fanfic_name = Un ramo de flores en San Valentín
author = Ouroboros
dedicate = Bueno primero que nada quiero dedicar este fic a mi novio que no soporta a David D ni los fic que escribo sobre él jejeje, y tambien a todos los enamorados que celebraron el 14 de febrero pasado ^.^ Finalmente quiero agradecer a todos los que se dan un tiempo de leer estos fics, muchas gracias a todos, espero sus opiniones en moemimatsuARROBAgmail.com
Rating = touchstone
Type = Romance
fanfic = Un ramo de flores en San Valentín
Llegué a la oficina temprano, creo que estoy un poco nervioso, pero no quiero perder ni un detalle de su rostro, le tengo reservada una buena sorpresa, espero que le guste, después de todo, hoy no es un día cualquiera.
--Buenos días Mulder.-- dijo entrando a la oficina unos minutos después, parecía molesta
--Te levantaste con el pie izquierdo Scully?--
--Vamos Mulder, no fastidies.-- trataba de concentrarse en los papeles para ignorarme.
--No será por que hoy es San Valentín, verdad?-- me miró con cara de odio y levantó su ceja, no pude evitar una sonrisilla pues parece que di en el blanco. El repartidor llegó justo a tiempo.
--Disculpen, traigo unas flores para...-- hizo una pausa mientras leía la tarjeta --para la señorita Dana Scully.--
Creo que su ceja se levantó aun más, me miró con su incredulidad de siempre, como si recibir flores fuera algo paranormal. Las tomó finalmente y las dejó sobre el escritorio sin saber que hacer con ellas
--Vaya! creí que estabas soltera.-- bromee
--Sabes que lo estoy Mulder, todo esto es muy extraño...-- Tomó la tarjeta que venía en el ramo y la leyó en voz alta --"Flores hermosas para una hermosa mujer que cambió mi vida. Te espero en el Angel's Wing Restaurant a las 8:00 PM No faltes, feliz San Valentín". -- se quedó en silencio un momento --No voy a ir.-- concluyó decidida, y de paso me dejó en ascuas
--Vamos Scully no seas así, le vas a romper el corazón a ese pobre hombre.-- dije persuasivo
--Ni siquiera puso su nombre, debe ser algún psicópata o hasta un asesino en serie.-- la miré divertido
--Puede ser, pero tú eres un agente del FBI, puedes llevar tu arma.-- me miró aun desconfiada --Además, no tienes nada que perder, hasta puede que sea bien parecido.-- se quedó pensativa
--No lo sé Mulder... Además esto estoo no es importante.- sonrojó levemente y tomó denuevo el informe --Sigamos trabajando sí?-- reí para mis adentros y la acompañé en la lectura.
El día se pasó lento, no avanzamos mucho en lo del informe y la oficina olía a flores. Noté que Scully las miraba cada cierto tiempo pensativa y suponía que no sospechaba nada, después de todo, lo más romántico que se le podía ocurrir a un tipo como yo era pedir una pizza a domicilio y ver béisbol toda la noche.
Al fin fueron las seis.
--Bueno Mulder, yo me voy.-- dijo guardando sus cosas
--No te llevarás las flores?-- todavía estaban sobre el escritorio
--Mulder...-- levantó la ceja denuevo
--Yo no voy a llevármelas, después de todo son tuyas.-- Suspiró y tomó el ramo con desgano
--Si, ya entendí. Hasta mañana Mulder.--
--Adiós, y buena suerte!-- se fue sin prestarme atención.
Quince minutos después tomé mi chaqueta y me fui al apartamento. Me bañé con calma y me puse el mejor traje que tenía; lo de la ropa era algo complicado pues ella me ve todos los dias de traje y corbata y quería algo especial, así que no me puse corbata, es algo extraño pero creo que está bien.
Espero que Scully vaya o voy a tener que comer solo.
Llegué al Restaurant temprano y di las indicaciones en la recepción. Todo estaba listo, ahora solo quedaba esperarla a ELLA.
