y sigo petrificada frente a él. Parece que se da cuenta de mi incapacidad para el movimiento en estos momentos y camina hacia aquí, acortando la terrible distancia que nos separa. Mientras se acerca, saca una de sus manos del bolsillo, mientras la otra continúa a buen recaudo. Y parece que esa posición le hace ser aún más irresistible, si es que eso es posible. En ese preciso instante llega junto a mí, y a estas alturas yo ya me encuentro totalmente derretida ante su encanto.

M.- Scully, ¡estas realmente preciosa! - y eso lo dice con la voz más dulce y sensual que he escuchado jamás.

S.- Gra…gracias, Mulder. Tu también, e…e…estas…muy guapo -.

¿Se puede saber porque ahora tartamudeo? Puede que el beso que me ha dado en la mejilla, provocativamente cerca de mis labios, allá tenido algo que ver en ello. Y vuelvo a tener esa estúpida sonrisa en mi boca que no puedo arrancar.

M.- Bueno, ¿me acompañas? -

Contigo, ¡Al fin del mundo, mi amor!

S.- Si, si, claro -.

Me ofrece su brazo y me lleva hasta una hermosa mesa iluminada con velas junto a la ventana, desde la que se puede ver la orilla del mar, y donde es posible inhalar el olor a salitre que invade el lugar, mezclándose con el delicado aroma a rosas recién cortadas. Muy caballeroso, aparta mi silla para que yo pueda sentarme y a continuación toma asiento en el lado opuesto de la mesa. Nos quedamos mirando como dos tontos durante largo rato, hasta que él apartó la vista para llamar al camarero. Le hace un señal con la mano y en unos segundos el maitre esta a nuestro lado.

M.- Ciao Ángelo, come stai? -

A.- Ciao. Molto bene Signor Mulder. Buone notte signorina… -

S.- …Scully, Dana Scully -.

A.- oh, bello nome. Volete vedere il menu? -

M.- Si, per favore -.

Nos ofrece una carta de menús para cada uno y se marcha hacia la cocina.

S.- Gracias -.

M.- Grazie -.

La música envuelve por completo el salón. Un piano interpreta algunas piezas de Chopin, mientras un cuarteto de cuerdas alterna bellas obras de Mozart y Bach, entre otros. El conjunto nos acompaña con hermosos sonidos de ambiente, creando esa magia que penetra en nosotros y nos invita al placer de los sentidos.

S.- Mulder -.

M.- ¿Si?-

S.- no sabía que hablaras italiano -.

M.- Scully, hay muchas cosas que no sabes de mi -.

S.- ah, ¿si? -

M.- Ajá -.

S.- ¿Y crees que algún día llegaré a descubrirlas?-

Me mira fijamente mientras le hago la pregunta, para luego devolver la mirada a la carta.

M.- Eso espero -. Dice casi en un susurro y con una leve sonrisa, para luego, dirigirme una mirada de insinuación que me derrite por completo.

M.- Scully, ¿me permites elegir por ti? -

S.- Claro Mulder, más que nada porque no entiendo ni una palabra -.

Comenzamos a reír los dos como nunca lo habíamos hecho, al menos estando juntos. Y cuando Mulder creyó oportuno, con un gesto de la cabeza llamó al maitre para que se acercara.

A.- volete ordinare? -

M.- Si Ángelo. Bene,…primo, Bruschette per due; di secondo, io voglio Spaghetti alla Firenze e per la signorina, Gnocchi “Notte d’amore” -.

A.- Benissima elezione Signor -.

M.- Grazie -.

Durante todo esto yo sigo sin apartar la vista de Mulder, asombrada de sus conocimientos del italiano. Aunque ni siquiera sé si lo esta hablando bien, pero parece que si, porque el tal Ángelo no indica lo contrario.

A.- Per bere? -

M.- Vino bianco, per favore. Sei buono il Milanese? -.

A.- Molto buono, perche non e forte -.

M.- Allora Vino bianco “Milanese” -.

A.- Molto bene -.

M.- Grazie -.

A.- Prego -.

S.- ¿Qué son esas bruschette y esos gnocchi “Notte d’amore”, Mulder? -.

M.- Ya lo verás, no seas impaciente Scully. Además, a lo mejor intento hacerte tomar algún afrodisíaco para después aprovecharme de ti, y me fastidias el invento -.

S.- Ah, ¿si? Si, puede ser. Pero lo dudo mucho… -.

M.- Que ¿no me ves capaz? -

S.- Bueno, capaz si, pero no dispuesto a aprovecharte sabiendo que después serias, prácticamente, un violador de agentes del FBI. Serias suspendido de los Expedientes x, llevado a juicio y posiblemente te llevarían a cadena perpetua, eso si yo digo que se apiaden de ti y no te condenen a muerte -.

