fanfic_name = PRIVATE EMOTION
author = Nerakx
dedicado a = ·Disclaimer: me niego, me niego a escribir esto y no es porque lo encuentre aburrido, es que si The X files pertenece a alguien en estos momentos, es a los verdaderos fans. Y sí, CC puede quererlos y mantenerlos en su corazón, pero yo quiero hechos y hasta que no los obtenga me rehusare a escribir lo que uds ya saben.
·Spoilers: los momentos por las noches con los ojos cerrados sin dormir y X en general.
·Clasificación: ni idea, díganmelo uds luego, aunque MSR siempre, pero podría ser RST, UST... masoquista yo? naaa.
·DEDICADO A: Esta parte esta dedicada exclusivamente a Cathy, por ti plasme esto enredos que te contaba sentadas en el nuevo (para ese entonces) tapiz de tu mami.
Te lo dedico por nuestra primera travesía juntas, las subsiguientes... y las que están por venir... ¡EL VIAJE DE NUESTRAS VIDAS!.
Va a los maratones a nuestra manera, al rebobinar, adelantar, detener, el <¿recuerdas esto?>, <fíjate... >, etc. Dedicado a las palabras contra la Fowley de la biblioteca, al espacio que me has hecho en tu casa y al que tienes en la mía. A esa conversación telefónica que empezó en la noche y termino de madrugada, a todas las demás.
Dedicado a la amistad que hemos forjado en este tiempo, el cual aunque no lo creamos pasa a mil por hora. Dedicado a tu confianza, a tu mirada presente y a todo.
Te quiero un montonazo (no recuerdo a quién le he oído esa palabra) amiga:^_^::*_*: De yo para tú y de tú para yo.
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Rating = touchstone
Type = Angst
fanfic = CAPITULO I: "Instante".
"...Has someone taken you faith?
It's real; the pain you feel
the life, the love
you die to heal
the hope that starts
the broken hearts
your trust, you must
confess
Is someone getting the best, the best, the best, the best of you?
Is someone getting the best, the best, the best, the best of you?
I've got another confession my friend
I'm no fool
I'm getting tired of starting again
somewhere new
were you born to resist or the abused?
<THE BEST OF YOU - FOO FIGHTERS>
Cuando vi a Mulder cruzar esa puerta, realmente supe que alguien allá arriba nos apreciaba. Yo aunque rezaba por lo contrario, me había hecho la idea de que él no seria quien entraría a mi habitación, sin embargo ahí estaba, ahí estábamos tomados de las manos y sonriendo como tontos. Me contó que encontraron la nave y la vieron despegar al instante, dijo que se sintió tentado a traspasar el límite, a ir por una verdad que se hizo corpórea. Trate de descubrir el por qué no fue gras ella, pero no vi nada, aún hoy no encuentro respuesta y hoy es más difícil, el tiempo transforma, vuelve borrosos algunos recuerdos. Por mi parte le asegure que sólo había sido una baja de defensas.
Paso el tiempo, las cosas mejoraron en la plano laboral, como si el rey Midas hubiera pasado por nuestro alrededor la sección de los expedientes X resplandeció, dos nuevos agentes fueron incluidos: el agente Jhon Doggett y la agente Mónica Reyes, un nuevo dúo de escéptico-creyente, a su modo claro. Esto no nos afecto de gran manera, pasado el periodo de paranoia compulsiva todo quedo calmo en la oficina. Fuera de ella era otra historia, eran otros Mulder y Scully. Las cosas entre nosotros, en nuestra "relación" no eran calmas, hoy no quiero, al otro tú no quieres y al siguiente ambos queremos, y así nos pasábamos, buscándonos siempre y alejándonos sin saber ni querer hacerlo.
Fue ese caso en Seattle lo que me hizo despertar del juego ensoñado en el que daba vueltas. Quizás debí darle las gracias a ella, no, quedo bien así.
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Motel "Neptuno corner"
Seattle, Washington. 23:15hrs.
Dana Scully daba vueltas por su habitación. Tenia los ojos más acuosos de lo normal y lo mismo pasaba con el brillo de ellos, estaba furiosa y triste, aunque las respuestas que tenia para ese estado no podía situarlos bajo cada especifico adjetivo, todo estaba revuelto y todo dolía.