A las 8:10 PM Scully se paseó por la entrada del local, estaba hermosa y se notaba nerviosa, seguro que en la cartera traía el pequeño revolver. Por fin se acercó a la recepcionista que le indicó la mesa que yo había reservado; por supuesto yo no estaba ahí pues solo verme habría bastado para que se negara a sentarse.
Tenía que tomarla por sorpresa.
Con una rosa en la mano me acerqué sigilosamente detrás suyo, me armé de valor y la puse sobre la mesa junto con su mano pálida, tenía las uñas pintadas.
--Ya pensaba que no vendrías-- le dije, ella volteó sobresaltada, su expresión cambió radicalmente
--Mulder, qué estas haciendo aquí?!-- me senté frente a ella
--Yo... yo soy tu cita Scully.-- vi el odio en su mirada por un segundo
-- Pero que!.. Mulder, si esto es una broma no es gracioso.-- ups, estaba en problemas
-- Scully, yo te envié las flores y te cité aquí, no te enojes.--
-- Si querías reírte de mí, podrías haber hecho algo más económico!-- se levantó de la mesa furiosa y desconcertada, le tomé la mano.
-- Scully no te vayas.-- volvió a tomar asiento, su raciocinio le debe haber indicado que estaba a punto de hacer un papelón
-- De verdad yo no quería lastimarte.-- entristeció, y yo con ella --Scully...yo te quiero-- hice una pausa para ordenar un poco las ideas en mi mente --Sí, es verdad. Sé que suena extraño, pero pasamos horas juntos y me conoces mas que yo a mi mismo...- parecía que estaba dando excusas, ella se sonrojó un poco, ya estaba más tranquila
--Mulder me estas avergonzando.--
-- Es que es cierto, yo salvo tu vida y tu la mía, te debo tanto y nunca he tenido la oportunidad de decírtelo! -- en medio de aquella confesión el camarero se acercó a la mesa, Scully bajó la mirada.
-- Buenas noches, espero que disfruten la noche.-- encendió las velas de la mesa --Que desean de comer?-- Miré a Scully que finalmente tomó la carta, al menos no iba a cenar solo.
-- Quiero salmón ahumado con croissants de queso y agua mineral por favor.-- dijo luego de ver el menú.
-- Y el señor?-- el camarero me miró inquisitivamente
-- Yo quiero lo que están comiendo los de la mesa del frente -- Scully no pudo evitar una sonrisa con mi comentario. El camarero gruñó algo y por fin se fue
--Gracias por quedarte.-- le susurré
-- Después de todo no tenía nada que hacer en la noche de San Valentín.-- me sonrió coqueta.
Lo pasé muy bien en la cena, aunque lo que estaban comiendo los de la mesa de en frente no estaba tan delicioso como se veía. Como pocas veces, vi a Scully como una mujer normal, sin pensar en algún expediente o algo así... era solo una mujer teniendo una cita el día de San Valentín y eso me gustó mucho. A veces pienso que si no trabajáramos en esto, si no fuéramos compañeros así en el silencio de la oficina todos los días, tal vez ella y yo seríamos una pareja normal y tendríamos el valor de decir lo que sentimos.
Tal vez si fuera así.
Subimos al automóvil, le pasé mi chaqueta porque el viento estaba helado
--Mulder, muchas gracias por la invitación, si me enojé fue porque...-- la interrumpí, no quería que volviera la Scully de siempre
--No te preocupes, sé lo que quieres decir.-- me sonrió aliviada, sin darme cuenta había tomado su mano. El silencio nos incomodó.
La solté y encendí el motor.
--Voy a llevarte a tu casa.-- dije poniéndome en marcha.
No dijimos mucho más en el camino, ella se estaba adormeciendo y el pelo se le iba a la cara. Cuando llegamos ella bajó con mi chaqueta aun sobre sus hombros. Caminó a la puerta y se devolvió repentinamente
--No quieres subir un rato?-- guau!! me dejó congelado, se estaba insinuando o que?
--Claro.-- dije, apagando el auto como un bobo la seguí hasta su apartamento.
Abrió la puerta, encendió la luz y al instante se quitó los zapatos ¡es tan bajita!