M.- Hey Scully, estas jugando sucio. ¿Así que serias capaz de deshacerte de mí enviándome a la cárcel? -

S.-……. -.

M.- Obviemos ese silencio… -.

No puedo contenerme y tengo que lanzar una sonora carcajada que parece contagiar también a Mulder.

Así nos pasamos el resto de la noche, riendo, hablando de todo lo que venia a nuestras mentes, siempre y cuando no fuese trabajo, pero sobre todo, disfrutando el uno del otro sin que hubiese monstruos o abejas fastidia besos de por medio, sarcasmos aparte.

Nos sirvieron la cena, que por cierto estaba deliciosa, y de postre, Mulder pidió para los dos, tiramisú, un delicioso pastel típicamente italiano.

Una hermosa pieza de música comienza a sonar, cuando él se levanta y me ofrece su mano en señal de invitación.

M.- Señorita Scully, ¿le apetecería bailar? -

S.- mmm…Encantada Señor Mulder -.

Nos dirigimos a la pista de baile. Mulder posa sus manos sobre mi cintura, acariciándola suavemente, evitando que pueda escapar, aunque en estos momentos lo que menos me apetece es salir huyendo, mientras yo rodeo con mis brazos su cuello, sintiendo como nos estremecemos con el contacto.

Nuestros movimientos son lentos, moviéndonos al ritmo de la delicada música que envuelve en este instante todo el lugar e invadiendo nuestro cuerpo, impregnándonos de una pasión contenida, que parecía brotar con cada nota que emanaban las cuerdas de aquellos delicados instrumentos. Siento como sus manos van describiendo la distancia que hay entre mi cintura y la parte mas alta de mi espalda, haciendo escapar de mi boca pequeños suspiros, en tanto mis dedos dibujan pequeños círculos enredándose en su cabello. Nos separamos por unos instantes sin abandonar nuestro juego de caricias y noto la mirada de Mulder como me atraviesa hasta lo mas interno de mi ser, intentando desvelar mis mas profundos secretos. Él va acercándose con una velocidad pasmosa y yo noto que la inquietud y el miedo me invaden por completo, dejándome expuesta a las dudas y la incertidumbre. Un millón de “y si…” se agolpan en mi mente.

Con un movimiento rápido me separo de Mulder viendo como ante mi reacción, me observa extrañado.

S.- Mulder…. ¿me…me disculpas….un momento? -

M.- ¿Qué ocurre Scully? ¿He hecho algo que…? -

S.- No, en serio, discúlpame, vuelvo enseguida -.

Con paso inseguro y tembloroso me dirijo hasta el servicio. Intento aplacar mis dudas hablándome a mi misma para entrar en razón.

S.- Pero Dana, ¿qué haces? -

Este ha sido tu deseo desde que conociste a ese hombre maravilloso y ahora cuando él hace todo esto y en el momento en que estas en sus brazos, apunto de besar esos labios que tanto has imaginado en tus sueños como los besabas con ansia, resulta que en ese preciso instante te entra el pánico y huyes. Pero, ¿qué ocurriría después de ese beso? ¿Y si se arrepiente y me dice que solo fue un error provocado por el ambiente de amor de este día? No lo podría soportar, no viniendo de sus labios. No soportaría el rechazo de su amor. Pero, por otro lado, si lo que siento por él no fuese correspondido, no se hubiese molestado en organizar todo esto para después decirme que nada era cierto, que solo lo hizo para acostarse conmigo y después dejarme. No, Mulder no es así, le conozco desde hace siete años, y puede que sea siniestro pero no es ningún cerdo que se aprovecha de las mujeres. Y no sólo lo sé en mi cabeza, lo siento, mi corazón lo siente y mi alma lo siente.

¿Qué he hecho? Ahora debe pensar que no le quiero y me odiará por haberle hecho pensar lo contrario cuando es cierto que le amo con todo mí ser. Debo salir de aquí y decirle lo que siento antes de que sea demasiado tarde.

Esta vez me aventuro con paso firme y…

¡Oh, Dios! ¡No está! No puede ser. No puede ser. Me siento morir y en este momento desearía que la tierra me tragase para no renacer jamás. Avanzo lentamente hasta la mesa intentando que mis piernas no flaqueen ante la sensación de vacío que me invade. Mientras camino observo que sobre la silla que minutos antes ocupaba Mulder hay una hermosa rosa encima de un sobre. No sé como pero mi mano se alarga hasta alcanzarlo y sostenerlo con dificultad. Con un temblor que no puedo controlar, me dispongo a leerlo esperándome lo peor.