- ¡Estúpido, estúpido!, estoy harta de ti, harta de que cada dos por tres yo me desaparezca de tu estúpido campo visual, ¡estúpido!.
Dejo de maldecir calladamente y se dio cuenta que eso a la larga podría calmarla pero no resolvería el problema. Sin esperar medio segundo más salió de su habitación y golpeo la puerta continua.
- Tenemos que hablar.
- Sé lo que vas a decir... y no quiero discutir.
Scully cerro la puerta y se acerco a él.
- Entonces no discutamos. Mulder se dio vuelta y la miro y por más que quiso, no pudo despegarse de esos ojos.- Nos merecemos resolver esto.
- No me interesa...
- ¡No es por ella!... o sí, aún no sé si lo haces por coquetear, amabilidad o simple ingenuidad y creo que hasta tú no lo sabes a ciencia cierta, pero eso es algo pequeño... no estamos bien... no sé como estamos.
Mulder tomo su rostro entre sus manos.- Sabes lo que eres para mí. Le dijo en un susurro.
- Sé que tienes prioridades, tus objetivos en la vida y sé que me necesitas... yo quiero algo seguro...
- Nada es seguro en esta vida.
- ¡Pero quiero tener la ilusión de eso!, quiero tenerte a ti seguro, donde sea, y quiero que tú veas en mí esa seguridad, sólo quiero que no temamos... Mulder.
- Yo quiero lo mejor para ti.
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Esa noche nos dormimos abrazados, lo último que hizo antes de dormir fue repetir la frase de nuestra conversación: <Yo quiero lo mejor para ti>. Es una hermosa oración, pero duele, hiere, se clava en mí.
En esa ocasión, en los brazos de Mulder, fue la penúltima vez que me sentí en paz, que me dije voy a estar bien.
El día 28 de marzo del año 2001 regresamos a Washington dc. Ese mismo día a las 19:45hrs hable con Mulder por teléfono, él llamo; dijo que en la televisión habian dicho que el día siguiente sería un bello día soleado, hizo una broma facíl del clima y me susurro <nos vemos, preparate>, colgo.
Fue la última vez que supe de Mulder, la última vez que se le reporta con vida en el informe que se encuentra en el archivador nº 7 de la oficina, y en mi mente.
Han pasado 4 años, 5 meses y 25 días, con todos sus horrores y el último momento de paz y esperanza completa. Sí, aquí estoy aún, soñando con ese día que nunca llego, añorando poder descansar, darles en el gusto y morir, sin embargo no puedo, sencillamente no puedo. Hasta que no sepa que él estará a salvo.
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El ruido que hacen mis dedos al golpear la mesa se detiene cuando veo a esa mujer bajar del auto que acaba de estacionarse fuera de este típico café. Es ella, de verdad es ella. Esta más delgada y con el cabello mucho más largo, pero sigue teniendo el mismo caminar, a la defensiva.
La puerta cruje al abrirla y veo sus ojos buscándome, una parte de mí quisiera que no me hallara, que todo siguiera como había sido antes de la llamada que recibió de los pistoleros. Me encuentra y hace lo que deseaba pero no esperaba; se dirige rápidamente a la mesa que ocupo y como si hubiera anticipado lo que pasaría me levanto, ella hace un amago de abrazarme, pero la detengo.
- Mulder. Exhala.
- Siéntate Dana.
Y su mirada fue cambiando.
- ¿Qué te paso Mulder, dónde has estado?
- Estoy bien, he estado en un lugar seguro.
- ¿Qué paso Mulder?.
No quiero hablar, soy un cobarde, un hombre que no se merece la preocupación que veo en sus ojos.
- Mulder.
Me toma las manos, las quito, su tacto es agua bendita para mí y yo soy un maldito demonio.
Y eso, ese gesto hace que Dana Scully y su mirada cambien otra tonalidad más.
- Es un bello día, ¿no crees?.
- Luego de que me respondas yo te daré mi respuesta.
Y Dana Scully empezaba a afilar su espada.
- Lo que te diré... lo que... Todo este tiempo no he corrido ningún peligro, he estado en una clase de "protección a testigos", ellos me lo ofrecieron, fue una oportunidad de mantenerlos calmados mientras yo averiguaba... Y descubrí la verdad.
Tomo una bocanada de aire y levanto la mirada esperando ver su reproche, ver la destrucción. Sin embargo lo que mis pupilas captan es negro, vació. ¿Quién es la mujer que esta frente mío?.