--Estos zapatos me estaban matando!-- comentó, yo cerré la puerta. El silencio nos incomodó nuevamente --Quieres algo caliente?-- me preguntó poniendo agua en el hervidor. "Se me ocurren varias cosas" pensé malicioso mientras me sentaba en el sofá
--Pusiste las flores en agua.-- observé, pareció inquieta con mi comentario
--Ehh si, están lindas.-- se sentó junto a mi, la tarjeta ya no estaba
--Scully, lo de la tarjeta... también es cierto, tu siempre te ves linda con todo, cualquier hombre quisiera estar contigo.--
--Cualquiera?-- preguntó divertida mientras se sacaba la chaqueta, haciéndome sufrir con sus hombros desnudos
--Incluso yo...-- susurré, demasiado fuerte para mi desgracia. Ella me miró fijamente con sus ojos azules bien abiertos, sorprendida y encantada a la vez, no pude sostener su mirada, cobarde, incliné mi rostro. Me sentía desnudo, desarmado como cuando ella me miraba así en el despacho, sin querer encendiendo mi fuego interior.
--Lo siento, yo no... mejor me voy.-- me levanté del sofá con torpeza, escapando de ella, de su cercanía que me perturbaba los sentidos, de su fragancia que me erizaba la piel, y escapando también de mi propio sentir. Como siempre, tenía miedo de ser descubierto por ella, no quería perderla.
--Espera!-- me tomó de la mano, electrizándome al momento-- yo no te he dado un regalo de San Valentín.-- dijo nerviosa y se acercó lentamente.
Sin darme cuenta, la hermosa calidez de sus labios se posó en los míos. Sentí que se paró el tiempo, que me llenaba de su aroma de golpe, que nunca la había tenido tan cerca como en ese momento. Sentí que aquel beso era la mas grade muestra de amor de aquella hermosa mujer.
No la toqué ni quise aumentar la intensidad de aquel beso infantil, no hundí mi lengua en sus labios como siempre había deseado cuando la veía de reojo en la oficina; no queria asustarla. Así, solo sostuve su mano mientras el tiempo se estiraba en su contacto.
Si, después de todo nos amábamos en silencio.
Se apartó de mi con la misma lentitud que se acercó y me miró asustada, trate de sonreírle sin parecer un tonto y la abracé con fuerza haciéndole sentir que sabía que aquel beso significaba mucho y nada a la vez, que con ese gesto todo estaba dicho y que seguiría todo como siempre, en nuestro silencio, en la protección del silencio... en el abismo del silencio.
Finalmente el hechizo se rompió
--Buenas noches Scully.-- me despedí escapando una vez mas, que estúpido soy, las palabras se apresaban en mi garganta. Ella me miró desilusionada, pobre
--Gracias por la cita.-- dijo abriéndome la puerta. Ya todo había terminado --Adiós-- susurró sin mirarme.
-- Si... Adiós-- dije dándole la espalda a la puerta que se cerraba atrás de mi. Me quedé ahí parado un momento, tampoco escuché que ella se moviera al otro lado, tan distante de mi ahora. Suspiré y bajé las escaleras, el camino a casa fue corto y frío. Como era de suponer, no dormí aquella noche.
Pronto amaneció y la ducha me despertó. Ansiaba estar en el despacho, con ella.
Llegué temprano, olía a flores y no había rastro de Scully, mi corazón dio un vuelco al pensar que se había ido después de lo de la noche anterior, pero me equivoqué. La sentí mirándome desde la puerta e intuí su silueta.
--Buenos días Mulder.-- dijo con su voz serena, me estremecí al recordar su beso.
--Buenos días.-- saludé aliviado y feliz de verla otra vez, no sabía que decir.
El silencio nos envolvió nuevamente.
--Y como te fue en tu cita Scully?-- le pregunté malvado, se puso de piedra un momento y arqueó sus cejas, luego comprendió
--Bueno... al menos no era un asesino en serie.-- dijo lanzándome una mirada cómplice.
Reímos al unísono en nuestro pequeño despacho.
FIN
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