S.- “Si tan solo conocieras la fuerza de los sentimientos que alberga mi corazón, desgarrando a cada instante el amor de mi pasión, cuando no puedo sentir como tu respiración se apodera de mis fuerzas y me atrapa entre suspiros que componen tu canción” -.

Mi mente no ha acabado de asimilar lo que estoy leyendo cuando comienzo a escuchar que esas bellas palabras provienen de una voz a mis espaldas. Una voz que creo conocer muy bien y que me llena de paz y confort siempre que la escucho aproximándose. Empiezo a sentir como el dueño de ese melodioso sonido me estrecha entre sus brazos tomándome por la cintura, mientras permanezco de espaldas a él.

M.- “Si tan solo yo tuviese el valor de tu valor, para poder abrir por fin esta puerta de ilusión, con la llave de tu fuerza y el anhelo de esperanza, que derriba toda intensa guerra de vergüenza, y colmarte de caricias y besos de tus labios para no dejar de hablarte y decirte que ¡te amo!” -.

Scully ya no podía pensar, solo escuchaba, escuchaba atentamente la tierna declaración de Mulder que le susurraba al oído aquellos hermosos sentimientos plasmados en papel que brotaban del más profundo amor de su corazón,

Al finalizar, acercó su boca a su cuello y lo besó tiernamente, haciendo que ella se estremeciese ante el contacto de sus cálidos labios en su piel.

Continuaron así, abrazados, hasta que Mulder, muy suavemente, la obligó a girar sobre si misma hasta hacer que le mirase. Scully se encontraba abrumada ante tan sinceras palabras, y por su mejilla comenzó a resbalar una solitaria lágrima, que parecía deshacerse de amor. Él, al verla, rozó delicadamente la mejilla de su amada y la besó, secándole con sus besos las sagradas gotas de cristal que emanaban de su alma. Mientras en un susurro le decía…

M.- No llores mi pequeña, ya no tienes porque llorar -.

Con sus dos manos, Mulder estrecho la cabeza de Scully y continuó posando pequeños besos sobre su frente, sus hermosos ojos azules, sus mejillas sonrosadas y la punta de su nariz, blanca y fría como la nieve pero que ahora emanaba una suave calidez provocada por el llanto. Al llegar a la altura de su boca se detuvo por un instante, observó la cara de ella, que mantenía los ojos cerrados y se acercó tímidamente, comenzando a rozar sus labios con tanta paciencia que parecía que el tiempo se había detenido para ellos. El movimiento de sus labios parecía formar parte de un ritual mágico, por la forma en que se acariciaban tiernamente, intentando desvelar un acertijo que había sido celosamente guardado durante años y que ahora, por fin, estaba siendo revelado. La dulzura fue dando paso a la pasión y los dos amantes se fundieron en un beso de alma y corazón.

Mulder se separa suavemente de mí y parece que mi mente vuelve y voy recuperando mi cordura. Con su boca aún rozando la mía…

M.- Scully, te amo con toda mi alma, te amo más que a mi vida -. Sus palabras y el contacto de sus labios con los míos mientras me habla hacen que me sienta cada vez más enamorada y que me derrita a cada segundo. Y ante mi asombro, continúa…

M.-…”Te amo y no te amo como si tuviera

en mis manos las llaves de la dicha

y un incierto destino desdichado” -.

No puedo evitar sonreír mientras pronuncio las siguientes palabras.

S.- “Mi amor tiene dos vidas para amarte.

Por eso te amo cuando no te amo

y por eso te amo cuando te amo” -.

M.- Mi amor, sabía que eras tú, tenias que ser tú, porque cuando leí esas dulces letras mi alma ascendió a los cielos e intento buscarte desde las alturas para estrecharte entre mis brazos -.

S.- Mulder, te amo desde antes de haberte conocido, porque mi corazón necesitaba tus latidos para poder dar sentido a mi vida -.

Volvemos a fundirnos en un profundo beso para, a continuación, abrazarle tan fuerte como me permiten mis pequeños brazos.

M.- Scully -.

S.- ¿Si? -

M.- Quizá debería empezar a llamarte Dana -. Se me escapa una carcajada al tiempo que él también sonríe.

S.- Como quieras, pero me encanta que me llames Scully, me resulta muy…sexy. Quizás yo debería empezar a llamarte Fox -. Y una sonrisa pícara sale de mi boca.

M.- Scully, mi amor, tu puedes llamarme como quieras, siempre y cuando no sea “Siniestro” -.

La risa sale sin control de mi garganta hasta que él me cierra la boca con un beso lleno de complicidad.

M.- Feliz día de San Valentín, Dana -.

S.- Feliz día de San Valentín, Fox -.

Y mientras la brisa de la noche mecía las saladas olas del mar, los dos amantes pasaban de los besos a las caricias en un baile de amor y de pasión.

- Fin -

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