- La verdad. Lo dice y en sus labios parece basura.- ¿Y que verdad es esa?.
Negro, todo negro.
- Que estamos en la cuenta regresiva y si no hacemos lo necesario... estaremos condenados...
Nada.
- Me fui de ese lugar, en cierta forma me escape...
- Ya conseguiste lo que querías.
- Sólo las palabras, ahora hay que formar la acción... Hay algo más.
- No te detengas.
Negro.
- En este lugar, en el sitio en el que me encontraba... ahí estaba Diana...
Nada.
- ... Sé que no merezco estar aquí hablando contigo, no merezco reaparecer en tu vida así... sé que me odiaras.
Ella baja la mirada, busca algo en bolsillo de su chaqueta, es...
- ¿Fumas?.
- ¿Te acuestas con Diana Fowley?.
Veneno y si no fuera el protagonista de esta historia, hubiera resultado gracioso. Lo siento tanto.
- ¿Sabes... tienes idea de lo que nos has hecho pasar?, tú viviendo en Happylandia, encontrando tu... tu verdad y nosotros aquí matando nuestra vida buscándote.
- Entiendo...
- ¡No!, si te queda un poquito de aprecio por nosotros no lo digas... tú no sabes, nada de lo que se pase por tu "maravillosa" mente es.
- Scully...
- Quieres que te ayudemos, ¿cierto?, Necesitas del clan de nuevo.
Y ella, la desconocida que tengo enfrente. La que no me permite verla, la que es negro ya descubrió mi motivo.
Apaga el cigarrillo aplastándolo con fuerza en el cenicero. Se levanta sin mirarme emprendiendo su retirada.
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Scully salió de ese café y al estar afuera una brisa helada poco común para el día que se presentaba la golpeo en la cara. Miro hacia la camioneta eterna de los pistoleros que estaba estacionada metros mas allá. Saco su teléfono móvil y marco.
- Nada sobre William.
Colgó y volvió a guardar el celular.
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Me deshiele y fui veloz a pagar la cuenta. Ella aún estaba afuera, hablaba por teléfono.
Salí y ella se aleja varios pasos, me daba la espalda.
- Necesito su ayuda... necesito tu ayuda Scully.
Lo siento.
Dio unos pasos más y se detuvo.
- Scully...
Dio media vuelta y clavo sus ojos en los míos.
- Tú nunca me amaste.
Y por lo que duro esa frase vi a Dana Scully hecha jirones. Y me sentí enfermo, con ganas de vomitar, un rayo fulminante me había atravesado.
Recupere un poco los sentidos y mi vista deja de ser borrosa. Ella aún seguía ahí.
- Esta noche en cada de los pistoleros.
Y todo volvió a nada, a negro. Subió al auto y partió antes que yo pudiera parpadear.
Lo siento.
Bunker de los pistoleros.
22:30hrs.
Que vista más hermosa es la que tengo aquí, sólo falta un pintor o fotógrafo para que plasme esto.
No me imaginaba el reencuentro con Mulder así, nunca imagine que "esa" fuera su respuesta. Nunca creí que él seria capas de alejarse de mí voluntariamente, error fatal, creí en el amor que me daba, amor nunca dicho, me cegué por la pasión y mi propia felicidad.
Ahora te miro Fox Mulder y quiera arrancarte el corazón, me esfuerzo en descubrir la verdad en ti, pero sólo puedo ver lo que tu boca dijo y la esperanza en este tema se me acaba.
- William.
¿Qué?, ¿qué pasa con William?, ¿por qué lo mencionaste Mónica?, ¿de qué están hablando?.
- ¿Quién es William?
Y pensar que soñaba con decírtelo.
- Eh... él es un niño que conocimos hace algunos años, él tenia las características que tú mencionas... él era especial.
Gracias Mónica, buena salida.
- Entonces tenemos que contactar con él, debemos verlo para...
- ¡No!... William esta bien ahora... conocimos a otros como él...
- Entonces...
- ¡No!, acaso no entiendes, esas familias sufrieron mucho... quedaron destruidas en el más literal sentido de la palabra, merecen estar tranquilos ahora.
- Sólo quiero ayudarlos.
- No puedes Mulder, nadie puede y créeme lo intentamos.
- Ellos podrían ayudarnos...
- Sí, pero sería demasiado egoísta.
Una semana después.
Departamento de Dana Scully.
Georshtown. 9:15hrs.
Nuevamente estaban reunidos por Mulder. Revisaban cada caso que pudiera conllevarlos a algo, leían y releían la información recabada durante todos estos años encontrando nada. La incomodidad reinaba en el ambiente, por fuera eran todo lo que se podía esperar de un grupo de trabajo, un muy buen grupo de trabajo había que decirlo, sin embargo por dentro nada era bueno, nada perfecto. Bajo la piel estaban los sentimientos.
- Esto es inútil. Dijo apagando el silencio de repente Doggett.
Mulder iba a replicar, pero golpes en la puerta lo interrumpieron.
Scully rápidamente se paro a abrir, miro por la mirilla... <Dios> pensó, se había olvidado completamente de él, si lo hubiera recordado no habría aceptado que la reunión fuera en su casa. Abrió la puerta con muy malas ganas.
El hombre que estaba al otro lado de la puerta entro sin siquiera esperar el saludo o la invitación.
- Tú, ¡siempre tan hermosa!. Dijo eufóricamente abriendo los brazos.
Scully lo miro directo a los ojos duramente. Y él miro detrás de ella y se dio cuenta de las persona que estaban ahí.
- ¡OH! tenemos visitas. Dijo acercándose a la mesa.- Mucho gusto "agente Reyes", agente Doggett, señor Skinner, lunáticos... y a ti no te conozco...
- Y no lo conocerás. Le dijo secamente Scully sin mirarlo y encaminándose a su habitación.
Él les sonrió y siguió a la pelirroja.
- ¿Quién es él?.
- Un idiota. Respondió Mónica.
En la habitación otro aire se respiraba. La actitud era diferente entre ellos dos.
Scully empezó a desabotonarse la blusa y luego se la bajo gras el hombro, se sentó a la cama esperando. Él por su parte saco una pequeña caja negra del bolsillo interno de su chaqueta. Esta tenia una jeringa lista con un liquido naranjo.
Le quito el seguro y se acerco a ella, con un poco de algodón con alcohol limpio la zona a inyectar y luego inyecto.
- ¿Cómo te has sentido?. Le pregunto tiernamente.
- Bien.
- Dana...
- Sí Gabriel, estoy bien.
- Bien, bien, sabes que me preocupo por ti... ¿te has tomado todos los medicamentos?.
- Aha.
- Traje estas. Dijo sacando un frasco de su bolsilla.- Es una dosis más fuerte, pero vale la pena.
- Bien.
- ¡Me encanta conversar contigo!, ¿lo sabias?.
Scully le regalo una pequeña sonrisa y salió de la habitación.
Al llegar donde estaban todos se hizo el silencio, Mulder no pudo aguantarse las ganas y le hablo.
- Quisiera saber quién eres.
- La pelirroja es drogadicta y yo soy su proveedor... Bueno, chiao.
Y de la forma imprudente que llego se fue.
- ¿Los pistoleros y Skinner?. Pregunto Scully.
- Fueron a checar algo... y nosotros también debemos irnos, tenemos una reunión con Kersh.
- ¿Hay algún problema Mónica... Doggett?.
- No o eso espero... lo usual, ya sabes. Le respondió con una sonrisa Mónica.
Un minuto después Mulder y Scully estaban solos, él empezó a acercarse a ella...
- Me dirás ahora quién es él.
La rabia de Scully subía a borbotones.
- Ya lo oíste, es mi proveedor.
- Scully. Le dijo en susurro acariciándole la mejilla.
Ella le quito con rabia la mano de su cara. <Maldito bastardo> pensaba, <¿cómo osas tocarme?>. La respiración de ambos empezó a agitarse, por razones muy contrarias sí.
Se miraron a los ojos, luego de pasar días sin hacerlo y en cuanto sus miradas se encontraron el tiempo se volvió relativo, se alargo, pero oprimía.
CONTINUARA.
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NOTA: Creo que es un año más o menos desde que no publico nada, luego de perdidas de fanfics, periodos infértiles y..., ahora esto salió, siento el mismo nerviosismo del principio así que les agradecería un comentario. Yo me pongo a saltar y correr por toda mi casa cuando recibo uno, háganme hacer ejercicio!!!!.
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